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  El viejo roble  (The Old Oak)
  Dirigida por Ken Loach
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PAUL LAVERTY - GUIONISTA
Esta ha sido la película más dura que hemos hecho juntos; o al menos así me lo parece. A lo largo de 4 años Ken, Rebecca y yo hablamos de la idea de intentar hacer una tercera película en el noroeste de Inglaterra. Igual no lo parece después de ver la película, pero al principio y en muchos momentos a lo largo de todo el proceso, siempre fue un proceso mucho más frágil de lo que puede parecer desde fuera. Es una apuesta. Como siempre, nos hemos encontrado a lo largo del camino con gente brillante y generosa que da aliento e inspira. Los pueblos que antes eran pueblos mineros son únicos. Durante una de mis primeras visitas, tuve la suerte de conocer a John Barron, un pastor, a la puerta de su vieja iglesia encantadora, en lo alto del pueblo, con vistas sobre las colinas ondulantes. Esemismo día, algunas horas más tarde, hubo un entierro. Una madre joven había acompañado a su hijo, a pie, a la escuela, y cuando volvió a casa se ahorcó. Esa imagen, imaginar sus últimos días, siguió rondando por mi cabeza durante mucho tiempo. Y en la cabeza de Ken también cuando le conté la historia.

Conocí a otra mujer, de más edad, que me dio una lista de otras mujeres jóvenes que también se habían quitado la vida. Conforme iba deambulando por estos pueblos, me impresionaba hablar con las personas más mayores de la comunidad, que eranmineros, o familiares de mineros. Una mujer mayor, singular, de noventa y tantos años, que había sido enfermera, y que había cuidado de los heridos (uno de ellos el padre de su vecina, quien aún hoy seguía siendo vecino suyo) a raíz de la tragedia de la mina de Easington de 1951, en la que murieron 83 mineros. Escuchar a gente tan entrañable como ella y a otros que habían participadoen la huelga minera de 1984, permite evocar el poderoso sentido de espíritu de comunidad, de cohesión y de claridad política que tanto dista de la falta de esperanza de muchos hoy en día.

Quedó claro que "el pasado" tenía que ser un personaje de nuestra película. Conforme iba rondando por estos pueblos, hablando con jóvenes y viejos, y viendo el abandono y el deterioro de las callesprincipales, me hacía preguntas sobre la vida interior y el espíritu de la vieja generación, comparados con la trágica historia de lajoven madre que se había quitado la vida. ¿Qué había pasado para que esa noción de solidaridad comunitaria, tan presente y tanpoderosamente ilustrada en los comedores comunitarios que habían marcado la época de la huelga de los mineros, se desintegrase y se convirtiese en aislamiento y desesperanza? Surgían otras preguntas cada vez que Ken y yo nos veíamos. ¿Qué había pasado para que una clase obrera, antaño tan bien organizada, con sindicatos militantes, acabase siendo el mundo de Ricky, protagonista de nuestra película, Sorry We Missed You(Lamentamos no haberle encontrado), que había abrazado la narrativa del mercado libre y se creía dueño de su propio destino, apesar de vivir encadenado a una app que mide y monitoriza cada momento de su vida laboral? ¿Qué había pasado para que Daniel?.

Blake, en otra historia nuestra, terminase solo, acosado y víctima de la brutalidad sistemática de la burocracia estatal que se cebócon los más vulnerables? La vida de Ricky, la vida de Daniel, no fueron fruto de la casualidad, sino consecuencia de una serie dedecisiones políticas.

¿Qué podíamos hacer para que el pasado se manifestara en el presente, en esta historia? Conforme íbamos recorriendo estas comunidades, veíamos claramente que la infraestructura se iba desintegrando: las tiendascerraban, al igual que las piscinas, las bibliotecas, las salas de las iglesias. Pero lo que llamaba incluso más la atención era la cantidad de pubs que ya prácticamente nadie frecuentaba o que estaban siendo derribados. Todo esto, como siempre, era sólo el reflejo de cambios más amplios en la economía desde la huelga de los mineros de 1984.

¿Y si un viejo pub fuese un personaje, el único que quedaba en pie en el pueblo, y por los pelos? ¿El último espacio físico público todavía en pie, vinculado al pasado, pero como territorio disputado en el presente? Nos parecía que El Viejo Roble tenía raíces que se remontaban al pasado, que nos podrían ayudar a desenmarañar muchos de los conflictos y contradicciones del presente.

Encontré un viejo cuaderno en el que estaban garabateadas las palabras "Tommy Joe Ballantyne ha perdido la fe". De dónde surgióeste personaje imaginario no lo sé, pero me alegré mucho de conocerle. TJ pedía su lugar en El Viejo Roble. Entonces surge,evidentemente, la pregunta de por qué TJ ha perdido la fe y eso plantea la cuestión incluso más importante de si puede recuperar la esperanza.

En uno de los pueblos, vi a un hombre sirio, mayor, andando por las calles. Iba vestido con su ropa tradicional, y parecía casi surrealista verlo cruzarse con jóvenes en las esquinas de las calles, en chándal, paseando a perros grandes. Él parecía ajeno a todoa su alrededor, y era difícil no imaginar que ese pobre hombre había quedado traumatizado por la guerra de Siria.

Conocimos a familias sirias maravillosas tanto en el noreste como en Escocia, que compartieron generosamente sus historias con nosotros y nos dieron mucho ánimo. Gracias a la existencia de viviendas sumamente baratas en muchos de los pueblos que habían sido pueblos mineros, viviendas quepertenecían a caseros y caseras que las habían comprado on-line en subastas, muchas familias sirias y muchas familias del ReinoUnido no oriundas del noreste, terminaron en esos pueblos que antes habían sido pueblos mineros.

También nos hemos enterado, por activistas de las comunidades, que las autoridades locales de otras zonas del país habían hecho tratos con propietarios en los pueblos y habían trasladado a algunos de sus inquilinos, muchos de ellos con problemas muy serios, al noreste, sin informar a la correspondiente autoridad local. Tuvimos un primer indicio de esas políticas brutales cuando hicimos Yo,Daniel Blake, y fue por este motivo por el que el personaje de Katie terminó en Newcastle. Hay cada vez más autoridades localesirresponsables, haciendo lo mismo, endosando su problema a otros, en vez de crear un plan coherente para resolverlo. Hasta las cárceles anunciaban viviendas baratas en los pueblos para reos. No es de extrañar entones que muchos de los que residían ahí se sintieran injustamente tratados y estuvieran convencidos de quese les obligada a llevar, injustamente, la parte más pesada de la carga sin el apoyo adecuado. Este es el territorio febril que sigue aprovechando la extrema derecha para inocular su veneno. Hubiese sido fácil, y quizá más melodramático, que esto formase parte de nuestra historia, pero nos parecía que el reto de crear el personaje de Charlie era mucho más rico y revelador. ¿Qué hace que, aCharlie, un hombre decente, miembro de la comunidad, le agobien tanto las circunstancias y decida tomar esas decisiones? Esto nos lleva a preguntarnos cómo la falta de esperanza, la injusticia y la imposibilidad de decidir de verdad sobre nuestras vidas, nos hace actuar, nos hace tratar a los demás. ¿Cómo puede eso llevar al miedo y al odio?.

¿Cómo reacciona una comunidad traumatizada cuando termina viéndose obligada a vivir codo con codo con otra? Elegimos explorarotra cuestión que nos fascinaba. Así nació el personaje de Yara y nos ayudó a ampliar la historia para abarcar más cosas. Hay que
tener la curiosidad de mirar, intentar entender. Hemos conocido a personas maravillosas en las comunidades que reaccionaron así ante la llegada de los sirios, y esto nos sirvió otra vez para plantear la eterna cuestión de la esperanza: ¿Qué es lo que la alimenta realmente? ¿Cómo alimentamos ese combustible para poder fomentar el cambio?

La esperanza es algo con la que llevamos lidiando desde nuestras primeras conversaciones allá por el año 2019. De hecho, es algoque nos ha obsesionado desde nuestras primeras colaboraciones a principios de los años 1990. Yeso me lleva al día 17 de junio de2022, cuando rodamos la secuencia en la magnífica catedral de Durham, un día que me acompañará el resto de mi vida. También era apropiado que fuese el día del 86 cumpleaños de Ken.

Se supone que esto no es algo que hay que decir en las notas de producción, pero ya que ésta es la última película que vamos ahacer junto a Ken, quiero dejar constancia de ello por escrito. Hemos hecho muchas películas juntos, en muchos lugares del mundo, y hemos asistido a muchos festivales y encuentros de todo tipo. He visto a Ken trabajar en condiciones de presión severa: le he visto enfermo en Nicaragua durante nuestra primera películajuntos, sin hablar del último de rodaje de El Viejo Roble casi treinta años después, intentando rodar una secuencia de ciertamagnitud en medio de una fuerte tormenta de lluvia mientras los segundos iban pasando.

Le he visto tratar a todo el mundo, desde niños a ministros de gobierno, con amabilidad y buen humor. Tiene convicciones políticas muy profundas y se enfrenta sin problema a personas de distinta visión política, pero nunca, ni una sola vez, le he visto agotado.Nunca, ni una sola vez, le he visto tratar a nadie, fuese el que fuese su origen político, racial o religioso, con nada que no fuese el más absoluto respeto. Está en su ADN, y es un ejemplo extraordinario. Una última cosa. Dirigir una película, incluso con el mejor apoyo del mundo, es una tarea solitaria. Es peor que un escritor atascadoante el folio en blanco. Llega el momento en que decides si te metes de lleno o no. El equipo espera y todos los ojos están puestos enti. Después del COVID, para Ken hubiese sido muy fácil decidir no hacer El Viejo Roble, que siempre iba a ser un reto gigantesco.Iba a suponer muchos meses de trabajo y de viaje incluso cuando la película era tan sólo una posibilidad. El casting llevó más deseis meses de arduo trabajo, incluso antes de la pre-producción y del inicio del rodaje. A veces, él volvía al hotel a las once de la noche y yo temía que el calendario era agotador, que supondría un reto para un joven de 30 años y que para él sería demasiado.

Estoy convencido de que lo que le ha dado fuerzas hasta el final han sido sus convicciones políticas. Igual le provocará una sonrisasi ahora cito aquí a San Agustín, que dijo hace más de mil quinientos años que ESPERANZA tenía dos hijas maravillosas.Una, Rabia, por cómo son las cosas. Y la otra, Valentía, para intentar cambiarlas. Esto ha sido su vida y su trabajo. Un cuerpomuy delgado, el suyo, para llevar dentro tanto coraje.

¿Cómo y de dónde surge El Viejo Roble? Habíamos hecho dos películas en el noreste, historias de personas atrapadas en esta sociedad fracturada. Inevitablemente, ambas terminaron mal. Aun así, conocimos a muchas personas fuertes y generosas, que responden a estos tiempos oscuros.


KEN LOACH - DIRECTOR
P: ¿Cómo y de dónde surge El Viejo Roble?

R: Habíamos hecho dos películas en el noreste, historias de personas atrapadas en esta sociedad fracturada. Inevitablemente, ambas terminaron mal. Aun así, conocimos a muchas personas fuertes y generosas, que responden a estos tiempos oscuros KEN LOACH - DIRECTOR con valentía y determinación. Sentíamos que teníamos que hacer una tercera película que reflejase eso, pero que tampoco minimizara las dificultades que la gente tiene que afrontar y lo que ha sufrido esta zona en las últimas décadas. Había otra historia, más larga, ahí para contar, y pensamos que podíamos encontrarla. Un punto de partida fue la realidad del abandono que ha sufrido la región. Las antiguas industrias habían desparecido - la construcción naval, la siderurgia y las minas de carbón - y poco se había puesto en su lugar. Muchos de los pueblos mineros, otrora comunidades prósperas con una gran tradición de orgullo arraigada en la solidaridad, en actividades locales de índole deportiva y cultural, fueron abandonadas a su suerte por los políticos, tanto Tories como Laboristas, y condenadas a pudrirse. Descubrimos que la gente no esperaba nada de los Tories, pero que también denunciaba la negligencia de los laboristas -"no han hecho nada por nosotros" - aunque era un bastión laborista. Tony Blair y Peter Mandelson eran diputados por la circunscripción. Eso no había contado absolutamente para nada. Las comunidades quedaron abandonadas, sin más. Muchas familias se habían ido, muchas tiendas habían cerrado, al igual que escuelas, bibliotecas, gran parte de los espacios públicos. Y donde no había trabajo, la esperanza se había ido evaporando, dando lugar a la alienación, la frustración y la desesperanza. De modo alarmante, la extrema derecha entró en escena. En zonas más prósperas, ayuntamientos y municipios enviaron a personas vulnerables y necesitadas, percibidas como "problemas", que dependían de ayudas a la vivienda para poder pagar sus alquileres, a lugares donde el alojamiento era barato. Era inevitable que surgiesen conflictos. Luego hubo otra novedad. El gobierno finalmente aceptó a refugiados de la horrenda guerra de Siria. Vinieron aquí menos de los que terminaron aterrizando en otros países europeos, pero a algún sitio tuvieron que ir. Yotra vez, no fue ninguna sorpresa que el noreste acogiese a más refugiados que otras zonas de Inglaterra. ¿Por qué? Por la vivienda barata y por ser una zona del país a la que los medios apenas prestaban atención.

Paul oyó las historias de lo que había pasado cuando llegaron las primeras familias sirias y empezamos a pensar que ésta era una historia que deberíamos contar. Pero primero había que entenderla. Dos comunidades viviendo la una al lado de la otra, ambas con problemas serios, pero una con el trauma de haber escapado de una guerra de una crueldad inimaginable, ahora en duelo por los que habían perdido, y muy preocupada por los que habían dejado atrás. Se encontraron, de repente, forasterosen un país extranjero. ¿Pueden estos dos grupos convivir? Habrá respuestas contradictorias. En tiempos tan oscuros, ¿dónde está la esperanza?

Parecía una pregunta difícil, y a Paul, a Rebecca y a mí nos parecía que debíamos buscar una respuesta.

: Esas reflexiones iniciales, ¿cómo fueron evolucionado hacia convertirse en los personajes y la historia de El Viejo Roble?

R: Paul y yo hablamos mucho de la situación general. Y llegó un momento en que Paul sugirió centrar la historia alrededor de un pub, que se llamaría El Viejo Roble. El propietario, TJ, encarnaría la lucha, con una trayectoria de persona activa en la comunidad, que ahora está superado por muchos problemas. Las historias siempre son sobre relaciones, y luego Paul escribió sobre una mujer siria que aprendió inglés en un campo de refugiados mientras trabajaba con voluntarios internacionales y además aprendió, sola, a ser fotógrafa. Esas experiencias sirven para ampliar su perspectiva sobre el mundo que les rodea. Su amistad con TJ es el núcleo de la historia.

P: ¿Cómo decidiste fundamentar los personajes que viven en el pueblo, los que rechazan a los recién llegados?

P: Como siempre, escuchamos y aprendimos. Después de años siguiendo luchas y conflictos sociales, sabemos a qué atenernos, pero la manera precisa en que se desarrollan los acontecimientos y reacciona la gente siempre es reveladora. Lo que quedó claro es que en la posición de cada uno hay una verdad. El problema es, ¿qué aprende la gente de sus verdades? Hay que esperar mucho tiempo para ver a un médico. ¿Quién tiene la culpa? Las aulas están demasiado llenas. ¿Quién es responsable?

Aquí no hay villanos de primera fila. El sentimiento de agravio puede llevar a la gente a tomar medidas extremas, pero siempre hay una lógica en su forma de comportarse. No ver eso es rebajar el drama. El pueblo forma parte de una comunidad más amplia. Tiene una larga tradición de enfrentarse a la explotación y a los ataques, inicialmente por parte de los primeros dueños de las minas y más recientemente por Margaret Thatcher y el cierre forzoso de las minas. Esas luchas mostraron la solidaridad y el valor del apoyo internacional. Pero el debilitamiento del poder de los sindicatos dejó a los individuos solos y obligados a defenderse. Velar por lo primero, "la sociedad no existe", la veneración del emprendedor, son cambios fundamentales de conciencia que pueden dar al traste con los viejos valores. Ytodo eso afecta a si las familias sirias son bien recibidas o no. Así que escuchamos, observamos, y Paul escribió el guion.

P: ¿Cómo has querido retratar a las familias sirias que llegan al pueblo?

R: El principio siempre es el mismo. Escuchar, observar y permitir que la gente sea fiel a sí misma. El casting es crítico. Estaba claro que los sirios en la película tenían que ser los que se han afincado en la zona. El guion de Paul les dio libertad para contribuir a que la historia fuese un fiel reflejo de sus experiencias.

Los detalles eran importantes y todos aprendimos mucho. Como en todos los colectivos, las personas son diferentes. Algunas familias eran tradicionales, algunas lo eran menos. Algunas habían aprendido inglés. Para algunas eso había sido difícil. Yyo empatizo con eso. Todos han sido generosos con su tiempo, muchos se volcaron plenamente con el proyecto. ¡Y los pasteles que traían al set se hicieron legendarios! Tuvimos la suerte de dar con dos personas que nos guiaron a la hora de poder desarrollar una relación con las familias sirias.

Yasmeen Ghrawi fue de un valor incalculable durante el casting y también de vez en cuando durante el rodaje. Sham Ziad se convirtió en nuestro vínculo con las familias, mostrándose muy sensible a todas las cuestiones que surgían a diario.

Aveces nos veíamos obligados a modificar ciertos detalles a medida que avanzábamos. Algunas madres sirias no se sentían cómodas ante la idea de ser vistas entrando en un pub y les parecía importante que su cabeza permaneciera cubierta. Siempre se encontraba una respuesta a lo que fuera y era importante que todo el mundo se sintiera respetado y a gusto. Nos reímos mucho e hicimos muchos amigos.

P: ¿Y el resto del casting?

R: Después del guion, el casting es el elemento más importante de cualquier película. En El Viejo Roble queríamos que todos, salvo los sirios, fuesen de la comunidad local. Todas las distintas respuestas a la presencia de los sirios vinieron de personas que vivían en las mismas calles, compartían la misma historia y sabían que había habido tiempos buenos anteriormente a los malos. Por lo tanto, es evidente que la misma experiencia puede ser interpretada de maneras distintas. Los conflictos del drama surgen desde la misma fuente. Entonces era crucial que encontráramos a gente que pareciera formar parte del mismo paisaje del pueblo. Nadie adoptaba un acento que no fuese el suyo. Podían entrar en cualquiera de los pubs reales y ser tomados por gente del pueblo. Esto puede parecer una limitación, pero resultó ser todo lo contrario. Dimos con tanta gente con talento, desde actores establecidos hasta gente que hacía algo así por primera vez y personas cuya experiencia, lo vivido, hizo que se produjera un impacto inmediato. Kahleen Crawford ha sido nuestra directora de casting en muchas películas y ella, Carla y Eliza trabajaron duramente para asegurar que pudiésemos dar con cualquiera que pudiese responder al perfil necesario. Después de tantas películas, no debería sorprenderme la capacidad de tantas personas para hacer que situaciones de ficción parezcan reales. Todas las personas a las que íbamos conociendo tenían algo que ofrecer, y algunas veces nos quedábamos lamentando que un reparto ya de por sí numeroso no fuera aún mayor.

Además de TJ, Yara y Charlie, a quienes mencionamos a continuación, había muchos papeles críticos para los que había que hacer un casting. Dos de los más difíciles eran Vic y Gary, que adoptan una actitud muy dura ante la llegada de los sirios. Chris McGlade y Jordan Louis entendieron qué motivaba esa hostilidad. Se comprometieron a presentarlo sin disculparse y sin sobreactuación en las escenas. Es importante para la historia que el público entienda a Vic y Gary, que sean creíbles. Yo creo que Chris y Jordan consiguieron hacerlo sin transigir. Todo un logro. Otros dos papeles clave eran Laura, uno de los pocos lugareños que acogen bien a los nuevos desde el principio, y Fátima, la madre de Yara, y tres niños más jóvenes. La positividad de Clare Rodgerson, su amabilidad y su optimismo, eran ingredientes vitales para la historia. Si conoces a Clare no pueden sino impresionarte su energía y su entendimiento claro de las verdaderas tensiones de la región, parecidas a las de la película. Amna, que interpretó el papel de Fátima, como todas las madres sirias, tenía muchas ganas de expresar su gratitud por haberle sido concedida una casa y por la amabilidad de gente desconocida. Las historias de guerra, crueldad, tortura y pérdida eran devastadoras, y nos asombraba la fuerza del espíritu humano que permite a la gente conservar su humanidad. La de Amna tenía la cualidad esencial de credibilidad. Ella hacía que la ficción pareciese real.

Acudía a Amna si surgía alguna cuestión difícil para que funcionara una escena. A lo mejor había detalles culturales donde yo necesitaba orientación. La ayuda de Aman fue de gran valor.

P: ¿Quién es TJ?

R: TJ es un hombre de 50 y tantos años, nacido y criado en el pueblo. Empezó a trabajar en la mina justo antes de la huelga de 1984. Esa experiencia le convirtió en militante y llegó a ser un líder en la comunidad, además de organizador de actividades de fútbol para los jóvenes locales.

Cuando cerró la mina, se vio obligado a desempeñar distintos trabajos. Luego murió su padre y con la indemnización su madre pudo comprar un pub, El Viejo Roble. Las cosas iban bien en el pueblo y para el pub también. Más tarde, cuando TJ lo heredó, la mina ya había cerrado, y, sin trabajo, la economía local se desplomó y TJ ha ido haciendo lo que ha podido para mantener abierto El Viejo Roble. Es el último pub del pueblo.

Pero TJ está pasando por muchas dificultades. Su matrimonio ha fracasado, su único hijo vive a cierta distancia, deja sus actividades comunitarias. Mantener vivo al Viejo Roble se convierte en su única preocupación. Entiende muy bien las consecuencias políticas y sociales de lo que ha pasado, pero ya no tiene ganas ni fuerzas para luchar. Como muchos, sabe quién es responsable de la dura situación que ve y padece y también sabe que han sido traicionados por quienes dicen hablar en su nombre. Tiene un solo amigo de confianza, su perrita Marra. Ella no pide nada y siempre está ahí para hacerle sonreír. Yllegan los sirios. Su llegada representa una nueva serie de exigencias para él y ahora está en el punto de mira. La película es, en parte, la historia de cómo él responde a este reto. Ninguna de las opciones ante él son fáciles. Momentos de desesperanza personal sólo vienen a minar aún más lo que queda de su optimismo. Conoce a Yara y le conmueven su situación y la de los sirios y la historia que cuentan, pero ¿tiene la fuerza necesaria para intervenir a favor de ellos dentro de esta comunidad pequeña y dividida?

Trabajar con Dave fue un verdadero placer. Conocía la historia como la palma de su mano. Él ha llevado un pub, pero, lo que es más importante, vivió la historia con total autenticidad mientras la rodábamos, día tras día. No podíamos imaginar a otro como TJ.

P: ¿Quién es Yara?

R: Yara es la mayor de los hijos de Fátima. Tiene veinte y pocos años. Tras escapar de la guerra, vivieron en un campo de refugiados, probablemente en el Líbano. Fue una experiencia transformadora para ella. Los voluntarios internacionales la acogieron, aprendió idiomas, sobre todo el inglés, trabajó codo a codo con organizadores, profesores y médicos, y comprendió cómo comunicarse con personas de todo tipo de origen. Eso le dio una perspectiva más cosmopolita, lo que probablemente provocó desavenencias con su madre. Desavenencias ahora afortunadamente resueltas.

El padre de Yara es una presencia muy importante en su mundo. Es sastre, habilidoso con las manos, considerado y cariñoso. Ha visto desde muy pronto el talento de Yara y hace todo lo que puede por ella, como por todos sus hijos. Entre él y la madre hay mucha cercanía y complicidad. Eran, son, una familia muy segura. Pero el padre traspasa ciertas líneas ante las autoridades y ahora está en la cárcel.

Yara entiende rápidamente su situación actual. Terminan siendo asignados a este pueblo en Inglaterra, en la costa noreste, donde la playa está contaminada con residuos industriales y el primer encuentro con los lugareños es hostil. Es natural que Yara, que habla el idioma, sea la primera en posibilitar cierto contacto, pero hacen falta agallas y la seguridad de la juventud para meterse de lleno dentro de una multitud de extranjeros desconocidos. Pero lo hace. Ya TJ sólo le puede impresionar su valentía. Es el principio de su amistad. Que esa amistad se pueda sostener es otra cuestión.

Encontrar a alguien para interpretar el papel de Yara nos llevó a gente de aquí y de Siria. Directores de cine, amigos de la zona nos hacían sugerencias, vimos a mucha gente por Zoom, y tres vinieron a Newcastle. Las tres eran brillantes, pero, por supuesto, diferentes. Ebla era la que más se aproximaba al personaje que Paul había escrito. Al igual que Dave Turner y TJ, Ebla se convirtió en Yara desde el primer día. Su manera simple y directa de comunicar, añadida a su amabilidad personal y empatía, fueron tales que se convirtió en una parte integral del equipo inmediatamente. A veces Ebla no sabía que la cámara la había encontrado, pero yo sabía que sus ojos siempre brillaban de concentración, y que su entrega iba a ser tan intensa como siempre.

P: ¿Quién es Charlie?

R: Charlie es un buen hombre. Amigo de TJ desde la infancia, crecieron juntos, sus familias estaban muy unidas, y sus vidas adultas han sido muy parecidas. Mientras TJ estaba muy activo en la comunidad, Charlie era un hombre más tranquilo y familiar, probablemente padre de un par de hijos, uno de los cuales, una hija, vive cerca.

Él y su mujer Mary compraron la vivienda adosada que habían alquilado cuando se les ofreció a un precio razonable.

Siempre la han visto como una inversión segura, como su hogar permanente. Pero han tenido mala suerte. Mary tiene una enfermedad crónica que la confina a una silla de ruedas. Otras familias se han ido, las casas ahora son más baratas, nuevos vecinos llenan las calles, algunos traen problemas, y aquella comunidad de buenos vecinos ya no existe. Charlie y Marie están estancados. La jubilación serena y segura que imaginaban no se hará realidad. Charlie, como otros muchos, se siente defraudado. El Viejo Roble es su lugar favorito, que siempre ha frecuentado, donde puede tomarse una cerveza tranquilamente con los amigos, y eso le ayuda a cuidar a Mary y los dos se enorgullecen de su casa bien cuidada y de sus hijos que les apoyan. Pero son las únicas riendas, ya muy débiles, que les quedan para agarrarse a lo que les queda de sus esperanzas. Otro pequeño problema más para él y para Mary. Y Charlie puede derrumbarse. Por muy buen hombre que sea, sólo es capaz de aguantar hasta cierto punto.

Trevor Fox, que interpreta el papel de Charlie, fue el baluarte, tranquilo, robusto e incondicional, del equipo. Trevor no sólo es un excelente actor con mucha experiencia, también es de la zona, vive allí, y está plenamente integrado en la vida cotidiana de los personajes que Paul describe. Entendía la decepción, que nunca llega a expresarse, que ahora es la vida de Charlie y su necesidad de aferrarse a lo que es familiar y reconfortante. La otra cara de Charlie es que él también recuerda la solidaridad de los mineros durante la huelga, los principios que encarnaban y cómo esos valores parecen cada vez menos relevantes en el mundo de hoy, donde el individualismo triunfa sobre lo colectivo. Charlie no lo diría así, pero lo sentiría igual, sin lugar a dudas. Trevor captó eso, un elemento crucial en la historia.

P: La película está ambientada en el año 2016 y no dices específicamente en qué pueblo del noreste de Inglaterra. ¿Por qué?

R: 2016 fue el primer año en el que llegaron refugiados de Siria. Estaba claro que no había habido suficiente preparación ya que fue en el año 2016 cuando ocurrió la historia que despertó el interés de Paul. Un autobús que traía a refugiados fue recibido con hostilidad, y costó mucho trabajo establecer buenas relaciones. Cuando preparamos y rodamos la película, el Concejo Municipal del Condado de Durham fue de gran ayuda, y las familias sirias apreciaron mucho la acogida que se les brindó. Todavía se oían historias aisladas de actos de agresión, pero poco a poco han ido a menos. Pero las decisiones tomadas por el gobierno central han suscitado problemas. ¿Por qué asignar refugiados a zonas deprimidas donde la gente tiene muy poco, donde la infraestructura social ya está bajo presión, y el abandono general ya está tan arraigado que ya no es noticia? Pues, el simple hecho de formular la pregunta así ya nos da la respuesta.

El pueblo en la película no es ningún pueblo en concreto en la vida real. Ya conocíamos Easington, algunos de nosotros habíamos trabajado ahí. Paul había convertido el mar en una parte importante de la historia, y aunque la playa de Easington ya no está negra por culpa del carbón de mar, todavía está manchada de residuos industriales. El pueblo vecino de Horden tiene una colección visualmente impresionante de calles con casas adosadas, un ejemplo clásico de casas de mineros tradicionales, construidas en torno a la mina. Y Murton tenía un pub vacío, un edificio precioso, con un propietario encantador que nos ayudó enormemente. Pero, aunque estos pueblos eran lugares buenos para trabajar, eran típicos, como otros muchos pueblos, y esta historia podría estar ambientada en cualquiera de ellos. En resumidas cuentas, hacer tres películas en el noreste ha sido una experiencia extraordinaria. Los tópicos son ciertos: gente amable y generosa, un paisaje impresionante, y una cultura construida sobre la adversidad, la lucha y la solidaridad.

Aunque cambian los detalles, eso es verdad también para muchas zonas obreras donde hemos tenido la suerte de trabajar: Glasgow y Clydeside, Liverpool y su rival Manchester, el sur de Yorkshire y más allá. No fueron lugares elegidos aleatoriamente. Son las regiones donde los escritores han escrito sus historias. Hay otras zonas, por supuesto, de las que se puede decir que poseen las mismas cualidades: la adversidad, la lucha, la solidaridad. Esta última es nuestra fuerza. Un día, tenemos que estar tan organizados, tan decididos, que nuestra solidaridad colectiva acabará con la adversidad y la necesidad de luchar. Ya hemos esperado suficiente.