El samurái en occidente es una representación del honor, la lealtad y la destreza asociados a la cultura japonesa. Esta imagen ha trascendido del país del sol naciente y ha tenido sus reinterpretaciones en varias películas del cine occidental, sobre todo en el caso de Hollywood. Ha habido homenajes más libres, otros más respetuosos con la idea original, pero ahora los samuráis están presentes también fuera del cine oriental.
El peso de Akira Kurosawa
Akira Kurosawa es uno de los cineastas más influyentes del siglo XX y uno de los directores con más peso en Japón. Kurosawa es uno de los culpables de llevar la figura del samurái al cine occidental. Películas como Los siete samuráis (1954) y Yojimbo (1961) son referentes del cine nipón y también han servido de inspiración para muchos directores de Hollywood. Un ejemplo es la adaptación de Los siete samuráis en el western estadounidense Los siete magníficos (1960). El Japón feudal cambia por un pueblo en el Viejo Oeste, pero la idea de la película, basada en el honor y el sacrificio de los personajes, se mantiene invariable.
Por su parte, Sergio Leone aprovechó Yojimbo para crear Por un puñado de dólares (1964), el arranque del subgénero de los spaghetti westerns. Estas adaptaciones muestran como el arquetipo del samurái puede adaptarse a culturas distintas, aunque no se emplee la figura de estos personajes de manera directa, sino simplemente como una referencia velada.
La influencia de Kurosawa en el cine occidental no solo se limitó a estos remakes, ya que sus temas y estilo visual también la han aprovechado algunos cineastas occidentales más actuales, como Quentin Tarantino, quien en su saga Kill Bill rinde homenaje a los códigos de honor y combate de los samuráis. Pero el cine no es el único que bebe de los samuráis de Kurosawa. En Inkabet, muchos de los juegos disponibles están basados en las imágenes del Japón del período Azuchi-Momoyama, por lo que los samuráis también tienen un gran peso iconográfico.
Los samuráis en los últimos tiempos
Ya fuera como una inspiración como un samurái propiamente dicho, estos guerreros se fueron integrando en el cine occidental y evolucionando a su lado. El último samurái (2003), protagonizada por Tom Cruise, toma a un soldado americano que se une a los samuráis en plena era de la modernización nipona. Es una reflexión sobre la lucha entre tradición y modernidad, un contraste muy típico del país, y se reconoce ampliamente su intento por explorar la filosofía samurái.
La animación también ha ayudado a difundir la figura del samurái en Occidente. Series como Samurai Jack han reimaginado al samurái en un contexto fantástico, pero manteniendo la esencia de sus valores y destrezas. La estética y el simbolismo de estos también se han utilizado en películas de superhéroes como en Wolverine: Inmortal (2013), donde el protagonista viaja a Japón y se enfrenta a sus propios dilemas morales bajo la influencia del código samurái.
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