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  Gladiator II  Dirigida por Ridley Scott
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Hace casi 25 años, el consagrado cineasta Ridley Scott revitalizó y reinventó un querido género cinematográfico con Gladiator, una epopeya histórica que recaudó más de 465 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en la segunda película más taquillera del año 2000. Gladiator, película que catapultó a su protagonista, Russell Crowe, al estrellato internacional, fue nominada a 12 Oscar® y ganó cinco, incluido el de mejor película. Dos décadas después, Gladiator II vuelve a mostrarnos a un heroico guerrero que se enfrenta al poderío del Imperio Romano en nombre de la fuerza y el honor.

Magníficos decorados, vestuario exquisito, efectos asombrosos e impresionantes combates cuerpo a cuerpo se combinan para ofrecer una experiencia envolvente y visceral hecha para ser vista en la gran pantalla. Scott ha logrado reunir a un reparto y un equipo que dan vida a la historia con emocionantes secuencias de acción, efectos y acrobacias que hubiera sido imposible rodar en el año 2000. Desde una invasión acuática de una antigua fortaleza hasta una batalla naval históricamente fidedigna escenificada en un Coliseo inundado, Gladiator II es un acontecimiento cinematográfico que ha puesto a prueba a algunos de los profesionales más hábiles de la industria cinematográfica en su esfuerzo para hacer justicia a la extraordinaria visión de Scott.

“A la hora de hacer una película de esta envergadura se desatan muchas emociones”, dice Scott. “Se vive con mucho estrés. De hecho, tienes que aceptar de buen grado el estrés. Yo lo hago. Me pone en órbita. El trabajo es ir abordando detalle tras detalle tras detalle. Y cuanto más amplías tus ideas, más sinergias vas a encontrar”.

El viaje que la película original recorrió hasta llegar a la gran pantalla comenzó hace más de 20 años, cuando el productor Douglas Wick recibió una fascinante investigación que describía cómo todos los caminos de la antigua Roma conducían al Coliseo. “Emperadores y esclavos, políticos y plebeyos vitoreaban el sangriento espectáculo con una entrega que podía cambiar literalmente el curso del imperio”, explica Wick.

Wick se puso en contacto con DreamWorks, a quien le encantó la perspectiva de reinventar los péplum para una nueva generación, y el estudio compró la idea argumental no desarrollada por escrito del guionista David Franzoni. Wick desarrolló un borrador con DreamWorks, y a continuación presentaron la idea a Scott, y el resto es historia.

“La primera película se ha convertido en un icono cultural para los aficionados al cine de todo el mundo”, afirma el productor Michael Pruss, presidente de Scott Free Productions, que lleva más de una década colaborando estrechamente con Scott. “El mundo del Imperio Romano que se muestra en Gladiator y sus inolvidables personajes son una creación brillante. Ahora era imprescindible recrear ese universo a una escala aún mayor. Queríamos recuperar la misma motivación de venganza implacable, pero además había que darle un aire nuevo, moderno y único. Costó más de lo que nadie había previsto, pero hace falta tiempo para desarrollar las grandes ideas y los dramas humanos. Tenemos la esperanza de que los resultados hablen por sí solos”.

De Gladiator II se ha estado hablando desde que se vio el éxito con el que se recibió inicialmente a la película, según indica Scott. “La popularidad de Gladiator no dejó de crecer”, explica. “El público no se ha olvidado de la película. Sabía que debíamos plantearnos una secuela, pero tardamos años en decidir cómo iba a ser la historia”.

“Sabíamos que teníamos que superar la acción trepidante de la original, pero también era imprescindible captar su intimidad emocional”, indica la productora Lucy Fisher, que comenzó a desarrollar la nueva película junto a su socio Wick en 2001. “Tardamos mucho en elaborar una historia que nos pareciera digna de ser una secuela de Gladiator. Pero una vez que tuvimos el personaje de Lucio, un joven lleno de furia, abandonado y expulsado de su tierra, decidido a destruir la ciudad que le había creado y traicionado, nuestra historia empezó a cobrar forma. Lucio sería un príncipe a la deriva, dispuesto a establecerse en cualquier lugar menos en Roma, ciudad a la que, no obstante, todos los caminos acaban llevándole”.

Esa, dice Wick, les pareció una historia que merecía la pena contar. “Pero no tardamos en descubrir que uno de los mayores desafíos a los que íbamos a enfrentarnos era un dilema que los antiguos romanos conocían bien”, indica. “El público ha visto grandes combates muchas veces y tiene una insaciable sed de MÁS. Fuese lo que fuese lo que creásemos, tendría que provocar grandes emociones. Un verdadero espectáculo para la eternidad”. En 2021, Scott se puso en contacto con el guionista David Scarpa, que había escrito Todo el dinero del mundo, el largometraje basado en un delito real, rodado por el director en 2017, para que urdiese una narración atractiva a partir de una historia de Peter Craig (escritor de Top Gun: Maverick). Han pasado 15 años desde la muerte de Máximo Décimo Meridio, el personaje de Crowe del largometraje original. Los combates en el Coliseo se han vuelto más mortíferos, violentos y espectaculares a medida que un público sediento de sangre incita a los gemelos medio locos que ocupan el trono imperial a alcanzar nuevas cotas de crueldad. El Imperio Romano prosigue su implacable avance por el mundo, expandiendo sus fronteras, saqueando todas las culturas que encuentra a su paso y obligando a los supervivientes a luchar por sus vidas en la arena del Coliseo.

“Conozco el original, que es una película que encanta”, dice Scarpa, que también ha escrito el guion de Napoleón, la película de Scott nominada al Oscar. “Cuando Ridley se puso en contacto conmigo, me emocioné muchísimo. Gladiator es un clásico que gusta a todo el mundo, y es la referencia entre las películas de acción histórica. Me sentí a la vez halagado y un poco intimidado ante la idea de trabajar con las personas que habían creado ese mundo. Como director, Ridley influye mucho en lo que rueda, y su visión es fundamental para la película”.

Scarpa también destaca el desafío que supone rodar una secuela de una película cuyos personajes principales, en su inmensa mayoría, han fallecido a lo largo de la trama. No obstante, consiguió encontrar muchas oportunidades creativas al retomar la historia tantos años después. “Empezamos colocando a nuestro protagonista, Lucio, en una situación diametralmente opuesta a la historia de Máximo”, dice el guionista. “Al inicio de su película, Máximo es un líder del ejército romano que se enfrenta a un ejército de bárbaros. Lucio es un bárbaro que defiende su hogar de los invasores romanos. Máximo era leal al emperador. Lucio odia Roma y todo lo que tenga que ver con ella. Y, sin embargo, ambos acaban obligados a matar o morir para entretener a la plebe”.

Scarpa aún disponía de gran parte de la detallada investigación realizada para la primera película. “Tomamos la auténtica Roma histórica como punto de partida”, afirma. “Lucio, como Máximo, no es una figura histórica real, aunque Marco Aurelio, Cómodo y Lucila sí lo son. Los emperadores gemelos de esta película, Caracalla y Geta, también eran reales, aunque nos tomamos algunas libertades creativas en cuanto al desarrollo de su rivalidad”.


El nuevo imperio
La directora de casting Kate Rhodes James afirma que trabajar con Scott en Gladiator II fue una experiencia extraordinaria y enriquecedora. “Confía en el proceso que sigue un director de casting. Me aseguro de realizar una investigación exhaustiva y de conocer a fondo a un actor antes de presentarlo. Si a Ridley le gusta su imagen para el papel, entonces queda con ellos para charlar y se deja llevar por su instinto, ¡que le suele ser de gran utilidad!”.

Dice que el director se mostró abierto a ampliar el abanico de posibilidades a la hora de confeccionar el reparto de Gladiator II. “Roma era un auténtico crisol de culturas en aquella época, y queríamos reflejarlo en nuestras elecciones”, afirma la directora. “Tenemos actores de Sudamérica, Ucrania, Dinamarca, Egipto, Israel, Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos. El reparto de Gladiator fue audaz y divertido. Intentamos incluir esa noción en nuestras elecciones”.

Scott dice que se fijó por primera vez en Paul Mescal, que interpreta a Lucio, cuando protagonizó la aclamada serie de televisión angloirlandesa “Normal People”. “Me pareció que era una especie de Richard Harris cruzado con un muy joven Albert Finney”, dice Scott. “Parecía un actor muy sólido y con gran empatía. A medida que la historia que se narra en el guion empezaba a evolucionar, no dejaba de pensar en él. Sabía que era muy buen actor de teatro, lo que para mí es una ventaja. Los actores de teatro me ponen en mi sitio. Normalmente soy muy visual y me muevo como un rayo. A ellos les gusta hablar de la historia y los personajes entre toma y toma”.

Para los cineastas era evidente que Mescal era una estrella en ciernes. Lo que no era tan evidente era si podría pasar de ser el joven sensible de “Normal People” a un temible gladiador romano. “Encontrar la manera de dar continuidad a la primera película fue una tarea especialmente complicada, sobre todo porque habíamos matado a nuestros dos protagonistas”, dice Wick. “Eso significaba que teníamos que encontrar una nueva estrella o crear una. Fue un riesgo increíble elegir para una película de gran presupuesto a un actor que nunca ha sido protagonista de una. Y nuestro protagonista también tenía que ser creíble como héroe de acción. Ridley, los productores y el estudio se abrazaron Paul y saltaron al vacío. No tardamos en descubrir que Paul es uno de esos talentos irrepetibles que siempre caen de pie”.

“Todos estábamos admirados por el talento de Paul, pero cuando le conocimos, casi no nos atrevíamos a preguntarle si había practicado algún deporte alguna vez, tratando de intuir alguna señal de que pudiese hacer de gladiador”, recuerda Fisher. “Cuando nos respondió 'rugby irlandés', que como todos sabemos requiere dureza y más de un pequeño toque de insensatez, supimos que teníamos a nuestro hombre. Algunos dirán que fue una apuesta arriesgada, pero Paul tiene tanta inteligencia y profundidad como actor y tanta perspicacia como ser humano que nunca me pareció que fuera un riesgo. Además, la cámara le adora, como todos los que han trabajado alguna vez con él”.

James afirma que se pensó en otros potenciales intérpretes para el papel, pero en el fondo siempre sintió que pertenecía a Mescal. “Cuando Ridley y yo hablamos por primera vez de él, aún no había eclosionado, al margen de 'Normal People'. Para Paramount fue una jugada arriesgada apoyar nuestra elección de un actor tan joven para protagonizar y soportar el peso de la película. Después vino la nominación al Oscar® y le llovieron los elogios, y eso avaló nuestra creencia en él como una estrella de cine creíble”.

A sus 28 años, Mescal ha recibido un Premio Olivier al Mejor Actor por “Un tranvía llamado deseo”, y una nominación al Oscar® por su trabajo en Aftersun, pero, según cuenta, cuando le pidieron que fuese el protagonista de una película de Ridley Scott tuvo que pellizcarse para asegurarse de que no estaba soñando. “En el mundo del cine, y en particular en este género, Ridley Scott es el rey”, dice el actor. “Cuando Ridley llama a tu puerta, sólo tienes que decir que sí. Para mí, ver cómo funciona el cerebro del maestro ha sido uno de los puntos culminantes de mi carrera. Y ha sido increíblemente generoso al compartir sus conocimientos y su talento conmigo”.

En su primera incursión en el género de las superproducciones de acción, Mescal dice ser muy consciente de la influencia y la notoriedad asociadas al título Gladiator. “Tiene un enorme significado para un gran número de personas en todo el mundo. Y su magnitud es monumental. No se parece a ningún otro papel que haya interpretado. Pasar de un largometraje independiente a una superproducción de estudio me intimidaba, hasta que me di cuenta de que actuar es actuar, sea cual sea el contexto”.

Al principio de la película, Lucio se encuentra en Numidia, donde ha pasado la mayor parte de su vida, y el ejército romano invade su hogar. “Esa secuencia es absolutamente demencial, casi inconcebible cuando la ves”, afirma, maravillado, Mescal. “Es apresado y lo llevan a la fuerza a Roma. Siente una intensa animadversión hacia todo lo que tenga que ver con Roma, y ese sentimiento aumenta a medida que avanza la película. Cuando entra en la arena por primera vez, ve a Acacio, el general que dirigió el asedio de su ciudad y fue responsable del asesinato de su esposa. Lo ve allí sentado con su propia mujer y se jura a sí mismo que los matará o morirá en el intento”.

Algunos de los acontecimientos representados en los juegos del Coliseo pueden parecer inverosímiles a un público contemporáneo, pero Mescal asegura a los aficionados que todo está bien documentado. “Lo único con lo que realmente puedo establecer comparaciones hoy en día es el boxeo profesional o las MMA. Pero esas cosas palidecen en comparación con lo que soportaron estos hombres y mujeres”.

Lucio es un papel excepcionalmente físico para cualquier actor. Para prepararse para el personaje, Mescal realizó un considerable entrenamiento de fuerza con Tim Blakeley, de Media Physiques. También tuvo que aprender a manejar la espada como un gladiador romano. “Tuve hacer de todo en mi vida personal”, afirma. “Iba al gimnasio, hacía pesas, corría, tenía una dieta muy estricta, todas esas cosas. El entrenamiento era algo a lo que me dediqué en cuerpo y alma durante la preparación. A Ridley solo le interesa el talento por el que nos contrató. Lo que te toca a ti es dar un paso adelante”.

Denzel Washington, ganador de dos Oscar®, interpreta a Macrino, un hombre de negocios romano que ha amasado una enorme fortuna gracias a su perspicacia y a su brutal ambición. “Creo que Macrino fue probablemente un soldado del norte de África que llegó a Roma de joven”, afirma el director. “Se abrió camino hasta convertirse en un importante proveedor de comida y otros productos para los ejércitos y a partir de ahí forjó un imperio de fundiciones de acero, escudos, espadas y lanzas”.

Los terroríficamente desquiciados emperadores gemelos Caracalla y Geta fueron un increíble regalo para la película tomado directamente de la historia. “Pero no queríamos que nuestro antagonista principal fuera otro Emperador perturbado”, dice Wick. “Macrino sería un hombre absolutamente hecho a sí mismo. Es un antiguo esclavo que quería no sólo su libertad, sino tener sus propios esclavos, algo no muy diferente de lo que hizo Marco Tulio Tiro, que empezó su vida como esclavo en casa del político y filósofo romano Cicerón y llegó a ser estadista por derecho propio. Sería un perfecto hombre de su época, ya que se abrió paso a base de dinero hasta llegar a los círculos privados del poder de Roma”.

“Denzel Washington no se limita a interpretar un papel, sino que lo rehace”, añade la productora. Creó a Macrino a partir de su propio carisma. Se enamoró de las intrigas que le rodeaban. Y así llegó a ser imparable, con la furia de un hombre dispuesto a apoderarse de todo lo que se le había negado”.

Macrino, que domina varios idiomas, es posiblemente el hombre más rico de Roma, señala Washington. En la actualidad, muchos ricos montan una cuadra de caballos de carreras. Macrino montó un establo de gladiadores. Y cuando incorporó a Lucio a ese establo, tenía un objetivo mucho mayor en mente”.

El magnate ve en Lucio rasgos que le recuerdan a él mismo, dice el actor. “Lucio es un líder nato y un gran luchador, lo que le hace útil en muchos aspectos. Pero la furia químicamente pura no es una herramienta; es una desventaja. Macrino no quiere perder nunca el control. No quiere ser el emperador. Quiere ser el que controla al emperador”.

De todas formas, Macrino está ebrio de poder, según Washington. “Y el poder es una droga adictiva. Una vez que lo tienes, no puedes vivir sin él. Cuando se acostumbró a tenerlo, no podía pasar sin conseguir más. En realidad no se preocupa por ninguna persona. Simplemente las utiliza. Si alguien no puede hacerle más poderoso, no le interesa”.

Wick dice que Washington, como actor, es una “máquina de generar buenas sensaciones”, y añade: “empieza por descubrir la esencia del personaje y luego se divierte interpretándola, como un gran músico de jazz haciendo un punteo sobre una melodía”. Recuerdo que vi cómo rodaba la escena en la que destroza a su antiguo aliado Thraex. Denzel empezó besándole en ambas mejillas y luego le dio un último abrazo mientras echaba de su propia casa al infeliz”.

Incluso Washington, con un saco de películas premiadas a sus espaldas, describe Gladiator II como la mayor película en la que ha participado. “Es descomunal, como una de Cecil B. DeMille con esteroides. En las escenas de batallas de Ridley no hay cientos de tipos, hay miles. No usa 20 caballos. Tiene 20 veintenas de caballos. Mires donde mires en esta película, estás en ese mundo”.

“Estar en el plató con miles de soldados con trajes espectaculares y espadas y escudos de colores brillantes y caballos por doquier hizo que todo aquello me pareciera algo más que una película” prosigue el actor. “Era un mundo en sí mismo. La gente va a alucinar con lo que va a ver”.

Pedro Pascal, nominado al Emmy® por su papel en la serie de suspense postapocalíptico “The Last of Us”, interpreta a Acacio, general romano y marido de Lucila. Preferiría una vida más tranquila, pero cumple las órdenes del actual emperador para garantizar la seguridad de su esposa. “Pedro es todo un héroe romántico”, dice la directora de casting James. “Transmite sus valores morales y su compasión en muchas de sus interpretaciones. Tiene todas las características esenciales para el papel de Marco Acacio, así que no nos costó elegirle para el papel”.

Scott recuerda haber visto por primera vez a Pascal en la serie de Netflix “Narcos”. “Pedro es muy divertido y muy educado”, dice el cineasta. “Pero me llevé una enorme sorpresa con él , porque también puede ser muy violento. Es un maestro con la espada. También es un actor muy, muy bueno”.

Pascal dice que vio Gladiator varias veces cuando se estrenó. Trabajar con un director cuyas películas admira desde hace tanto tiempo ha sido un sueño hecho realidad para el actor. “Durante buena parte de mi vida únicamente había disfrutado de su trabajo como espectador, con ojos como platos y absolutamente deslumbrado”, dice. “Llegar a ser parte de una de sus películas es algo que no esperaba que ocurriera”.

En opinión de Pascal, es muy posible que el público experimente sentimientos contradictorios hacia su personaje. “Hay que prestar atención al dónde y al por qué de sus lealtades”, dice el actor. “Como dirige el ejército romano, el público pensará que es un villano. Pero Acacio ama a Lucila, un personaje de la primera película al que todo el mundo ama. Por lo tanto, tiene que ser un buen tipo. Y la película juega con nosotros y esa duplicidad continuamente”.

“Interpretar a un hombre que es a la vez villano y héroe requiere una enorme cantidad de talento”, señala Wick. “Sin embargo, para Pedro es coser y cantar. Desde el punto de vista de Lucio, Acacio es un conquistador despiadado, responsable de la muerte de muchos de sus seres queridos. Pero Lucio finalmente también acaba reconociendo al hombre honorable. Pedro dotó al general de una complejidad gracias a la cual su remordimiento resultó absolutamente creíble”.

Connie Nielsen vuelve a interpretar a Lucila, la hija del querido emperador Marco Aurelio y amante de Máximo. “Es la dueña del personaje”, dice Wick. “Era el vínculo más fuerte con la primera película, y se convirtió en una especie de jefa protectora de los chicos, que la adoraban”, añadió Fisher.

La última vez que el público la vio, había salido del Coliseo, donde yacían muertos su hermano Cómodo y Máximo. Lucila, que probablemente es la política más hábil de la película, sabe que el destino de Roma se decidirá con sangre y toma una decisión desgarradora. “Lucila ha pasado toda la vida luchando por sobrevivir”, dice Nielsen. “Comprendió inmediatamente las consecuencias que tendría la muerte de su hermano para ella y para sus seres queridos. Cuando empieza la película, Lucila ha pasado por 15 años de sobresaltos e innumerables pretendientes al trono”.

Pascal dice que Lucila es su personaje favorito de la película. “Es la más compleja y siempre es la más lista de la habitación” observa el actor. “Ha tenido que maniobrar toda su vida en un mundo de hombres para sobrevivir. Creo que lo más inteligente que ha hecho Acacio es protegerla. Es un soldado, no un político. Sirve a Lucila en primer lugar, a Roma en segundo y a sí mismo en tercero”.

Nielsen cree que el hecho de que Gladiator haya conservado su atractivo tanto tiempo puede atribuirse al deseo de una sociedad equitativa y justa y a la voluntad de muchos de sacrificarse por ello. “Lucila anhela una democracia benévola”, afirma. “En cambio, ha tenido que sufrir el enloquecimiento de obsesos del poder que, literalmente, lo han comprado. La muerte de Marco Aurelio fue el final de un periodo dorado que los historiadores denominan los Cinco Buenos Emperadores. Aquí somos testigos del caos, la corrupción y el egoísmo que se apoderaron de Roma”.

Nielsen, una de los dos únicos miembros del reparto original presentes en el elenco de la secuela, afirma que valoraba tanto la experiencia del rodaje de la primera película que tenía la firme decisión de no volver al personaje salvo que la nueva historia lo exigiera realmente. “Me preguntaba cómo iban a construir una historia ahora que Cómodo y Máximo estaban muertos”, dice. “Pero la idea que han tenido es absolutamente brillante. Para mí ha sido una oportunidad de oro para seguir contando una gran historia que puede llegar al corazón de la gente y hacer que se sientan protagonistas al tiempo que les entretiene”.

La actriz ve claros paralelismos entre su personaje y Macrino. “Lucila y Macrino han nacido para ejercer el poder”, dice Nielsen. “No están de acuerdo en cuál es la mejor manera de ejercerlo. Según Lucila, el poder debe usarse en nombre del pueblo. Según Macrino, el poder es algo para lo ejercite él en exclusiva, y no en nombre de ningún colectivo”.

Sus compañeros de reparto son los típicos productos del ojo de Scott para elegir elencos sorprendentes. “Siempre es interesante ver a quién pone en una película. La profunda interpretación de Paul en Aftersun me dejó sin palabras. Y Pedro me dejó boquiabierta con lo guapo, divertido y talentoso que es. Cuando empezamos a interpretar las escenas domésticas entre nuestros personajes, el ambiente era alegre y natural, pero Pedro también se adaptó muy fácilmente a interpretar a un general”.

Para Scott, los emperadores gemelos Geta y Caracalla, interpretados por Joseph Quinn y Fred Hechinger, respectivamente, eran una parte considerable del atractivo de volver al mundo de Gladiator. Personajes históricos que compartieron el trono, los excesos de los hermanos son legendarios. “Se salen de todo parámetro de normalidad, de una manera muy curiosa”, dice Scott. “Joseph y Fred son muy hábiles a la hora de interpretar personajes enrevesados. Además, me pareció que sería muy divertidos verlos como pareja”.

Según Pruss, “Caracalla y Geta son imprudentes e impulsivos. La historia y la dignidad de Roma les son absolutamente desconocidas. Creen en el caos, en la violencia y en la decadencia y el hedonismo que pusieron de rodillas a Roma. Cuando vemos Roma ajena a los bellos tronos y palacios, vemos una Roma en decadencia. Vemos una Roma que ha fallado a su pueblo”.

Según el director, el emperador Caracalla y el emperador Geta eran, según todos los indicios históricos, juguetes rotos desde su nacimiento. “Ya están un poco desquiciados cuando los conocemos”, añade. “Su padre sucedió a Cómodo, y ellos heredaron el trono. En cierta medida son los responsables de que Roma descarrilara. ¿Qué mejor manera de superar el nefasto legado de Cómodo que duplicar la malevolencia?”

A Hechinger le emocionó formar parte del reparto. “He crecido viendo películas de Ridley”, dice. “Ampliaron mi percepción de lo que podía ser el cine. Para Gladiator II, el universo que ha creado es tan vivo e inmediato que uno no tiene la sensación de estar sentado a salvo en el tiempo presente. Es tan violento y físico y sangriento y desquiciado y real como lo es la vida en este momento. Es un acontecimiento único en la vida y la experiencia de haber rodado la película fue tan épica como lo será disfrutarla en una sala de cine”.

Puede que el emperador Caracalla y el emperador Geta gobiernen juntos Roma, pero también son rivales, cree. “Probablemente tienen una conexión más íntima de la que deberían tener dos personas. Comparten su locura, pero la afrontan de formas distintas. Geta es diabólico y Caracalla está completamente desquiciado. Ridley y yo hablábamos de los emperadores de la vida real y luego de Beavis y Butt-Head. Y también hablamos de Johnny Rotten y Sid Vicious. Éstas eran algunas de nuestras referencias”.

Quinn fue un verdadero socio en todos los sentidos, afirma. “Joe tiene una presencia notable como actor. Hace cosas que no puedo imaginar a nadie más haciendo. Interpreta a una personaje realmente complicado, aterrador, desconcertante y extravagante, con una entrega absoluta. Estaba siempre al tanto de todo lo que sucedía a su alrededor, cosa especialmente notable porque había cientos de personas gritando a pleno pulmón, turbas atacando el Coliseo, animales desbocados. Era una constante y permanente saturación sensorial”.

Joseph Quinn dice que su personaje era un “emperador sádico y despiadado, tan desagradable como su hermano”. “A Geta le motivan el miedo a perder el poder y la codicia”, continúa. “Ambos son rasgos deplorables en un líder. Está lleno de inseguridades y carece de integridad, pero tiene un enorme poder, y eso es una combinación peligrosa. Tiene una vida regalada y la sensación de que todo le puede ser arrebatado. Son absolutamente ineptos y desconfían, justificadamente, de todos los que les rodean. Se necesitan mutuamente para mantener el poder y el equilibrio, pero la mente de Caracalla está siendo lentamente erosionada por la sífilis. Tuve mucha suerte con que Fred fuera mi compañero de escena. Es un actor extraordinario y una persona brillante”.

El actor se hace eco del sentimiento que tuvo Hechinger al trabajar en esta película. Él también recuerda haber visto las películas de Scott cuando era más joven. “Gladiator es una película que siempre hace que se me salten las lágrimas”, añade. “Formar parte de este universo ha sido una experiencia extraordinaria. Como actor, tuve que alejarme mucho de mi zona de confort. Ridley siempre quería más: cambios de actitud radicales, y siempre prefería las opciones más desquiciadas, cosa que era muy divertida. Su trabajo es muy variado. Su capacidad para crear estos mundos diversos y detallados, rodando con ocho cámaras a la vez, hace que las jornadas de filmación sean muy interesantes. Te mueves muy rápido. Había un tipo especial de energía en el plató. Era inquietante y singular. El tamaño y el calado de Gladiator II son difíciles de explicar con palabras. Nunca había visto nada parecido. No creo que vaya a volver a ver nunca algo así. Hay que verla en una sala de cine. Hay que verla en una sala llena de gente. Estoy deseando que el público la vea”.

Todo el elenco, señala Quinn, es de primer nivel en todos los sentidos. “Trabajar con Paul ha sido fantástico. Desde el principio estuvo claro que no estaba allí para jugar. Se entrenó en técnicas de combate durante meses. Ver trabajar a un actor de talla mundial no es un lujo que puedas permitirte todos los días. La perspectiva de compartir pantalla con él fue algo increíble. Connie interpretó brillantemente a Lucila en la primera película, lo que le permitió ser el mástil al que nos aferrábamos en medio la tormenta que nos rodeaba. Tenía muchas ganas de conocer a Pedro y trabajar con él en esta película. Es muy gracioso. Además tiene una gran dedicación y un inmenso talento. Las escenas de acción entre Pedro y Paul son asombrosas”.

Hechinger está de acuerdo, pero en su opinión hay un miembro del reparto que destaca. “Pasé unas semanas entrenando con Dundus, el mono mascota de Caracalla”, dice. “A Ridley le encantan los animales, así que creo que sus días favoritos eran cuando Dundus aparecía en escena. Como coprotagonista, Dundus es una fuente de motivación, porque hace todo lo que quiere. Solo tienes que dejarse llevar. Teniendo en cuenta que el objetivo era caer en la locura más desquiciada, fue genial tenerlo como compañero”.

Derek Jacobi retoma su papel de senador romano Graco de Gladiator. Es el aliado más firme de Lucila y accede a regañadientes a colaborar en sus maniobras. El actor, que se convirtió en una estrella hace casi 50 años interpretando a un emperador romano en la serie de la BBC “Yo, Claudio”, estaba retirado, pero Scott se negó a hacer la película sin él. “Quería que volviera”, dice el director. “En muchos sentidos, representa a la Vieja Guardia de Roma”.

Jacobi se alegró de que le pidieran volver a la antigua Roma. “Al igual que la película original, se trata de una gran historia de carácter épico”, afirma el actor, entre cuyos galardones figuran los premios BAFTA, Emmy® y Tony®. “Está cargada de emociones fuertes, pero también es extremadamente conmovedora porque toca muchos puntos de la existencia humana”.

Trabajar con Scott ha sido un placer. “Ridley es un director con estilo muy personal, y que dirige con mano muy firme”, afirma Jacobi. “Tiene mucha fuerza. Sabe lo que quiere”.

El actor dice que Graco sigue siendo el mismo hombre que 20 años antes se enfrentó a Cómodo junto a Lucila. “No puede decirse que haya cambiado mucho. Aún le gustan las aventuras. Es un gran personaje: un hombre valiente, deseoso de poner a prueba el destino y que acepta los desafíos”.

Todos los que han participado en la realización de esta película tenían claro que se trataba de algo muy especial, cree. Los decorados, el vestuario y los actores crearon una experiencia inmersiva como nunca antes había vivido. “Las actuaciones que vi a mi alrededor fueron absolutamente maravillosas”, continua Jacobi. “Creo que ese ambiente nos llevó en volandas. Actuar es fingir, pero en este plató, el mundo estaba ahí y era real. Tenían leones de verdad, un anfiteatro de verdad. Todo era grandioso y romano, violento y peligroso. Me sentí como si formara parte de un mundo sobre el que antes sólo había leído”.


La construcción de Roma
Gladiator II se filmó en Marruecos y Malta, con algunas escenas rodadas en los estudios Shepperton, a las afueras de Londres. Para supervisar el diseño y la construcción de la antigua Roma, Scott recurrió a su viejo colaborador, el diseñador de producción Arthur Max. Este es el 16º proyecto en el que Scott y Max han trabajado juntos, una lista que incluye Gladiator, American Gangster, Marte y Napoleón.

La película es, sin duda, su colaboración más ambiciosa hasta la fecha, según Max. “Todo es mucho más ambicioso y elaborado que cualquier cosa que hayamos hecho hasta el momento”, afirma. “Es Gladiator con esteroides. La forma en que Ridley aborda la realización de una película es siempre inmersiva. Participa en todas las fases, en todos los departamentos. Puede ser un desafío trabajar con él, porque espera mucho de sus colaboradores. Y a mí encantan los desafíos”.

“Es difícil exagerar la magnitud de la producción de Gladiator II”, afirma Fisher. “La escala era abrumadora. En Marruecos, había más de 80 carpas enormes dedicadas únicamente al peinado y maquillaje de los extras, y a almacenar innumerables elementos de atrezo y vestuario. En Malta, montamos la Arena del Coliseo, el palacio y manzanas enteras de la antigua Roma. Había una estatua ecuestre de tamaño natural de Pedro Pascal. En un mundo dominado por las pantallas verdes y la inteligencia artificial, esta podría ser la última gran construcción de rodaje del cine. Y todos hemos disfrutado del privilegio de caminar por las calles de este mundo perdido”.

El decorado recrea muchos de los impresionantes escenarios históricos de Roma en un área de aproximadamente ocho kilómetros de longitud. La réplica del Coliseo creada por Max tenía aún mayores dimensiones, por no hablar del arco de entrada a la ciudad, considerablemente más majestuoso, adornado con motivos de Rómulo y Remo. Sus planes combinaban tecnología punta con manualidad ancestral a un nivel impresionante. “Utilizamos muchas de las técnicas de la vieja escuela para recreaciones arquitectónicas, esculturas, frescos y pintura, con el fin de crear autenticidad e intimidad. Pero ahora hay muchas herramientas digitales a las que entonces no teníamos acceso. Cuando Ridley me dijo que en esta ocasión había que hacer las cosas a lo grande, lo interpreté como que había que hacer algo más grande que la anterior, y lo anterior ya era descomunal”.

Algunas de las escenas más espectaculares de la película tienen lugar en el legendario Coliseo romano y sus alrededores, el mayor anfiteatro jamás construido en la antigüedad. Para rodarlas, la producción regresó al Fuerte Ricasoli de Malta, el edificio del siglo XVII que había servido anteriormente de escenario para el Coliseo. El equipo de Max construyó alrededor del 60 por ciento de la estructura desde los cimientos para que Scott pudiera escenificar las enormemente ambiciosas secuencias de acción. Para acomodarlo todo, el decorado se construyó a una altura de unos 14 metros , que se duplicó digitalmente en la posproducción. Se hizo un levantamiento topográfico del emplazamiento con drones aéreos, y a partir de ese levantamiento se creó un mapa tridimensional que se pobló con edificios en miniatura. Una vez finalizado el replanteo, se completaron los planos arquitectónicos.

El decorado del Coliseo era una construcción material a una escala de aproximadamente un tercio de la altura que verdaderamente tiene el Coliseo en realidad, y entre un cuarto y un tercio de la extensión. “Sabíamos que teníamos que llenarlo de agua”, dice Max. “Así que elevamos los cimientos un metro y medio para poder seguir viendo lo que queríamos por encima de la línea de flotación cuando lo inundáramos digitalmente. También ampliamos el arco de entrada, para poder introducir los barcos por las puertas. Lo realzamos todo de abajo arriba, pero el público lo reconocerá cuando vea la película”.

Se contrató a más de 500 extras para que interpretaran a los romanos que abarrotaban el Coliseo, pero no esa cifra no era suficiente para llenar ni siquiera el anfiteatro reducido, por lo que se añadieron digitalmente muchos más espectadores. Scott, conocido por utilizar hasta cuatro cámaras a la vez, empleó entre ocho y doce para este rodaje, además de drones y cámaras de salpicadero adicionales. Cada escena, dice, se dirige como una pieza dramática, con acción simultánea en todo el plató.

“Hay que saber el lugar preciso en el que colocar las cámaras”, explica el director. “Soy capaz de hacerlo porque he planificado gráficamente todo de antemano. Incluso para el mejor operador de cámara puede ser un infierno. No lo ensayo con los actores, pero sí con los operadores de cámara, y hago que se pongan el vestuario adecuado en el plató porque podrían acabar apareciendo en una escena”.

El equipo de sonido, del que formaba parte el técnico de sonido de producción Stèphane Bucher, realzó la tensión y la emoción de los juegos con sonidos reproducidos en directo en el plató del Coliseo. “Queríamos que los actores tuvieran la experiencia más realista posible cuando estuviesen en la arena”, dice Bucher. “Equipamos el plató con enormes altavoces y recopilamos una gran variedad de ruidos de público para crear el ambiente real de los juegos. Cuando llegaban los actores podían sentir el rugido enfervorizado de la multitud que les rodeaba. Oyeron el famoso sonido de las tubas que significaba que los gladiadores habían entrado”.

Matthew Collinge y Danny Sheehan, fundadores del estudio de sonido londinense Phaze UK, empezaron a planificar desde el principio el diseño de sonido envolvente e ininterrumpido que buscaba Scott. “No hace falta recordar que en esta película hay muchos decorados gigantescos”, dice Collinge, editor de sonido supervisor y remezclador de grabaciones. “Una de las tareas más complicadas fue crear el sonido de la enorme multitud para los juegos en el Coliseo”.

El editor de sonido Sheehan señala que el Coliseo romano podía albergar a unos 10.000 enardecidos espectadores que animaban a los gladiadores. “Pero reunir a una multitud así para la película no era viable. Para reproducir el sonido, grabamos el ruido de fondo de los participantes durante tres días en el plató después del rodaje y utilizamos diferentes herramientas para construir capas de sonido”.

A ese paisaje sonoro añadimos grabaciones de vítores y abucheos de corridas de toros, partidos de cricket, rugby y béisbol reales. “Transformamos esas grabaciones en un rugido cohesivo con un Kyma, un aparato que ampliaba los sonidos de la multitud”, dice Sheehan. “Otro dispositivo de Cargo ayudó a dar forma al rugido de la multitud y a los cánticos del público en apoyo de su gladiador favorito, generando un sonido aún más estruendoso y apabullante”.

La construcción de los decorados, dice Max, fue un alarde de tecnología moderna y de trabajo por parte de los más dotados operarios manuales de todo el mundo. El diseñador de producción calcula que unas 1.000 personas de varios países participaron en la producción de todo lo necesario para los elaborados decorados. Sólo el decorado de la lujosa casa de Macrino ocupaba casi 1.000 metros cuadrados, con un atrio abierto al cielo, un patio, una piscina y una enorme escalera. Contenía más de 1.000 losetas de falso mármol pintadas a mano.

Marruecos, donde se rodó la extraordinaria secuencia inicial de la película, hizo las veces de la provincia norteafricana de Numidia. La producción pudo reutilizar un decorado de los Estudios Atlas, a unos 115 kilómetros al sureste de Marrakech, creado originalmente como escenario de Jerusalén para la película de Scott El reino de los cielos (2005). “Aquel escenario estaba tan bien construido que ha sobrevivido durante casi 20 años”, dice Max. “Ha aparecido en varias películas desde entonces. Le dimos un lavado de cara con nuevas construcciones y una enorme ampliación. Fue como visitar a un viejo amigo”.


Pan y circo
Si se pregunta a cualquiera de los que han participado en esta monumental producción qué puede esperar el público de Gladiator II, la respuesta desbordará entusiasmo. “Estar en el plató era como ser un niño jugando con juguetes de mayores”, dice Washington. “A veces miraba las centurias romanas que bajaban por la colina y pensaba en viejas películas como Rey de Reyes o Los Diez Mandamientos. Gladiator II da esa sensación. Y es un reflejo del talento de Ridley. Sé que me va a odiar por decir este tipo de cosas, pero el caso es que es un viejo genio gruñón y cascarrabias, ¿sabes? Le quiero. Sabe salirse con la suya. Y es un visionario”.

“Ridley está en la cima de su carrera con Gladiator II”, dice Wick. “Imagínese que va al cine después de un duro día de trabajo y que tiene a Ridley Scott como guía turístico de la Antigua Roma. Le transportará a otro mundo vibrante, emocional, peligroso y extremadamente teatral, un mundo lleno de corrupción y artimañas. Y a su manera, sin sentimentalismos, le conducirá a ser testigo de los últimos vestigios de fuerza y honor; verá como prevalecieron. Será una experiencia excepcional y satisfactoria en la que participará con todos los sentidos, pero sobre todo con el corazón”.

Uno de los grandes placeres de ir al cine es “vagar por la historia”, en opinión de Fisher. “Nadie podrá evitar hacerlo con esta película. Es completamente envolvente. La gente lucha por su vida en medio de una majestuosa opulencia. Creo que nunca he visto una película con más espectáculo”.

Pruss, al igual que el resto del equipo de rodaje, está encantado de volver a ver este mundo en la pantalla, aunque el nivel haya aumentado varios grados. “Gladiator II es otra gran experiencia cinematográfica para el público”, dice. “Mientras hacíamos la película, pensábamos en el público de todo el mundo y en el nexo de unión entre las dos películas, pero Gladiator II se sostiene por sí misma. Tiene voz propia: la escala de la realización, los temas épicos, las increíbles secuencias de batalla. Esto es el cine”.

Para Scott, uno de los maestros del cine de época, Gladiator II es a la vez específico e intemporal. “Esta película trata del Imperio Romano, obviamente”, afirma. “Pero también expone el tema de que la humanidad nunca aprende la lección. Seguimos repitiendo la historia una y otra vez”.