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  El valle de la esperanza  (La nuit du verre d'eau)
  Dirigida por Carlos Chahine
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Ópera prima del cineasta Carlos Chahine. La película, premiada en el Festival de cine de El Cairo y en el Festival de cine Mediterraneo de Montpelier, está protagonizada por Marilyne Naaman, Antoine Merheb Har, Nathalie Baye y Pierre Rochefort y nos traslada a Líbano a finales de los años 50, en plena crisis política posterior a la independencia del país.


ENTREVISTA CON EL DIRECTOR

P: ¿Cómo nació la historia de EL VALLE DE LA ESPERANZA?

R: Todo viene de mis orígenes.Me marché de Líbano en 1975 a causa de la guerra, sin haberlo elegido. Durante mucho tiempo busqué mi lugar, pero tuve un sentimiento constante de frustración, hasta el día que regresé a mi país. Entonces redescubrí mi tierra y comprendí que, si no había encontrado completamente mi sitio en Francia era por este sentimiento de exilio que hervía en mí,y que nunca antes había sabido identificar.No me había dado cuenta del poder de la palabra exilio pero el cine me permitió contar esta historia y entregar mi versión de lo que significa pertenecer a una región distinta a la que te ha tocado vivir.

P: En tu película, los paisajes del valle sagrado son muy importantes, tanto como los personajes. ¿Por qué?

R: Estamos en el Este de Líbano. Esta región es la cuna de las religiones y este valle sagrado era conocido como refugio de perseguidos, religiosos o no, por sus inaccesibles y escarpados relieves. Cuando era niño, pasaba mis veranos allí. Era un lugar que me atraía y me aterrorizaba al mismo tiempo.Tenía aspecto de una falla gigantesca en las entrañas de la tierra, una falla donde no hay salida, una trampa de la que no se puede escapar, con todas sus supersticiones, su crueldad y su belleza.

P: EL VALLE DE LA ESPERANZA sucede en la época estival...

R: Sobre todo, quería que sucediera durante esta revolución de 1958. Líbano era entonces un país muy joven, la república se había independizado en el año 1943 y salimos de aquella revolución del 58 pensando que Líbano iba a convertirse en el país más hermoso del mundo. Por eso quería que la película tuviera lugar en ese preciso momento, para cristalizar las emociones de mis personajes. Las hijas de la familia de la película han huido de la ciudad para refugiarse en este pueblo escondido, aislado de todo, con los ecos de la guerra a lo lejos y es en tiempos inestables como éste en los que las barreras del comportamiento estereotípico se debilitan y nos atrevemos a hacer cosas que no haríamos en otros momentos.

P: EL VALLE DE LA ESPERANZA es también una película sobre la pareja y la sensualidad conyugal...

R: La pareja de la película es completamente clásica para estas sociedades libanesas: un hombre rico, bien educado, simpático, que ama a su esposa y está dispuesto a hacer cualquier cosa por ella. Frente a él, una joven que no tiene más remedio que decir que sí a su matrimonio. Nunca pensó que su destino podría ser diferente. Son la típica pareja libanesa de aquella época, envidiada por todos. Ella es hermosa y se mueve con un toque de falsa libertad. Es la única mujer del pueblo que conduce, por lo que se supone que es relativamente moderna, pero al final son los hombres, su padre, su marido y su hijo, los que deciden su destino.

P: ¿Y la sensualidad?

R: La sociedad libanesa es extremadamente sensual, se toca y se besa mucho. Es emocional más que cerebral, afectuosa más que racional. En cuanto a mi heroína, podemos decir que es sensualmente insaciable. Se casó con un hombre que no le gusta físicamente. Ella no puede soportar ser un objeto en sus brazos, probablemente sea su primer amante, pero no satisface sus deseos. Por eso quiere todo menos estar ahí, metida en este valle del que nunca distingue el horizonte.

P: El objeto de su deseo lo encarna el francés Pierre Rochefort...

R: Busqué un personaje que no fuera abiertamente sexual en el sentido masculino de la palabra. La heroína de la película ve en él algo extraño, amable, no hostil. Es un hombre adulto que tiene códigos distintos a los códigos masculinos orientales, y por ello quizás una respuesta a la angustia permanente que la atormenta. Desear a este hombre para ella no es tanto un impulso sexual como un viaje.

P: Por otro lado, está el personaje que encarna Nathalie Baye, una visitante forastera que llega al pueblo y transmite una cierta sensación de libertad

R: Conozco a Natalia desde hace años. Tiene una voz muy sensual.Además, conoce bien Líbano. Pensé que ella entendería perfectamente esta amistad única entre su personaje y el del niño. A la vez interpreta el papel de una madre, la del hombre interpretado por Pierre Rochefort. Esta es la otra pareja madre-hijo de la película, un hijo que resulta un poco abrumado por una madre que ocupa mucho espacio y que expresa con facilidad su libertad de ser.

P: Hablas de diferentes formas de ser mujer: la madre de la heroína, sus hermanas, el personaje de Nathalie Baye. ¿En qué sentido es EL VALLE DE LA ESPERANZA una película feminista?

R: Mi película es feminista porque en un mundo lleno de limitaciones confluyen varias formas de ser mujer,pero en realidad no tienen muchas alternativas. En este caso, el feminismo está destinado a ser inútil porque, en última instancia, las mujeres no tienen adónde ir.

P: Los hombres también tienen un papel importante en su película. No están ocultos. ¿Por qué era importante mostrarlos como parte del engranaje de estas sociedades orientales?

R: Me gustan mucho los personajes masculinos de mi película, y en especial el padre de mi heroína. Está realmente atrapado en su historia feudal. Estos hombres también son víctimas del patriarcado y también quería mostrarlo.

P: ¿El gran tema de la película podría resumirse también en la eterna cuestión de la modernidad versus la tradición?

R: Esta es una pregunta bastante dolorosa para la historia de mi país. En 1943, con la nueva independencia de Líbano, era necesario evitar que los cristianos libaneses se convirtieran en ciudadanos de segunda en una región de mayoría musulmana.Todos tenían que encontrar su lugar y hubo una especie de acuerdo tácito para encontrar un equilibrio entre las diferentes religiones y construir así un estado moderno por parte de los libaneses que viajaban mucho, que eran educados, que tenían el sueño de hacer que este país fuera moderno. Esta sed de modernidad se ha estrellado contra los muros del conservadurismo religioso en esta región multiconfesional que, sin embargo, vivía en armonía. Se ha hecho todo lo posible para que la situación en Líbano se vuelva tensa y se deteriore, que este sueño de país no se haga realidad, que la población tenga miedo a la modernidad y jure solo por la tradición.El Líbano soñado en ese momento era una tierra de ilusión, de ahí el título de la película en árabe.


BIOFILMOGRAFÍA CARLOS CHAHINE
Nacido en Líbano, Carlos Chahine abandonó su país en 1975 a causa de la guerra. Su sueño de convertirse en psiquiatra no salió adelante pues cuando superó las pruebas del concurso médico al que se presentó, solo quedaban plazas para odontología, por lo que decidió estudiar esta especialidad, aunque nunca la ejerció.

Durante su época universitaria descubrió el teatro con Véra Gregh, quien lo animó a convertirse en actor. Una vez terminados sus estudios, se incorporó a la escuela del Teatro Nacional de Estrasburgo y desde entonces, ha trabajado bajo la dirección de muchos directores, incluidos Michel Vinaver, Matthias Langhoff, Sylviu Purcarete,Alain Françon, Ghassan Salhab o Ziad Doueiri.

Gracias al cine regresó a Líbano en 2008 y una vez allí, dirige lo que él llama su trilogía familiar, tres cortometrajes inspirados en su pasado libanés titulados "La route du north","Chekhov in Beirut" y "Le son du joueur".

EL VALLE DE LA ESPERANZA es su primer largometraje.


Elenco artístico
LAYLA - Marilyne Naaman
CHARLES - Antoine Merheb Har
HÉLÈNE - Nathalie Baye
RENÉ - Pierre Rochefort
BOUTROS - Talal Jurdi
CHEIKH DAOUD - Ahmad Kaabour
EUGÉNIE - Christine Choueiri
EVA - Joy Hallak
NADA - Rubis Ramadan