Película dirigida por Oriol Paulo (Contratiempo, El Inocente) y protagonizada por Bárbara Lennie, adaptando una de las novelas más conocidas y prestigiosas de la literatura española.
La novela publicada en 1979, y que supone ya un clásico que sigue captando nuevos lectores año tras año, narra la historia de Alice Gould, una investigadora que se interna en un hospital psiquiátrico siguiendo la pista de un caso en el que está trabajando.
Bárbara Lennie, se mete en la piel de la enigmática Alice Gould y Eduard Fernández interpreta al director del sanatorio, Samuel Alvar.
Completan el cast rostros conocidos cómo Loreto Mauleón (Patria, El secreto de Puento Viejo), Javier Beltrán (Las leyes de la frontera, El inocente), Pablo Derqui (La linea invisible, La caza. Monteperdido), Fede Aguado (Mar de Plástico, La peste) y Adelfa Calvo (La isla mínima, El autor, El verano que vivimos), entre otros.
El guion de la película lo firma el propio Oriol con el dramaturgo y guionista, Guillem Clua, ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática en 2020. Repiten tándem, tras coescribir la reciente miniserie de éxito, El inocente.
Detrás del proyecto se encuentran los productores Atresmedia Cine, Nostromo Pictures, Warner Bros. Pictures España y Filmayer.
Oriol Paulo (biografía y filmografía)
Oriol Paulo es un director de cine y guionista español nacido en Barcelona en 1975.
Se dio a conocer en 2010 como co‐guionista junto a Guillem Morales del thriller Los ojos de Julia, producida por Guillermo del Toro y protagonizada por Belén Rueda, Julia Gutiérrez Caba y Lluis Homar.
En 2012 fue nominado a los Premios Goya como mejor director novel por su película ‘El cuerpo”, protagonizada otra vez por Belén Rueda, así como por Hugo Silva, Aura Garrido y José Coronado, la cual además ganó el premio a mejor película en el Festival de Cine Fantástico de París.
En 2017, estrenó ‘Contratiempo’, con Mario Casas, Bárbara Lennie, José Coronado y Ana Wagener. En 2018 escribió y dirigió la película ‘Durante la tormenta’, protagonizada por Adriana Ugarte, Javier Gutiérrez y Chino Darín.
En 2021, estrenó la miniserie “El Inocente”, distribuida por Netflix España y basada en la novela del mismo nombre de Harlan Coben. Entre el elenco de protagonistas encontramos a Mario Casas, Aura Garrido, Alexandra Jiménez, Juana Acosta y José Coronado, entre otros.
Notas del director
Cuando Warner y Atresmedia me propusieron adaptar LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS, mi respuesta fue salir corriendo. El respeto por la novela y la dificultad de adaptar el lenguaje de Torcuato a la gran pantalla, parecían obstáculos difíciles de sortear. Sin embargo, y a pesar de la negativa inicial, el ofrecimiento despertó el recuerdo que tenía de la novela.
Y poco a poco, imaginé cómo la adaptaría yo, qué punto de vista iba a tener sobre la historia, cómo modernizaría la narración para adaptarla al siglo XXI y – sobre todo – cómo la diferenciaría de otras propuestas imposibles de superar como SHUTTER ISLAND, CORREDOR SIN RETORNO o ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO.
Seis meses más tarde, y ante la insistencia por adaptar la novela, expuse cuál sería mi visión siendo honesto con lo que me despertaba la novela en el “aquí y ahora”. No solamente lo expuse a los productores y distribuidores implicados, sino también a los “guardianes” de la novela, que habían protegido los derechos como un preciado tesoro. Para mí era imprescindible tener la bendición de todos los que habían soñado con una adaptación modernizada de la novela. Y es que adaptar LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS en toda su magnitud era imposible. Harían falta diez horas de metraje. Sin embargo, adaptarla bajo un punto de vista concreto, que fuera respetuoso con el original y, a la vez, ofreciera una revisión del clásico, quizás no tanto
Para abordar la adaptación trabajé con Guillem Clua, amigo y dramaturgo al que admiro profundamente. La batalla dialéctica de la novela ha sido uno de los ejes centrales de la adaptación, que se ha centrado básicamente en el personaje de ALICE GOULD y en cómo pone en jaque a toda una institución médica, capitaneada por el Doctor SAMUEL ALVAR. La batalla de sexos de antaño iba a ser substituida por la batalla de egos. Y ese fue, más allá de todo el contexto psiquiátrico, el leitmotiv de la adaptación. El ego como epicentro del discurso narrativo que enmarca una mirada al mundo de la salud mental, que funciona como espejo de nuestra protagonista.
Otro elemento imprescindible para abordar la adaptación era la presencia de Bárbara Lennie. La película es, ante todo, un estudio de personaje. Nadie como Bárbara podía encarnar a ALICE GOULD. Por su talento, su magnetismo, su inteligencia, su elegancia, y ese halo misterioso que siempre la acompaña. Toda la película recae sobre ella, y nunca antes había puesto una historia tan al servicio de nadie. LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS, no lo voy a negar, está pensada y ejecutada pensando en Bárbara Lennie.
El mundo del sanatorio también suponía un reto. Por un lado, estaba todo el equipo médico del sanatorio, capitaneado por Samuel Alvar, el director del centro. Sobre este personaje iba a recaer toda la confrontación con Alice. Para mí era también imprescindible tener a Eduard Fernández, para asegurarle a Alice/Bárbara, un digno rival en la lucha de egos. Y, por otro lado, estaba el gran reto de la película: darle vida al mundo de los pacientes. Para muchos de los elegidos, este era el primer proyecto, o el primer gran proyecto. Se buscaban personas muy especiales, fieles al relato de la novela, y a la vez capaces de trabajar ante una cámara. Y lo mismo para mucha de la figuración, que fue minuciosamente seleccionada, casi todos con poca o nula experiencia, y que han trabajado en grupo para lograr que lo que vemos se sienta real y natural. La figuración es un personaje enorme dentro de la narración, ya que incluir a todos los pacientes de la novela era imposible.
Recrear un sanatorio en tiempos de transición, también era un reto mayúsculo, ya que permitía dar voz a todos los pacientes que eran apartados de la sociedad y recluidos entre cuatro muros. En la película se habla de la vieja psiquiatría y de la nueva psiquiatría en un país que estaba cambiando, más lentamente de lo deseado. Es un telón de fondo, el de los restos del franquismo, que hemos querido poner en pantalla sin subrayar, sin caer en la caricatura. No hemos querido hacer gag de la época haciendo evidente el pasado, sino ser quirúrgicos en la documentación, y transparentes en la ejecución.
Pero de todos los elementos, el que más me impulsó a aceptar el proyecto, fue el de salirme de mi zona de confort. LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS suponen una manera de abordar un proyecto desde otro sitio. El thriller es una excusa más que nunca para indagar en el descenso a los infiernos de un personaje, y el drama va cobrando presencia. Para mí la película es como una sinfonía en tres actos. El primero, es el thriller. El segundo, el drama. Y el tercero, la locura. Es una película en tres partes muy claras. Cada una de ellas se alimenta de la anterior.
Notas de los productores
Llevar a la gran pantalla “Los Renglones torcidos de Dios”, una de las novelas de referencia en la literatura contemporánea española, más allá de ser un gran reto, suponía una gran responsabilidad para todos los que participábamos en ella.
El objetivo era preservar la esencia de la novela y, a la vez, que fuera una película genuinamente de Oriol Paulo, con ese sello tan personal que tienen sus thrillers en los que constantemente se reta al espectador, haciéndolo partícipe del juego que plantean sus tramas.
Oriol Paulo escribió el guion ya pensando en Bárbara Lennie como Alice Gould. Una vez Barbara aceptó el papel, enseguida se unió Eduard Fernández, logrando así un duelo en pantalla de dos de los mejores actores de nuestra cinematografía. A continuación, la clave era dar vida al resto de personajes igualmente icónicos que pueblan el sanatorio: el hombre elefante, Rómulo y Remo, la niña oscilante… Necesitábamos rostros e interpretaciones únicas, que pudieran decir mucho en poco espacio para estar a la altura del libro en las limitaciones temporales de una adaptación cinematográfica. Para ello se llevó a cabo un gran Casting de cerca de un año de duración a lo largo de toda España hasta formar el gran reparto que tenemos y que trasladamos al rodaje en Barcelona desde Madrid, Sevilla, Málaga, Bilbao, Valencia, etc.
Además de contar con un reparto potente, gran parte de él desconocido, la figuración era una pieza esencial de la película. Estábamos recreando un sanatorio y cada figurante debía contar la historia del lugar. Tras un Casting específico de figuración, contamos con la ayuda de un experto en psiquiatría, un coach de interpretación y un coordinador de movimiento que supervisara la forma de caminar, gestos y expresión de las pequeñas partes o figuración especial. El objetivo era que hasta el mínimo detalle fuera creíble.
Otro de los grandes desafíos fue conseguir un sanatorio de los años 70 que pudiésemos usar con libertad para rodar y que tuviera la grandeza necesaria. La mayoría de esos edificios están abandonados y muy deteriorados o bien continúan en uso. Oriol Paulo junto a la directora de arte Sylvia Steinbrecht querían apostar por una arquitectura más moderna y alejarnos del estilo de sanatorio más clásico. Después de localizar en toda España y buena parte de Europa, escogimos la antigua tabacalera de Tarragona, edificio que llevaba más de quince años sin actividad y que implicó un gran trabajo de jardinería y de arte para devolverlo a su esplendor. Para el interior del sanatorio, se construyeron más de 3.800 metros cuadrados de decorado dentro de la antigua Fábrica de Mercedes de Barcelona que supusieron más de 8.600 horas de construcción y un esfuerzo titánico para el equipo de arte.
La película muestra la crudeza del sanatorio, pero también la vida de lujo de Alice Gould antes de ingresar. Fiestas, partidas de polo, casas lujosas... localizaciones naturales que tenían que estar en su máximo esplendor en los años 70.
Para completar los dos mundos de Alice, el lujo y el sanatorio, Alberto Valcarcel, diseñador de vestuario, realizó una gran labor documental. Para vestir a la Alice pre-sanatorio, el equipo de vestuario confeccionó incluso un vestido bordado a mano con 1.600 cristales Swarovski sobre base de cristal facetado checo. En cambio, en los sanatorios de la época se usaba ropa vieja, por lo que para vestir al reparto y a los más de 2.000 figurantes que hay en la película, se emplearon más de 1.725 trajes de todas las clases sociales.
"Los Renglones torcidos de Dios" se rodó durante 10 semanas entre Barcelona y Tarragona y contó con un equipo técnico de más de 150 personas. Para completar y recrear la vida de Alice y el sanatorio se han llevado a cabo más de 500 planos de efectos digitales invisibles que ayuden a hacer creíble todo el contexto de la película.