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  La llegada del hijo  Dirigida por Cecilia Atán, Valeria Pivato
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Producción hispano-argentina de Setembro Cine, Tarea Fina y Tandem Films dirigida por Cecilia Atán y Valeria Pivato.

El rodaje, que se prolongó durante 6 semanas en la provincia de Buenos Aires (Argentina), contó con localizaciones emblemáticas de la ciudad como el Cementerio de la Chacarita, espacios en el barrio de Recoleta y del mítico barrio de Boedo, albergue de la localización principal de la película, una casa de los años 50/60 reconstruida para ser el reflejo estético de la prisión, y también isla, de su protagonista.

LA LLEGADA DEL HIJO se trata del segundo proyecto en común de las directoras y guionistas Atán y Pivato, tras su opera prima “La novia del desierto”, que tuvo su premiere mundial en la sección Un Certain Regard del 70º Festival de Cannes, y por la que recibieron importantes premios, como el Colón de Oro al Mejor Largometraje en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el Premio Coral a la mejor Opera Prima en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana o el Cóndor de Plata a la mejor Opera Prima, entre otros reconocimientos.

Para el rodaje de “LA LLEGADA DEL HIJO”, Atán y Pivato contaron con un elenco con Maricel Álvarez (actriz reconocida por su papel en “Biutiful”, por la que fue galardonada a los Premios Ariel, Cóndor y Sur, entre otros, y que además es una reputada coreógrafa y comisaria de las artes escénicas, performance y artes visuales), Ángelo Mutti Spinetta (artista polifacético que debutó en el cine a los 14 años con “Anagramas”, y más tarde ha protagonizado títulos como “Mi mejor amigo” o “El bosque de los perros”), Cristina Banegas (ganadora de un Emmy internacional por la serie “Televisión por la inclusión”, laureada actriz y cofundadora de El Excentrico de la 18, un espacio pionero en el teatro independiente de Buenos Aires) y la actriz española Greta Fernández (conocida por su papel en la película “La hija de un ladrón”, por el que recibió la Concha de Plata a Mejor Actriz en el Festival de Cine de San Sebastián, el premio CEC a Mejor Actriz Revelación y la nominación a los Premios Goya, Gaudí, Feroz y Forqué en 2020; además de por su interpretación en títulos como “La propera pel”, “Tres dies amb la familia” o “Elisa y Marcela”).

“LA LLEGADA DEL HIJO” cuenta con un equipo técnico con reconocida trayectoria en el que cabe destacar a Sergio Armstrong (“Ema” y “El Club” de Pablo Larraín, entre otros) al frente de la Dirección de Fotografía, a Mariela Rípodas (“Eva no duerme” de Pablo Agüero o “La novia del desierto” de Atán y Pivato) en la Dirección de Arte, a Teresa Font (“Extraña forma vida” de Pedro Almodóvar o “El hombre que mató a Don Quijote” de Terry Gilliam) en Montaje y a Federico Jusid (autor de bandas sonoras como la reciente “Cerrar los Ojos” de Víctor Erice o “Neruda” de Pablo Larraín), encargado de la Banda Sonora Original de la película.

En palabras de sus directoras: “En nuestra sociedad, la maternidad es un concepto sagrado e incuestionable desde el principio de los tiempos, y la madre aquella figura única, capaz de conceder un amor incondicional. En LA LLEGADA DEL HIJO, a través de Sofía, su protagonista, quisimos cuestionar los límites y mandatos establecidos, proponiendo nuevas preguntas y reflexiones sobre un tema cientos de veces representado desde una mirada hegemónica. Como parte de este nuevo enfoque que buscamos, tanto la estructura del relato, como la apuesta estética se han puesto en función de crear un diálogo con el espectador cargado de matices.”

“LA LLEGADA DEL HIJO” es una película hispano-argentina producida por SETEMBRO CINE, TAREA FINA y TANDEM FILMS, que cuenta con la participación de RTVE y la financiación del ICAA, ICEC e INCAA y el apoyo del Programa Ibermedia y Creative Europe Programme-MEDIA.


Notas de intención de las directoras (Cecilia Atán y Valeria Pivato)
¿Cuáles son nuestros límites?.

Bordes rugosos, imperfectos, aparentemente indefinidos en estos tiempos que corren. Sin embargo, vivimos bajo reglas invisibles que nos condicionan día a día. Mandatos que heredamos y hacemos propios. Los aprendemos y así, los enseñamos.

La maternidad es para la mujer la expresión más poderosa de aquello que traemos. Un concepto sagrado, incuestionable. Su representación, a lo largo de la historia, refiere siempre a una mujer abnegada, dócil, que da todo por ese hijo que trajo al mundo.

Nuestra película extrema los límites que Sofía, la protagonista, deberá atravesar en su camino. Su cuerpo será el campo de batalla en donde dos fuerzas opuestas -madre/mujer- pugnarán por imponerse, dialogando con un presente en el que aún existen infinidad de mandamientos que nos ordenan la vida.

La llegada del hijo surge de la necesidad, del deseo compartido que tenemos como directoras de cuestionar lo establecido. Confiamos en su capacidad de sugerir preguntas y de crear un imaginario que nos libre de un pensamiento polarizado, abriendo paso hacia una posición alternativa. Nuestra intención es aportar una mirada más, al diálogo que abre el cine como medio de expresión artística, sobre el mundo en el que vivimos.


Descripción de personajes
Sofia es una mujer de 47 años, traductora de alemán, madre de Alan e hija de Sara. Es ella quien nos guiará por el sinuoso camino que desanda esta historia, priorizando siempre su subjetividad por sobre la objetividad de los hechos.

Es un personaje introspectivo, que posee un sistema de resortes emocionales condicionados por su educación ortodoxa y patriarcal. El mismo se pone a prueba con la aparición sorpresiva de un amor que no esperaba. Su sensibilidad se ensancha y por primera vez en la vida se permite ser atravesada por una circunstancia extraordinaria. Pero este permiso no es gratuito: la persona que despierta en ella este mar de emociones pertenece a otro universo, el de su hijo. El reflejo de protección que durante años ejerció sobre él se corre, para dar lugar a una experiencia personal, alejada del mandato social, que viene a completar una antigua carencia íntima.

Alan es el único reloj de nuestro relato. Su arco abarca 4 años de vida, desde sus 16 hasta sus 20, con un hecho bisagra que lo va a cambiar para siempre: el crimen que comete y en consecuencia, la reclusión en un instituto de menores primero y en una cárcel de adultos después. Comienza casi como un niño malcriado que es invadido por la tragedia y debe buscar su lugar en un nuevo entorno que desconoce. Sus herramientas para la manipulación entran en juego en un universo que le recuerda minuto a minuto el peso de haber cometido un acto impulsivo. Cuando finalmente abandona la reclusión, su única intención es volver a su hogar y retomar su vida en el punto exacto en el que la dejó.

Sara es la madre de Sofía y abuela de Alan. Una mujer fuerte, de posición acomodada, que se acostumbró a digitar la vida de otros a partir de los recursos que posee. Es sobreprotectora y exigente a la vez, lo fue con su hija e intenta serlo también con su nieto. Es la encargada de perpetuar en esta historia la réplica ad infinitud de las estructuras patriarcales que la formaron y que repite mecánicamente, sin cuestionamiento alguno. Viuda hace años, se enfoca básicamente en dirigir la vida de sus descendientes.

El personaje de Ángeles sobrevuela la vida de todo el resto. Es la profesora de natación de Alan; una mujer joven y desprejuiciada que vive en Buenos Aires hace años. La pasión por pararse del lado gozoso de la vida la vincula al deporte y a todo lo que hace. Es un personaje enigmático, que será reconstruido principalmente por las evocaciones que Sofía hace de ella y de su pasado compartido.


Biofilmografías de las directoras
CECILIA ATÁN | Directora y guionista
Cecilia Atán nació en Buenos Aires. La Novia del Desierto es su primer largometraje de ficción, codirigido con Valeria Pivato y estrenado en la sección Un certain regard del 70º Festival de Cannes. El film participó en la sección oficial Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, entre otros festivales internacionales y ha recibido importantes premios, como el Colón de Oro al Mejor Largometraje del 43º Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el Premio Coral a la mejor Opera Prima en el 39º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el Cóndor de Plata 2018 a la mejor Opera Prima y el premio al Mejor Guion de Ficción Cinematográfica Argentores 2018; sumado a varios premios más en rubros artísticos y técnicos. Fue nominado también a los premios Iberoamericanos Fénix, Platino y los Premios Sur de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina y se ha estrenado en salas de más de veinte países, incluyendo EE.UU., México, Brasil, Chile, Argentina, Francia, España, Alemania, Holanda, Turquía y Australia.

Cecilia se inició en la industria del cine a muy temprana edad, formando parte de equipos de trabajo de reconocidos directores argentinos y extranjeros como Juan José Campanella, Hector Babenco, Alejandro Agresti; Gerardo Herrero; Luiz Sepúlbeda y Christopher Hampton, entre otros.

A lo largo de su carrera como directora ha realizado numerosas series de contenido educativo e importantes campañas publicitarias para toda América Latina. En el 2016 dirige la serie documental, de nueve episodios, Madres de Plaza de Mayo, la historia, nominada a los International Emmy Awards.

Se encuentra desarrollando su tercer largometraje de ficción El tiempo antes de mi, proyecto que cuenta con la ayuda a desarrollo del ICEC.

VALERIA PIVATO | Directora y guionista
Valeria nació en Buenos Aires. La Novia del Desierto es su primer largometraje de ficción, codirigido con Cecilia Atán y estrenado en la sección Un certain regard del 70º Festival de Cannes. El film participó en numerosos festivales internacionales y ha recibido importantes premios, como el Colón de Oro al Mejor largometraje del 43º Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el Premio Coral a la mejor Opera Prima en el 39º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el Cóndor de Plata 2018 a la mejor Opera Prima y el premio al Mejor Guion de Ficción Cinematográfica Argentores 2018; sumado a varios premios más en rubros artísticos y técnicos. Fue nominado también a los premios Iberoamericanos Fénix, Platino y los Premios Sur de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina y se ha estrenado en salas en más de veinte países incluyendo EE.UU., México, Brasil, Chile, Argentina, Francia, España, Alemania, Holanda, Turquía y Australia.

Valeria estudió Diseño y Cine. Fue Asistente de Dirección, Script Supervisor y Directora de Casting para notables directores tales como Juan José Campanella, Walter Salles y Pablo Trapero, entre varios otros.

A nivel docente, es tutora en la ENERC - Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, INCAA -. Dirige el Laboratorio de Desarrollo de Proyectos Audiovisuales PCI 2024 y la Diplomatura en Dirección de Cine y Series. A nivel internacional, ha impartido cursos en el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica y en la Universidad Veritas de ese mismo país, al igual que en la Universidad de las Américas de Ecuador, entre otros.

Se encuentra desarrollando su proyecto de largometraje La ilusión de un paraíso, ganador del premio de guion Lola Salvador 2023 otorgado por la sociedad española de gestión de derechos de autor DAMA.


Sobre el tratamiento estético
Notas de las directoras (Cecilia Atán y Valeria Pivato)
Para La Llegada del hijo hicimos un profundo trabajo de acopio, exploración y acercamiento a los personajes y sus universos durante el proceso de escritura; ejercicio creativo que desde el comienzo fue abonando a la traducción visual de la historia escrita. Cuando llegó el momento de soltar amarras como guionistas, para darle espacio a aquello que nos iba a guiar como directoras, todo estaba ahí.

A diferencia de La Novia del Desierto (2017), contábamos con aliados conocidos: tanto la directora de arte como el director de fotografía ya nos habían acompañado en aquella primera experiencia. Ambos talentosos artistas, que no solamente entendieron lo que nosotras queríamos transmitir con cada texto, sino que además, elevaron enormemente la sensibilidad de la película en el proceso de intercambio creativo que compartimos con ellos. A este tándem familiar, se sumaron otras cabezas de equipo con quienes rápidamente entramos en sintonía y nos dispusimos a mover las piezas del rompecabezas para darle un sentido y lugar apropiado a cada una.

El escenario que se impuso como "llave" para abrir el juego estético de la película fue el Cementerio de Chacarita, con su singular Panteón Subterráneo. Este espacio plantea una arquitectura noble, con pasillos amplios y recovecos; en él conviven contrastes fuertes entre volúmenes, luces y sombras que generan un claroscuro mutante a lo largo del día. Dialogan además, un arriba y un abajo claramente marcados. En el canal subterráneo habita la humedad, se ocultan las palomas; árboles y plantas crecen anárquicamente buscando proyectarse hacia la luz del sol y se conecta, a través de imponentes escaleras, con la parte superior habitada por un parque inmenso y vital, que contrasta con el significante esperado de una necrópolis.

El rebote que la lógica de este lugar plantea se derramó sobre otras decisiones que van desde la búsqueda de locaciones hasta la propuesta fotográfica que hace pie en la contradicción que habita en nuestra protagonista.

Trabajamos componiendo cada cuadro a partir de una tensión visual, sostenida por zonas visibles que se enlazan con rincones oscuros donde se sugieren elementos que no terminan de estar totalmente definidos. El dolor, la carencia, la lucha que siente Sofía dentro de su cuerpo se manifiesta, con poder, sobre la imagen.

Otro eje fundamental que se desprende del guion y que se sumó a nuestra caja de resonancia para darle mayor densidad a las decisiones es el concepto de fragmentación. La película está estructurada en una línea temporalmente desarticulada, que intercala un presente progresivo con momentos pasados que apelan a un matiz evocativo.

Aquí, la verosimilitud de los personajes y sus acciones está intervenida por un extrañamiento poético que intenta reconstruir la manera en que nuestra mente recuerda. El ejercicio de la memoria no significa, exclusivamente, el simple acto de recordar, sino que implica remontarse hasta los orígenes de los hechos, con el propósito de actualizarlos. Nuestra protagonista intenta suplir la ausencia de su gran amor a partir de elementos cotidianos que lo convocan: un aroma, un sonido, sensaciones táctiles son elementos esenciales que actúan como disparadores en un presente incierto, para poner en tensión los diferentes niveles narrativos.

Trabajamos también la idea de prisión, pero no solamente desde su literalidad: Alan está encarcelado, pero paradójicamente es Sofía quien vive presa de un dilema que no logra dirimir. Zonas vedadas en su interior delatan pesadas estructuras heredadas y transmitidas de generación en generación, sin cuestionamiento alguno.

El universo sonoro de la película y la composición musical original responden también a esta lógica de fragmentación. Por momentos se presentan como elementos diegéticos que acompañan con más literalidad las acciones de los personajes y en otras ocasiones se desmarcan de esa dictadura de la imagen, para aportar un nuevo sentido. Así, sonidos de un tiempo evocativo invaden el presente de Sofía.

A la sala de montaje llegamos abiertas a la hermosa posibilidad de reescritura que ofrece el cine en esa instancia. Allí, nos encontramos con una montajista, que al igual que el resto del equipo, nos ayudó a desafiar los límites de nuestro propio lenguaje cinematográfico. Exploramos el material juntas y poco a poco, la película se fue imponiendo, sostenida por una coherencia propia.

El resultado es una obra con la que nos sentimos representadas, pero, sobre todo, una película en la que creemos.

Notas de la directora de arte (Mariela Rípodas)
La propuesta estética que trabajamos con las directoras tiene un anclaje inmediato en el propósito de materializar un mundo visual que exprese el tono emocional que propone el guion. Un universo hermético, sombrío y monocorde se apodera del relato, convirtiéndose en el tono dominante. Este estado emocional y su interpretación en imágenes se construyó con una rigurosa selección arquitectónica de los escenarios; homogénea, sólida y neutra, capaz de ser el esqueleto de toda la historia. Sin embargo, en cada evocación este clima se rompe, para abrir paso a un plano poético y luminoso que contrasta con lo anterior.

La importancia de las locaciones en la película. Una arquitectura propia.

El guion me hizo pensar que la película necesitaba de una arquitectura propia, que fuera capaz de sostener y espejar la vida de Sofía y que pudieran expresar el estado de ánimo del personaje.

En este sentido, el escenario del Sexto Panteón del Cementerio de la Chacarita diseñado por Itala Fulvia Villa en 1958, fue el disparador para pensar la estructura arquitectónica del film. Fue la inspiración y marcó la pauta estética para la búsqueda del resto de las locaciones.

Como premisa fundamental, se hizo necesario que los espacios, si bien fueron construidos en épocas diferentes, tuvieran en común cierta neutralidad, austeridad y solidez en las líneas y volúmenes, para poner el foco sobre la soledad de los personajes y dejar que los fondos se mantuvieran en silencio.

La locación que replica en mayor medida la lógica del cementerio es la locación principal, la casa de Sofia.

Encontramos esta casa en el barrio porteño de Boedo que contaba con una planta muy similar a la descripta en el guion, con revestimientos de granito en la fachada y con pisos y escalera de mármol. Entre otras coincidencias arquitectónicas con el Sexto Panteón del Cementerio de la Chacarita, la cocina tenia un techo de ladrillos de vidrio que generaba una luz cenital típica de las claraboyas que iluminan las zonas oscuras de los pasillos de los nichos. Y la conexión entre la vegetación del patio y el living en la casa de Sofía se espejaba con los patios verdes del cementerio en los pasillos de los nichos.

Tal cual encontramos la casa, estaba deshabitada y abandonada. El principal desafío fue convertirla en la casa de Sofia. La restauramos valorando los detalles constructivos y ornamentales de origen, pero dándole contemporaneidad y sobre todo, un espacio de pertenencia al personaje.

Además, asumimos el desafío de que la casa de Sofia sea también el reflejo del paso del tiempo, de ese pasar de los años y los distintos momentos de Alan y Sofia, de la transformación de ambos personajes.

En términos de estilo, todas estas decisiones fueron claves para crear una película estilizada estéticamente, elegante, bella y lo suficientemente alejada del naturalismo, sin desoír el verosímil de la historia.


Notas de intención de las productoras (Fernanda del Nido, Juan Pablo Miller y Cristina Zumárraga)
El permiso para explorar territorios nuevos tiene forma de mujer.

El universo femenino está generando un cambio de paradigma, la amplitud del horizonte, un límite que se extiende, que se abre. Y nos está permitiendo buscar y encontrar nuevos sentidos y formas de pensar la sociedad y a nosotr@s mism@s.

La llegada del hijo, tanto en su forma como en su contenido, rompe, resignifica, construye nuevas preguntas y también nuevas posibles representaciones sobre la mujer y la maternidad.

Como productores y cineastas, acompañamos a Cecilia y Valeria en esta búsqueda. Nos atrapó desde el planteamiento inicial de la propuesta narrativa y artística en su conjunto y en el camino, fuimos conformando un equipo de grandes artistas que tejieron las distintas capas de la película en todas sus áreas y procesos.

Desde que empezamos a desarrollar el proyecto, La llegada del hijo nos inspira, nos conmueve, nos lleva a buscar y pensar desde nuevos lugares. Y nos hace creer en la necesidad imperiosa de que el cine independiente siga siendo una herramienta fundamental del pensar, del reaprender y de construir nuevos sentidos y referentes.