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  MaXXXine  Dirigida por Ti West
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La película, escrita y dirigida por Ti West. El cineasta estadounidense cierra la trilogía de terror que inició en 2022 con ‘X’ y posteriormente con ‘Pearl’.

La película está protagonizada por Mia Goth, Elizabeth Debicki, Moses Sumney, Michelle Monaghan, Bobby Cannavale, Halsey, Lily Collins, con Giancarlo Esposito y Kevin Bacon.


ACERCA DE LA PELÍCULA
El guionista y director Ti West presenta la tercera entrega de la trilogía que empezó con X, siguió con Pearl, y ahora se cierra con MaXXXine.

La acción transcurre en 1985 con el foco puesto en Maxine Minx, la última mujer que quedó de pie en el baño de sangre en la granja donde concluyó la película slasher ambientada en los setenta. Maxine ha alcanzado la cúspide del mundo porno en Hollywood, pero quiere llegar más lejos y ser una estrella reconocida por todos.

“Ha decidido perseguir su sueño; nada ni nadie le impedirá tener la vida que desea”, dice la actriz Mia Goth. “Cuando la reencontramos a mediados de los ochenta, nos enseña otra versión de sí misma, igual de ambiciosa, pero más segura gracias a su tremendo éxito en las películas para adultos. Se ha construido una nueva vida en Los Ángeles y, de pronto, llega su gran oportunidad: una secuela de terror”. Le ofrecen el papel protagonista en The Puritan 2, película dirigida por una sumamente sensata directora británica a la que da vida Elizabeth Debicki.

MaXXXine agranda e intensifica el mundo de sus dos predecesoras gracias a unos decorados más impactantes, un estelar reparto secundario – entre el que está Kevin Bacon y Giancarlo Esposito – y un oscuro y borroso malo que mata a jóvenes actrices como hizo el verdadero “Night Stalker” (Acosador nocturno), el asesino en serie que aterró a Los Ángeles a mediados de los ochenta.

“MaXXXine es una carta de amor a los ochenta, al cine de los años ochenta, y al cine en general; es una película dentro de una película dentro de muchas películas”, dice Elizabeth Debicki, ganadora de varios premios por su encarnación de la icónica Diana, Princesa de Gales, en The Crown. “Esta tercera entrega nace de la cabeza de alguien que adora el cine y que siente un gran respeto por lo que se ha hecho antes”.

MaXXXine es la evolución de X y de Pearl, un escaparate para Mia Goth totalmente diferente de las películas anteriores”, explica el director Ti West. “Maxine está en otro punto de su vida, ha llegado a la cúspide de su profesión. Curiosamente, conecta con Pearl. Ha evolucionado, como también lo han hecho las películas y Mia en su carrera como estrella. La meta de esta trilogía siempre ha sido poner el foco en la realización de una película, y dentro de esto está la interpretación. Ha sido maravilloso ver cómo Mia, en estas tres películas, ha demostrado una evolución constante en la interpretación y la diversidad. Los dos teníamos muy claro que no debíamos hacer lo mismo en ninguna de las tres películas”.

ORÍGENES
El nacimiento de la trilogía X remonta al 2019, cuando Ti West enseñó el guion a Jacob Jaffke, que ya le había producido seis películas, La casa del diablo entre ellas. “Mientras intentábamos ver cómo podíamos sacar adelante X, empezamos a lanzar ideas acerca de una trilogía porno de terror con películas tituladas X, XX y XXX, de acuerdo con la clasificación del género”, recuerda el productor. “Cuando A24 nos dijo que no solo hiciéramos eso mismo, sino que encima lo hiciéramos más grande, no lo dudamos un instante. Y MaXXXine es el resultado”.

Para la tercera entrega, Ti West concibió un thriller psicosexual que transcurre en la década de los ochenta en Los Ángeles, la ciudad a la que Maxine se traslada después de los acontecimientos en X. Esta última película recordaba el estilo del cine de explotación típico de los años setenta para rendir homenaje a una época en que el porno aún se filmaba en 16 mm o en 35 mm. Sin embargo, Pearl adoptó elementos de un enloquecido musical en tecnicolor al estilo Disney. MaXXXine transcurre en un momento en que reinaba el VHS, cuando películas de bajo presupuesto como Pesadilla en Elm Street compartían pantallas con clásicos de Hollywood como Vivir y morir en Los Ángeles, ambas de 1985.

“Las otras dos películas carecían de decorados amplios”, dice el director. “MaXXXine no tiene nada que ver con Pearl ni con X porque no podíamos volver a rodar en otro decorado aislado, como una granja. Debíamos pasar de una realización casera – el rodaje porno de X – a estar en el corazón de todo para cerrar la trilogía a lo grande, de forma muy cinematográfica. Esta trilogía habla de hacer cine y nos pareció importante seguir el mismo camino que Maxine y rodarla en Los Ángeles”.

Mia Goth, hablando de los cambios en esta película, dice: “Aquí, la escala es enorme, mucho mayor que en las dos anteriores, y Los Ángeles se convierte en un personaje más. Incluso la música es parte íntegra de la historia porque todo era más grande en los ochenta, los peinados, la ropa, la luz, las canciones, las estrellas”.

PRETTY WOMAN
El lienzo que Ti West utiliza para MaXXXine es mayor, más atrevido, desenvuelto y barroco en todo. “Se trata de una trilogía slasher, y esta película incluye peligros reales porque 1985 fue un año crucial, de gran relevancia en la década”, añade el director. “Ronald Reagan había alcanzado la cima de su popularidad, la Mayoría Moral estaba en auge, y el asesino Night Stalker hacía estragos en el sur de California. Debido al tipo de película en que Maxine ha trabajado antes de que llegara su gran oportunidad, está en el punto de mira en un momento en que las películas porno y de terror, así como el heavy metal eran considerados como una pésima influencia para la juventud estadounidense”.

También está en el punto de mira de un asesino durante un tiempo de hedonismo. Era el año en que Tipper Gore fundó el “Parents Music Resource Center” (Centro de recursos musicales para progenitores) con los “Filthy 15” (Los 15 impresentables), una lista que incluía temas de Prince, Madonna, Cyndi Lauper y Mötley Crue por su contenido violento o sexual.

“En los ochenta había que vivir el momento y pasarlo bien porque el mundo era un lugar sombrío entonces”, dice Giancarlo Esposito, que encarna al dudoso representante/abogado de Maxine. De hecho, el actor debutaba en 1985 en la película Buscando a Susan desesperadamente, protagonizada por Madonna, en la que interpretaba a un vendedor ambulante. “Era la gran época de Michael Jackson y de Prince, era la época de las fiestas. No se pensaba en el pasado ni en el futuro. Se pasaba bien aquí y ahora, y el mundo de MaXXXine es un buen ejemplo de la energía que cruzó la década de los ochenta”.

Al igual que Pearl, la película anterior, MaXXXine es una historia que remonta a los orígenes e indaga en la vida de Maxine Minx antes de que se convirtiera en la sensación del cine para adultos. Descubrimos las raíces de Maxine a través del misterioso malvado que se dedica a matar a estrellas en auge. “Viene de un pueblo del sur de Estados Unidos donde creció en un ambiente muy protegido, rodeada por su familia, con un padre diciéndole qué podía hacer y qué no”, explica Mia Goth. “En X reacciona contra su educación metiéndose en el cine porno, y en MaXXXine busca la popularidad nacional en un intento de sacudir los límites que le fueron impuestos en su infancia”.

“Cualquiera que haya visto las otras películas sabe que Maxine siempre ha querido ser el centro de atención y vivir la vida de una gran estrella”, añade Ti West. “De pequeña, su padre, un predicador, le parecía una estrella, alguien con peso, poder, capaz de captar la atención, y le sirvió de modelo antes de optar por el camino más subversivo de todos”.

Al describir a una joven actriz trabajando en un sistema controlado solo por hombres, y a la que una directora le ofrece el estrellato y la defiende, MaXXXine también es la historia de las mujeres que rompieron moldes en una época en que el género femenino tenía un poder muy restringido en la industria. (No fue hasta 1987 cuando Dawn Steel se convirtió en la primera mujer en dirigir un gran estudio, Columbia Pictures; y hasta la década de los noventa, Julia Roberts no empezó a ganar lo mismo o incluso más que los protagonistas masculinos de sus películas).

“Es una historia de mujeres con aspiraciones, que creen en sí mismas, conscientes de sus capacidades mucho antes de que el mundo lo vea”, dice Mia Goth. “Las mujeres en MaXXXine están esperando a que el mundo las alcance, y me parece que muchas mujeres pueden verse reflejadas en esto”.

“Lo que realmente me gustó de un personaje como Maxine Minx, sobre todo para una mujer como yo, cuando leí el guion de Ti, es que, al contrario del género de cine en el que trabaja, no es para nada la típica protagonista de una película de terror”, dice Elizabeth Debicki. “Viendo películas de terror de los ochenta, te entran ganas de gritar a las mujeres que no bajen al sótano, que no suban al desván. Maxine es lo opuesto, es inteligente, consciente, no se deja engañar. Lucha con todo lo que se cruza en su camino, y eso me parece muy satisfactorio”.

“Cuando moldeaba a Maxine, o mejor dicho, cuando la desarrollaba, empecé a verla como a una superheroína, y así acabó en MaXXXine”, explica el director. “Debe enfrentarse a fuerzas que quieren aplastarla, pero no lo permitirá. Es como el ave fénix que renace de sus cenizas después de haber vivido cosas tremendas. Era mucho más interesante convertirla en una superheroína que en de una actriz porno o una cantante de entonces”.


LAS CHICAS QUIEREN PASARLO BIEN
Desde X a MaXXXine, Mia Goth pasa de campesina “ingenua” con trenzas (un ingrediente básico en el porno) a una seductora a punto de ser catapultada a la fama con el pelo cardado y maquillaje de la época, un cruce entre Dale Bozzio de “Missing Persons”, y Tawny Kitaen, la actriz de Despedida de soltero, que se contoneaba en vídeos de Ratt y Whitesnake a mediados de los ochenta.

Ti West y Mia Goth trabajaron juntos para que los departamentos de peluquería, maquillaje y vestuario crearan un look para Maxine que simbolizara Hollywood a mediados de la década de los ochenta, sin olvidar las pecas que se han convertido en una firma para el personaje después del éxito de X y de Pearl.

“Ti, Jaime Leigh McIntosh, Mari-An Ceo y yo misma nos preguntábamos siempre si habíamos dado en el clavo con el look de Maxine o si nos habíamos pasado”, explica la maquilladora Sarah Rubano (Avatar: El sentido del agua), que lleva trabajando con Ti West desde la creación de la trilogía. “Teníamos que frenarnos mutuamente porque corríamos el riesgo de llevar la estética demasiado lejos, de convertirla en una burla de los ochenta”.

Mia Goth también se esforzó en controlar a su personaje y alejarse del kitsch de la época. “Maxine ha evolucionado en el transcurso de la trilogía, y yo también”, dice. “Es interesante ver los paralelismos entre Maxine y yo pensando a dónde hemos llegado. El look de Maxine también ha evolucionado en las tres películas y tiene que ver con mi interpretación en diferentes momentos de la trilogía”.

La peluquera Jaime Leigh McIntosh (Oppenheimer) se incorporó al equipo técnico gracias a una recomendación de Sarah Rubano, ya que no había participado en las anteriores entregas. MaXXXine es la primera de las tres en que Mia Goth tiene el pelo rubio, cambiando radicalmente su apariencia para una nueva época.

En una película como esta, con un reparto mucho más grande, extras, escenas en discotecas, camerinos y haciendo pruebas, fueron necesarias muchas pelucas en el estilo típico de los ochenta. “Las pelucas de Mia requirieron mucho más trabajo en esta entrega porque el pelo imita a menudo lo que ocurre a su alrededor”, explica Jaime McIntosh. “Es exuberante y tiene vida propia, pero estábamos decididos a crear un look de lo más natural para que todo el mundo creyera que era el pelo de Mia”.

La peluquera diseñó varias pelucas de prueba en cuanto a texturas, largo y rizo, hasta dar con el modelo perfecto para una mujer que se abre camino en esa década. “Ti quería que fuese ochentero, pero no tan obvio como el pelo rubio del cantante de A Flock of Seagulls”, explica Jaime McIntosh, ganadora de un Emmy por su trabajo en el drama de época “The First Lady”. “Bajo ningún concepto debía ser un peinado cómico”.

Mia Goth lleva los ojos pintados de rojo para una escena en una discoteca al son de la muy oída “Welcome to the Pleasuredome”, de Frankie Goes to Hollywood. “Lo pasé realmente bien viajando en el tiempo y explorando los maquillajes de la época”, reconoce la actriz. “Todos nos divertimos, y creo que eso se nota en la pantalla”.

VESTIDA PARA MATAR
Mari-An Ceo, que se ha encargado del vestuario de las últimas entregas de Viernes 13 y Pesadilla en Elm Street, al igual que Jaime McIntosh, no había trabajado en las dos películas anteriores. Conoció a Ti West en la serie de terror “Them”, de la que dirigió varios capítulos. Le llamó después de acabar el rodaje y el director la invitó a unirse a MaXXXine.

Con el fin de crear un vestuario de época adecuado, la diseñadora vio las películas de Brian DePalma de finales de los setenta y principios de los ochenta, además de Hardcore: Un mundo oculto, de Paul Schrader, de 1979, donde un hombre conservador del Medio Oeste estadounidense recorre la red de pornografía californiana en busca de su hija adolescente.

Con esto en mente, diseñó un vestuario para Maxine que enfatizara su transformación de una década a otra. “Los ochenta fueron un tiempo de transición en cuanto al sexo, la música, la moda, el cine, todo”, dice Mari-An Ceo. “Trabajamos a partir del espíritu de Maxine en X e intentamos demostrar el cambio mediante su ropa. Es una estrella del porno y estudié muchas revistas de la época. Ti también sugirió que Debbie Harry, de Blondie, al principio de su carrera, podía ser una influencia”.

Uno de los personajes secundarios de mayor importancia desde el punto de vista de la indumentaria es Labat, el detective privado de Nueva Orleans que ha conocido momentos mejores interpretado por Kevin Bacon, que parece sacado de Los Ángeles de los años 40, puro estilo Philip Marlowe. De aspecto descuidado y sucio, maleducado, Mari-An Ceo se basó en el corpulento y sudoroso capitán de policía Hank Quinlan, de Sed de mal, de 1957, una historia de corrupción en una ciudad fronteriza de México en la que Orson Welles sale con trajes de lino manchados de grasa y sudor.

Kevin Bacon se adaptó al traje e interpreta a Labat como a un baboso con su traje desaliñado de épocas pasadas, sin por eso abandonar el sueño de cobrar un buen dinero si encuentra a Maxine a petición de su cliente. “Cuando Labat cobra después de dar con Maxine, cree que va a convertirse en Robert Evans”, le dijo Kevin Bacon a Mari-An Ceo antes de que empezara el rodaje, haciendo referencia al elegantísimo superproductor de los setenta y ochenta.


LOS ÁNGELES HACE DE SÍ MISMA
La ciudad, sobre todo las calles de Hollywood adyacentes a los estudios, así como el Teatro Chino y el Paseo de la Fama, tiene un papel tan protagonista como el de la misma Maxine, con múltiples momentos cruciales en el rodaje que enfatizan el homenaje que la película rinde a la profesión.

Alejándose totalmente de los decorados rurales de X y de Pearl, MaXXXine ofrece una visión de las aceras y platós cercanos a Hollywood Boulevard, debidamente redecorados para la ocasión. Hubo que cortar cuatro noches el tramo que va de Cahuenga Boulevard a Wilcox Avenue.

“Disponíamos de más recursos que en las anteriores películas, pero no dejó de ser muy ambicioso y todo un reto recrear ese periodo a gran escala”, reconoce Ti West. “Todos tuvimos que trabajar más, empezando por Mia, que de pronto habitaba un mundo mucho más grande, hasta el director de fotografía Eliot Rockett, que también debía captar una imagen mucho más amplia, y el diseñador de producción Jason Kisvarday, que se encargó de que el espectador viera y sintiera Hollywood tal como era en lo mejor de los ochenta”.

Y añade: “MaXXXine nos lleva a una época en que Hollywood era menos limpio y brillante que ahora, aunque lo seguimos queriendo mucho. Es una parte fundamental de la película, y básica dentro de la evolución del personaje de Maxine mientras va ascendiendo los peldaños de la industria. Fuimos sumamente meticulosos con todos los detalles”.

El director tenía muy claro que no debía verse Los Ángeles llena de calentadores de piernas multicolores y corredores, descapotables, o dioses del heavy metal. “Lo primero que nos vino a la cabeza fue el mundo de Repo Man (El recuperador), el drama de Alex Cox rodado en 1984 donde describe una ciudad sucia, descuidada, con grietas en las aceras y llena de mala hierba”, dice Jason Kisvarday, que se ha encargado del diseño de producción de Todo a la vez en todas partes. “Ti quería ver una ciudad de Los Ángeles raída y un Hollywood cutre surgidos del pasado, dado que la ciudad se ha gentrificado en los últimos veinte años”.

El diseñador de producción se documentó estudiando fotos de Hollywood de los setenta y ochenta, donde se ven fachadas de tiendas con escaparates sucios, coches mal pintados y con algún que otro tapacubos desaparecido. Un Hollywood que no se parece en nada al Business Improvement District (Barrio de mejora empresarial) actual, que ha transformado el vecindario alrededor del Boulevard hasta parecer a un brillante centro comercial. “Lo importante era no dejarse llevar para que no se convirtiera en una copia de El chico ideal, con mucho neón y todo perfecto”, añade Jason Kisvarday.

El departamento de diseño empezó por retocar las fachadas de las tiendas en el Boulevard tres días antes de cerrarlo al tráfico para poder rodar las escenas en que vemos a Maxine yendo a trabajar mientras la acecha una sombra amenazante, o cuando la interrogan varios detectives y descubre a su compañera de piso hecha trizas por un salvaje asesino.

“Lo organizamos de tal forma que pudiéramos aparecer y colocar todas las piezas del decorado rápidamente. Cerrar una arteria de Hollywood cuesta muy caro y el tiempo es dinero”, dice el diseñador. “Intentamos ser eficientes para que se pudiera rodar con rapidez en cuanto decorábamos las fachadas, y también a la hora de dejarlo como antes al terminar”.

Para el director de fotografía Eliot Rockett, que colabora con Ti West desde el largometraje La casa del diablo, de 2009, rodar las escenas que transcurren en Hollywood Boulevard se reducía a un ejercicio de logística y coordinación. “Disponíamos de un tiempo limitado para rodar un número específico de escenas, tanto de día como de noche, con diversas tomas del Teatro Chino y de Show World, donde trabaja Maxine”, explica. “Durante el día no podíamos controlarlo todo, solo nos quedaba decorar, sacar los coches de época y rezar para que saliera bien”.

De noche, incluso cuando el Boulevard estaba cerrado al tráfico, Eliot Rockett y su equipo se enfrentaban a retos inesperados: “¿Qué puedo controlar y qué no? ¿Se pueden apagar esas luces? ¿De qué equipo dispongo? ¿Qué se puede captar con una cámara del 85?”

Además, solo tenían unas cuantas horas para rodar el estreno de The Puritan 2 en el Teatro Chino. “Llegamos a medianoche, todo tenía que estar preparado y listo para que pudiéramos rodar”, añade.

El productor Jacob Jaffke tuvo que obtener la aprobación de la Hollywood Business Commission, la organización que decide quién puede rodar dentro y alrededor de Hollywood, con el fin de conseguir los permisos para rodar en el Boulevard y en el Teatro Chino “Los directores de localización dispusieron de cinco minutos para explicar y presentar el proyecto – un poco como en un proceso de citas rápidas”, recuerda Jacob Jaffke. “Mostraron mapas, desgloses, todo, y la Comisión lo aprobó a la primera, algo increíble. Cerramos una de las arterias más transitadas de todo Hollywood durante cuatro noches seguidas, y créanme, no fue sencillo”.

LA CASA DEL DIABLO
MaXXXine tiene mucho que ver con lo que representa hacer una película y con lo que ocurre entre bambalinas. Ti West estaba empeñado en plasmar el mecanismo diario de los famosos “backlot” (platós) de los estudios, por lo que era necesario rodar en Universal Studios, ahora un parque temático donde pasan tranvías llenos de turistas en cada esquina.

En una de las escenas más impactantes de MaXXXine, Labat persigue a Maxine por uno de los platós de Universal donde aún está la casa que Norman Bates hizo famosa en 1961 en la clásica Psicosis, de Alfred Hitchcock. “Cuando leí el guion, supe que lo primero que debía hacer era llamar a Universal para saber si cabía la posibilidad de rodar dentro y fuera de la casa, algo que supuse imposible”, recuerda Jacob Jaffke. “Pero habíamos hecho las mezclas de sonido de X en Universal, la primera película que realizaba las mezclas en el entonces recién estrenado plató Hitchcock. Recuerdo que aún olía a pintura fresca cuando entramos. Nuestro contacto de entonces, Ashley Love, fue de lo más amable y convenció a Universal para que se apuntaran”.

El productor reconoce que le emocionó entrar en la legendaria casa – aunque ahora solo quede la fachada –, pero sigue palpándose un ambiente extraño, la historia del cine. “Vi las huellas de mapache, las grietas en la pared, y me obligué a ser consciente de que solo era un decorado”, recuerda. “Incluso me sorprende que aún siga en pie, pero tener una pieza tan icónica en la película, era increíble. La imagen del slasher más importante de la historia del cine en la última entrega de una trilogía que arranca con un slasher. Pocas cosas en mi carrera han sido tan gratificantes como esta”.

También hubo que pedir permiso a la Fundación Alfred Hitchcock para rodar en la casa Bates, pero en cuanto leyeron el guion de MaXXXine comprendieron que era un tributo al cine de género. “Mientras la película encajase con el tono de las películas de Hitchcock, no pusieron ninguna pega”, explica Jacob Jaffke.


EL PASEO DE LA FAMA
Al disponer de más recursos y decorados mucho más grandes, el reparto de MaXXXine también creció. Ti West escogió a toda una serie de dudosos personajes que orbitan alrededor de Maxine mientras ella sigue ascendiendo la escalera de la fama e intenta evitar a su amenazante némesis. “En cuanto leí el guion, supe que el proyecto era un dulce para cualquier actor”, dice Elizabeth Debicki. “Ninguno teníamos grandes papeles, pero incluso así eran muy jugosos y apetecibles, los devoramos”.

La actriz da vida a Elizabeth Bender, la decidida directora de The Puritan 2, que ve a una posible estrella en Maxine. “Liz la escoge para protagonizar la secuela y le abre la puerta a otro horizonte, pero sigue siendo firme e incluso distante con ella, porque quiere que le vaya bien. Y para eso, Maxine debe estar muy centrada”, dice Elizabeth Debicki. “Mi personaje se arriesga mucho al contratar a una estrella del cine para adultos para una película producida por un gran estudio, pero se da cuenta de que Maxine es única, una auténtica estrella en ciernes. Liz se esfuerza en refrenarla sin dudar nunca de que ha tomado la decisión correcta”.

Para prepararse, la actriz se documentó en las mujeres que trabajaban en los estudios en la década de los ochenta, entre ellas Susan Seidelman y Penelope Spheeris. “Incluso hoy, cuando ves fotos suyas, parecen feroces. Trabajar en la industria del cine en esa época siendo mujer era muy duro, pero prepararon el terreno para la generación siguiente, las que están ahora. Solo seguimos el camino que abrieron”.

Kevin Bacon – que debutó en el cine como una de las víctimas del primer Viernes 13, antes de conseguir el papel que le catapultó a la fama, el de Ren McCormack en el clásico musical Footloose, dirigido en 1984 por Herbert Ross, encarna a un personaje poco habitual para él. Es Labat, un detective privado bastante cutre procedente de Nueva Orleans, contratado por un sospechoso cliente para seguir la pista de Maxine.

“Labat es una especie de mercenario mal vestido y carente de principios que quiere hacer el trabajo cuanto antes para cobrar y regresar a Nueva Orleans sin ensuciarse mucho las manos”, explica Kevin Bacon. “Básicamente es un cobarde, y las cosas no acaban bien para él”.

Kevin Bacon es un fan de X y de Pearl. Cuando llamó a Ti West, no tenía ni idea de que este quería concluir la trilogía de terror con una entrega que podía permitirse incluir a conocidos actores como él. “Solo quería conocerle y hablar de cine, ver qué tenía en mente y ofrecerle la oportunidad de trabajar juntos”, recuerda el actor, un veterano de la industria cuyo nombre aparece en los créditos de más de cien películas.

Ti West es superfan de Kevin Bacon, y un gran admirador del trabajo que hizo en JFK: Caso abierto, entre otros. El actor tampoco imaginaba que volvería a pisar los mismos platós en los que empezó a trabajar en Hollywood.

Giancarlo Esposito, al que hemos visto recientemente en “The Gentlemen: La serie”, descubrió X y Pearl gracias a su hija, que le mandó clips de ambas y le animó a que las viera. Enseguida comprendió que Ti West había plasmado una visión que convertía los dos largometrajes en clásicos actuales.

“Los diálogos de MaXXXine están muy bien escritos; las conexiones entre esta y las dos entregas anteriores son sutiles, inesperadas, revelándonos partes de la historia que desconocíamos y aportando muchos detalles de la época en que transcurre”, dice el actor. “Me atrajo la idea de que se trata de un mundo en el que todos quieren ser otra persona. Me pareció sumamente contemporáneo y relevante”.

Giancarlo Esposito da vida al representante y abogado de Maxine, Teddy Night Esq., que se mueve en los márgenes de la industria, pero también es capaz de autoconvencerse de que es el dueño de la ciudad. “Teddy es el clásico personaje hollywoodiense que cree estar en el mismísimo centro del sistema de estudios a pesar de que se encuentra en la periferia”, explica. “Ha dejado atrás su vida anterior y ahora es el hombre que guía las carreras de otros, que decide por ellos. Cuando mira a Maxine, ve a una estrella. Aunque ella tenga que empezar en el primer peldaño de la escalera hacia el firmamento de Hollywood, Teddy siempre estará a su lado para ayudarla a hacer realidad sus sueños”.

El actor reconoce que le gustó el aspecto paternal del papel e incluso deja caer que MaXXXine es, al fin y al cabo, una película sobre los vínculos familiares. “Habla de padres y de hijas; puede que Teddy sea la figura paterna que Maxine siempre quiso tener, alguien que la apoya y la anima a seguir”, dice el actor, que se hizo famoso con su interpretación del exigente cerebro de la droga Gus Fring en “Breaking Bad” y “Better Call Saul”. “Teddy le aconseja a Maxine que no se rinda, que dé lo mejor de sí misma, que no permita que nada le impida atrapar su sueño. Todos necesitamos una conexión así, que alguien nos anime, sin que importe qué sueño perseguimos”.

Lily Collins, la estrella de la serie “Emily en París”, tiene un pequeño pero inolvidable papel. Interpreta a Molly Bennett, la auténtica reina del alarido en The Puritan, dirigida por Liz Bender, que está a punto de sustituirla por Maxine en la secuela. La actriz estaba rodando “Emily” cuando se estrenaron X y Pearl en Estados Unidos, pero tuvo ocasión de verlas después y quedó muy impresionada.

“Mia está genial en las dos películas, y lo que Ti aporta al género de terror es único, muy especial”, dice la actriz, que acaba de rodar la cuarta temporada de la serie. “Nada de lo que hace Ti es tradicional o convencional, y eso me encanta. Cuando me habló de la tercera entrega, me convenció inmediatamente, ¿cómo no iba a formar parte de algo así?”

Lily Collins da vida al personaje de una película dentro de otra película. Una joven actriz británica que llega a Hollywood un poco como hace el de Mia Goth al arrancar MaXXXine: ingenua, con muchas ganas de tener éxito, dando tumbos hasta que encuentra su lugar en las películas de terror. “Representa lo que Hollywood puede llegar a ser para Maxine, una progresión natural. Un director/directora cree en una actriz, le da un papel protagonista, y esta se da a conocer. Es el mismo camino que quiere seguir Maxine y el que siguió Molly”.

MaXXXine es el primer largometraje de terror en el que trabaja Lily Collins, exceptuando su segunda película llamada El sicario de Dios, donde siendo niña debía gritar con todas sus fuerzas en una escena de secuestro. “Recuerdo que acabé la escena y todos me preguntaron si ya había tenido que gritar antes porque, al parecer, pensaron que me esperaba un brillante futuro en el género de terror”, recuerda, riendo.

En su primer largometraje, después de un pequeño papel en la serie “The Idol”, el músico convertido a actor Moses Sumney interpreta a Leon, un joven cerebrito que trabaja en una tienda de vídeos de Hollywood Boulevard y el mejor amigo de Maxine. “Se toma las películas muy en serio, sobre todo las de terror, y se mueve por la ciudad en monopatín”, dice el actor. “Es mi primer largometraje y estoy muy agradecido de haber tenido la oportunidad de trabajar cerca de una actriz tan profesional, emocionante y atrevida como Mia Goth. Para mí fue muy importante poder observar cómo los otros actores reaccionaban ante la interpretación de Mia. Está increíble en estas películas”.

El último personaje que mencionaremos recae en Michelle Monaghan, conocida sobre todo por su papel en la franquicia Misión imposible, protagonizada por Tom Cruise. En MaXXXine da vida a la inspectora Marianne Williams, que investiga una serie de sangrientos asesinatos que podrían tener que ver con el Night Stalker (Acosador nocturno).

“Perpetran varios asesinatos en círculos muy cercanos a la industria cinematográfica, y mueren algunas compañeras y amigas de Maxine, por lo que Williams cree que esta es una víctima potencial o quizá sepa más de lo que dice”, explica la actriz, a la que hemos visto recientemente en la serie “Dualidad”, donde interpreta a dos gemelas. “Además, Williams quiere abrirse camino en la policía. Comparte el mismo objetivo que Maxine, ser alguien en Hollywood”.

Michelle Monaghan reconoce que le sorprendió la facilidad de Mia Goth para transformarse y perderse en el papel de Maxine Minx, llegando a sorprender a muchos en el plató cuando no estaba en la piel del personaje. “Mia no se parece en nada a Maxine, pero me encanta la dualidad que aporta a todos sus papeles”, añade. “Es una actriz que no tiene miedo de mostrar su inocencia y vulnerabilidad, pero también puede ser fuerte y poderosa. Ha creado un personaje vivo, al que todos queremos ver ganar. Estoy impaciente por ver qué va a hacer ahora”.