Largometraje de género documental basado en entrevistas a setenta personas sobre el conflicto vasco.
La intención es la de ofrecer, desde su diversidad, un retrato de los múltiples aspectos de un viejo problema, de base nacionalista y cuya consecuencia más devastadora es la persistencia de la lucha armada de ETA. El documental está hecho desde la convicción de que este atormentado árbol vasco padece una enfermedad, desde sus raíces hasta sus ramas más recientes, de carácter eminentemente político.
La actitud y el objetivo final es invitar al diálogo entre las partes, un necesario diálogo político que en estos momentos está totalmente bloqueado. Se parte de la idea de que, posiblemente, nadie puede ser dueño de la verdad absoluta, sino que ésta, aparte de definirse sólo en términos relativos, se encuentra fraccionada y diversificada en cada uno de los entrevistados. Se trata de dar la oportunidad, desde el respeto, a que cada uno tenga derecho a exponer lo que piensa y siente, con la sana sospecha de que todos son dueños, por lo menos, de una verdad parcial.