"Es para mí un honor. Cuando yo empezaba en el mundo del cine, mis modelos eran los directores que acaba de enumerar el director de la Seminci, así que muchas gracias por este galardón de parte de uno de los más importantes festivales de cine de Europa". Fueron las palabras de agradecimiento de Woody Allen tras la entrega ayer noche, 29 de diciembre de 2008, de la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.
Momentos antes, Javier Angulo, director artístico de la Seminci, había citado a Bergman, Antonioni, Fellini, Truffaut, Donen, Hitchcock, Resnais y Buñuel como algunos de los cineastas que han pasado por el certamen durante sus 53 ediciones.
"En este festival, en el que desde hace 53 años hemos tenido el privilegio de ver en competición el mejor cine, siempre hemos esperado la oportunidad de recibir aquí y tener las películas de un autor por excelencia: Woody Allen", dijo Angulo. Y añadió, en referencia al director, guionista y actor neoyorquino: "Lleva más de 40 años permaneciendo fiel a ese cine tan personal y al tiempo tan universal que le han convertido, sin discusión, en un grande del cine por encima de modas, escuelas, superproducciones y el megamarketing de Hollywood. Por eso le admiramos".
Antes de la entrega efectiva de la espiga, Javier Angulo emplazó a Woody Allen a una próxima visita a Valladolid. "Sólo una vez tuvimos el placer de tener una película suya aquí: fue en 2003, cuando clausuramos el festival con Anything Else. Por ello, a la espera de tenerle aquí como cineasta con una película, queremos aprovechar la ocasión de su estancia en Valladolid para invitarle formalmente a venir a nuestro festival. Y para que no nos olvide, le entregamos la Espiga de Honor de la Seminci, con la que reconocemos el talento de los más grandes", dijo.
Acto seguido, el alcalde de Valladolid y presidente del Patronato de la Seminci suscribió las palabras de Javier Angulo e hizo entrega de la espiga. "Desde hace algún tiempo, hemos comenzado a entregar este galardón de forma honorífica a personalidades destacadas del mundo del cine", explicó. "Hace dos años lo hicimos con Sofía Loren y ahora se la entregamos a usted", añadió.
Allen, una vez agradecido el reconocimiento, se despidió de los presentes con un argumento incontestable: "Me tengo que ir a tocar". No en vano, su paso por Valladolid se debía al concierto que ofrecía ayer noche en el Teatro Calderón con la New Orleans Jazz Band, y que comenzaba apenas unos minutos después de la entrega de la Espiga de Honor de la Seminci.
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