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Tirante el blanco cartel reducidoTirante el blanco(Tirant lo Blanc)
Dirigida por Vicente Aranda
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Tirante el Blanco cuenta la historia de cómo el afamado caballero Tirante recibe el encargo del Emperador de Bizancio para que le libere del asedio que los turcos están infligiendo a la ciudad de Constantinopla.

Tirante no defrauda las esperanzas que sobre él ha depositado el Imperio en cuanto a lo militar. Sus hombres son un trasunto de los feroces almogávares y él un astuto estratega que no teme la superioridad numérica de los turcos. Sabe vencer y vence, y a continuación ha de utilizar su victoria para vencer asimismo la natural oposición de Carmesina a entregar aquello que considera más íntimo: su virginidad.

La relación de esta pretensión íntima, orgánica e instintiva con los mecanismos del poder en el Imperio es evidente. El Emperador es viejo. Los turcos son una amenaza perenne. Carmesina - una niña casi - es la presumible y única heredera del Imperio. Tirante es joven, atractivo y, hasta donde se sabe, invencible. Una sola objeción: Tirante no es de origen noble.
Son las mujeres de la corte, las que pululan alrededor de Carmesina, el Emperador y la Emperatriz, - Estefanía, Placerdemivida - las que más claramente distinguen la situación y se afanan por salvar el Imperio haciendo que a toda costa se produzca el encuentro carnal entre Tirante y Carmesina. La Viuda Reposada lucha denodadamente contra esta intención, no porque esté a favor de los turcos, sino porque ella también está perdidamente enamorada de Tirante.

A pesar del peligro turco, el clima de la corte es sensual y complaciente. El viejo Emperador no se priva de dedicar furtivos "toques" a las doncellas cuando se las encuentra por los pasillos de palacio. La madura Emperatriz se deleita con los amores del dulce Hipólito, sobrino de Tirante, dando pie a algunos de los episodios más divertidos de esta historia.

Mohamed III, el Gran Soldán de los turcos, es un hombre joven y atractivo.

Temeroso de la capacidad batalladora de Tirante, tras haber sufrido una derrota importante, busca la paz con el imperio por el procedimiento clásico de la unión matrimonial con Carmesina. Aunque el Emperador tiene reparos al respecto - resistencia a entregar a su hija a un musulmán -, le resulta tentadora una propuesta que puede liberarle de defender el imperio por las armas.

Semejante situación es capaz de estimular cualquier tipo de estrategia alrededor del poder, que es tanto como decir alrededor de la virginidad de Carmesina. Las acciones se entrecruzan dando lugar a un tipo de trama que alguien ha calificado como "vodevil artúrico" en clara y divertida compatibilidad con la consideración cultural de la novela, universalmente reconocida.

Pronto la narración regresará a su tono épico natural. Nada acabará como estaba previsto. Así ha sido siempre la vida, autora y dueña de lo imprevisible.

Los personajes
Tirante El Blanco (Caspar Zafer)
Tirante no ha cumplido todavía los 30 años, pero es un personaje ungido por la historia. Tiene un aura de héroe, los dioses lo aman y los hombres le obedecen.

Estratega astuto, sabe que el número no es lo importante en las batallas, sino el fervor de la victoria.

Su punto débil está en la zona emocional. Le basta ver el comienzo de los senos de Carmesina para caer rendidamente enamorado. A partir de este punto el guerrero invencible se transforma en un niño que suplica ser amado y que se le permita amar.

Su aspecto es amable, bien dotado de cuerpo y con aparente serenidad de espíritu. Las palabras que nacen en su boca son expresión directa de su pensamiento. Es ceremonial, amable, cortés..., y cautivador. Lo sabe y sin embargo no lo utiliza.

Carmesina (Esther Nubiola)
Carmesina tiene dieciséis años. Puro candor de espíritu, pero con un cuerpo que pronostica el fuego de la pasión.

Todo llegará, pero hasta que llegue su divisa es la prudencia, y la administración del tesoro propio de una mujer, una niña, en ésa época remota: la virginidad.

Placerdemivida (Leonor Watling)
Su personaje no llega a los veinte años. Es coqueta e hiperactiva, inteligente, osada y cauta a la vez. Sabe de sus encantos, y sabe que los mismos operan muy activamente sobre el viejo emperador, pero se cuidará muy bien de poner tales ventajas a su favor. Aparentemente, las pondrá al servicio de su princesa Carmesina, pero en realidad hay otras razones añadidas.

Placerdemivida tiene también capacidad política y entrega social. Trabaja para que su modo de vida, y el de sus ciudadanos contemporáneos, no se vea sometido a una filosofía que detesta: la religión musulmana de los turcos.

Quiere un emperador fuerte para su país en peligro, y si la solución exige un sacrificio ético, saltará ese obstáculo con alegría y elegancia, sin reparos, llegando a convertirse en una especuladora sobre la virginidad de Carmesina.

Estefanía (Ingrid Rubio)
Estefanía tiene la misma edad que Placerdemivida, con quien comparte el mismo tipo de preocupaciones relativas al imperio y la necesidad de un jefe fuerte y batallador. Sin embargo, se presenta en algo así como el reverso de la medalla de la inquieta y movediza Placerdemivida.

Es reflexiva y poco dada a la exhibición, ni de sus sentimientos ni de sus acciones. Tiene objetivos y desea cumplirlos. Tiene su mirada emocional dirigida hacia Diafebus. Para que sus planes se cumplan utilizará ese talismán de la época llamado "virginidad"Tras entregarlo con aparente facilidad y complacencia, reclamará el justo y debido precio.

Diafebus (Charlie Cox)
Diafebus debiera ser un trasunto de Muntaner, el cronista de los almogávares. Es un guerrero a la vez que un intelectual, un hombre culto que sabe vivir a la sombra del mito TIRANTE.

Aconseja a su jefe, y hasta lo amonesta en la intimidad, pero, en cambio, públicamente colabora activamente a la creación de la fama de Tirante como símbolo invencible de occidente.

Su actividad política es, como se ve, evidente, pero a la vez es un hombre con recursos y tiene tiempo para atender a su vida privada. El amor, el sexo, la apariencia social, no le son indiferentes.

Viuda Reposada (Victoria Abril)
Debe estar cerca de los cuarenta, pero conserva todos sus atractivos físicos. Ha sido la nodriza de la princesa, lo cual hace suponer que ya estuvo casada cuando contaba veinte años o poco más.

Es un personaje de oposición, incluso de oposición política, pues no está de acuerdo con la alianza de Placerdemivida y Estefanía para elevar a Tirant a la categoría de césar. Pero una cosa son las razones que se aducen en defensa de una actitud, y otra los motivos emocionales que subyacen y no se confiesan.

La Viuda Reposada acabará declarándose perdidamente enamorada de Tirant, y dispuesta a los mayores sacrificios, y a las más arteras mañas, para conseguir lo que se pueda de él: sus caricias, su amor, o simplemente su sexo.

Emperador (Giancarlo Giannini)
El emperador no puede remediar ciertas actitudes de viejo verde y, aunque trate de disimularlo en función de su representación de soberano, los ojos le traicionan.

El culo y las tetas de esas bellas mujeres que circulan por la corte, le atraen más que los asuntos de estado.

Setenta años o más. Seguramente ha sido un buen emperador y seguramente ha tenido una juventud preocupada e inteligente, pero en la actualidad comienza a chochear.