Escrita y dirigida por Fernando Guzzoni, un tenso, complejo y absorbente thriller de denuncia social, basado en el turbulento y confuso Caso Spiniak. Un proceso judicial que en la década de 2000 conmocionó a Chile, al destapar una red de prostitución infantil y pedofilia, urdida por un famoso empresario chileno, con la supuesta implicación de tres senadores. Este caso real origina esta ficción que gira en torno a la tragedia de las víctimas y los prejuicios de clase social, la impunidad de los poderosos, las debilidades del sistema judicial y la corrupción política, la participación de la Iglesia o la ética periodística de los medios de comunicación.
"Blanquita" es un viaje pesadillesco en torno a la misteriosa testigo clave, Blanquita, quien, con el apoyo de un sacerdote, una diputada y una psicóloga, se enfrenta a un turbio mundo de poder político y económico. También es una reflexión sobre los límites éticos personales y profesionales en busca de la Justicia y de la Verdad.
"Blanquita" ganó el prestigioso Colón de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de Cine Iberomericano de Huelva. Su estreno mundial tuvo lugar en la Mostra Internacional de Cine de Venecia 2022 (Orizzonti), donde obtuvo el Premio al Mejor Guión. Y fue la película elegida para representar a Chile en los Oscars 2023 en la categoría de Mejor Película Internacional.
PREMIOS Y FESTIVALES INTERNACIONALES
FESTIVAL DE CINE IBEROAMERICANO DE HUELVA 2022
COLÓN DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA
PREMIO RADIO EXTERIOR DE ESPAÑA A LA MEJOR PELÍCULA
FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE PALM SPRINGS 2023
MENCIÓN ESPECIAL PREMIO IBEROAMERICANO
MOSTRA INTERNACIONAL DE CINE DE VENECIA 2022
PREMIO AL MEJOR GUIÓN (Orizzonti)
REPRESENTANTE POR CHILE A LOS OSCARS 2023
MEJOR PELÍCULA INTERNACIONAL
TRAILER "BLANQUITA" DE FERNANDO GUZZONI - ESTRENO CINES 12 MAYO
LA CRÍTICA INTERNACIONAL HA DICHO...
“Una película valiosa que aborda la posibilidad (o no) de la redención y las segundas oportunidades.”
(Diego Batlle, OTROSCINES)
“La interpretación principal de Laura López es impecable (…) Guzzoni crea una atmósfera hostil y lúgubre para esta historia, que se adentra en los rincones más oscuros de la sociedad chilena.”
(Wendy Ide, SCREENDAILY)
“Un interesante aporte a las discusiones sobre violencia de género, abuso infantil e impunidad política.”
(Diego Lerer, MICROPSIACINE)
“Guzzoni no tiene por qué subrayar las paradojas del caso Spikiak: la simple sucesión de acontecimientos, los reales y los fabricados, es más que suficiente (…) Blanquita es abrumadora.”
(Ernesto Diezmartínez, LETRAS LIBRES)
“Si Guzzoni ofrece un respiro es por el hecho de que su inteligente y bien ejecutada película no es precisamente explícita.”
(Marta Balaga, CINEUROPA)
“Un drama socialmente relevante (…) Un thriller inmersivo y ágil sobre las autoridades, la manipulación, la vanidad y la explotación.”
(Martin Kudlac, SCREEN ANARCHY)
“Basada en un caso penal que conmocionó a todo Chile a principios de la década de 2000, Blanquita analiza el significado de la victimización y de la impotencia ante los polarizados sistemas de justicia.”
(Beatrice Loayza, THE NEW YORK TIMES)
“En lugar de simplemente relatar un evento de la vida real, Guzzoni ha creado un emocionante thriller que indaga profundamente y plantea preguntas críticas sobre el continuo fracaso de la sociedad para proteger a los niños.”
(Ronda Racha Penrice, THE WRAP)
“La telaraña ficticia de Guzzoni, llena de acciones ambiguas e indescriptible impunidad, funciona con eficaz tensión y desprovista de toda artificialidad emocional.”
(Carlos Aguilar, LOS ANGELES TIMES)
“Una protagonista fascinante en un drama turbio y convincente.”
(Rachel Labonte, SCREEN RANT)
“Un thriller psicológico con muchísimo suspense. Tiene varias capas y muestra cómo la baraja se apila contra los más vulnerables.”
(Claudia Puig, KPCC-NPR LOS ANGELES)
FICHA ARTÍSTICA
Blanquita - LAURA LÓPEZ
Padre Manuel - ALEJANDRO GOIC
Carlos - ARIEL GRANDÓN
Piedad - AMPARO NOGUERA
Marcos - NICOLÁS DURÁN
Fiscal Lagos - DANIELA RAMÍREZ
Fiscal Herrera - MARCELO ALONSO
FERNANDO GUZZONI (Director y Guionista)
Biofilmografía
Cineasta y guionista nacido en Santiago de Chile en 1983.
En 2008 estrenó su primer largometraje documental “La colorina” en la competición oficial del Festival Des Films Du Monde de Montréal (Canadá). La película participó en más de 20 festivales internacionales de cine como BAFICI, Monterrey, Cartagena de Indias o Docúpolis, entre otros. La película recibió el Premio al Mejor Director en SANFIC y el Premio a la Mejor Película en el Festival de Trieste (Italia).
Su primer largometraje “Carne de Perro” fue escrito en la Residencia del Festival de Cannes 2010-2011. La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2012, donde ganó el Premio Nuevos Directores a la Mejor Película.
Fernando Guzzoni ha recorrido más de 25 festivales internacionales, obteniendo diferentes reconocimientos, como el Premio Ingmar Bergman en el Festival de Gotemburgo, el Coral en el Festival de La Habana, el Premio Moviecity en el Festival de Valdivia, el Premio Oc Rail en el Festival de Toulouse, etc.
Su segundo largometraje, “Jesús”, participó en la competición oficial del Festival Internacional de Cine de Toronto y en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2016
Filmografía
2022 - Blanquita (Largometraje)
2016 - Jesús (Largometraje)
2012 - Carne de Perro (Largometraje)
2008 - La Colorina (Documental)
NOTAS DEL DIRECTOR, FERNANDO GUZZONI
Esta película se basa en una investigación de un año sobre el "Caso Spiniak", una red de prostitución infantil y pedofilia dirigida por un poderoso empresario chileno.
Fue uno de los casos más turbulentos y confusos para la historia judicial, política y periodística chilena de los últimos 15 años. Tras adentrarnos en los detalles del caso, a través de una exhaustiva investigación de las numerosas fuentes como noticias, archivos del caso, expedientes judiciales y entrevistas, hubo un personaje en esta condenada historia que fue el que más me fascinó: Gema Bueno, "La testigo clave", "la menor", "Gema Malo".
Una chica de veinte años que dividió a la opinión pública y mantuvo en vilo a la nación durante nueve meses. Acabó entre rejas, pero la sociedad se desgarró con su caso.
Esta historia se inspira en aquellos hechos, pero los he convertido en un melodrama en el que los medios de comunicación desempeñan un papel importante a la hora de retratar la tragedia de las víctimas, los asesinatos y el abuso de menores por parte de personas poderosas. En este caso, nada es lo que parece. Esta película es una obra de ficción que extrae elementos reales del caso y se presenta como una historia independiente que podría haber tenido lugar en muchos países diferentes.
Blanquita es una indagación sobre la verdad personal, el engaño, la ética y la interpretación de la verdad. Sobre todo, trata de la doble vida de una chica o una niña cuya falta de oportunidades y la constante decepción por parte de las mismas instituciones que prometieron protegerla, la llevaron al límite. Busca su venganza de clase a través de su testimonio contra los poderosos. Mi objetivo era presentar a un personaje enfrentado al escepticismo de unos y a la devoción ciega de otros, sin juzgarlo. Una historia sobre alguien que dice la verdad o que tal vez adapta sus emociones para sobrevivir, por placer, por amor, por necesidad o por narcisismo.
ENTREVISTA CON EL DIRECTOR FERNANDO GUZZONI
Por Marta Balaga (Cineuropa)
P: Sería difícil imaginar algo más oscuro que la historia que cuenta aquí. ¿Qué le llevó a hablar así de los abusos a niños?
R: Básicamente, toda la historia se inspiró en un hecho real. En cierto modo, reunió a toda la sociedad chilena: el Ministerio, la Iglesia, el sistema judicial. Aunque la película tiene muchos elementos de ficción, se parece mucho a ese caso, en el que los abusadores pudieron salir libres y el sistema judicial estaba muy influido por prejuicios de clase.
El caso "Spiniak", que es al que me refiero, fue un hecho real ocurrido en Chile entre 2004 y 2005. Tuvo que ver con una red de pedofilia, liderada por un poderoso empresario. También participaron algunos políticos. Fue una niña llamada Gemita quien denunció los abusos de esta asociación criminal y quien, de alguna manera, fue la voz de los sin voz. También porque, como muestra la película, los niños que habían sufrido los abusos fueron apartados del caso debido a los daños neurológicos causados, por ejemplo, por el consumo de drogas. Lo que me fascinó de todo esto fue la figura de Gemita. Cómo se convirtió en una heroína, pero con una vuelta de tuerca. Y cómo la mentira puede convertirse a veces en un ejercicio moral.
P: Es interesante que no muestres la violencia. Sólo se cuenta normalmente de una manera muy práctica. ¿Por qué esa decisión?
R: Creo que esta película trata sobre todo de palabras. Sobre el cambiante estatus de la verdad, sobre cómo las palabras pueden crear su propia realidad. Creo que las narraciones orales constituyen el núcleo de esta historia. Me pareció mucho más interesante dejar atrás el horror de semejante abuso. Por no hablar de que no quería caer en el sensacionalismo.
En realidad, hay una palabra que me ha acompañado durante todo el proceso de escritura. Es "telepatía", donde "tele" significa lejos y "pathos" significa dolor. Es decir, Carlitos comparte su dolor con ella y ella también comparte su dolor con los demás, porque está relacionado con el maltrato que sufrió de manos de su padre. La telepatía es una transmisión psíquica, pero en este caso se trata de una comunicación hablada que pone las palabras en el centro.
P: Me pregunto si tratar estos temas, y entrar en tanto detalle, también fue duro para ti. No pareces demasiado optimista sobre un posible cambio en el futuro.
R: No creo que tenga que ver con ser optimista o pesimista. Esa dicotomía simplemente no funciona en estos casos. Lo que me interesa tiene más que ver con cuestionar hechos complejos, con buscar matices y zonas grises, con intentar comprender la complejidad humana y la violencia estructural. Quería explorar cómo funcionan normalmente los derechos humanos y el Estado de derecho, y mostrar cómo a veces sólo parecen aplicarse a ciertas personas.
P: En realidad, es una película sobre los que están en el poder, los que pueden utilizar a la gente de la forma que quieran. Y los que sólo intentan sobrevivir. ¿Cómo quería mostrar la interacción entre estos dos mundos?
R: Me interesa el concepto que (el filósofo italiano) Giorgio Agamben llamó "Homo Sacer". Se refería a las personas que no tienen acceso a los derechos humanos, que son parias, que no tienen poder. Personas que, por algún tipo de accidente, acaban rozando a quienes ostentan el poder. Pero normalmente, la llamada élite es también la que dicta sus normas.
P: Su protagonista me parece bastante difícil de leer. ¿Cómo ve a este personaje?
R: En realidad, creo que sus acciones y sus decisiones son bastante claras, pero no es un personaje femenino santificado. Por otra parte, la película trata de una mentira o de una verdad a medias, de las cosas que ella omite, así que pensé que sería bueno evitar cualquier sermón. Me gusta la idea de que este personaje es una bomba de relojería, y que su personalidad tiende a inclinarse más hacia el interior.
En el fondo, esta película es un juego en el que todo el mundo lleva una máscara, todo el mundo interpreta un papel. Nadie se atreve a mostrar su verdadero rostro. En este sentido, la calle es un lugar en el que se sigue actuando, en el que se libra una lucha similar a la de Manuel o Blanquita.
P: Blanquita puede ser vista como una víctima o como alguien que busca venganza por lo que le ocurrió en el pasado. ¿Has pensado en algún ejemplo concreto de este tipo de heroínas?
R: Me gusta la idea de una protagonista compleja que tenga dos caras, no la típica heroína ingenua de Hollywood. La feminista española Clara Serra -a quién admiro mucho- solía decir que el feminismo también debe defender la idea de que una mujer no tiene por qué ser buena.
Me gusta pensar que Blanquita, como cualquier otro ser humano que vive en una estructura tan precaria, quería acceder a bienes materiales, pero también a la dignidad y la justicia. Y de alguna manera, tras este caso, ha conseguido reconstruir su identidad y recibir el respeto y la atención que siempre se le negaron.
P: La película supone una nueva colaboración con el actor chileno, Alejandro Goic. ¿Le gusta volver a trabajar con la misma gente?
R: Sí, Alejandro es un actor inteligente, sensible y un buen amigo mío. Y me gusta mucho trabajar con amigos. Pueden ser técnicos o actores, no importa. Siempre es más cómodo cuando ya te conoces. Así se puede establecer un diálogo sostenido que luego puede desarrollarse con el tiempo.
P: Su director de fotografía, Benjamín Echazarreta, ya ha realizado “Gloria” o “Una mujer fantástica”. ¿Cómo quería que fuera esta película?
R: La idea era que tuviera ciertos tintes de thriller, que pareciera "invernal" y que tuviera un aspecto muy definido, pero no clínico. Decidimos trabajar esta vez con dos tipos de lentes diferentes. Algunas de los años 50 y otras modernas, combinando ambas estéticas. Creamos una atmósfera que el espectador percibiera como claustrofóbica y nocturna.
P: Últimamente se habla mucho de "creer siempre a las víctimas". Por eso, supongo, esta película podría considerarse controvertida. ¿Está preparado para ello?
R: Creo que la película trata precisamente de las víctimas. Defiende a las víctimas. Habla del "agujero negro" de la impunidad y de cómo el sistema judicial roto deja atrás a los niños maltratados. El personaje de Blanquita es una respuesta directa a los fallos del sistema. Además, es una niña que también sufrió abusos en el pasado y nadie la creyó, así que no me parece una historia provocadora o irresponsable.
Pero sí, estoy preparada para todo. Entiendo esta lógica binaria que parece regir el mundo actual y que la cultura "woke" tiende a ignorar todas las zonas grises. Pero no me importa, porque, como dijo Pasolini en una ocasión, no me interesa apaciguar a la policía de la moralidad ni el punitivismo progresista. Que, en mi opinión, no es más que otra forma de fascismo.