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Oliver Stone presento World Trade Center en San Sebastián

En la Sección Oficial se proyectaron Copying Beethoven y Half moon. En Zabaltegi Little Miss Sunshine

29/09/2006 CET

En el marco del Festival de San Sebastián, en el Velódromo, se presentó ayer World Trade Center, que hoy se estrena en salas comerciales en España. En la Sección Oficial les tocó el turno a Copying Beethoven y Half moon, mientras que en Zabaltegi Perlas Little Miss Sunshine.


World Trade Center
Oliver Stone: "Rezo para que esta película sea una vela en la oscuridad"

Agotado por una larga gira de promoción, con los 60 años recién cumplidos y deseoso de "hacer algo positivo por la raza humana". Así dijo sentirse Oliver Stone en la presentación ante la prensa de World Trade Center, la revisión que el prolífico cineasta realiza, a través de la historia de dos personajes reales, de los hechos del 11-S. La proyección de anoche en el Velódromo de Anoeta tenía doble interés, porque, además de que suponía el estreno del filme en España, tenía lugar precisamente cuando se cumplen veinte años de que el propio realizador inaugurase este gran espacio cinematográfico.

En World Trade Center, Oliver Stone narra los atentados a las Torres Gemelas a través de las historias de dos policías y sus familias. El sargento John MacLoughlin (Nicolas Cage y el agente Will Jimeno (Michael Peña) permanecieron durante doce horas sepultados bajo los escombros y lograron sobrevivir milagrosamente a unos hechos, unos de los más terribles de la historia reciente estadounidense, en los que murieron casi 3.000 personas. Realizada a partir de una meticulosa investigación, la película busca convertirse en "un archivo de ese día y también en lo que podría ser un monumento para colocar en el parque. Es como si alguien regresara de Waterloo y te contara la batalla". Documentar una tragedia es lo que ha intentado conseguir este cineasta, quien pidió, además, un poco de "distancia" a la hora de analizar su trabajo. Un afán documental que se refiere también a secuencias tan criticadas como el llamamiento a la venganza de un marine y que no correspondería a las opiniones del director, por lo que dio a entender, que simplemente ilustraría una corriente de opinión existente en su país.

Sin embargo, por esta vez, Oliver Stone ha abandonado el tono de denuncia que caracteriza su amplia obra. World Trade Center no está en la línea de JFK o Nixon, en un giro radical que "en lugar de luchar contra el sistema, ya sé, va a favor –admitió–. Pero esto no me produce problemas". Para él, "hacer bien el trabajo es lo importante para que funcione el sistema". Stone ha querido realizar "un homenaje a los trabajadores de Nueva York", una clase que, en realidad, no tiene poder decisorio en su país, según apuntó. A través de los personajes de esta película, que se corresponden con estereotipos, según admitió, se plasman valores tan importantes como "la fe, el amor para con sus familias y la solidaridad entre los humanos". Muy crítico con George Bush jr., el cineasta lamentó la "pérdida de energía" que suponen las guerras y criticó el hecho de que "hayamos distorsionado el mundo en nombre de la seguridad”. De hecho, se mostró “avergonzado” de su país, que “se ha abocado a la guerra a sí mismo".

Convencido de que el papel del artista es "reunir a la tribu", Oliver Stone de alguna manera ha querido realizar una película catártica. "Creo en la gente y quiero creer en las personas de nuevo, porque el mundo se ha vuelto tan negativo que debemos recordar que tenemos una conexión solidaria entre nosotros. Rezo –dijo– para que esta película sea una vela en la oscuridad".


Copying Beethoven
Agnieszka Holland: "Beethoven era una persona que nunca cedía su libertad"

Lo que inicialmente fue un encargo –llevar a la pantalla un guión que recrea los últimos años de Ludwig van Beethoven–, se ha convertido en un "viaje personal en el que siento que la historia es mía, aunque ya se sabe que los artistas vampirizamos un poco", según apuntaba ayer con un deje de ironía Agnieszka Holland. La veterana realizadora de origen polaco estrenaba ayer en la Sección Oficial Copying Beethoven, un biopic en el que el norteamericano Ed Harris y la emergente actriz alemana Diane Kruger se transfiguran en el genio de la música y su ficticia ayudante o copista, Anna Holtz, con la creación de la Novena Sinfonía Op. 125 en Re Menor de fondo. "Buscaba entender la música de Beethoven y expresarla de la forma más hermosa", apuntó la directora.

Copying Beethoven se desarrolla en 1824, en Viena, y arranca unos días antes del estreno de la última obra escrita por el genio. La sordera y la soledad atormentaban al compositor, quien tampoco gozaba del favor del público en aquella etapa. Además, se empeñó en dirigir a la orquesta, pese a que ya no oía, para lo que tuvo que recibir ayuda y otra persona, escondida en el escenario, la dirigió en su lugar. Como Beethoven seguía de espaldas mientras que el público aplaudía, una mujer desconocida le ayudó a girarse para que comprobase el éxito obtenido. La película de Agnieszka Holland se centra en este momento histórico concreto en el que, gracias a la introducción de Anna Holtz, el único personaje ficticio de la trama, se sumerge al espectador en la magia de una música que se ha convertido en símbolo de la alegría y la libertad. La partitura ha sido "deconstruida", para mostrar en la pantalla grande el proceso de creación de un genio. "Siento admiración por el coraje de Beethoven, por alguien que sólo pensaba en avanzar por territorios hostiles y trágicos. Era un personaje que nunca se comprometía, que atesoraba y nunca cedía su libertad", explicó la directora.

Lo principal era encontrar al actor que pudiera dar vida a Beethoven y eso lo tenía claro desde el principio. "Conozco a Ed Harris desde hace veinte años y es un actor inusual, no sólo por su talento, sino por su profundidad y la seriedad que tiene en su relación con el trabajo y la vida. Contar con él casi fue una condición para que aceptara el proyecto". Ed Harris no pudo venir a Donostia, pero sí Diane Kruger, una actriz de corta experiencia cinematográfica, con grandes producciones como Troya, y que da la "réplica" al actor. Para construir a Anna Holtz, los guionistas unieron a dos personajes históricos: la compositora francesa Lorenc Ferenz –contemporánea de Beethoven y gran admiradora del genio– y la mujer que ayudó al compositor a girarse en el estreno. Ella es "una ventana" por la que entramos en el mundo creativo del compositor. "Soy alemana y Beethoven es parte de mi educación desde niña. Además, fui bailarina, por lo que estoy familiarizada con la música clásica", explicó la actriz, quien, al igual que Harris, sorprende por su dominio de la dirección en la escena cumbre de la película: la de la interpretación del último movimiento de la Novena Sinfonía. Durante dos meses ambos actores se sometieron a clases de dirección de orquesta y Harris resultó un estudiante tan avanzado que, durante el rodaje, llegó a dirigirla personalmente.


Half moonNiwemang / Half Moon
Irán - Irak - Austria - Francia
Las ideas las saco de la realidad de mi país

Niwemang o Half Moon es el cuarto largometraje del director iraní Bahman Ghobadi. El director de Turtles can fly vuelve con un film que retrata la dura situación de su Kurdistán natal y que, al mismo tiempo, denuncia la situación de las cantantes femeninas iraníes que tienen prohibido cantar.

Ghobadi, que recibió en 2004 la Concha de Oro, dice haber envejecido y madurado mucho desde entonces: "Recibir un premio es bonito, porque está bien que tu trabajo sea reconocido. Pero junto al reconocimiento viene la responsabilidad. Ahora no dejo de pensar en mi papel como ser humano, qué huella quiero dejar y cómo quiero que se me recuerde".


Little Miss Sunshine
Un homenaje a los que saben sentirse libres

A dos días de clausurar la 54 edición del Festival, llegó la hora del cine independiente estadounidense, representado en esta ocasión por la comedia Little Miss Sunshine, co-dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris, que, tras obtener un gran éxito en Sundance, participa como Perla y es, de momento, la favorita del público.

La ópera prima de este matrimonio, que cuenta con una importante trayectoria dentro del campo del videoclip y la publicidad, es una comedia de carretera sobre una familia norteamericana de clase media que viaja en su vieja furgoneta hasta California, donde la hija pequeña participa en el concurso de belleza infantil que, precisamente, da nombre al título de la película.

"El mundo está lo suficientemente revuelto y hay tanto drama en la vida real que la gente está deseando ir al cine y encontrarse con historias divertidas con las que poder reírse un rato", explica Dayton, a lo que Faris añade que "la mejor manera de combatir el terrorismo es el humor". Aunque reconocen que el público agradece el humor y el divertimento, son conscientes de que no es fácil encontrar una comedia en un Festival de cine, pues parece que una película dramática pueda tener más peso. "De todas formas –añade Faris– tampoco es fácil escribir una comedia inteligente que tenga un trasfondo interesante". El autor del guión es el debutante Michael Arndt, cuya historia les llegó a través de los productores que quisieron contar con ellos para dirigirla.

Uno de los aspectos del guión que más les atrajo y les animó a realizarlo fue la crítica que hace de la cultura de los estadounidenses basada en gran parte en la obsesión por la victoria. "En los Estados Unidos la sociedad vive con la presión de ganar y se tiende a dividir a las personas en ganadores y perdedores, pero nuestra película, que se ríe en cierta manera de este carácter, quiere romper con eso y demostrar que lo que hay que buscar es la liber tad, ser libre sin necesidad de ser considerado ganador ni perdedor". No obstante, el director discrepa con los críticos que consideran que Little Miss Sunshine es una apología de los perdedores, e insiste en que ellos homenajean únicamente a las personas que saben sentirse libres. Aunque cuentan con un elenco de actores profesionales (Greg Kinnear, Toni Collette, Steve Carell, Paul Dano, Alan Arkin y la pequeña Abigail Breslin), confiesan que el trabajo más duro fue el casting. "Una vez elegidos los actores, hubo que trabajar hasta conseguir que el grupo funcionara como una familia, pues es una historia coral y no hay uno o dos protagonistas, sino seis".

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