Con un bote lleno de esperma en el bolsillo y camino de la clínica donde le espera su mujer para hacer una in vitro, Santi -crítico culinario en plena crisis de los 40- choca en vespa con un vehículo cuya conductora se da a la fuga. Buscando ayuda, queda atrapado en el restaurante Toscana donde, apunta de escopeta, un ex cocinero reclama el finiquito a su propietario.
Sinopsis larga
Santi Carbonell, crítico gastronómico en plena crisis de los 40,llena, de buena mañana, un bote de muestras con su esperma para hacer una in vitro. De camino en vespa a la clínica donde le espera su mujer, sufre un accidente y la conductora del otro vehículo se da a la fuga. Buscando cambio para pedir un taxi, acaba entrando en un restaurante llamado Toscana.
Allí, un ex cocinero, un tipo de nombre Tomás, reclama los dos tercios de finiquito que -según él- Ramón, el propietario, le debe. Mientras Ramón busca el cambio para Santi, el jefe tira todas las pelotas al tejado de los Lehman Brothers: una crisis es una crisis. Poco le importa que el cretino de Tomás haya consumido todo su paro, haya tenido que dejar su piso y duerma en casa de un primo suyo. Antes de que Santi consiga recuperar su billete, Tomás saca una escopeta de doscañones de una funda que parecía contener una sombrilla de playa.
Atrapado, Santi procurará mantener escondido su esperma, así como que es suya la crítica al restaurante que inició la caída del Toscana. Ambas cosas acabarán saliendo a la luz, enredando más aquella mañana de locos. Ramón invierte todos sus recursos verbales para hacer entrar en razón al ex cocinero trastornado, porque dinero para darle no tiene. Incapaz de ver una salida que no le comporte delito desangre, Tomás llama a su psicóloga en busca de ayuda.
Cuando ésta llega, la sorpresa de Santi es mayúscula: Elena -que además fue novia de Ramón y se llevan a matar- es la mujer que le ha tumbado la moto. Tocada también por la crisis, la mujer se ha propuesto sacar a Tomás del agujero en el que está, y si no, tirar sus títulos por otro agujero: el del váter.
A medida que avance la mañana entenderemos que la crisis interior de nuestros protagonistas ha eclipsado a la global. Un desastroso secuestro en el que afloran miserias, sueños y fracasos, acabará suavizando las heridas. La hemorragia por unos perdigones en el muslo de Ramón, le hará ver que nunca volverá a encontrar una mujer como Elena. Mientras ella entenderá que, para suavizar la melancolía de su corazón, hay que lanzar en propia meta, no solo en la de sus pacientes. Y mientras, las fotos de Mastroianni y la Loren en las pared es de la cocina recuerdan al crítico culinario un viaje iniciático a Italia, cancelado al conocer a su mujer, que a las puertas dela madurez se ha convertido en su Ítaca perdida. Santi empezará a pensar que en aquel bote de muestras lleno de esperma -que el loco de Tomás guarda en el horno a temperatura corporal- quizá le espere la verdadera isla perdida, los sueños por el futuro.