Una noche, en su torre casi vacía del Londres actual, Adam (Andrew Scott) tiene un encuentro casual con un misterioso vecino, Harry (Paul Mescal), que pone patas arriba el ritmo de su vida cotidiana. A medida que va surgiendo una relación entre ellos, a Adam le preocupan los recuerdos del pasado y regresa a su ciudad natal y al hogar de su infancia donde sus padres (Claire Foy y Jamie Bell) parecen estar vivos, tal y como lo estaban el día de su muerte, 30 años antes.