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  Llegó a mí  (She came to me)
  Dirigida por Rebecca Miller
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Una conversación sobre la película
'Llegó a mí' ofrece un complejo entramado de varios mundos, desde un teatro de ópera majestuoso a una pequeña y acogedora remolcadora, pasando por la serena tranquilidad de los aposentos de una monja al orden absurdo de la recreación de batallas históricas. Uno de los retos y de los logros del guion de la película, fue hacer que hilos narrativos de diversa índole se entrecruzasen airosamente. El tono humorístico y a la par emotivo de las historias, hizo que Miller pudiese tratar varios temas (como son las cuestiones de clase, raza y edadismo) de una manera ligera sin perder potencial crítico. Llegó a mí es ante todo una película sobre sus personajes y una carta de amor a Nueva York, una ciudad que reúne vidas increíblemente dispares, haciendo posible que extraños conecten de maneras inesperadas y hasta mágicas a veces.

Miller comenzó a trabajar en el guion hace seis años, adaptando uno de sus relatos cómicos, "She Came to me" (ahora recogido en su colección de relatos Total), junto a una historia antigua y muy querida, un fragmento al más puro estilo de comedia screwball que nunca había mostrado, y en el que dos amantes han de casarse para evitar que el chico vaya a la cárcel. Junto a estas dos historias se entrelaza un relato sorprendente de una psiquiatra que secretamente desea ser monja, dinamitando todas las expectativas (incluidas las suyas) sobre qué es lo que quiere una mujer inteligente y formada hoy en día. La presencia de remolcadoras vino más tarde en el proceso, surgió de una conversación entre Miller y el productor Damon Cardasis, cuando ambos estaban en Chicago promocionando El plan de Maggie.

"Estábamos hablando del guion y de cómo los jóvenes tenían que irse a Delaware por cuestiones legales, pero no podían ir en coche y, de repente, se me ocurrió: ‘¿y si van en barco? ¿Y si Katrina es la capitana?’ Me acuerdo de preguntarme si había mujeres capitanas de remolcadoras. Lo busqué y vimos varios videos de una capitana de remolcadoras canadiense. ¡Era fantástica! Tenía el último ingrediente para contar esta historia." Así comenzó la investigación, viajando en remolcadoras para empezar a construir el mundo de la película. A Miller le atraía la idea de las remolcadoras no corporativas, esas pequeñas barcas a motor como David frente a Goliat (en este sentido veía paralelismos con el cine independiente). A partir de este momento, comenzó a incluir su pasión por la ópera y su curiosidad por la espiritualidad e incluso una sorprendente conexión con la recreación de batallas de la Guerra Civil Americana.

La investigación de Miller incluyó conversaciones detalladas con psiquiatras, compositores de ópera, estenógrafos, abogados, entusiastas de la Historia y varias monjas. El dramaturgo Talvis Wilks ayudó a que Miller examinara la historia desde el punto de vista de Julian. Hubo muchos viajes en remolcadora. "Me encanta adentrarme en mundos ajenos, investigarlos y encontrar terreno común. Gracias a ello acabo sintiéndome más cerca de otros seres humanos y luego puedo compartir esa conexión con el público," sostiene Miller.

"En cierto sentido, toda la película está construida como una ópera, todo está muy al límite, pero se interpreta de una manera profundamente realista. Al fin y al cabo, simplemente soy muy curiosa con las personas, me resultan infinitamente asombrosas. Me encanta el proceso de crear personajes con actores. Se podría decir que es una adicción, creo."

Mientras el argumento rinde un homenaje a las comedias clásicas estilo screwball como Luna nueva y La Historia de Filadelfia, Miller también se fijó en las tensiones emocionales de las películas de directores como John Cassavetes y Hal Ashby para crear un equilibrio entre los diversos tonos narrativos. El apartamento de Billy Wilder, que es simultáneamente una comedia y un relato devastador, fue una gran influencia. Visualmente, bebe de multitud de fuentes como Las zapatillas rojas y Los cuentos de Hoffman de Michael Powell, así como Una cara con ángel, L'Atalante, Giulietta de los Espíritus de Fellini y las pinturas de Alex Katz, entre otras.

La productora Pamela Koffler dice lo siguiente: "este tipo de película es mi favorita: entretenida, llena de emoción, pero también con ideas y temas que, en su mayoría, hablan sobre aquello que hace que tenga sentido la vida, lo que nos hace permanecer con los pies en la tierra en este mundo loco, y sobre cuánto dependemos los unos de los otros para tener vidas satisfactorias. Todo condensado en una historia absurda e increíblemente original."

Para el productor Damon Cardasis, que ha trabajado en varias películas con Miller, "en cuanto a envergadura, ésta es la mayor película de Rebecca Miller hasta la fecha. Suceden tantas cosas en la historia y tiene tantas capas, así que necesitas actores que puedan interpretar con honestidad."

Steven es el corazón de la historia. Le seguimos según va entrando de nuevo en el mundo, enamorándose y recuperando su creatividad. Miller dice de Peter Dinklage en el papel de Steven: "Ahora creo que no hay ningún otro ser humano que hubiera podido interpretar el papel. Peter simplemente es auténtico. Ancla toda la película."

"Había estado interpretando roles de personas que tienen mucha seguridad en sí mismos y estaba buscando un papel de alguien no tan confiado," explica Dinklage. "Me sentí muy cerca de Steven. Hay quien dice que, como actor, tu trabajo es proteger a tu personaje y me sentí muy protector." Como artista podía empatizar con la lucha de Steven. "Da igual que sea un compositor de ópera u otra cosa, todos hemos sufrido momentos en los que hemos sentido que hemos perdido nuestro potencial creativo."

El guion tan sumamente original de Miller atrajo a Anne Hathaway al papel de Patricia, la maniática terapeuta que empieza a explorar su llamada religiosa a lo largo de la película. "Cuando acabé de leer el guion, estoy bastante segura de que me puse a aplaudir," recuerda. "Su audacia, creatividad y emotividad me había atrapado y transportado de verdad."

"La interpretación de Annie tiene tantas capas, es graciosa, es conmovedora," dice Miller, "le pedí que hiciera algunas cosas extraordinariamente difíciles y estuvo a la altura. También fue una socia creativa maravillosa. Sus ideas sobre el guion fueron una enorme ayuda, y permaneció a nuestro lado en todo momento."

Completando la triada está Marisa Tomei en el papel de Katrina, "la alegre pero seca" capitana cuya presencia mágica pone en marcha toda la historia. "Marisa está totalmente dedicada a su arte," dice Miller. "Incluso durmió en la remolcadora. Verla llegar como Katrina en la película es una auténtica delicia. No deja de revelar aspectos nuevos de su personaje, sorprendiéndonos una y otra vez. Durante toda la película es adorable, te puedes identificar con ella y tiene los pies en la tierra. Y te crees que es capitana de una remolcadora. Es algo que no puede hacer todo el mundo."

Como la ciudad también es un personaje en el filme, fue fundamental rodar en Nueva York. El set se movía cada pocos días, atravesando toda la ciudad desde el barrio de Red Hook y las casas de Brooklyn Heights hasta el majestuoso United Palace e incluso un fuerte histórico real de la Guerra Civil americana en Fort Totten.

"Nos hemos pasado una semana en una remolcadora en el agua," dice Koffler del calendario tan ecléctico del rodaje, "hemos escenificado dos óperas con público, tenemos varios actores de primera línea en las calles de Nueva York. Estamos en localizaciones preciosas las veinticuatro horas del día. Y tenemos una recreación de una batalla de la Guerra Civil."

"Ésta es una historia tan neoyorkina," dice la diseñadora de producción Kim Jennings, "y, a pesar de que yo estoy vivo aquí, hay mundos nuevos en este guion cuyo descubrimiento fue algo muy especial." Para Miller y Jennings, la colaboración comenzó al principio del proceso de producción, reuniéndose durante meses para sumergirse en los detalles de cada uno de los mundos y personajes de la película.

"Durante nuestra primera reunión, Rebecca y yo hablamos largo y tendido sobre color, cómo usar colores específicos para identificar a diferentes personajes. Cree un álbum, que consistía en una colección de imágenes que reflejaran todas estas cuestiones, incluyendo diseños operísticos modernos, puertos de remolcadoras en Red Hook, Brooklyn y recreaciones de la Guerra Civil."

Fue crucial encontrar un estilo sofisticado para las últimas escenas en las que se ven dos óperas originales. Jennings y la diseñadora de vestuario Marina Draghici tenían experiencia en el mundo dramático y contaron con la ayuda del diseñador de luces Lap Chi Chu y Luke Halls, que creó las proyecciones planetarias y el fondo de escena rojo luminoso para la ópera de la remolcadora.

Miller preparó un storyboard de toda la película, prestando especial atención a la paleta de colores de cada mundo y cada personaje dentro de ese mundo. "No quería muchas formas intricadas," dice "Más bien, quería bloques de color. Las formas ya vienen por la historia misma."

Miller quería estéticas diferentes para los mundos diferentes: para el mundo residencial elegante y afluente quería que un look fluido, con movimientos minimalistas, bloques de color y mucha luz. Para la remolcadora, que en cierto sentido es el corazón de la película, Miller quería usar únicamente cámara en mano, colores brillantes en las paredes y un ambiente sensual y misterioso. Para las óperas optó por un estilo visual expresionista. El Director de Fotografía Sam Levy y Miller elaboraron una compleja lista de tomas a partir de los storyboards, lo cual hizo que los limitados días de rodaje fluyeran.

Y, lógicamente, una película sobre la ópera no sería nada sin su música, en este caso compuesta por Bryce Dessner, cuyos muchos proyectos musicales abarcan una gran cantidad de géneros, desde la ópera y bandas sonoras a su grupo de rock The National, galardonado con un Grammy. "Sería terrible interpretar a un compositor de ópera y que la música no fuera muy buena," bromea Dinklage, "pero tuvimos suerte. Rebecca y el equipo consiguieron que Bryce Dessner escribiera la música." Además de la banda sonora, Dessner compuso dos óperas originales para la película, que sirven como anclas emocionales dentro de una historia tan compleja. Dinklage comenta lo siguiente: "No es como las óperas que yo he escuchado. Es realmente contemporánea y accesible. Creo que cuando la gente oye la palabra ópera piensan en algo anticuado y no es así. Es todo pasión, y de eso va la película."

Unas semanas antes de acabar, Miller mostró un primer montaje a Bruce Springsteen y Patti Scialfa y quedaron encantados. Springsteen quedó tan impresionado por la historia que escribió el tema "Addicted to Romance" de un tirón, inspirado por la historia de amor entre Steven y Katrina. La hermosísima canción final que se oye con los créditos es, según Miller, "el último milagro que completa el barquito que es esta película."