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  El exorcista del Papa  (The Pope's exorcist)
  Dirigida por Julius Avery
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Protagonizada por Russell Crowe, Daniel Zovatto, Alex Essoe y Franco Nero. Dirigida por Julius Avery. Producida por Doug Belgrad, Michael Patrick Kaczmarek y Jeff Katz. Guion de Michael Petroni y Evan Spiliotopoulos. Historia creada por Michael Petroni, R. Dean McCreary y Chester Hastings. Basada en los libros An Exorcist Tells His Story y An Exorcist: More Stories escritos por el padre Gabriele Amorth. Los productores ejecutivos son Jo Homewood, Sophie Cassidy y Edward J. Siebert. El director de fotografía es Khalid Mohtaseb. Diseño de producción de Alan Gilmore. Montaje de Matt Evans. Diseño de vestuario de Lorna Marie Mugan. Música compuesta por Jed Kurzel.


SIN COMPASIÓN POR EL DIABLO
Conocido por algunos como el decano de exorcistas y por otros como el exorcista del Vaticano, el padre Gabriele Amorth representó para miles de personas una luz en la oscuridad. Fue un hombre dentro de la iglesia responsable de miles de exorcismos. El padre Amorth emprendió una cruzada contra el mal que relató en dos memorias, documentos que van más allá de las espeluznantes anécdotas y exploran cómo la humanidad está amenazada por demonios.

Ahora podemos ver las hazañas del padre Amorth por primera vez en la gran pantalla en EL EXORCISTA DEL PAPA. Russell Crowe es el encargado de interpretar al legendario cura. “El puesto de exorcista jefe existe de verdad en el Vaticano”, explica. “El padre Gabriele Amorth fue un hombre real que defendió su puesto durante 36 años y participó en decenas de miles de exorcismos”.

Cuando haces algo miles de veces acabas convirtiéndote en alguien muy muy bueno. No había cazador de demonios mejor que el padre Amorth y le necesitaremos en nuestra batalla contra los demonios. “Nuestro director Julius Avery siempre ha hablado de la película como una batalla entre dos depredadores alfa: el diablo y el padre Amorth”, dice el productor Doug Belgrad.

En la película, Amorth es un hombre de fuertes convicciones religiosas y un investigador tenaz. Tras aceptar luchar contra una de las posesiones demoníacas más poderosas de su carrera, descubre un secreto escondido durante siglos que, a pesar de las advertencias del Vaticano, desvelará una conspiración aún mayor. “No hay duda de que sea un hombre de fe, aunque también tiene su propia manera de pensar”, dice Crowe. “Es un hombre abierto y directo y no le da miedo ese lado oscuro de la humanidad. Acepta todas las manías y peculiaridades de la gente. Esa honestidad hace que pueda hacer tan bien su trabajo”.

“Es una de esas personas que aunque pertenezcan a una institución van por libre. Es un iconoclasta que reta continuamente el status quo”, dice el director Julius Avery. “Le admiro. Durante todo el tiempo que fue jefe exorcista del Vaticano fue una figura controvertida. Alzaba la voz. Es un personaje muy interesante”.

“Lo que llama la atención de Amorth son sus creencias aparentemente contradictorias, aunque en realidad son completamente lógicas”, dice Avery. “Es un hombre con educación, un escéptico versado en psicología moderna y un ferviente creyente en el poder de Dios y el Diablo. Creo que la ciencia puede explicar el 98% de las cosas, aunque hay un 2% que no. Es de eso de lo que hablamos en esta película”.

“Mucha gente buscó su ayuda y a la mayoría les recomendó un tratamiento médico o psicológico. Sus síntomas tenían una explicación. Pero había algún caso que no se podía explicar”, dice Belgrad. “En esos casos comprobó que las posesiones eran reales y que el Diablo es capaz de poseer a personas vulnerables haciendo que se adentrasen en la oscuridad. Su trabajo consistía en intentar salvarlas, salvar su alma y deshacerse de la invasión demoniaca”.

El padre Amorth refleja en dos libros su sinceridad genuina, su sentido del humor y su experiencia con algunos de los rituales más secretos de la iglesia: An Exorcist Tells His Story y An Exorcist: More Stories. El productor Michael Patrick Kaczmarek tuvo la oportunidad de hacerse con los derechos de ambos libros antes de que el padre Amorth muriese en 2016.

Otros productores intentaron convencer a Amorth en convertir sus memorias en películas, pero fracasaron. “Pude convencer al padre Amorth de mi profunda devoción religiosa, creo que por eso tuve éxito donde otros productores no”, explica Kaczmarek. “A lo largo de todas nuestras conversaciones fui capaz de convencerle de que si trabajaba conmigo me aseguraría de que la moral católica y su persona se respetasen en la película”.

“Las memorias son como un tesoro. Hay cientos de historias, anécdotas y casos reales en los que el padre Amorth exorciza demonios. Había infinidad de historias que podíamos contar”, dice Kaczmarek. “Mis colegas productores y yo siempre vendimos la idea definiéndole como el James Bond de los exorcistas. En estas dos memorias hay un gran abanico de historias y todo un universo del que inspirarnos”.

“Contar una historia de exorcismos a través de los ojos del Vaticano, con sus intrigas y conspiraciones, es algo fresco y nuevo”, comenta el productor Jeff Katz. “A la gente le intriga las sociedades herméticas, y mucho más una tan poderosa como el Vaticano. La gente suele sospechar de las instituciones y demás maquinaciones del poder. Eso hace que un personaje como Amorth, un rebelde, sea mucho más atractivo”.

Con las memorias de Amorth bajo el brazo, los productores contactaron con el guionista Michael Petroni para que escribiese una historia original.

“Fue muy fácil conectar con Michael”, dice Kaczmarek. “Entendió a la perfección el universo y el lenguaje de un exorcista. Hizo un gran trabajo incorporando rezos en latín sacados del libro real que usan los exorcistas católicos cuando trabajan. Ha hecho que toda la historia pareciese auténtica”.

Aunque en el proceso, el guionista también creó una historia completamente terrorífica. “Queríamos contar la razón por la que el demonio ataca a este chico y su familia. ¿Qué es lo que está planeando?”, explica Kaczmarek. “Para ello el personaje del padre Amorth debe hacer una gran labor de investigación, hasta que descubre una historia olvidada y encuentra la conexión entre el demonio y sus apariciones anteriores”.

En la película podemos ver como el padre Amorth y su compañero, el padre Esquibel (interpretado por Daniel Zovatto), investigan una posesión en la abadía de San Sebastián en España, donde una familia está empezando de cero reformando un viejo edificio. “La abadía lleva mucho tiempo perteneciendo a la iglesia católica y descubren algunas cosas que ocurrieron ahí”, dice Crowe. “Son eventos que ocurrieron durante la época más oscura de la iglesia católica, una época en la que se le infligían castigos a las personas que no demostraban una profunda religiosidad. Pensamos que esa era una forma excelente de ahondar en la historia de España”.

En esta historia los cineastas han contado con el concepto de los ángeles caídos. “La premisa principal de la película parte de una descripción incluida en la Biblia sobre Lucifer y los ángeles caídos”, dice Crowe. “La forma en la que se les echa del paraíso y son encerrados bajo tierra. ¿Han sido derrotados? Ese es el gran argumento que se revela a medida que avanza la película, cuando los curas descubren con quién están lidiando”.

Dentro del equipo de cineastas podemos encontrar como productor ejecutivo a Edward Siebert, un cura jesuita fundador de Loyola Productions. “Mi objetivo es contar historias que importen. Historias que entretengan, que eduquen y que inspiren”, aclara Siebert.

Eso es lo que le atrajo al proyecto en un principio. “Llevamos contando historias del bien y el mal desde el principio de los tiempos,” comenta Siebert, “pero la vida del padre Amorth y su papel luchando contra el mal es algo que se debe saber. Al ser cineasta y jesuita me he encontrado en una posición única para adquirir los derechos de la historia del padre Amorth y ayudar a dar forma al proyecto”.

Obviamente, EL EXORCISTA DEL PAPA es una historia algo distinta de las películas con tintes religiosos. “Hoy en día los espectadores tienen la capacidad de entender la moraleja del cine de masas sin que tenga que ser contenido tradicionalmente religioso”, explica Siebert. “EL EXORCISTA DEL PAPA ahonda en algunos de los aspectos más controvertidos de la fe. Cuando arrojamos luz sobre el mal y el pecado nos refleja el dolor de nuestro pasado y presente. Los demonios de la película pueden parecen algo exagerados, aunque las perturbaciones y mal que reside en nuestro interior siguen teniendo la habilidad de tomar el control de nuestra vida. Siempre he pensado que una parte central de la fe es el poder de la oración, saber dar nombre a los demonios, el perdón de los pecados y la superación del mal. Toda historia que termine con la derrota del enemigo es una historia de esperanza”.


SOBRE EL VERDADERO PADRE AMORTH
Gabriele Amorth nació en 1925 en Módena, en el norte de Italia. Era el segundo hijo de un abogado y recibió la llamada de la iglesia desde pequeño, aunque el destino tuvo planes distintos para él. “Su vida es muy interesante desde pequeño”, dice Crowe. “A los 17 años fue a Roma con idea de convertirse en cura, pero le respondieron que era muy joven, que tenía que vivir un poco la vida antes de responder a la llamada de Dios”.

Estalló entonces la Segunda Guerra Mundial y Amorth fue llamado a filas por el ejército italiano, aunque al poco tiempo cambió de bando y emprendió la lucha contra el fascismo y los Nazis. “Eso parece algo típico que haría él”, dice Belgrad. “Cuestionaba la autoridad, cuestionaba las instituciones y luchaba por sus creencias”.

“Acabó luchando contra los fascistas”, continúa Belgrad. “Tras su experiencia en la guerra entró en la escuela de derecho”. Amorth trabajó brevemente para Giulio Andreotti, el futuro primer ministro italiano, en el grupo de juventudes del Partido Democrático Cristiano, un partido católico centrista.

“Aunque nunca se olvidó de la llamada”, dice Crowe. En 1951 Amorth hizo sus votos con la iglesia. “Cuando volvió a Roma tras unos años y con más experiencia le dieron la bienvenida. Tener más experiencia en la vida hace que sea más fácil para un cura dar consejos a una comunidad. Sus colegas se quedaron tranquilos con el arraigo de su fe y su compromiso con la iglesia”.

En 1986 le asignaron desde Roma asistir al padre Cándido Amantini, el exorcista jefe del Vaticano de entonces. Cuatro años más tarde fundó la Asociación Internacional de Exorcistas y en 1992, cuando el padre Amantini murió, Amorth se convirtió en el exorcista jefe.

“Gabriele Amorth tenía una fe tan pura que le dotaba del coraje necesario para desempeñar el trabajo”, continúa Crowe. “Es una labor muy oscura. Tu labor es tratar con gente que está sufriendo profundamente. Muchos necesitan ayuda psicológica, por lo que derivaba prácticamente el 98% de los casos a otros expertos médicos. Él creía que en realidad había muy pocos casos de posesión demoniaca. Gracias a esto era capaz de discernir un caso inexplicable cuando se topaba con él”.

El cura dirigía estos rituales con todas las herramientas de su oficio: crucifijos, agua y aceite benditos, un libro de rezos y su estola morada, que normalmente colocaba alrededor del cuello de la persona afectada.

A pesar de todas estas situaciones tenebrosas, Amorth era un hombre alegre. Empezaba sus rituales literalmente despreciando al demonio. Contaba chistes como: “¿Sabes por qué el Diablo huye cuando me ve? ¡Porque soy más feo que él!”. El cura solía decir que esto lo hacía porque al Diablo no le gustan los chistes.

El padre Gabriele Amorth murió en 2016 a los 91 años, tras lo que todo Italia se puso de luto. “Pero la leyenda del cura sigue viva”, celebra Doug Belgrad. “El padre Amorth era un iconoclasta, un pensador libre con alma valiente que dedicó toda su vida a ayudar a gente afligida”.


El reparto de EL EXORCISTA DEL PAPA
En el centro de la historia de EL EXORCISTA DEL PAPA nos encontramos con el oscarizado Russell Crowe. “¿Quién podría haber mejor que el propio ‘Gladiator’ para hacer una cara a cara con el Diablo?”, bromea Kaczmarek.

Crowe ha interpretado a varios personajes reales a lo largo de su carrera profesional, personajes como Jeffrey Wigand en El Dilema, John Nash en Una Mente Maravillosa, James J. Braddock en Cinderella Man. El Hombre Que No Se Dejó Tumbar y Roger Ailes en La Voz Más Alta, y confiesa que lo que más le atrajo del proyecto es la oportunidad de interpretar a un exorcista real. “Lo que más me interesó fue el hecho de que fuese su trabajo de verdad. No solo llevaba desempeñándolo durante muchísimo tiempo, también lo había documentado en dos libros”, comenta Crowe. “Me gusta la responsabilidad que se adquiere al interpretar a alguien real. Lo he hecho ya alguna vez. Cuando interpretas a alguien real es importante conseguir transmitir su esencia en pantalla”.

Aunque sí hay algo nuevo para Crowe es que nunca había protagonizado una película de terror. “Es algo que nunca había hecho, es un género que nunca había tocado. Sinceramente, no me gustan mucho las películas de miedo. Hacen que después no pueda dormir bien”, confiesa. “Soy increíblemente supersticioso. No me parece nada agradable ponerme en la piel de los personajes cuando ocurren determinadas cosas. No paraban de ocurrir cosas extrañas a nuestro alrededor, pero intentaba no darles mucha importancia y pensar que eran meras coincidencias, sino me hubiese vuelto loco”.

Crowe se zambulló en un trabajo de investigación en el que amasó todo el material que pudo sobre Amorth y así comprenderle un poco mejor. Viajó a Roma y estuvo una semana reuniéndose con gente del Vaticano que conoció al exorcista del Papa. “Está la creencia popular de que la iglesia tiene muchos secretos, pero a mí me parecieron muy abiertos”, confiesa Crowe. “Nos permitieron algunos privilegios alucinantes”.

“En ese viaje a Roma pudimos comprobar de primera mano lo querido y admirado que sigue siendo el padre Amorth. “Eso es algo que queríamos reflejar”, dice el director. “Obviamente, esto no es un documental, y por tanto nos permitimos algunas licencias poéticas, aunque nunca en contra del personaje real. Eso ha permanecido fiel a la realidad. Lo más maravilloso de esta interpretación es que Russell ha sido capaz de darle forma al espíritu del padre Amorth”.

Tras su extenso trabajo de investigación, Crowe descubrió a un hombre perfecto para protagonizar un thriller de misterio, una persona que se había ganado la confianza de una de las más antiguas y poderosas organizaciones del planeta, pero también una persona de fuertes convicciones y una sed insaciable por conocer la verdad. “Sus colegas y amigos me contaron que nunca discutía con nadie y que siempre respetaba el camino de la iglesia, aunque por otro lado el padre Amorth dijo algunas de las cosas más controvertidas de su tiempo. Llegó a hacer declaraciones bastante radicales sobre sus creencias, declaraciones que no siempre seguían la misma línea de pensamiento que la iglesia”, dice Crowe.

“Hay algo irreverente y particular en su forma de hacer las cosas que he intentado introducir en mi interpretación”, continúa Crowe. “Es un tipo independiente, no uno más del clero cortado por el mismo patrón. ¡Hasta conduce una moto Lambretta!”.

En la película vemos como a Amorth le encargan que investigue la posesión demoniaca de un niño llamado Henry, interpretado por el actor de 12 años Peter DeSouza-Feighoney.

DeSouza-Feighoney consiguió el papel tras una audición en la que se metió de lleno en el personaje y en el demonio que le posee. En la audición imitó la voz del Papa, incorporando dialectos del alemán y el italiano, tras lo que soltó gruñidos demoniacos. “Fue sorprendente ver como Peter ponía voz demoniaca. Su interpretación en la audición y lo que se acaba viendo en la película no difiere demasiado”, dice Belgrad. “Ha excedido lo que esperábamos de él en cada punto del camino”.

“Me encantan las películas de terror y siempre he querido protagonizar una”, dice DeSouza-Feighoney. “Fui capaz de empatizar con algunas de las experiencias que sufre el personaje”, comenta. “El padre de Henry murió en un accidente de tráfico y está traumatizado, por eso el demonio es capaz de controlarle. Hay momentos de la película en la que Henry se da cuenta de que el padre Amorth está intentando ayudarle, y él quiere que el cura le ayude, pero son momentos breves ya que el demonio vuelve a tomar el control”.

En el papel de Julia, la madre de Henry, encontramos a Alex Essoe, actriz que en los últimos 10 años se ha ganado el título de reina del terror tras haber participado en películas como Starry Eyes, Midnighters, Doctor Sueño, La Maldición de Bly Manor y Misa de Medianoche. Essoe es capaz de transmitir la fuerza y vulnerabilidad de una madre soltera con dos hijos, una madre que está a punto de enfrentarse con el demonio.

“Cuando la película empieza, Julia ya está pasando por un momento duro”, explica Essoe. “Su marido ha muerto recientemente y ahora se encuentra en un momento económico bastante complicado. Recoge todas sus cosas y se muda con sus dos hijos a España, donde decide restaurar una antigua abadía que pertenecía a la familia de su difunto marido. Ha invertido todo el dinero que le quedaba, por lo que si no les funciona el proyecto se van a quedar sin un duro”.

“Julia y sus hijos han perdido a su marido y padre”, explica Belgrad. “Se acaban de mudar a otro país. Viven a un sitio bastante aislado y la situación es bastante complicada”.

La película cuenta con otro peso pesado del cine de terror, Daniel Zovatto, cuya filmografía incluye títulos como Peligro en el Lago, It Follows y No Respires. En EL EXORCISTA DEL PAPA interpreta al padre Esquibel, un joven cura que está entrenando para exorcizar demonios, papel en el que el actor costarricense he encajado a la perfección.

“Lo que me motivó de esta película es la relación que existe entre ellos”, dice Avery. “Me encantan las películas de policías y esta historia tiene un poco de eso, aunque en vez de perseguir tipos malos buscan demonios. Es algo divertido y algo que no había visto antes”.

“Al principio de la película Amorth es fuerte, intenso y está algo cansado del mundo. Esquibel por otro lado es joven, tímido y está algo perdido”, dice Belgrad. “A medida que se desarrolla la historia, Esquibel pasa de ser un tipo inseguro que no se ha comprometido totalmente con la vida eclesiástica a un cazador de demonios hecho y derecho. Daniel Zovatto ha sido la persona perfecta para el papel”.

“En la película vemos como estos dos curas son forzados a formar equipo por las circunstancias”, explica Crowe. “El padre Esquibel es un cura joven e idealista sin experiencia. Lo que le llevó a convertirse en cura fue su necesidad de ayudar a los desfavorecidos. Este otro mundo le resulta muy agresivo, pero tiene una mente curiosa, al igual que Amorth. Se equilibran el uno al otro y hacen muy buen equipo”.

“Padre Esquibel es un cura joven, en edad y en experiencia”, dice Zovatto. “Es muy comprensivo y le preocupan las personas. Tiene un gran corazón, pero todo lo que va ocurriendo le supera. No tiene ni la capacidad ni la experiencia para lidiar con ello, aunque está dispuesto a aprender, no le importa ser la persona más ignorante de la habitación. Eso es algo que respeto de él”.

Zovatto y Avery llevaban años buscando el proyecto idóneo para trabajar juntos. “He tenido la suerte de trabajar en algunas películas de terror muy interesantes y sentía que esta tenía potencial, sobretodo si la dirigía Julius”, confiesa. “Llevo bastantes años conociéndole, desde que vi su primera película, y por fin todo ha cuadrado”.

En el papel de Amy, la problemática hija adolescente de Julia, encontramos a Laurel Marsden (Ms. Marvel, Survive). Amy es como cualquier adolescente; puede pasar en un instante del cariño a la indiferencia o del miedo al coraje. “Me ha encantado investigar todas las capas del personaje”, confiesa Marsden. “Me encanta Amy. Muchas chicas adolescentes que se ven en cine están tristes o de mal humor todo el rato. Lo especial de Amy es que existe una razón para que tenga el corazón roto. Empatizo con ella. Ha sido catártico tener la oportunidad de convertirme en ella. Ha sido como hablar con mi parte adolescente enfadada y decirle que todo va a ir bien”.

“Este papel siempre nos pareció muy importante, ya que la historia te invita a ponerte del lado de una adolescente enfadada con el mundo”, comenta el productor Michael Patrick Kaczmarek. “Por eso la interpretación de Laurel es tan especial. Es una actriz agradable y con mucho talento que aporta mucha energía al personaje”.

Para el papel del Papa los cineastas contaron con el talento del legendario actor italiano Franco Nero. Nero ha aparecido en más de 240 largometrajes desde aquel primer papel en Django, un espagueti western de 1966. Además de su extensa filmografía italiana, hemos podido verle en exitazos como: La Justicia del Ninja (1982), La Jungla 2: Alerta Roja (1990) y John Wick: Pacto de Sangre.

“Tiene una filmografía y legado increíbles”, dice Belgrad. “En esta película interpreta al Papa, así que es el protector y guía del padre Amorth. Franco nos ha regalado una actuación potente y maravillosa, es convincente en su fe y paternalismo”.


Construyendo una abadía en Irlanda
Otro de los atractivos que vieron los cineastas en el proyecto es que no estarían encerrados en una habitación todo el rato. “Es más que un exorcismo, es una conspiración”, dice Avery. “Está ocurriendo algo mucho más importante. Hay muchísimo en juego”. Avery vio necesario rodar en localizaciones en varios países que reflejasen todo lo que los personajes van descubriendo. “Rodamos en Roma. Rodamos en Irlanda. Encontramos uno edificio antiguo espectacular y construimos uno de los decorados más grandes que haya visto”.

El punto central de la historia es la abadía. Julia decide mudarse con su familia para empezar de cero a una abadía que planea rehabilitar en España. “Empiezan a ocurrir cosas raras y es cuando descubren que la abadía ha sido reconstruida una y otra vez en el mismo sitio, por lo que debajo de ella puedes encontrar capas y capas de historia”, dice Crowe. “Tras el descubrimiento no tardan en comprender qué es lo que está ocurriendo”.

El diseñador de producción Alan Gilmore (El Ultimátum de Bourne, Extinction y Guerra Mundial Z) centró su búsqueda en abadías y monasterios del siglo XV. Avery estaba buscando arquitectura gótica de Europa del Norte, algo gris, frío e intimidante, así que la producción se asentó finalmente en Irlanda.

El exterior de la abadía de San Sebastián debía cumplir un par de requerimientos: estar construida en un sitio elevado y que fuese accesible desde una carretera moderna (para la escena en la que Julia llega con sus hijos en coche y la que Amorth llega en su moto Lambretta). “Estuvimos más de dos meses visitando todos los castillos de Irlanda”, comenta Gilmore. Finalmente se decidieron por un castillo abandonado en Limerick.

“Encontramos un edificio gótico metido en el bosque”, añade Eoin Holohan, responsable de localizaciones. “Estaba situado sobre un montículo y se veía claramente el cielo detrás, además de contar con una carretera de acceso”. El equipo de diseño tuvo que añadir algunos elementos como la vegetación muerta y construir el arco de acceso y el claustro.

El interior de la abadía de San Francisco se recreó en los Estudios Ardmore a las afueras de Dublín. Gilmore diseñó la distribución. Para las ventanas se inspiró en la Iglesia de Cristo, una catedral de Dublín, a la que les añadió referencias demoniacas como pentagramas e iconografía religiosa. “Recreamos lo que podría haber sido una iglesia española y construimos un decorado enorme con varias habitaciones, un gran vestíbulo, muchos pasillos, catacumbas y una capilla”, explica Belgrad.

Gilmore añadió varios detalles en el diseño del vestíbulo de la abadía, que en la película podemos ver con andamios por los trabajos de restauración que está haciendo Julia. Hay un rellano que mira hacia el atrio. Este tiene un pasamanos, ventanas y arquitectura gótica. Gilmore completó el diseño con mobiliario que encontró por iglesias del mundo entero, destacando la espectacular lámpara de araña.

La posesión demoniaca tiene lugar en la habitación de Henry. Ha sido el decorado más importante de la película y lo construyeron en los Estudios Ardmore. Es un espacio abovedado con una gran ventana (replica exacta del exterior del castillo) y un espejo.

“En la habitación podemos ver vestigios de la antigua abadía”, explica Gilmore. “Hay símbolos religiosos en las ventanas y tiene una bóveda gótica, elementos arquitectónicos de hace más de 400 años. En la película podemos ver como el pobre Henry es poseído y la horrible transformación empieza mientras está en la cama”.


De Dublín a Roma
Hay varias escenas ambientadas en el Vaticano y España que los cineastas tuvieron que recrear en la capital irlandesa. “Tuvimos que recrear el Palacio de los Borja, un palacio aristócrata de Valencia, así como la residencia y hospital del Papa”, comenta Gilmore. “Encontramos todos estos sitios en Dublín”.

La iglesia ortodoxa St. Maximus & St. Domatius Coptic fue recreada como capilla vaticana. Encontraron una villa con interiores barrocos y mucha ornamentación en el que rodaron los interiores del Vaticano. Rodaron otra escena en la biblioteca Long del Trinity College y la biblioteca Berkeley del mismo campus se convirtió en el centro educativo de estudios de exorcismo. “Julius Avery se imaginó que podría haber un sitio bajo el Vaticano donde los curas estudian exorcismo, un espacio con un laboratorio y una habitación de lectura”, dice Alan Gilmore. “Se me ocurrió que podría ser un espacio moderno, así que rodamos esas escenas en la biblioteca Berkeley, un espectacular edificio de hormigón de los años 50 que tiene la tranquilidad de una iglesia. Encaja a la perfección con el universo gótico de la abadía”.

Estas escenas se enlazan con escenas rodadas en las calles de Roma, en las que vemos a Russell Crowe con el Coliseo y el Vaticano de fondo, o conduciendo su moto Lambretta de Roma a España.

Russell Crowe ha vuelto a rodar en Roma, ciudad en la que está ambientada Gladiator. “Tengo mucha suerte de tener una relación tan buena con Roma”, admite. “Los romanos siempre han sido muy generosos y simpáticos conmigo. Siempre que estoy en Roma tengo cientos de conversaciones a diario”.


Diseñando para el Diablo
El director Julius Avery y el director de fotografía Khalid Mohtaseb decidieron durante la preproducción el lenguaje visual, el tono, la gama de colores y el estilo de la película. El diseñador de producción Alan Gilmore reunió fotografías como referencia y creó un lenguaje cromático que giraba alrededor de los colores apagados y neutros.

La diseñadora de vestuario Lorna Mugan fue de gran ayuda para conseguir lograr esa imagen. Estuvo investigando los archivos de la iglesia católica para comprender el significado y jerarquías de las indumentarias eclesiásticas y sus colores y así comprender la diferencia entre un cura, un obispo, un cardenal y el Papa. Tuvo que investigar también las características de una iglesia española. “El color desempeña un papel fundamental en la iglesia católica”, explica. “Los curas visten de negro, que representa la pobreza y sencillez. El Papa viste de un blanco puro. Los cardenales visten de rojo sangre, algo que representa su sacrificio por Cristo. El morado surge de una vieja asociación con la realeza”.

Mugan contrató a un sastre del Vaticano para que confeccionase la indumentaria que Russell Crowe lleva en la película. Amorth es un reflejo de modestia, lleva una sotana simple adornada con una cruz de San Benedicto y una estola morada. El estilo está complementado con un abrigo largo y un cinturón con el sello de San Benedicto, que le protege de espíritus malvados. Cabe destacar como anécdota que cuando Crowe descubrió que Amorth era de Módena (hogar también de la marca de coches Ferrari) decidió añadir calcetines rojos al vestuario que lleva.

“Al contrario del padre Amorth, el padre Esquibel pertenece a una iglesia más moderna, por lo que lleva un traje de dos piezas. Lleva un crucifijo y su vestuario no tiene ningún adorno, ya que es un idealista. Es muy simple, todo en blanco y negro”.

Para Julia, Amy y Henry Mugan decidió que el vestuario tenía que ser contemporáneo y contrastase con el del cura. Julia lleva vaqueros y una chaqueta, Amy una chaqueta vaquera que se ha customizado y Henry unos vaqueros y zapatillas, tras lo que se pone un pijama y una camiseta de un sol que se va deteriorando a medida que el demonio que le ha poseído se hace más poderoso.

Junto al vestuario, el maquillaje y efectos especiales jugar un gran papel en dar vida a los personajes. El director Julius Avery tuvo claro desde el principio que no quería depender mucho de los efectos creados por ordenador. “Los verdaderos seguidores del cine de terror huelen a kilómetros cuando algo es falso”, dice Kaczmarek. “Consideramos imprescindible que los efectos pareciesen reales”.

DeSouza-Feighoney tuvo que estar tres horas todos los días sentado en la silla de maquillaje en las que le añadían una gran nariz, una frente sin cejas y una mandíbula pegada al cuello. “Me hicieron también un añadido prostético en el que tenía una sonrisa malvada”, rememora el joven actor. “Me encantaba la parte de maquillaje, el resultado final era una pasada”.

“Su parte favorita era interpretar al demonio”, comenta Essoe. “Hacía muy bien de niño bueno, pero lo que realmente quería hacer es ponerse todo ese maquillaje y hablar como un demonio”.


Se desata el caos
Los acontecimientos se hace cada vez más terroríficos a medida que la posesión demoniaca se intensifica, algo que requirió un elaborado trabajo con dobles de acción. La posesión de Henry requirió muchos movimientos antinaturales, así que contrataron a un bailarín contorsionista de ballet. DeSouza-Feighoney disfrutó cada uno de los momentos en lo que interpretó al demonio, desde que está en la cama hablando con voz de poseído hasta que la cama empieza a saltar por los aires y se desata el caos.