DECLARACIONES DE LA GUIONISTA JEMIMA KHAN
Con veinte años dejé mi vida en Londres para casarme, iría a Lahore e Islamabad, donde viví durante una década y tuve a mis dos hijos. A lo largo de ese tiempo, desarrollé un afecto profundo por Pakistán, un país vibrante y fascinante y, sin embargo, frecuentemente representado negativamente. Vivir ahí me abrió los ojos a una perspectiva completamente diferente sobre la búsqueda del amor duradero. Por lo tanto, ¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? comenzó como una exploración del contraste entre occidente y oriente en cuanto a su visión sobre lo romántico.
Mientras que para mis amigos de Inglaterra el matrimonio concertado era como una transacción medieval (frecuentemente confundida con la idea horrorosa del matrimonio forzado), empecé a ver algunas virtudes a este acuerdo consensuado aparentemente no romántico. Durante mi tiempo en Pakistán, vi cómo prosperaban muchos matrimonios concertados. Puede que incluso me hayan pedido que concertase unos cuantos yo misma...
Las parejas que conocí cuyos matrimonios habían sido concertados no empezaron con amor, pero acabaron en él. Según mis amigos paquistaníes, el amor duradero se basaba en una filosofía de "primero se calienta y luego hierve". La compatibilidad, más que la química, forma una base más sólida, junto con las ideas tradicionales de un sistema de creencias compartido, que la aventura, y el pragmatismo también vence la pasión. Mi propio matrimonio fue el único matrimonio por amor en la historia de la familia de mi ex-marido. Y el único divorcio.
Después de regresar a Londres, la escena amorosa había cambiado radicalmente, con opciones infinitas a un clic, gracias a la popularidad de las aplicaciones de citas, que presentan sus propios problemas: la tiranía de la elección, la deprimente sensación de fugacidad, expectativas distorsionadas por el consumo de comedias románticas. Bromeaba con mis amigos solteros en Londres sobre el hecho de que quizá todos nos beneficiaríamos de un sistema social abiertamente práctico que insiste en que las intenciones sean claras desde el inicio, un contrato de matrimonio pre-negociado para manejar expectativas y una oportunidad para conocer hombres afines, sin pánico al compromiso, elegidos por las personas que mejor nos conocen. Y de ahí me vino la idea para la película.
Quería captar este dilema contemporáneo a través de dos personajes principales: Zoe, con fobia al compromiso y adicta a las aplicaciones de citas, y Kaz, que evita el caos romántico y delega sus decisiones a sus felizmente casados padres.
También quería que ¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? fuera una celebración de Pakistán. Cuando viví ahí, una queja muy común tenía que ver con el hecho de que las representaciones occidentales normalmente les retrataba como locos y fanáticos o como retrógrados, como un país catalogado como uno de los más peligrosos del mundo y sólo se hablaba en términos de terrorismo o extremismo. Mi intención era que ¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? fuera una celebración de la Gran Bretaña multicultural que mi hijos británico-paquistaníes y musulmanes habitan, así como del Pakistán acogedor, colorido y alegre que conozco. Podemos decir que es una carta de amor a Pakistán... mi vieja amiga.
DECLARACIONES DEL DIRECTOR SHEKHAR KAPUR
El amor y la intimidad son las palabras más usadas y a la par más malentendidas de nuestro vocabulario y, al mismo tiempo, buscamos y buscamos la manera de vivir realmente esas palabras. Eso es lo que encontré fascinante del guion de Jemima. La oportunidad de explorar estas palabras en profundidad y hacerlo en el marco de una comedia romántica.
Y después, como hago siempre, trabajo con mis actores y cada uno de nosotros vamos explorando lo que significan estas palabras para nosotros. Ha sido un viaje increíble... y ahora te toca a ti, como público, unirte a nosotros en nuestras lágrimas, nuestras risas y en nuestra búsqueda.
SOBRE LA PRODUCCIÓN
¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? comenzó su andadura hace más de diez años, cuando la escritora Jemima Khan se propuso explorar una historia inspirada en su propia experiencia tras vivir en Pakistán durante una década.
Tenía la intención de mostrar un Pakistán más alegre y hospitalario que el que solemos ver en nuestras pantallas. "Quería hacer una versión paquistaní de la comedia romántica clásica para el público occidental, quien tiende a ver el país como un lugar retrógrado o peligroso. Espero que esta película muestre algo de la alegría y el color que yo encontré durante mis diez años viviendo allí."
Antes de embarcarse en la película, Khan había cubierto el "negocio de los matrimonios concertados" en el Reino Unido para las publicaciones The New Statesman y The Sunday Times como periodista y realizó un documental de radio para Radio 4. La escena de citas rápidas con Mo se basó en un evento matrimonial para musulmanes practicantes al que acudió en el East End de Londres, mientras investigaba para su artículo de The New Statesman. "El matrimonio ‘concertado’ o ‘asistido’ es un gran negocio en el Reino Unido y a escala global," sostiene Khan. "Se estima que aproximadamente el 55% de los matrimonios en el mundo son concertados. En Pakistán esa cifra asciende al 85% y en la India al 90%. La población procedente del Sur de Asia en el Reino Unido asciende a 3 millones, lo que equivale a más o menos el 5% de la población y cerca del 4.4% de la población del Reino Unido es musulmana. El matrimonio concertado sigue siendo la norma para la mayoría de estas comunidades, aunque sea algo que está cambiando con las generaciones más jóvenes. A pesar de su popularidad y prevalencia, el matrimonio concertado - basado en la elección y el consentimiento - aún se confunde con el matrimonio forzado o se considera una noción ajena."
Al igual que Zoe, la protagonista de la película, Khan entrevistó a docenas de parejas paquistaníes y británico-paquistaníes, jóvenes y maduras, mientras investigaba para el guion, explorando por qué y cómo había funcionado la parte asistida de estas uniones. "Entrevisté a unos 30 hombres británico-paquistaníes que tenían la misma edad que Kaz y que habían decidido casarse de esta manera o acababan de hacerlo, además de un montón de parejas, tanto en el Reino Unido como en Pakistán, que encontré vía Twitter," cuenta Khan.
Un borrador de su guion llegó a manos de Shekhar Kapur, el ganador del Premio de la Academia y el visionario director tras LA REINA DE LOS BANDIDOS, ELIZABETH y ELIZABETH: LA EDAD DE ORO. "Shekhar nació en Lahore, creció en la India y estudió en Londres, por lo tanto, ha vivido de primera mano estos contrastes culturales. Claro está que su perspectiva oriental sobre Occidente era el reverso a la mía, así que aportó otro punto de vista a estas historias," explica Khan. "Es un director de cine brillante y un maestro dirigiendo personajes femeninos fuertes y complejos emocionalmente como hizo en LA REINA DE LOS BANDIDOS y ELIZABETH, lo que le convertía en una opción interesante, aunque atípica, para una comedia romántica. Creo que dio una profundidad a la película que quizá no hubiera tenido de otro modo."
"Pensé que el guion era muy bueno y realmente interesante," dice Kapur, quien no había visto la cultura del sur de Asia representada de este modo antes. "Trata temas que no he visto en otras películas. Temas sobre el compromiso y el enamoramiento. Una chica con miedo a la intimidad, adicta a las aplicaciones de citas que a la vez busca una relación real, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo se hace eso y cómo se compara con la idea de que alguien decida por ti? Así que tenemos un modelo de búsqueda con demasiadas opciones y uno con ninguna opción y, en algún lugar, entre medias está la habilidad para encontrar una relación. No hay muchas películas que miren la vida interior de las personas que están luchando con esta dicotomía en este momento."
Kapur comenzó su proceso con una lectura del guion con el reparto para ver qué surgía. Estudió las palabras y los ritmos individuales y tuvo mucho cuidado en asegurarse de que los actores pudieran aprovechar sus fortalezas. "Eso fue lo primero que hicimos, llamamos a un grupo de actores, que el director de casting había reunido. Dije ‘Cuando leamos, tendremos una sensación de lo que es realmente el guion’. Así que ese fue el comienzo."
Khan no se propuso hacer una historia que fuera una comedia romántica y Kapur no tenía intención de dirigir una tampoco. "Realmente no sabía lo que era cuando empecé", dice Khan. "Éste es mi primer guion y me llevó mucho tiempo darle una forma con la que me sentía suficientemente segura para compartirlo. En el camino, me empecé a dar cuenta de que a veces es más fácil decir algo sobre temas complejos cuando lo haces de una manera delicadamente cómica. Creo que alguien ha dicho que un chiste no es más que la verdad con una sonrisa."
Una de las cosas que atrajo a Kapur fue la posibilidad de buscar el equilibrio entre un drama familiar y las convenciones humorísticas de una comedia romántica: "sabía que esta película haría que el público acabase con lágrimas en los ojos y una sonrisa en la boca. Es una película familiar emocional con mucha comedia."
La productora de Working Title Nicky Kentish Barnes tenía una enorme labor por delante como supervisora, "contábamos con ocho semanas para llevar a cabo un trabajo realmente complejo." Fue un rodaje complicado, aunque solo fuera por la escala de lo que teníamos que planear y todas las exigencias añadidas a la hora de rodar en medio de una pandemia. La película necesitaba distintas estéticas y fondos para convencer a los espectadores de que viajaban de Londres a Lahore, desde la cotidianidad de un ambiente laboral hasta el glamur de una boda paquistaní. "Tara McDonald en maquillaje y Caroline McCall en vestuario hicieron una labor brillante," dice Barnes. "Hay un aspecto cultural que es fundamental en todo lo que ocurre en esta película y acertar, hasta con los detalles más minúsculos, de los trajes y los looks era crucial."
Kapur pudo completar el rodaje en 44 días. El rodaje tuvo lugar en y alrededor de Londres, por un lado, y una gran finca en Suffolk hizo las veces del palacio en Lahore en el que se celebra el mendhi de Kaz y Maymouna. Las restricciones a la hora de viajar limitaron las posibilidades de rodar en Paquistán, o en cualquier otro país, así que las tomas de exteriores en Lahore las rodó un equipo remoto dirigido por el cineasta paquistaní ganador del Permio de la Academia Sharmeen Obaid Chinoy.
La partitura la compuso Nitin Sawhney, el compositor galardonado con el Premio Ivor Novello y nominado al Premio Mercury. "La música se basó en encontrar un vocabulario," explica Sawhney. "En un sentido, es una película compleja, pero, en otro, es sencilla. Tiene muchas influencias culturales distintas que necesitan ser equilibradas de la manera adecuada."
Los objetivos de Sawhney para la música estaban íntimamente ligados a los temas de la película. "Creo que toda la película trata de reconciliarte con tu identidad, que es algo de lo que es consciente cualquier persona con una ascendencia asiática que haya crecido en el Reino Unido... también era un proceso que evolucionaba alrededor de las emociones y la psicología de los personajes. La música prácticamente se convierte en su historia, en su historia de amor. Se desarrolló a la par que el entendimiento y la confianza de la narrativa y los personajes."
Sawnhey también escribió tres canciones originales para la película: "Mahi Sona" que escribió junto a Naughty Boy, además de "Naccho Gaao" y "Apni Suno", ambas con música y letras de Sawhney.
La banda sonora incluye artistas de primera línea del Reino Unido y del sur de Asia, entre ellos el productor, DJ, cantante y autor británico-paquistaní ganador del Grammy Naughty Boy, el cantante paquistaní legendario nominado al Premio WIT y al Premio Mercury Joy Crookes Rahat Fateh Ali Khan, la cantante y superestrella india Kanika Kapoor y la cantante británica Preeya Kalidas.
Naughty Boy, que ha trabajado con artistas del calibre de Beyoncé, Emili Sandé y Sam Smith, aporta su talento en la producción y escritura del tema "Mahi Sona", que escribió junto a Sawhney y que suena durante el mendhi de Kaz y Maymouna. Estaba entusiasmado con la idea de que su primer trabajo para cine fuera algo tan cercano a su propia experiencia. "Mis padres son paquistaníes, yo nací aquí, pasé muchos años de mi adolescencia pensando sobre la posibilidad de un matrimonio concertado," cuenta. "Teniendo unos orígenes similares a los Kaz, quería hacerlo bien. La película tiene esta fusión de culturas paquistaní e inglesa que es emocionante."
Rahat Fateh Ali Khan también participa en el tema "Mahi Sona", además de aparecer en la película misma. "No hay nada más paquistaní y más global que él," sostiene Naughty Boy. "Es parte de una dinastía de música Qawwali, la música del sur asiático más popular en el mundo. Su tío, Nusrat Fateh Ali Khan, es una leyenda y actuó con Michael Jackson. Si quieres algo épico, Rahat no falla."
Rahat Fateh Ali Kahn actuó en la boda de Jemima Khan, junto con su tío Nusrat Fateh Ali Kahn. "Es una leyenda en el sur de Asia, reverenciado por estrellas icónicas como Mick Jagger, Peter Gabriel y Michael Jackson", dice Khan. "Solíamos viajar de gira por el mundo, recaudando dinero para la ONG de mi marido dedicada al cáncer en los 90. Dejaba al público extático, en trance y profundamente conmovidos por la música, que históricamente se había usado para difundir el mensaje sufí por el subcontinente. Cuando oí que Rahat estaba en Londres, le dije a Shekhar que teníamos que ficharle para la película. Ellos habían trabajado juntos en el pasado y sentían respeto mutuo el uno por el otro, así que Rahat acepto participar con un cameo, haciendo de sí mismo en la película, lo cual fue muy emocionante para mí y sus otros fans en el equipo."
¿POR QUÉ EL AMOR? ¿POR QUÉ AHORA?
¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? es una carta de amor ingeniosa y emotiva dirigida a un mundo que Khan y Kapur conocen bien y han visto desde perspectivas distintas.
Khan, cuyo nombre de soltera era Jemima Goldsmith, pudo inspirarse en su propia historia: en sus veinte vivió en Pakistán durante diez años con el que era su marido en ese momento, Imran Khan, el ex-jugador de cricket que luego se convirtió en el primer ministro de Pakistán en 2018. Durante el tiempo que estuvo allí desarrolló un gran afecto por Pakistán. Habla urdu con fluidez y entiende punjabi y algo de árabe. Algo que le da una cultura dual. Espera que sus hijos, musulmanes en sus veintes, y sus coetáneos puedan sentirse identificados con las historias compartidas en la película.
Shabana Azmi, que interpreta a la madre de Kaz, Aisha Khan, cree que la película ofrece dos puntos de vista. "A la persona occidental, un matrimonio concertado puede parecerle que sea algo del siglo XVIII. Pero ahora cree que puede haber un mejor entendimiento hacia la idea de que hay algo sabio en dejar que tus padres, que te conocen mejor que nadie, intenten poner en marcha lo que llaman un matrimonio asistido," dice Azmi. "Simplemente se trata de hacer que la pareja se conozca y, si se gustan, construimos sobre esa base. En occidente tenemos unas ideas muy diferentes acerca del amor y lo que me encanta de este proyecto es la idea de ‘empezar con la simpatía y caminar hacia el amor’, esa es una frase preciosa."
"¿Estamos todos arruinados por las comedias románticas?" se pregunta Khan. "¿Son nuestras enormes expectativas románticas las que hacen que busquemos todo lo erróneo en los lugares equivocados? Soy fan de la idea del matrimonio ‘asistido’ mutuamente consensuado, y muchas veces he pensado que quizá me hubiera beneficiado que mis padres hubieran acordado una unión."
Kentish Barnes era consciente de las suposiciones y estereotipos con los que se podría asociar el filme. "Cuando sale el tema del matrimonio concertado, la gente puede asumir que esto quizá vaya a ser una crítica profunda," dice "y esa no es la intención en absoluto. De hecho, hay un equilibrio entre las presiones y expectativas que encontramos tanto en los modelos occidentales como en los orientales."
Para Kahn, Kentish Barnes y Kapur era importante presentar el matrimonio concertado o asistido de una manera comprensible: como algo normal y cotidiano para millones de parejas en el mundo entero, en vez de ridiculizarlo, marcarlo como una "otredad" o señalarlo como algo inferior. Los matrimonios concertados son la norma en el sur de Asia, lo cual supone un 25% de la población mundial con más de 1.9 mil millones de personas. Además, hay más de 43 millones de personas originarias del sur asiático que viven fuera del subcontinente: además de suponer el 5% de la población del Reino Unido, hay cerca de 2 millones de personas del sur de Asia en Canadá (5.6% de la población) y casi 5.4 millones de personas con ascendencia del sur de Asia en EEUU.
"Puedes ver por qué Kaz lo aceptaría," dice Kentish Barnes. "Miras a tu alrededor y ves a muchos de tus amigos con relaciones desastrosas, incluso matrimonios desastrosos, y a tus padres felizmente casados en una unión acordada por sus padres. Así que piensas ‘¿por qué no?’"
"Como muchos de los hombres británico-paquistaníes con los que hablé, Kaz genuinamente ha llegado a la conclusión de que es el camino más seguro para un matrimonio feliz y duradero porque ha visto que funciona para sus padres," dice Khan. "Tienen un matrimonio muy feliz, que fue concertado. Así que no tiene reservas a la hora de delegar la búsqueda de una esposa a sus padres porque siente que, mientras esté involucrado en el proceso y pueda conocer a la chica, elegir a una persona con la que vayas a pasar tu vida sin la distracción de una atracción física cegadora al principio probablemente sea una buena manera de encontrar una compañera vital. Era muy consciente de que frecuentemente en películas occidentales cuando vemos a la posible novia de un matrimonio concertado nos la presentan como una opción aburrida, poco atractiva, unidimensional o en absoluto óptima, por eso queríamos que Sajal Aly interpretara a Maymouna. Es hermosa, inteligente y encantadora, y Kaz se queda verdaderamente prendado de ella."
Una cuestión central en la película es la cuestión de la intimidad. Una de las cosas que atrajo a Lily James, que interpreta a Zoe, de la película fue que plantea las preguntas fundamentales de cómo ocurre el amor y por qué: "Toda la película trata de necesitar algo, de ansiar algo e intentar estar abierta y sin pretensiones, frente a esta especie de fachada de lo que debería ser la vida o el aspecto que debería tener una relación o el aspecto que debería tener una familia. Trata de desmontar todo eso."
A pesar de las preguntas que lanza ¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR? sobre cómo encontrar amor duradero, la premisa central de la película es que no hay una única manera de encontrar la felicidad. "No hay un único camino por el que viajar," dice Kapur. "Tienes que encontrar tu propia armonía, tu propia intimidad, aunque el proceso pueda ser doloroso."
EL REPARTO
Shazad Latif, que interpreta a Kaz, fue uno de los primeros actores en firmar hace tres años. "En el momento de la audición pensé ‘¡qué locura! ¿Una película de Jemima Khan?’ Mi madre solía tener un álbum de recortes de Jemima, estaba bastante obsesionada con ella porque mi madre era una mujer británica casada con un hombre paquistaní, así que guardaba esos recortes de Jemima. Así que supe que era uno de esos momentos en la vida en los que piensas ‘tengo que hacerme con esto’."
Durante meses, Latif se comunicó por Skype con su director: "Nos pasamos unos dos meses en los que simplemente me llamaba y charlábamos. Y yo estaba como ‘¿qué está pasando? Sólo estamos hablando. Ni siquiera estamos ensayando. Y después caí: estaba intentando encontrar al personaje, ¿sabes?, desmontarle y simplemente tener una sensación y es una manera tan hermosa de trabajar cuando tienes el tiempo para hacerlo, porque normalmente no lo tienes... Shekhar es uno de los grandes cineastas, así que ¿poder hacer eso con él? Sí, por favor."
Según se iba preparando la producción, una de las mejores amigas de Kaz, Lily James, se involucró en el proyecto. "Jemima ha hecho un trabajo increíble creando algo tan gracioso y tan lleno de corazón en el género de la comedia romántica," dice James, quien interpreta a Zoe, "pero también trata algo interesante y que es culturalmente más excitante. Y Shazad es uno de mis mejores amigos. Somos amigos desde hace diez años, así que cuando recibí el email, durante la primera cuarentena, y decía que Shazad interpretaba a Kaz pensé ‘Sí, ¡definitivamente lo quiero hacer!’"
Encontrar a Mayomouna, la tercera persona en este triángulo amoroso, fue toda una hazaña: "Fue toda una búsqueda", confirma Kentish Barnes, que consiguió traer abordo a Sajal Aly, una actriz increíblemente famosa en Pakistán. "Nunca pensé que fuera a ser posible. Ni siquiera estábamos contemplando la posibilidad de viajar, ¿y cómo iba a funcionar eso con COVID?". Aly tiene un enorme seguimiento en Pakistán y era muy poco probable que por las restricciones a la hora de viajar pudiera venir a trabajar en Londres pero, por suerte, dice Kentish Barnes "estaba completamente dispuesta" a hacer lo que hiciera falta para que funcionase.
Khan no creía que Emma Thompson accedería a interpretar a Cath, la madre de Zoe, a pesar de que el papel tenía su nombre desde el principio. Sin embargo, Thompson había estado atenta a todas las iteraciones del guion de Khan. "Jemima de repente descubrió la esencia de todo y el guion se convirtió en esta comedia extraordinariamente graciosa y cálida con mucho que decir sobre la familia, el amor y el matrimonio," sostiene Thompson.
"Cath es muy inocente en muchos sentidos, es delirantemente ignorante... por la edad que tiene, porque ha crecido en un ambiente muy blanco y burgués." Thompson dice que Cath "acepta por completo (la cultura de sus vecinos) y le encanta todo lo que tenga que ver con ella. Le encanta la comida. Le encanta la gente."
El guion le dio mucho que pensar a Thompson. "Está lleno de contradicciones y concesiones humanas que todos nos hemos vistos obligados a hacer en nuestros caminos, sin importar cuán idealistas pudiéramos ser," dice. "El mensaje es que todos nos pertenecemos. Da igual la cultura de la que provengas. No importa los muros que decidamos levantar en nuestro interior. El hecho es que todos los humanos pertenecen a todos los humanos."
Para Shabana Azmi, el papel de Aisha Kahn, una mujer paquistaní de clase media que migró a Inglaterra con su marido hace décadas, fue una bendición: trabajó en la primera película de Kapur hace casi cuarenta años, Masoom (1983), que fue un éxito de crítica y público, y Azmi se alegró de tener la oportunidad de trabajar con Kapur de nuevo. "Aisha es el cerebro, es cosmopolita, sabe comportarse," dice Azmi. "He interpretado muchos personajes paquistaníes en películas y series de televisión británicas en el rango de madre/terrorista/víctima, mientras que esto era algo encantador y gracioso. Es importante en el mundo de hoy, donde todo parece tan sombrío y tan oscuro, poder trabajar en algo luminoso y que te haga sentir bien."
Para Kapur, el proceso fue muy lúdico, o por lo menos así se planteó para poder permitir que los actores se soltasen y confiasen los unos en los otros. Frecuentemente les reunía para una escena y les dejaba a su aire, sin darles dirección, hasta que empezaran a actuar sin que nadie les dijera nada.
CREAR A KAZ
Kaz, un médico británico-paquistaní musulmán, es el orgullo de su madre. Es ridículamente guapo, ingenioso, exitoso y tiende a "hacer lo correcto" a ojos de su familia. Con 32 años aún no ha encontrado a su pareja y, con relativa facilidad, les da la oportunidad a sus padres de ayudarle a buscar a alguien con quien pasar el resto de su vida.
Kaz es "la última persona de la que esperarías que hiciera algo así" como dice su amiga Zoe en una reunión con los productores en la que propone la idea de filmar su viaje y búsqueda de una novia. Eso es porque, al igual que ella, Kaz se crio en un suburbio londinense tranquilo. Comparten los mismos chistes, las mismas referencias culturales. Él bebe (a escondidas de sus padres), fuma (ídem) y se va de fiesta. Es un londinense de pura cepa, tienen mucho en común, así que Zoe se queda absolutamente desconcertada con la idea de que Kaz quiera hacer algo que el resulta tan ajeno a ella.
Pero Kaz se ha creado en una familia enorme llena de matrimonios concertados o asistidos y tiene un gran sentido del deber. Tal y como lo cuenta Shazad Latif: "Kaz llega al punto en el que piensa ‘¿sabes qué? Esto igual sea más fácil porque he intentado todo lo demás y no funciona’. Y supongo que lo fundamental para él es que su hermana Jamila ha sido expulsada de la familia. Siente que tiene la responsabilidad de mantener unida a la familia y al casarse de esta manera solucionará todo. Y puede que funcione ya que resulta que la candidata es realmente estupenda."
Interpretar a Kaz supuso evitar todos los estereotipos y caricaturas de familias asiáticas en pantalla. "Teníamos que encontrar el equilibrio adecuado entre no hacerlo muy melodramático ni tampoco muy absurdo" dice Latif, que está muy orgulloso de ser multicultural.
Kaz acepta la idea de Maymouna porque sobre papel es una unión magnífica y práctica. Es una mujer inteligente y hermosa, que aspira a ser una abogada de derechos humanos. Entiende su noción de la familia, las tradiciones, el lenguaje y la fe. Kaz está totalmente preparado a unirse a ella y buscar el amor juntos, en vez de dejarse llevar por el corazón.
CREAR A ZOE
Zoe, una documentalista, inicialmente siente rechazo por el hecho de que su amigo y vecino de la infancia haya aceptado ser parte de un matrimonio concertado. Cuando él le lanza la pregunta de qué es tan ideal de su propia situación empieza a sentirse menos segura. Ambos personajes funcionan como ventanas, cada uno de ellos puede ver la perspectiva del otro sobre el amor.
En el caso de Zoe, su vida amorosa es muy parecida a la de muchas mujeres urbanas en sus treinta: las citas se hacen de manera digital y las opciones son infinitas, y no siempre en el buen sentido.
"Creo que Zoe vive en una confusión constante y está a la defensiva," sostiene James. "Se esconde en su trabajo y le va bastante bien. Pero según avanza la película, se va desmoronando y te das cuenta de que está escondiendo su vulnerabilidad y evitando abrirse. Hay mucho con lo que me identifico en este personaje, honestamente. Quiero decir, creo que siempre te encuentras en los personajes que te atraen y quieres interpretar, pero con este había muchos paralelismos."
Zoe tiene una cita tras otra. Su madre está deseando que siente la cabeza con alguien agradable como James, el veterinario simpático, y se preocupa que su obsesión por el trabajo se traduzca en la imposibilidad de comprometerse en una relación estable. Zoe se exaspera cuando su madre insiste en que necesita a un hombre para ser feliz. No quiere ni necesita una relación para sentirse completa, pero necesita algo, simplemente todavía no sabe qué es...