Óscar y Teo (13 y 10 años) son dos hermanos, muy distintos entre sí, que viven en un modesto piso de barrio. Teo es futbolero y un poco travieso, Óscar un sabelotodo que prefiere pasar las tardes de verano estudiando la teoría de la relatividad. En realidad, cada uno lidia a su manera con la desaparición de su madre, una prometedora científica obsesionada con los agujeros de gusano.