Dos actores ruandeses (Nansi Nsué y Boré Buika) y un técnico de sonido belga (Àlex Brendemühl), se reúnen en la antigua sede de la emisora de radio (RTLM) clave en el genocidio ruandés de 1994 para ensayar una ficción sonora y cerrar una herida que aún sigue abierta. A medida que avanza el ensayo, la reconciliación no será tan fácil como creían.