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  Vida perra  (Strays)
  Dirigida por Josh Greenbaum
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VIDA PERRA está producida por los socios de Lord Miller PHIL LORD p.g.a. y CHRISTOPHER MILLER p.g.a. (Spider-Man: Un nuevo universo, La LEGO Película), por el fundador y presidente ejecutivo de Picturestart ERIK FEIG p.g.a. (La chica que lo tenía todo, Bailando por la vida), por ADITYA SOOD p.g.a. (Marte (The Martian), Oso vicioso) de Lord Miller, por LOUIS LETERRIER (director de Fast & Furious X, Furia de titanes) y por DAN PERRAULT. La producción ejecutiva corre a cargo de NIKKI BAIDA, DOUG MERRIFIELD, JESSICA SWITCH y JULIA HAMMER.

El director de fotografía de la película es TIM ORR (Superfumados (Pineapple Express)), el diseñador de producción es AARON OSBORNE (Dos tontos todavía más tontos), la diseñadora de vestuario es ROMY ITZIGSOHN (Dave, de FX) y del montaje se encarga DAVID RENNIE ACE (Infiltrados en clase), la nominada al Emmy SABRINA PLISCO ACE (Dr. Strange (Doctor Extraño)) y GREG HAYDEN ACE (Tropic Thunder, ¡una guerra muy perra!). La banda sonora es de DARA TAYLOR (Barb y Star van a Vista Del Mar) y el responsable de adiestramiento animal es MARK FORBES (Cruella).


LA HISTORIA
El amigo más fiel. VIDA PERRA desde su canina concepción
El guionista Dan Perrault siempre ha disfrutado creando narrativas subversivas y trastocando las expectativas del público. Creció siendo fan de las parodias y comedias de género que se atrevían a cruzar la línea, y su evolución personal fue dirigida a convertirse en un narrador de éxito, creando historias rompedoras y cómicas como Gamberro de instituto y Players. Como amante de los perros y fanático de los clásicos caninos del cine De vuelta a casa y 101 dálmatas, entre otros, Perrault vio la oportunidad de explorar una versión más irreverente de la típica película sobre el mejor amigo del hombre. «Adoro a los perros y soy muy fan de las películas de perros», confiesa Perrault. «Dicho lo cual, tiendo a escribir comedias de un tono más oscuro, así que siempre ando buscando cosas a las que pueda dar un giro menos convencional».

Con el reciente resurgimiento de las «películas de perros», desde Tu mejor amigo, Tu mejor amigo: un nuevo viaje y Uno más de la familia, hasta los remakes de acción real de La dama y el vagabundo y Cruella, parecía el momento ideal para darle un nuevo giro al género. A la hora de considerar qué cineastas serían los idóneos como socios para la idea, Perrault pensó inmediatamente en Erik Feig, de Picturestart, a quien Perrault había conocido tras el éxito de Gamberro de instituto. «Me gusta el rollo de Erik y toda su obra», nos cuenta Perrault. «Un día, me preguntó: “¿Cuál es tu idea más fantasiosa?”. Le conté que se me había ocurrido hacer una peli de perros para adultos. A los dos minutos, ya le había convencido».

Feig recuerda la reunión como si fuera ayer. «Dan nos presentó una peli para adultos de perros parlantes en el que un adorable chucho acaba abandonado por su amo y se une a otros tres perros para localizar al dueño y arrancarle la polla de un mordisco», dice Feig. «Al principio, pensé que sería similar a Ted o La fiesta de las salchichas, pero Dan tenía una larga historia lista para producir. Me eché a reír y a mi ayudante, que estaba escuchando la conversación, también le entró la risa. Sabía que teníamos que hacer esta película. Le encargamos a Dan escribir un guion original y lo desarrollamos juntos».

En cuestión de días, Feig y su productora ejecutiva Julia Hammer estaban comprometidos con hacer VIDA PERRA. «Sin Erik, creo que no hubiera recorrido esta senda», asegura Perrault. «Sabía que sería difícil de hacer y no quería crear una versión dulcificada o diluida».

Tal y como Perrault esperaba, Feig respondió a esta premisa de amor, amistad, lealtad, venganza... y todas las cosas asquerosas y sucias que los perros hacen cuando los humanos no están cerca para impedírselo. «No queríamos que nadie pensara que estábamos burlándonos de las películas de perros que hablan. Nada más lejos de nuestra intención», nos cuenta Feig. «Lo nuestro es una subversión o reinvención del género, pero tampoco pretendíamos que esa fuera nuestra única razón de ser. Lo que Dan hizo a las mil maravillas en Gamberro de instituto fue coger algo que era una subversión del género, pero haciendo que el público se implicara con los personajes, el misterio y el viaje emocional. Eso es precisamente lo que nos emociona de VIDA PERRA».

Juntos, Feig y Perrault presentaron el proyecto al presidente de Lord Miller Aditya Sood y a la vicepresidenta Nikki Baida, que casualmente había sido compañera universitaria de Perrault. A los dos les encantó y luego se lo mostraron a los oscarizados productores Phil Lord y Chris Miller de Lord Miller Productions. «Lord y Miller son dos auténticos genios con especial talento para innovar el género de la comedia», dice Feig. «Siempre se están asegurando de que todo aquello en lo que trabajan tenga corazón, con personajes que encandilen al público y viajes con los que los espectadores conecten. No es habitual dar con algo que te haga partirte de risa y también llorar como un bebé, pero ellos parecen conseguirlo sin pestañear».

Con un historial de comedias de acción real tan irreverentes como imaginativas, desde Infiltrados en clase y la saga La LEGO Película hasta Spider Man: Un nuevo universo, Lord Miller se ha convertido en toda una referencia en Hollywood para películas diferentes. «Cuando Dan nos propuso por primera vez VIDA PERRA, nos pareció una idea desternillante con montones de chistes ridículos y gamberradas pasadas de rosca», asegura Chris Miller. «Pero lo que nos sorprendió fue lo dulce y emotiva que resultaba. Esa historia tan emocional tenía tanto que decir sobre las relaciones humanas que nos dejamos conquistar. Sabíamos que teníamos entre manos algo único». El potente productor Louis Leterrier también se unió al equipo y, de ese modo, VIDA PERRA puso oficialmente en marcha su particular carrera de canes.

El núcleo de la historia de Perrault es Reggie y su divertidísimo y duro viaje de redención y triunfo sobre un dueño tirano, pero el vínculo de amistad tipo uña y carne (o garra y pata) que se desarrolla entre Reggie y sus camaradas callejeros es lo que de verdad le confiere a la película su faceta más emotiva. La exploración del guionista de los retos y lazos de esta amistad a muerte permea las relaciones entre las criaturas que vemos en pantalla.

«VIDA PERRA es lo que Chris, Phil y yo queremos hacer», asegura el presidente de Lord Miller Aditya Sood. «Es una parodia perfecta de esas grandes películas que adorábamos cuando éramos críos. Podemos analizarlo, reírnos de ello y, a la vez, ofrecer los mismos valores positivos. Tiene comedia y emociones. Y, además, es una película de perros verdaderamente divertida».

Sin embargo, hubo un aspecto del guion que les dio que pensar en un principio a los productores Lord y Miller. El plan de Reggie para vengarse de su despreciable dueño. «Phil y yo no tenemos ni un ápice de perversidad y no nos gusta el humor perverso», dice Miller. «La idea de hacer una película que apoya que un perro le arranque a alguien el pene de un bocado es algo que nos hizo pararnos a pensar. Lo impresionante de lo que todo el equipo ha hecho con ello es que, en la película, cuando llega el momento clave, estás deseando que Reggie lleve a cabo su catarsis y lo vives con absoluta alegría».

Líder de la manada. Josh Greenbaum dirige
Cuando el director Josh Greenbaum mostró su entusiasmo por VIDA PERRA, los cineastas supieron rápidamente que era el candidato perfecto para el proyecto. «Conocíamos a Josh hacía un tiempo», nos cuenta el productor Chris Miller. «Nos encantaba Barb y Star van a Vista Del Mar y la locura que es todo en esa película. Como VIDA PERRA también explora ámbitos bastante locos, su estilo sugería que era la persona perfecta para dirigir. Es para partirse de risa y, a la vez, es pura dulzura. Josh lo tiene todo. No se me ocurre nadie mejor para hacer una película de perros parlantes para adultos tan atrevida». El productor Erik Feig dice que el hecho de que Greenbaum reaccionara de manera tan inmediata después de leer el guion de Dan Perrault demostraba que Greenbaum, tenía la vena artística ideal para el trabajo. «Josh supo equilibrar a la perfección las emociones y la faceta cómica en Barb y Star, y eso me hizo interesarme en trabajar con él». dice Feig. «Cuando le dimos el guion de la película que, por aquel entonces, se titulaba Stray, en singular (que significa «perro callejero»), lo primero que hizo fue sugerirnos cambiar el nombre de la película a Strays (el nombre original de la película en inglés), en plural, que fue el que acabamos adoptando y que realmente refleja que la historia trata sobre un grupo de amigos, no sobre un solo perro. Ese pequeño apunte se convirtió en la esencia central que impregna la película: la amistad y crear tu propia manada».

Greenbaum se sintió inmediatamente impactado por el potencial cómico de la premisa de la película, pero fue otro elemento del guion lo que lo inspiró a ir adelante con el proyecto. «Lo que me sorprendió de verdad fue el corazón y la profundidad del guion, con personajes totalmente desarrollados», afirma Greenbaum. «Me recordaba a películas como Cuenta conmigo y El relevo, en las que los amigos se convierten en familia. Eso fue lo que me enganchó. El corazón lo es todo en cualquier película. Las mejores comedias funcionan de verdad cuando te implicas y conectas emocionalmente. Y todo lo demás, cómicamente hablando, puedes construirlo sobre esa base. El corazón de este proyecto para mí siempre fue lo más especial y siempre ha estado presente en el guion. Por eso me enamoré del proyecto».

Encontrar un estudio dispuesto a hacer la película tampoco era necesariamente tarea fácil. «Vender este tipo de película no es nada sencillo», Greenbaum asegura. «Sabíamos que sería luchar a contracorriente. Por eso, con la ayuda del equipo de producción, preparé un vídeo de presentación de 15 minutos para Universal en el que exponía mi visión de por qué podía ser una película comercialmente exitosa. Quería que resultara cinematográfica y diferente al resto de películas de perros. De hecho, tal y como yo lo veía, esto no era una película de perros, sino una gran comedia para adultos protagonizada por perros. Dejé claro que había potentes precedentes de comedias para adultos en espacios cinematográficos tradicionalmente infantiles, como es el caso de Chicos buenos, La fiesta de las salchichas y Ted. Creo que el público es inteligente. La gente quiere algo novedoso y no sentirse como si le estuvieran sirviendo siempre lo mismo, pero con distinto envoltorio, cosa que ocurre a veces en nuestra industria, y me aseguré de señalar que eso es precisamente a lo que nosotros aspirábamos».

El estudio dijo que sí. «El proceso de conseguir luz verde no fue un horror interminable», nos cuenta Greenbaum. «Creo que en Universal le vieron mucho potencial, y que teníamos un gran guion y un equipo de producción fabuloso. Hicieron falta unas cuantas conversaciones y, por supuesto, el reparto es una parte de eso. Aunque parezca extraño, cuando empezamos a rodar no teníamos a ningún actor ni actriz asignados para los personajes. Dirigir sin ese aspecto requería una buena dosis de imaginación, pero hay que reconocerle a Universal el mérito de dar luz verde a un proyecto antes de que tuviéramos el reparto final cerrado».

El mayor desafío a la hora de transferir la historia de las páginas a la pantalla fue crear una comedia de colegas de cuatro personajes con perros parlantes que resultaran creíbles. «Es muy divertido ver a los perros hablar entre sí en plan conversación», nos cuenta Perrault. «No estamos acostumbrados a eso en las películas tradicionales familiares con perros». En las películas de perros más recientes, el público solo escucha los pensamientos de su peludo amigo. Para VIDA PERRA necesitábamos que los perros conversaran entre sí. «Resultaba más divertido ver a los perros hablar, usar palabras malsonantes y comunicarse entre sí como colegas, de lo que hubiera sido simplemente oír sus pensamientos», asegura Perrault.

Pero no fue tan fácil como podría parecer. «Era un reto que me emocionaba mucho y, por mucho que adore a los perros, era enormemente complejo debido a que en gran parte de la película los cuatro perros están en pantalla juntos», explica Greenbaum. «Me sentí atraído por este proyecto porque el guion era maravilloso y la historia era increíble, pero también porque me encanta dirigir cosas que me asusten un poco. Sabes que estás haciendo algo interesante, pero que podrías fracasar. Es una sensación buena, extrañamente».

Con el objetivo de conseguir que lo que figuraba sobre el papel pudieran interpretarlo perros de verdad, los cineastas ficharon al veterano responsable de adiestramiento de animales Mark Forbes, cuyos créditos incluyen películas caninas como Finch, Benji, La dama y el vagabundo y Tu mejor amigo, para ayudar con el desarrollo del guion. «Mark fue el genio encargado de asegurarse de que la película fuera posible», dice el productor Chris Miller. Y, por suerte, Forbes compartía la sensibilidad procaz de los cineastas. «Llevaba años pensando que había que hacer una película para adultos tipo Deadpool, pero con perros parlanchines», dice Forbes. «Me emocioné mucho cuando me presentaron esta idea».

En el proceso de preproducción, el guion evolucionó de varias maneras, pero el núcleo emotivo se mantuvo incólume. «La película trata principalmente de las relaciones tóxicas y de que no te define la persona que te lleva de la correa», dice Feig. «Eso es algo que ha permanecido intrínseco e inalterado. Algunos de los elementos del set cambiaron media docena de veces y hay escenas que son desternillantes y momentos memorables que se nos ocurrieron e incorporamos más adelante en el guion, mientras rodábamos».

Greenbaum quería grabar a los perros del mismo modo que haría con actores humanos. «En vez de pasar tiempo ensayando con mis actores, me pasé una semana entera revisando página por página el guion con nuestro increíble equipo de adiestradores, resolviendo cómo veía yo todos los bloques y ángulos de cámara», explica Greenbaum. El enfoque único del trabajo de cámara que caracteriza a Greenbaum también formó parte del desafío creativo. «Nos esforzamos por usar complicados planos principales en los que los movimientos de los perros y las cámaras se complementaban para contar la historia», dice Greenbaum. «También traté de utilizar planos de los cuatro protagonistas en los que todos los perros se hablan entre sí, todo ello para que la película resultara más cinematográfica, más emotiva y, en último término, más divertida».

Por supuesto, conseguir que cuatro perros interactúen entre sí exactamente como quieres no es precisamente fácil. Incluso cuando los cuatro estaban sentados y permanecían en un plano determinado, tenían también que mirar todos en la misma dirección. «Los perros tuvieron que aprender a ignorar a todo el mundo excepto a su adiestrador», dice Forbes. «Le dije a Josh que mi principal cometido era conseguir que fuera divertido para los animales. Es importante que quieran hacer lo que les pedimos».

Si la cosa no iba tal y como estaba planeada, entonces intervenía el supervisor de efectos visuales CHARLIE ITURRIAGA (El Escuadrón Suicida, Deadpool). «En ese momento, a los adiestradores les tocaba enfundarse los trajes azules», dice Greenbaum. «Pero nos sorprendió positivamente tener que usar menos efectos visuales de lo que pensábamos, porque los perros lo hicieron realmente de maravilla. Se portaron tan bien que comenzaron a sentirse como un equipo con una química increíble».

Debido a todo ello, el set de la película resultó totalmente diferente a lo que Greenbaum y sus compañeros de proyecto habían experimentado hasta el momento. «Hubo muchos momentos a lo largo del proceso de crear esta película en los que miraba a mi alrededor y al equipo técnico y apenas podía creer que estuviéramos haciendo algo así», asegura Greenbaum. «Con muchos de los chistes, me reía y decía: “Sí, a esto nos han conducido nuestras carreras”. Era hasta ridículo. Conseguir que dos perros se pongan a montarse o a montar algo no es un comportamiento que se pueda conseguir mediante adiestramiento, así que había mucha manipulación tras las cámaras. Pero, en último término, estar en el set con cuatro perros todos los días era algo muy especial. Podías sentir su energía. Te reduce la tensión de un modo que es muy de agradecer con el estrés habitual del set de rodaje».


LOS PERSONAJES
Reggie. Will Ferrell y Sophie
Con voz en VO del icono de la comedia Will Ferrell, el border terrier Reggie es un perrito inocente, alegre y optimista que solo tiene ojos para un humano. Por desgracia, esa persona es Doug (Will Forte). Reggie cree que disfruta de una vida maravillosa con el mejor dueño del mundo. Cegado por el amor, Reggie no se da cuenta de que Doug no hace más que intentar deshacerse de él.

Por eso, cuando Doug acaba abandonando a Reggie en las calles de la ciudad, nuestro canino héroe no cree en un principio tener mucho que ver con los perros callejeros que se encuentra: Bug (Jamie Foxx) y sus colegas Maggie (Isla Fisher) y Hunter (Randall Park). Después de todo, Reggie no cree que lo hayan abandonado, sino que se ha perdido temporalmente. Pero cuando abre los ojos a la cruda realidad de su abandono, Reggie comienza a confiar en su manada y a ver lo genial que puede ser la vida sin el yugo de la correa.

Para interpretar a Reggie, Ferrell conectó con la evolución de Reggie de perrillo ingenuo y afectuoso a héroe seguro de sí mismo. «Reggie es un perrete superdulce que siempre ve el vaso medio lleno», explica Ferrell. «Todos los días se despierta con una sonrisa y únicamente desea tener un dueño que lo quiera. Interpretar a un personaje que solo ve el lado positivo de las cosas y las personas ha sido superdivertido para mí. Hay mucha inocencia, dulzura y honestidad en Reg, y es muy divertido verlo describir el juego de “busca-joder”, un juego increíblemente diabólico. Hacer que se lo explique a sus nuevos amigos, ver su mundo desmoronarse en torno a él y darse cuenta de que todo en lo que él creía se ha ido al traste resultó una experiencia muy interesante y disfrutable».

A Ferrell le hizo enseguida mucha gracia el concepto de una película de perros para adultos, pero fue el corazón del proyecto lo que de verdad le enganchó. «Enseguida me conquistó que la premisa emulara una peli de perros tipo De vuelta a casa con un viaje, pero en versión gamberra para adultos», asegura Ferrell. «Recuerdo pensar que podría ser genial y algo que no habíamos visto hasta el momento. Lo atrevido de la premisa y las relaciones tan dulces y sinceras que se forjan entre los perros me sorprendió mucho».

VIDA PERRA, en opinión de Ferrell, es una historia sobre amistad, amor, pérdida y lo absurda que es la vida. «El descaro de la película es lo que hace que sea tan original», dice Ferrell. «Va en una dirección que no te esperas. Hay momentos muy dulces en los que Reggie, que se ha pasado la vida viendo todo de color de rosa pese a vivir en circunstancias horribles, va aprendiendo la realidad del mundo. Esa intersección es superdulce y muy sincera».

Para Ferrell fue muy emocionante colaborar con un reparto tan «cantástico», y disfrutó particularmente capturando la energía de los personajes en las sesiones con Jamie Foxx. «Cuando compartes un mismo espacio en la medida de lo posible, eso añade mucha vida a ambas interpretaciones», dice Ferrell. «Nos pasábamos todo el rato yendo adelante y atrás, cosa que convertía las sesiones en una experiencia muy viva, además de pasarse volando. Jamie es muy rápido, y dar una réplica inocente a todo lo que salía por su boca... ha sido brutalmente divertido».

Por su parte, para Will Forte fue todo un honor ser objeto de la venganza de Reggie. «Will Ferrell es uno de mis héroes de la comedia», confiesa Forte. «Es la persona perfecta para ponerle voz a Reggie».

Durante el rodaje, el border collie fue interpretado por SOPHIE, cuya expresión inocente transmitía la energía y la ferocidad de un terrier. Su doble fue BOY, que era mucho más tímido, pero que echó una pata en las escenas en las que había que correr para que Sophie no se agotara. Tanto Sophie como Boy estuvieron al cuidado de la adiestradora MATHILDE DECAGNEY (El dictador).

Bug. Jamie Foxx y Benny
Bug, con la voz en VO del ganador del Oscar® Jamie Foxx, es un pequeño Boston terrier una pizca más grande que Reggie. Este perro callejero parlanchín, malhablado y salido cree que a los cachorros les han engañado y hecho creer que su misión es amar a los humanos. Es defensor de los espacios abiertos, la libertad y las oportunidades para todos los perros, grandes y pequeños.

Cuando Reggie suma a Bug a su misión de volver a casa con Doug, Bug le abre los ojos a Reggie. Tras hacer que se dé cuenta de que el problema siempre ha sido Doug, Bug anima a Reggie no a buscar el reencuentro, sino venganza.

Foxx conectó con la filosofía hedonista y de liberación canina de Bug. «Me encanta que Bug viva siguiendo la máxima de que “en cuanto te ponen una correa y te cortan las pelotas, se acabó”», dice Foxx. «Es el amigo que Reggie no sabía que necesitaba porque Reggie está cegado por su total entrega a un humano que lo trata fatal. Bug tiene unas cuantas heridas de guerra, y es el único que puede ayudar a Reggie a sobrevivir en la calle».

Desde Soul hasta Río, Foxx ha prestado su voz a proyectos de animación a lo largo de su carrera, pero la experiencia de trabajar en VIDA PERRA con el director Josh Greenbaum y el guionista Dan Perrault ha sido única. «Me impresionó cómo Josh y Dan se mueven sobre esa fina línea entre el humor irreverente y la ternura», cuenta el actor. «Podíamos decir lo que quisiéramos. Pude grabar mucho con Will en directo en el estudio, cosa que fue increíble. Hizo que la experiencia fuera divertida, y puedes sentir la camaradería al ver la película. Ni me imagino lo que se oirá en algunas tomas falsas».

A Foxx le asombró cómo Greenbaum combinaba la insensatez y la sinceridad de la historia. «Josh abraza lo raro», dice Foxx. «Al ver esta película me acordé de cuando vi Ted por primera vez, lo sorprendente que fue. VIDA PERRA es superdivertida y obscena, pero tiene muchísima ternura. Creo que eso es lo que atraerá a los espectadores cuando la vean».

Para el actor, la experiencia de trabajar con el resto de estos perrunos Cuatro Fantásticos fue estimulante. «Will, Isla y Randall tienen entonaciones muy características», explica Foxx. «Aunque al hacer animación uno puede sentirse aislado, tenía sus voces en mi cabeza mientras grababa a Bug. De poca gente puedo decir eso. Además, Will Forte está dispuesto a todo. Se atreve a hacer cualquier cosa por arrancarte una carcajada».

El adorable BENNY es quien encarna a Bug en la pantalla. Este Boston terrier se mereció el apodo de «Business Benny» por su gran capacidad de trabajo. Detrás de las cámaras es, sin embargo, una diva. Tenía frío incluso en un soleado y templado día de otoño, así que estaba rodeado de estufas. Naturalmente, iba con una sudadera con capucha y envuelto en mantas. Su doble para las escenas peligrosas era FLY, un alocado cachorro. Ambos terriers están adiestrados por APRIL MACKIN (Cruella).

Maggie. Isla Fisher y Elsa
Maggie, la valiente e inteligente pastora australiana, con la voz en VO de Isla Fisher, es la mejor olfateadora que jamás haya paseado por este parque canino. Esta saltadora de altura siempre dice lo que piensa y tiene ganas de aportar sus habilidades a la manada. La dueña de Maggie, Jenna, tiene una nueva cachorrita de Yorkshire terrier llamada Bella (GRETA LEE, Spider-Man: Un nuevo universo), y parece que ha dejado un poco de lado a Maggie. Y Maggie, que está secretamente enamorada de Hunter, se debate entre dejarse llevar por su lado más domesticado o su lado más salvaje. Aspirante a ser perro de rescate, cuando Maggie se entera de que una niña de seis años se ha perdido en el bosque, decide que su misión es llevarla de vuelta a casa.

A Fisher le atrajo la audacia de Maggie. «Lo que me encanta de Maggie es que está rodeada de machos neuróticos, y que es consciente de su valía dentro de la manada», dice Fisher. «No siente vergüenza, es valiente y está dispuesta a luchar por lo que cree. No se me ocurre un modelo mejor, ya sea canino o no, y estoy orgullosa de haberle prestado mi voz».

Es de justicia poética que Fisher, que pasó su infancia en Australia, interprete a una pastora australiana. «Me gustaría pensar que no me eligieron solo porque me crie allí», dice Fisher entre risas. «La audacia de Maggie, su atrevimiento y valentía ante el rechazo que afronta al verse relegada frente a una nueva cachorrita que su dueña ha convertido en estrella de Instagram. Ella es todo corazón, amor y valentía, y me encanta que no se doblegue ante nadie, ya sea humano o animal».

Fisher descubrió algunas cosas acerca de esta raza de perros mientras se preparaba e interpretaba el papel. «Los pastores son tremendamente intuitivos, amables y perspicaces», explica Fisher. «Maggie está especialmente concentrada en su misión de encontrar a la niña pequeña perdida; eso no quita que esté profundamente enamorada de Hunter. Tiene una misión que llevar a cabo, y ha nacido para ella, pero a la vez está muy pillada por su amor verdadero».

En este sentido, la interpretación de Randall Park de Hunter hizo que su trabajo fuera de lo más sencillo. «Randall tiene un corazón de oro, y lo refleja en Hunter», afirma Fisher. «Es imposible no enamorarse de su personaje: es todo corazón, amor y dedicación a los demás. Solo espero haberle dado a Randall un poco de atrevimiento y bondad, material con el que trabajar para dar forma a su personaje».

ELSA, una preciosa pastora australiana tricolor, es quien interpreta a Maggie en pantalla. De todos los perros de VIDA PERRA, ella era la única con adiestramiento previo. Su doble fue RILEY, quien realizó la mayoría de los planos en los que Maggie sale corriendo. Fue así porque Riley corre más despacio que Elsa, que es tan rápida que costaba seguirla con la cámara. Para tenerlas listas ante la cámara, RAY BEAL fue el encargado de entrenar a Elsa y Riley.

Hunter. Randall Park y Dalin
Fuerte como un mastín y rápido como un whippet, lo único que el gran danés Hunter no puede soportar es la violencia física. Tras fracasar en la academia de perros policía, este gigante amable, que cuenta con la voz en VO de Randall Park, ha empezado a llevar un collar isabelino a todas horas para sobrellevar su permanente ansiedad. Ahora que provee de apoyo emocional en una residencia de ancianos, Hunter lleva el collar isabelino para no morderse a sí mismo incontroladamente. Y para su vergüenza, otros perros más pequeños están obsesionados con el gran tamaño de su pene. Por su parte, lo único que obsesiona a Hunter es su amor por Maggie, que cree que no es correspondido.

Park conectó enseguida con la premisa y el guion de la película. «Tras las primeras páginas supe que quería formar parte del proyecto», afirma Park. Según cuenta el intérprete, el director Josh Greenbaum y el guionista Dan Perrault «han creado un mundo que es mitad De vuelta a casa y mitad Ted. Me encantó como la película consigue ser, a lo largo de la trama, sucia y brutalmente tierna».

Park encontró humor y ternura en el contraste que encarna Hunter, un espíritu sensible que habita el cuerpo de un gigantesco e impresionante animal. «Hunter es un gran danés enorme y alelado que no ha superado el listón para ser perro policía, pero tiene el corazón de un león», dice Park. «Al principio de la aventura se siente muy inseguro, pero con la ayuda de sus compañeros demuestra todo lo que es capaz de hacer. Es el ejemplo perfecto de que no debe juzgarse un libro por la portada».

La relación de Hunter con Maggie es compleja y está llena de matices. «Hay un montón de tensión ahí», afirma Park. «Hunter está fascinado con su atrevimiento y valentía, y desea tener un poquito de eso él también. Es un animal de apoyo emocional que lo está pasando fatal. Gracias a Maggie se suelta un poco y descubre lo mejor de sí mismo y a la bestia que lleva dentro».

Trabajar con sus compañeros de reparto fue un placer, cuenta Park. «Me impresiona lo brutalmente honestos que Isla, Will y Jamie son con estos personajes», dice el actor. «Mientras trabajaba en mis frases con Josh, nuestro director, me apoyé en el trabajo vocal de los demás. Me inspiraron para hacer a Hunter tan real como personaje como ellos habían hecho con los suyos. Y traté de igualar el nivel de locurón que el guion y mis compañeros ofrecían.

DALIN, un desgarbado y torpón gran danés azul originario de Hungría, es quien interpreta a Hunter en pantalla. Igual que Hunter en la película, al principio se mostró tímido e inseguro. Pero según trabajó con los adiestradores CRISTIE MIELE (Uno más de la familia) y TOM GUNDERSON (Noche en el museo), reunió suficiente coraje para enfrentarse a Doug en el gran final de la película.

Doug. Will Forte
Es duro ser humano en un mundo perruno. Y el capullo de Doug, interpretado por Will Forte, no es que demuestre tener mucha humanidad, precisamente. Cuando su novia Ashley rompe con él, Doug coge al perro de ella (Reggie) y se niega a que se lo lleve, pese a que no siente ningún cariño por el animal. Una vez que Ashley se va, Doug —como era de esperar— empieza a tratar a Reggie fatal. Y Reggie, con toda su dulzura e inocencia, racionaliza como algo positivo todas las canalladas que Doug le hace. Es el tipo de historia que, en principio, provocaría más lágrimas que carcajadas.

«Una de las partes más delicadas de esta historia es la relación de Reggie con Doug», explica el productor Chris Miller. «Doug es un dueño negligente y mezquino, pero no es plan de mostrarle como alguien supercruel o abusivo porque no es divertido ver eso en pantalla». Para que la película funcionara, Doug tenía que ser más un perdedor patético que un canalla perverso. El actor que lo interpretara iba a ser clave, y Will Forte ha demostrado ser la elección perfecta. «El humor de Will Forte surge de una gran vulnerabilidad; puedes ver que es un mierda de tío», continúa Miller.

Forte lleva trabajando con los productores Chris Miller y Phil Lord desde 1998 en títulos que van desde Secundaria de clones (Clone High) a El último hombre en la Tierra. «Interpretar a Doug me atrajo por muchas razones», dice Forte. «Lo primero, que Josh Greenbaum fuera el director; acababa de ver Barb y Star van a Vista Del Mar y me pareció una de las películas más divertidas de todos los tiempos. Desde luego, está en mi top 10 de comedias».

«Justo antes de este proyecto estuve trabajando con Kristen Wiig en MacGruber, y me dijo que Josh es divertidísimo y una gran persona», continúa Forte. «Para ser una peli subida de tono, el guion está bien escrito y es increíblemente divertido, irreverente y extrañamente conmovedor. Me descubrí con lágrimas en los ojos en un par de ocasiones».

Al contrario que su personaje, Forte es un gran amante de los animales. «Lo principal es que la gente se ría y disfrute», afirma Forte. «Pero creo que hay un par de momentos que son sorprendentemente emotivos. De niño tuve una mascota, y después de ir a la universidad ya no tuve ninguna mascota durante los siguientes 30 años. Mi mujer sí tenía un perro cuando la conocí. Desde entonces tenemos otro. La relación con tus mascotas es algo muy especial».

A Forte le encanta que Doug reciba lo que se merece. «Doug ha tenido muchas oportunidades para hacer las cosas bien», dice el actor. «El pequeño Reggie es la cosa más dulce del mundo. Me pone de los nervios ver que hay gente que maltrata así a sus mascotas. Doug merece que le arranquen el pene de un mordisco».


LA SEGURIDAD DE LOS ANIMALES
· La seguridad y el bienestar de los perros de VIDA PERRA fueron las prioridades para todos los implicados en la película.
· El equipo de producción contrató a la veterana experta en seguridad animal JANICE CAPUTO (El hombre que susurraba a los caballos), de la organización Movie Animals Protected, que asesoró en todos los aspectos relativos al rodaje con perros. Caputo estuvo presente en el set siempre que había perros, y trabajó codo con codo con el jefe de adiestradores Mark Forbes.
· Los perros nunca se quedaron solos, y pasaban la noche en casa de sus entrenadores o dueños, en hoteles de cuatro estrellas o en el recinto construido para ellos en el set con un cuidador nocturno.
· Cada set de rodaje y localización dentro y en los alrededores del parque Stone Mountain (Georgia) debía inspeccionarse, limpiarse y recibir el visto bueno antes de que los perros pudieran entrar.
· El equipo de producción puso a disposición de los adiestradores y los perros tiendas equipadas con sistemas de refrigeración y calefacción para cuando fueran necesarias, aunque las temperaturas otoñales en Atlanta fueron muy benignas.
· Además, los sets, el atrezo y el vestuario se diseñaron teniendo en cuenta la seguridad de los animales.
· Para toda escena que pudiera resultar remotamente peligrosa o incómoda para alguno de los perros, los animales se recrearon con efectos visuales durante la postproducción, a través de la colaboración con el equipo de efectos visuales y el supervisor de efectos visuales en escena Charlie Iturriaga.
· Una vez que los perros terminaron el rodaje de VIDA PERRA, a aquel animal que no viviera ya con los adiestradores se le encontró un hogar seleccionado previamente para que esos futuros dueños pudieran darles a sus nuevas mascotas la mejor vida posible. De hecho, el director Josh Greenbaum adoptó a uno de los perros. «Cuando trajeron a dos adorables cachorros de border terrier para interpretar al joven Reggie en una escena al principio de la película, me dijeron que no iban a tener un hogar una vez terminado el rodaje», cuenta Greenbaum. «Entonces decidí adoptar a uno y le pedí a mis hijos que le pusieran nombre. Inmediatamente respondieron que Reggie, ya que había interpretado a Reggie en la película. Así que tras el rodaje llegué a casa, presenté a Reggie a la familia y ahora tengo a Will Ferrell en mi casa».


LA PRODUCCIÓN
· Cuando un águila real atrapa a Bug e intenta salir volando, Reggie salta a rescatarlo. Para hacer realidad esta escena, se creó un águila en 3D con efectos visuales. La escena es una combinación de saltos y carreras en acción real, algo de croma verde con los perros sujetos por arneses, y planos completos de efectos visuales en 3D de ambos perros. Benny, que interpretaba a Bug, estaba tan a gusto mientras lo levantaban con un arnés que se le veía un poco demasiado cómodo para estar en las garras de un águila. Así que los cineastas lo sustituyeron por Fly, su doble, porque ella se retorcía más.
· La escena más difícil de hacer para los perros fue cuando Hunter echa abajo la puerta de la casa de Doug. Los entrenadores enseñaron a Hunter a correr y saltar sobre la puerta, que los departamentos de carpintería y efectos especiales habían modificado con un sistema de poleas que permitía subirla y bajarla. El equipo empezó con la puerta levantada solo unos 30 centímetros del suelo, y poco a poco fueron enseñando al gran danés a saltar sobre ella a más altura hasta que estaba totalmente vertical y él saltaba sobre ella al tiempo que la bajaban. Entrenar a Hunter para hacer la escena llevó unos dos meses, ¡y él pensaba que era el juego más divertido que había hecho nunca!
· Para la escena en la que los cuatro perros devoran setas alucinógenas, el responsable de jardinería SWIFT MOSELEY (Dos tontos todavía más tontos) acondicionó un claro en un bosque con setas preparadas especialmente. Su equipo exploró Atlanta en busca de las especies correctas y pintó la parte superior de rojo. Por su parte, el departamento de atrezo preparó hamburguesas de pollo para que hicieran las veces de setas. En cuestión de segundos, Dalin (Hunter) se puso a dar vueltas en torno al claro lleno de alegría, mientras el equipo —con las luces y los micrófonos listos— trataba de evitar que el gran danés destrozara el set.
· A diferencia de una película protagonizada por personas, donde lo normal es que la cámara esté a la altura de la cabeza, los protagonistas de VIDA PERRA son perros, lo que conlleva algunos cambios significativos. Para empezar, para filmar a los perros las cámaras tenían que estar unos pocos centímetros encima del suelo. Y, por si eso no fuera suficiente, cada perro tenía diferentes tonalidades de color. Para las escenas nocturnas, el director de fotografía Tim Orr usó contrastes de color para las diferentes situaciones en las que se ven inmersos los perros. «Hay una escena en un callejón, cuando Reggie está perdido y conoce a Bug», cuenta Orr. «Reggie se topa con dos perros enormes y amenazantes, hasta que Bug hace de las suyas para librarse de ellos. Usé un ámbar dorado casi satánico para recrear una lámpara de vapor de sodio. ¡Eso hizo que esos inquietantes perros parecieran demoníacos!».