"CONTANDO OVEJAS", la ópera prima de José Corral Llorente (nominado al Premio Goya al Mejor Cortometraje de Animación por El Desván en 2003), es una comedia negra con tintes de thriller.
Esta pintoresca pesadilla con atmósfera de rave, la habitan personajes encarnados por los ganadores del Premio Goya Eneko Sagardoy (Handia, Mía y Moi) y Natalia de Molina (Espejo, espejo, Las Niñas) y el actor argentino Juan Grandinetti (Competencia oficial, La maldición del guapo) y la veterana actriz Consuelo Trujillo (Adiós, Verónica). Los acompañan unos villanos de papel maché, cartón y escayola, con las voces de Julián Villagrán, Manolo Solo y José Luis García-Pérez. Completan el reparto María Fernanda Valera, José García, Luis Sacristán, Sergio Dorado y Juan Serrato.
Inspirado en la visionaria dirección de arte de su cortometraje de animación premiado en el Festival de Málaga Down by love, José Corral Llorente ha recreado el universo colorista y siniestro de un mal sueño en “CONTANDO OVEJAS”.
La película, que se rodó en el verano de 2020 tras el confinamiento en un edificio en el centro de Madrid, se convirtió en el escenario de un mundo hilarante, ácido e incómodo en el que conviven un traficante de drogas, una casera gruñona, modernos, una famosa actriz, yonquis y hasta tres singulares carneros que harán lo que sea para que Ernesto pueda dormir.
“CONTANDO OVEJAS” es una coproducción hispano-argentina producida por Aquí y Allí Films (Magical Girl), Lanube Películas (Bajo el mismo techo) y la argentina Wanka Cine (Jauja), ha contado con el apoyo de ICAA, INCAA, Programa Ibermedia, Ayuntamiento de Madrid y la colaboración de Filmin y Canal Sur.
El director quiere que "el espectador se ría a pesar de la crudeza de la historia y espero que se sienta mal por ello. En 'Contando Ovejas' nadie es bueno ni malo. Todos tienen una justificación, legítima o no, para actuar de la forma en que lo hacen".
"Que el hobby del protagonista sea construir maquetas, con las que hace pequeñas animaciones en stop motion, viene de 'Down By Love' (2016), un cortometraje animado que hice en el salón de mi casa. Al venir de animación y Bellas Artes, quise plantear la historia de forma visual. Busqué elementos de la psique humana que pudiesen ser personificados y que fueran los motores de las decisiones de Ernesto, que sufre de insomnio. De entre todas las posibilidades escogí el Ego, el Intelecto y el Miedo. El prado es una representación de su psique, donde el insomnio provoca el caos de ovejas incapaces de saltar una valla; una metáfora del cacao mental que tiene el chico. Quiero que el espectador se ría a pesar de la crudeza de la historia y espero que se sienta mal por ello. En Contando Ovejas nadie es bueno ni malo. Todos tienen una justificación, legítima o no, para actuar de la forma en que lo hacen", comenta su director.