Rachel tiene 40 años y no tiene hijos. Le encanta su vida: sus alumnos de instituto, sus amigos, sus ex, sus clases de guitarra. Cuando se enamora de Ali y se encariña de Leila, su hija de 4 años, Rachel la arropa, cuida y quiere como si fuera suya. Pero querer a los hijos de otros puede entrañar un riesgo...