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Working man's death cartel reducidoWorking man's deathDirigida por Michael Glawogger
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Extracto entrevista a Michael Glawogger
Realizada en el Festival de Cine de Veneciael 4 de septiembre de 2005 por Ginu Kamani

Quizás este documental tenga su origen en mi niñez, era algo que nos decían nuestros padres, que para ser alguien hay que trabajar, que hay que trabajar duro para ser alguien, y que trabajar es una cuestión de honor. Siempre he creído que el trabajo que hago como artista o como director de cine no es realmente trabajo, es simplemente algo que hago y disfruto. Cuando era más joven, a los 16 años más o menos, durante los veranos solía trabajar en fábricas para ganar algo de dinero, y me sentía fascinado por el ambiente laboral, por lo que ocurre entre los trabajadores, y quería conocer mejor ese ambiente, quería saber si el duro trabajo manual era realmente para las personas. Empecé a mirar documentos y a ver películas sobre la historia de los trabajadores, y pronto descubrí que trabajo es una de las cosas que nunca se ve en estas películas. Se ven algunas ideologías, se ve al trabajador como un monumento, al trabajador como un pilar del estado y del sistema, pero nunca se puede ver de qué va el trabajo. Quería hacer una película en la que uno se siente en el cine y sienta el peso en sus espaldas.

Buscaba lugares en los que la representación de las cosas fuera muy obvia, como esta antigua forma de transportar azufre, con los turistas observando, como siempre. Así pues, buscaba lugares en los que existiera un punto de conexión entre el trabajo en sí y el mundo tal y como es hoy, como ese lugar en Pakistán donde cogen el acero de desecho del primer mundo y lo procesan para reutilizarlo.

No soy antropólogo, soy director de cine. Para mí el proceso de trabajar en entornos así es muy normal y sencillo. Voy allí, veo una situación que creo que vale la pena filmar, como por ejemplo la parte de Indonesia. Veo el volcán, veo como extraen el azufre, y veo dónde acaba: dónde se pesa el azufre y dónde los trabajadores reciben su paga. Veo el trayecto entre A y B, y así llego a conocer a las personas. Voy con ellos cada día, veo como llevan la carga, veo como viven y como duermen, hablo con ellos, convivo con ellos, y es entonces cuando empiezo a saber lo que hay que filmar. Si se les llega a conocer, se sabe cómo son, que hablan de sus putas, de sus hijos, de los turistas. Cuanto más les conozco y conozco la situación, mejor se lo que tengo que hacer en cuanto a cinematografía. Sabía que en Indonesia debía utilizar un Steadycam, puesto que de otra forma no podría conocer la sensación de cargar estas cestas, porque el trabajo está en movimiento, y sólo se puede mostrar en movimiento. Si no tienes manera, con una cámara de mano o como sea, de mostrar el movimiento, no lo conseguirás.

A menudo me peguntan ¿cómo conoces a las personas? Es como cualquier otro proceso en la vida, te acercas a ellos, dices: hola me llamo Michael, y el hombre dice: hola yo me llamo Iván. Empiezas por ahí, hablas con ellos, vives con ellos, les conoces. Es sencillo. Les preguntas y ellos te responden 'si' o 'no'. No es complicado, aunque creo que la gente todavía tiene la idea de la cámara invisible, y de la filmación oculta, lo cual es un mito. Creo que hay muy pocas películas filmadas con cámara oculta, porque la tecnología no es así, es muy difícil filmar algo relevante y perecedero de forma oculta, pues es necesario que la persona tenga un micrófono muy cerca de la boca para poder entenderle. Puede que películas como “La conversación” hayan llevado a la gente a creer que uno puede subirse a un tejado con un micrófono telescópico y entender lo que dice la gente.

Es muy difícil hacerlo. La gente cree que se pueden hacer películas así, de forma invisible. Puede que este sea el sueño de los directores de cine.

En Indonesia, donde filmé a los trabajadores del azufre, me decían: pero los franceses en 1987 se levantaban a las 2 de la madrugada y subían hasta allí. Y así es como funciona. Si filmas en América, preguntan: ¿qué es? ¿es de HBO documentary o va a salir en el National Geographic, o va a hacerlo con una cámara oculta, o por qué está aquí la cámara?... Estas son las situaciones con las que uno se enfrenta actualmente, nunca se da la situación de “Oh Dios mío, no puedo salir en esta foto”. Llegas al lugar y tanteas la forma en que se va a filmar.

Puedes empezar a filmar el primer día, pero luego tienes que quedarte más tiempo porque no conoces a la gente, no sabes lo que pasa, todo es fascinante. Lo mismo ocurre cuando tomas tu cámara de fotos y vas a un lugar que no conoces y que parece interesante. Empiezas a sacar fotos porque es fantástico y al cabo de una semana miras las fotos y piensas: Cómo demonios va a interesar a alguien. Porque hombres cargando cestas llenas de cosas amarillas en Indonesia no es una foto interesante. Siempre es una cuestión de tiempo.

Como dije, cuando llego a un lugar interesante, o una ciudad, durante los primeros días pienso que puedo filmarlo todo en todas partes, es fantástico, y al cabo de una semana pienso: qué demonios debo filmar aquí, es todo tan normal. Pero es bueno llegar al punto de pensar así, puesto que te estás acercando, llegas a conocer las cosas más importantes. Entonces cuando regresas a casa y miras las imágenes, vuelven a ser interesantes porque cada vez eres más conciso, estás llegando a la esencia de las cosas.

Los cámaras lo ven así, dicen: trabajé con un director que me hacía filmar una maceta cuando quería filmar el hotel, y filmo esto y aquello, y entonces te vuelves loco porque lo filmas todo y el director piensa que editará la película en la mesa de montaje. Pero no funciona. Tienes que empezar diciendo; quiero filmar este hotel pero no quiero la parte antigua, solo quiero esa parte, y lo quiero desde aquí porque así puedo ver la parte interior y la exterior. Tienes que enfocarte en unas pocas cosas, que ya son bastante difíciles de obtener, si empiezas a extenderte te pierdes totalmente. Por supuesto que lagunas veces puedes hacer una película de lo que tienes en la mesa de montaje, siempre puedes hacer una película con el material que tengas, pero carecerá de todo. Esta es la parte más importante, disminuir el número de cosas que quieres filmar, e incluso eso es difícil de conseguir en cuanto a tiempo y dinero.

Con Indonesia, sabía que está el azufre, la estación de pesaje, que los trabajadores van de un lado a otro, que hacen sus pausas y que sus pausas son mi oportunidad para hablar con ellos. Después, se dónde están los turistas, así que por un momento encuentro cómo hacerlo. Se que quiero que caminen, se que quiero el proceso de cargar y andar y se que quiero que sea muy arcaico de principio a fin, parecido a Bon Jovi, ¿vale? Así que sólo tengo unas pocas cosas, tengo cuando sacan el azufre, cuando andan, tengo conversaciones, turistas, y eso es todo, no es mucho. Pero conseguirlo, cuando sabes que esto es lo que quieres, sí es mucho.

Si no hubiese sido por los turistas que me dieron la idea de plasmar el proceso de transformación desde doscientos años atrás hasta el momento actual, no hubiese grabado estas imágenes, me hubiese ido, ya que de lo contrario parecería un documental lleno de colorido y vacío del Nacional Geographic- no vacío, pero yo siempre buscaba eso especial que le da el giro a la historia, que para mi es siempre algo insignificante. En Ucrania vi todas esas estatuas. Vi esas estatuas y me dieron la idea de que aquí podía hacer algo, se unen el pasado, el presente, la historia y la transformación de los más moderno a lo más arcaico. Es diferente, opuesto, mucha riqueza y mucha pobreza, si no tengo estos pequeños ángulos desde los que empezar a construir mis ideas, entonces no lo hago.