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  Los Radley  (The Radleys)
  Dirigida por Euros Lyn
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Mensaje del director Euros Lyn
Con Los Radley he querido hacer una película sobre lo que pasa cuando nos dejamos llevar por nuestros instintos más animales. Esta comedia negra de vampiros, ambientada en la Inglaterra más tradicional, combina terror gótico, realismo de clase obrera e historia moralista. En apariencia, los Radley son una familia modélica, de esas que van a clubes de lectura y montan cenas y quedadas en el jardín con otros padres del cole. Pero ese civismo oculta una realidad bien diferente, llena de deseos reprimidos, triángulos amorosos y una insaciable sed de sangre. He querido que los hermanos fueran gemelos en el filme, aunque no lo son en la novela de Matt Haig, porque así podría explorar cómo el libre albedrío lleva a cada uno a tomar decisiones morales diferentes. Damian Lewis, intérprete versátil donde los haya, da vida a Peter, un médico estirado y pijo, y también a Will, un sórdido profesor caído en desgracia. Kelly Macdonald se caracteriza por darle una enorme intensidad emocional a sus personajes, pero en Los Radley demuestra que no se le resiste ningún género y descubrimos que tiene una capacidad cómica impecable. Quería ambientar la película en un mundo que resultase familiar y elegí un pueblo costero inglés para mostrar el conflicto entre civilización y naturaleza salvaje. Azotado por el revuelto mar del Norte y rodeado por el verdor de los campos, las tradicionales calles residenciales poco protegen de las fuerzas salvajes del mundo natural. Gran parte del largometraje transcurre al caer el sol, cuando la luz va dando paso a la oscuridad. Las casas y el vestuario de los vampiros se inspiran en la penumbra, con una paleta de colores apagados, y el rojo se usa con moderación para indicar adicción, deseo y transgresión. El resto de habitantes de este tranquilo lugar desconocen el oscuro secreto de sus convecinos y visten colores pastel. Bendita ignorancia. Quería captar a los vampiros a través de visillos, de ventanales ahumados y de los reflejos de los árboles para hacer referencia a su naturaleza quimérica. Asimismo, los planos aéreos son un guiño a los vuelos de los vampiros, si bien el estilo de vida abstemio de esta familia los mantiene con los pies en la tierra en este tranquilo barrio de las afueras, rodeados de la arquitectura geométrica característica de la década de 1970, encajonados entre tanto adosado. El equipo de maquillaje y peluquería decidió utilizar colores claros, anémicos, para los vampiros durante su fase abstemia, pero en cuanto sucumben a la sangre, se transforman para convertirse en seres apasionados, llenos de energía y con buen color. Los efectos visuales y el CGI son fotorrealistas, para dar la sensación de que los vampiros son reales y conviven con nosotros. Los Radley le da un giro al clásico género vampírico y se centra en explorar las costumbres de una familia de clase media y los ritos de paso de unos adolescentes que descubren su verdadera naturaleza. Es una película sobre el deseo sexual, la lealtad, la culpa, el egoísmo, el sacrificio y, por encima de todo, el amor.


Los Radley
"Queríamos que nuestra vida fuera lo más normal posible"

"Los Radley es una película sobre una familia de clase media que vive en las afueras, una familia del montón", dice el director Euros Lyn. "Pero esta familia oculta un oscuro secreto. Son vampiros que han decidido abstenerse de beber sangre".

El origen de cada vampiro es diferente y la génesis de Los Radley se remonta quince años atrás, a un día especialmente estresante en la vida del autor Matt Haig. "Me hace mucha gracia que Los Radley haya acabado adaptándose al cine", explica Haig, "porque en realidad surgió como un proyecto cinematográfico hace eones. Me pidieron varias propuestas desde el UK Film Council, tal y como estaba planteado entonces, y empecé a plantear un montón de ideas, pero ninguna cuajaba".

"Mientras estábamos reunidos tuve una revelación, aunque no sabía si sería capaz de venderla. Creo que lo planteé como American Beauty mezclado con La familia Addams, como una historia de vampiros que en realidad es una sátira sobre la vida de la clase media en las afueras, ¡y compraron la idea!". La historia que presentó Haig acabó convirtiéndose en un libro, que se publicó en 2010, dirigido a jóvenes lectores. La adaptación al cine corrió a cargo de la humorista Jo Brand, con guion de Talitha Stevenson y producción de Genesius Pictures. De hecho, Jo Brand fue quien le recomendó el libro a la productora Debbie Gray, quien al leerlo se dio cuenta de que sería perfecto para la gran pantalla. "Es original y muy gracioso", comenta Gray, "y me di cuenta de que se prestaba al cine porque Matt lo había escrito utilizando un estilo muy visual".

"La productora Debbie Gray me mandó el guion de Los Radley", explica el director Euros Lyn. "¡Me encantan los vampiros desde niño! Al leerlo, me di cuenta de que la película habla de la adicción y de cómo gestionamos el deseo y el hambre que sentimos".

"Escribí Los Radley es un momento interesante porque nos habíamos mudado recientemente a una casita en las afueras", añade Matt Haig. "Además, acababa de ser padre y sentía mucha inseguridad al tener que convertirme en un adulto serio después de haber pasado mis años mozos en Ibiza trabajando de lo que iba surgiendo sin grandes responsabilidades. Así que creo que, en parte, este libro me ayudó a plasmar la tensión entre la persona más joven y alocada que fui y esta nueva imagen que tenía de mí mismo que nunca se divertía ni se iba de fiesta, una figura paterna responsable y aburrida".

Haig creó una unidad familiar compuesta por la madre Helen, el padre Peter y los hijos Clara, una adolescente de 17 años, y Rowan, un chaval de 16. "Me basé en mi propia familia", apunta Haig. "Me crie en un barrio de clase media, muy normal y muy británica. Mi madre siempre estaba en grupos de teatro que montaban obras en el teatro local; las producciones eran como las historias de Alan Ayckbourn, comedias sociales sobre familias de clase media. Quería combinar esa mentalidad con las películas que más me marcaron de joven en la década de 1980, como Jóvenes ocultos, Los viajeros de la noche y todos esos clásicos sobre vampiros que surgieron del cine de Estados Unidos en aquella década".


Helen y Peter Radley, los padres
"Estamos en tratamiento. Somos lo que se conoce como abstemios"

Helen y Peter Radley (Kelly Macdonald y Damian Lewis) bebían sangre para sobrevivir, como todo vampiro que se precie, hasta que tuvieron hijos y todo cambió. Se metieron en un programa de desintoxicación y optaron por un estilo de vida abstemio. Damian Lewis, que también participa como productor ejecutivo, explica que los Radley van posponiendo contarle a sus hijos la verdad sobre su familia hasta una noche en la que la naturaleza cambia el curso de las cosas.

"Clara, su hija de 17 años, está de fiesta la misma noche que Peter Radley, su padre, está celebrando un cumple en el jardín," explica Lewis. "El grupo está charlando alrededor de una hoguera, pero Clara se aleja con un chaval llamado Stuart que intenta asaltarla en el bosque. La reacción de Clara es zampárselo allí mismo. En el libro no te lo esperas, desde luego. Es un punto de inflexión. Después vemos a la familia reunida, con Peter y Helen contándole a sus hijos que son vampiros y que llevan 17 años siendo abstemios. Han estado siguiendo un programa para no volver a caer y llevar una vida normal".

El director Euros Lyn había trabajado con Damian Lewis anteriormente en el filme Caballo soñador, y a ambos les pareció interesante cómo Matt Haig había reinterpretado esta historia sobre vampiros abstemios de clase media. "Haig quería analizar cómo la adicción a la sangre puede chocar con el amor por los hijos, por la gente cercana y por la sociedad en general", comenta Lyn sobre los conflictos internos que trata el libro. "La novela habla de luchar contra esa fuerza oscura, ese oscuro deseo que todos sentimos".

A Kelly Macdonald también le interesó la dualidad de Helen, que intenta reprimir sus emociones convirtiéndose en la clásica madre tradicional. "De cara a la galería, Helen es una madre como cualquier otra", comenta Macdonald. "Se ha apuntado a un montón de clubes, siempre está de aquí para allá, pero en el fondo, la vida se le está haciendo cuesta arriba. Cualquier persona que haya tenido hijos conoce esa sensación de que parece que su vida anterior ha desaparecido después de convertirse en padre o madre. Pero en el caso de Helen, ella teme su pasado. Ella ha elegido esta vida, se ha esforzado un montón por conseguir esta normalidad. Es como un pato, moviendo las patitas para mantenerse a flote. Se esfuerza un montón y es bastante duro ver todo lo que hace por convertirse en algo que no es".

"El público no sabe lo divertida que es Kelly", comenta Euros Lyn. "Es supergraciosa y maneja el humor con maestría. En Los Radley pasa de hacerte sentir una gran empatía al verla sufrir a conseguir que sueltes una carcajada".

Sin obviar el lado más emocional del filme, la historia se centra mucho en lo absurda y cómica que es la situación en la que se encuentran los Radley. Se trata de una familia de vampiros, al fin y al cabo. "Kelly le aporta mucho humor al personaje, a la vez que trasmite muchas emociones e incluso tristeza", dice Damian Lewis sobre su esposa cinematográfica. "Antes de rodar, ya habíamos comentado que queríamos que fuera una película realista, dentro de que es una historia fantástica. Por eso a veces hemos podido mostrar tristeza y cariño".

"Como en toda buena película de terror, la historia plantea una metáfora", añade Lewis. "En este caso planteamos dos. Por un lado, el filme habla de la adicción, pero también de sacar lo mejor de uno mismo y de mantenerse fiel a unos valores. Pero claro, en este largo esos dos mensajes parecen estar en conflicto, y eso me gusta. De todas formas, si para ser fiel a ti mismo debes poner en peligro tu salud y acabar con la vida de otras personas en una espiral de autodestrucción, ese estilo de vida acabará contigo. ¡Así que ahí también tenemos otra moraleja!".

"La verdad es que se encuentran en una situación tremendamente compleja. Además de gestionar un asesinato, mi personaje y el de Kelly están intentando salvar un matrimonio que empieza a tambalearse", explica Damian Lewis. "Kelly es maravillosa y me ha encantado trabajar con ella. Me dijo de broma que llora en todas las pelis y en esta también le pasó. Estaba todo el rato hecha un mar de lágrimas. Ha sabido tirar de emociones cuando hacía falta y también ha sabido clavar las situaciones más cómicas".

"Me lo he pasado genial", dice Kelly Macdonald. "La mayor parte del rodaje ha sido en la casa de los Radley y entre tomas solemos estar en alguna de las habitaciones, Damian y yo en una y los jóvenes en otra. Parece un poco una consulta de psicología, porque tenemos dos sillas y nos sentamos ahí a charlar hasta que llegan los chavales, porque en la nuestra hay máquina de café".

"Me hacía mucha ilusión la idea de contar esta historia sobre unos personajes tan encantadores y simpáticos que van encontrándose con algunos seres bastante desagradables", apunta Euros Lyn. "Vemos el enorme conflicto que surge de esas situaciones, al llevar a la gente normal hasta el límite y ver cómo se enfrenta a tanta tensión".

"Shakespeare, que algo sabe de narrativa, entendió que cuando tienes entre manos una historia muy oscura, es importante compensar las escenas dramáticas con escenas cómicas. De ahí que en Macbeth, después de que el rey sea asesinado, entra el bufón de la corte que está borracho y crea una situación cómica", añade Lyn. "Y eso es algo que hemos querido hacer en Los Radley: mostrar una escena terrorífica seguida de una que haga reír al público. De esta forma, los chistes hacen más gracia y el terror da más miedo, porque los espectadores bajan la guardia al pasar de un estado a otro. También quería conseguir que el público conectara con estos personajes, puesto que estamos contando una historia muy conmovedora. Queríamos que se identificaran con Helen, Peter, Rowan, Clara y Evan según va desarrollándose la historia".

"¿Qué tienen los vampiros para gustarnos tanto?", se pregunta Damian Lewis. "Son seres muy seductores. De primeras te muerden, y eso es algo muy sensual. Y luego ocurre la transformación. Un proceso que puede ser sinónimo de un primer amor, ese que se queda contigo el resto de tu vida. Las películas de vampiros se prestan a la metáfora para tratar temas complejos. Esta es una película sobre la adicción. Sobre ser fiel a uno mismo. Sobre el amor, el deseo y el sexo".

"En principio me interesó la metáfora de la adicción (a la sangre) y cómo se trata de una forma divertida, traviesa y un poco retorcida", añade Damian Lewis. "El ansia de beber sangre está presente en la película, aunque se plantea de diferentes formas. También hay cierto grado de sensualidad, característica del género vampírico. La transformación y el mordisco representan el amor y el sexo. Pero a veces el amor se pierde y se convierte en otra cosa y entonces solo queda la adicción. Matt Haig ha tratado el tema con mucho tiento".

"Por mi parte, tuve problemas con el alcohol de joven", explica el autor Matt Haig. "He dejado de beber, así que ahora el vampiro abstemio soy yo. También creo que, tanto en Los Radley como en otras historias de vampiros que me gustan, el vampirismo siempre representa esa sensación de mantenerse fiel a uno mismo. Pero sin dejar de analizar las consecuencias de esa decisión".

"En nuestro mundo actual las redes sociales nos dicen constantemente que tenemos que ser nosotros mismos, es como una especie de mantra. En Los Radley analizamos lo que supone mantenerse fiel a sí mismo y de cómo encontrar un equilibrio entre ser uno mismo y cómo puede afectar a la sociedad y a la gente que te rodea".


Rowan y Clara Radley, los hijos
"Son muchas cosas que asimilar. Seguramente tendréis algunas preguntas..."

"He dirigido ya bastantes proyectos basados en novelas", apunta el director Euros Lyn. "La última fue la adaptación de la novela gráfica Heartstopper. Lo que más me gusta de estos proyectos es que hay ya toda una comunidad de fans que conocen la obra, adoran a los personajes y son muy protectores hacia la historia. Por eso soy consciente de que hay que tratar estos contenidos con mucho respeto, para llevarlos a la pantalla de la forma más fiel y realista posible".

"Una de las cosas que he cambiado con respecto al libro es la sexualidad de Rowan", explica Lyn, "porque, al leer el guion de Los Radley, me pareció muy interesante que hablara de la identidad y de descubrir que tu identidad no es la que creías, que es un tema al que se enfrenta la comunidad queer constantemente".

"Cuando eres adolescente quizá te das cuenta de que te gusta alguien de tu mismo sexo y eso puede hacer que te sientas diferente. Ese tema me interesaba mucho explorarlo y representarlo en la pantalla en el contexto de una película de vampiros. Qué pasa si eres adolescente y el notición que tienes que gestionar no es que seas gay, sino que eres vampiro".

Como si ser adolescente no fuera ya lo suficientemente complicado, ahora tienen que lidiar con la información de que vienen de una familia de chupasangres. Harry Baxendale interpreta a Rowan, un chaval de 16 años que intenta encajar en el mundo. "Podríamos decir que Rowan está intentando aceptar su sexualidad", comenta Harry Baxendale. "Creo que mucha gente está explorando su identidad y aceptándose o aceptando cosas sobre sí mismos que les dan un poco de miedo. Los vampiros siempre han representado esa 'otredad'. De ahí que nunca pasen de moda, han estado presentes en la cultura desde la época victoriana hasta hoy en día".

"Rowan es un romántico", explica Baxendale. "Es fotógrafo y suele esconderse detrás de su objetivo. De hecho, ve la vida a través de su cámara. Va un poco a su bola y está enamorado de Evan, el mejor amigo de Clara, aunque no se lo ha dicho".

"Estaba en clase de lengua cuando me empezó a vibrar el teléfono y tuve que pedir al profesor que me dejara salir", cuenta Harry Baxendale. "Eché a correr, cogí la llamada de mi agente y me dijo 'Tenemos una oferta'. Debí de montar una buena escena porque empecé a pegar saltos y a gritar '¡SÍ!'. La gente me preguntaba si estaba bien. Estaba loco de contento. De las mejores llamadas que he recibido".

"Antes de empezar a rodar, vi todas las películas de la saga Crepúsculo para empaparme del género", comenta Bo Bragason, que interpreta a Clara, la hermana mayor de Rowan. Su personaje es el que desencadena toda la acción, cuando asesina al chaval que está intentando violarla. "La primera vez que leí la escena me chocó", confiesa. "Es muy fuerte y un tema muy serio porque, evidentemente, no se puede matar a nadie. Pero por un lado soy capaz de justificar a Clara porque ella le dijo a Stuart que no estaba interesada y cuando él siguió sin hacerle caso, ella tomó cartas en el asunto".

"Fue muy interesante rodar la escena porque en ese momento ella pasa de ser una adolescente normal a convertirse en una asesina, en un monstruo, al menos así ve la mayor parte de la gente a los vampiros. Lo que me gustó del guion es que normalmente en las películas, los vampiros son seres deleznables, pero en este caso nos dan contexto para entender por qué actúan de esta forma".

"Clara es un personaje que, por mucho que se convierta en un vampiro terrorífico, sigue siendo entrañable", dice Euros Lyn. "Va madurando y sintiéndose más cómoda, más segura de sí misma. Se da cuenta de qué tipo de persona quiere ser. Por el camino, consigue poner al público de su lado, aun cuando sabemos que lo que hace es moralmente inaceptable".

"Se queda a cuadros cuando descubre que es vampiro, claro", dice Bragason. "A ver, ¿a quién no le impresionaría un notición así? Es muy segura de sí misma, tiene la cabeza bien puesta y no se corta un pelo para mostrarse tal y como es".

"Por otro lado, es muy protectora cuando se trata de su hermano", añade sobre la dinámica entre Clara y Rowan. "Ella le defiende pero también le chincha, aunque no permite que nadie más se meta con él. Se quieren mucho y siempre van a cubrirse las espaldas, pase lo que pase".

"El personaje de Rowan en la película dista bastante del que aparece en el libro", dice Harry Baxendale. "Estuve con Matt (Haig) en el rodaje y me sirvió mucho hablar con él sobre los cambios que se han hecho para la adaptación al cine. Me dijo que le gustaba mucho más cómo era el personaje en la película porque le parecía que ayuda más a la historia. Así que hemos podido partir de sus palabras y de su novela para crear una dinámica que refleja mejor el mundo actual".


El tío Will, el desaparecido
"¿Por quién preguntas?...
...Ya sabes por quién pregunto"


Los Radley recurren a Will para limpiar la carnicería que Clara ha dejado en el bosque. El hermano de Peter es de todo menos abstemio. De hecho, llega en una autocaravana con la nevera llena de sangre y dispuesto a arramplar con todo lo que se encuentra por delante. La película vuelve a distanciarse del libro de Matt Haig en esta ocasión, puesto que ahora Will y Peter son gemelos y Damian Lewis interpreta a ambos personajes.

"Lo de pedirle a Damian que interpretase a Peter y Will se me ocurrió en la fase inicial", explica el director Euros Lyn. "He trabajado antes con él y es un tipo majísimo, encantador, de trato superfácil, por lo que es un placer contar con él en los rodajes. Me hace mucha gracia que al final haya acabado interpretando a tantos sinvergüenzas con el alma podrida. No se me ocurre otro actor que pudiera interpretar a estos dos personajes, porque creo que combina los atributos que los hacen tan diferentes. Contar con un mismo actor para dar vida a dos personajes nos facilita mucho las cosas a los directores, porque partimos de una buena base. Damian conoce al dedillo a los dos personajes, sabe cómo son sus personalidades y entiende todos los matices. No se trata de crear un personaje nuevo, sino de hacer pequeños cambios. Aunque claro, por otra parte, ¡hay que rodar todas las escenas dos veces!".

"El director dio en el clavo al pedirle a Damian que diera vida a Peter y Will", dice el autor de la novela, Matt Haig. "No me acuerdo de dónde saqué el apellido Radley, pero en inglés antiguo significaba 'una persona pelirroja'. Así que podríamos decir que a Damian Lewis estos papeles le vienen al pelo".

"Para preparar los personajes estuve investigando sobre los gemelos y leí que en algunos casos sí pueden tener personalidades muy diferentes", explica Damian Lewis sobre lo diferentes que son estos dos hermanos. "Hablamos mucho sobre las elecciones que habían tomado, analizando si surgían de sus valores morales o si eran algo innato. ¿Por qué Will se dio a la adicción, al vampirismo, a la noche y al hedonismo? ¿Por qué Peter rechazó esa forma de vida? ¿Y qué significa que hayan tomado esas decisiones tan distintas?".

"Son las dos caras de una misma moneda", añade Matt Haig. "Asimismo, representan una lucha que siento dentro de mí, en la que añoro ese lado más egoísta, egocéntrico y joven (como Will). También hay que tener en cuenta que la imagen de Peter engaña, porque parece un hombre civilizado y educado, pero en realidad está reprimiendo un instinto básico. ¡Creo que esa tensión me resultaba muy cercana hace 15 años!"

"Una de las cosas que nos ha dado la novela de Matt Haig es esta increíble relación entre los dos hermanos", apunta Euros Lyn. "Uno es un libertino depravado que se mueve por impulsos, caiga quien caiga, y el otro es un hombre recto de moral intachable. Le di varias vueltas a cómo interpretar esas dos elecciones vitales tan diferentes en el filme. ¿Qué ocurre cuando dos personas muy similares toman una decisión que cambia el rumbo de sus vidas? Y de ahí surgió la idea de que fueran gemelos. Mis sobrinas son gemelas y según han ido creciendo he ido observando cómo han ido cambiando y cómo determinadas cosas son innatas y otras surgen de las circunstancias que nos rodean. Es decir, ¿nuestra personalidad viene ya dada o es el resultado de las elecciones y las situaciones que nos encontramos por el camino? Me pareció una idea muy interesante que he querido explorar".

"Peter Radley es un hombre muy cariñoso", apunta Damian Lewis. "Quizá podría decirse que es un poco soso y creo que echa en falta tener más contacto físico con su mujer, que se ha volcado en esta nueva vida que han creado, interpretando a la pareja tradicional perfecta. Como Peter es médico tiene bastante tirón, especialmente para una vecina llamada Lorna Felt, a quien le gusta bastante la idea de que le Peter haga un reconocimiento médico. Esto le causa todo tipo de problemas y le plantea alguna que otra tentación, como cuando le sugiere hacer un análisis de sangre".

"Peter Radley es como un humorista de los de antes, tipo Stan Laurel, mientras que Will Radley es como Keith Richards, un adicto confeso. Will es un muerto viviente, un vampiro que mata y crea otros vampiros. Puede someter la voluntad de las personas, realizando una especie de hipnosis".

"Interpretar dos papeles es muy divertido", añade Lewis. "A veces se te puede ir de las manos y pensar en ellos como el ego y el alter ego. Lo bueno es que si Euros veía que me ponía demasiado Keith Richards o Marc Bolan cuando interpretaba a Will y muy Stan Laurel o Jack Lemmon, dos actores que me encantan, cuando me metía en la piel de Peter, me pedía que fuera más contenido, que acercara a los hermanos. Por eso es tan buen director, porque sabía darme consejos muy acertados. Me dio un poco de bajón darme cuenta de que no molo tanto como Will. ¡Y seguramente sea más o menos igual de soso que Peter!".

"Lo que estamos representando son diferentes facetas de nuestra propia salud mental", comenta Damian Lewis. "Todos contenemos el yin y el yang, el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Creo que me paso un poco con Peter, al llamarle soso, porque lo que hacen él y Helen es bastante valiente. Se comprometen a llevar una vida civilizada, moderada, para educar a sus hijos en un entorno familiar sano. Ese sentimiento es universal, porque es lo que desean todos los padres para sus hijos. Dejas aparcado tu rollo más canalla cuando empiezas a tener que levantarte pronto para llevar a tus peques al cole. Peter y Helen están en esa situación, esforzándose al máximo por hacer lo correcto, y por eso siento afinidad con ellos. Y creo que esa sensación se percibe también en la novela de Matt".

"Nos parecía que James Bond podía ser uno de los referentes de Peter", explica Euros Lyn. "Es bastante estirado, está en el lado del bien y tiene un aura bastante sexy. Los referentes de Will serían gente tipo Keith Richards y Mick Jagger, hombres con mucho rollo. Ese tipo de personas que pasa de las reglas y hace lo que quiere, sin pensar en las consecuencias".

"Es el sueño de cualquier intérprete, la verdad. Interpretar a gemelos es un regalo", añade Kelly Macdonald. "Damian se une ahora al grupito de actores que han tenido la oportunidad de hacerlo. Está claro que se lo ha pasado muy bien interpretando a Will, el vampiro malo. A veces me recordaba a Jack Nicholson en Las brujas de Eastwick cuando le veía con ese brillo malvado en los ojos".

"Ha sido muy divertido crear esos dos personajes", comenta la productora Debbie Gray. "Damian ha hecho un gran trabajo y Kelly Macdonald ha analizado en profundidad su relación con ambos. Uno de ellos la convirtió en vampiro, por lo que siente un enorme deseo hacia él, y el otro es su esposo, Peter".

"Llegué a la conclusión de que para mí Will representaba las curvas y Peter las líneas rectas", explica Damian Lewis. "Uno es el espagueti antes de cocerlo y el otro es el espagueti listo para comer. También suelo equiparar a mis personajes con animales, pero no voy a decir cuáles me inspiraron en este filme. Me ayuda con la metamorfosis para convertirme en ellos y espero haberlo logrado".


Qué podemos aprender de los Radley
"Cuando eres joven crees que siempre vas a tener claro cómo hacer las cosas bien, pero al final resulta que la vida es más complicada"

"El público puede sentirse atraído por los vampiros de esta película, pero esta historia tiene mucha más chicha que la típica producción de género. En realidad, se profundiza en temas como '¿Qué se siente al tener una adicción?' o '¿Cómo es enamorarse por primera vez'", comenta Damian Lewis. "¿Qué pasa si la persona a la que más quieres tiene todas las papeletas para acabar siendo tu víctima? Ya lo decía Oscar Wilde, matamos aquello que amamos. Pero eso no quiere decir que no haya sangre, porque hay mucha. Y también hay mucha acción vampírica. Hay momentos espeluznantes y terroríficos y también escenas muy divertidas. En el fondo creo que es una comedia negra".

"Lo que pasa también es que se suelen ridiculizar los sentimientos de los adolescentes", apunta Euros Lyn. "Todo ese rollo de 'es una fase', 'la edad del pavo' y demás, pero esas sensaciones son sensaciones muy humanas. Esas preguntas existenciales tipo '¿Por qué estoy aquí?', '¿Qué lugar ocupo yo en el mundo?' y '¿Quién soy realmente?' son preguntas muy válidas que nos surgen durante la adolescencia. Y nos definen y nos acompañan durante toda nuestra vida adulta. Con el amor juvenil también se hace mucha broma, tachándolo de insignificante".

"Pero a veces esas son algunas de las relaciones más intensas que tenemos, porque marcan cómo vamos a enfrentarnos al amor de adultos. Así que esta película plantea el amor adolescente como algo real, con consecuencias tan importantes como las de una relación adulta".

"Los vampiros siempre han tenido mucho tirón entre los adolescentes, no hay más que ver el fenómeno de la saga Crepúsculo", añade Kelly Macdonald. "A mí me pilló ya mayor, pero lo entendí. Sangre, chicas adolescentes, menstruación, sexo. Entiendo que el tema atraiga a ese público".

"Helen tiene una adicción. Ella es adicta a la sangre", añade Macdonald. "Lo que me gusta de Euros como director es que tiene un planteamiento muy realista. Plasma las emociones de una forma muy auténtica, sin exagerar las situaciones".

"Toca temas de la vida real", dice Bo Bragason, que interpreta a Clara, la hija del matrimonio. "Muestra situaciones complicadas a las que se enfrenta la gente en su día a día y su planteamiento quizá puede ayudarnos a enfrentarnos a ellas. Creo que también pone en el foco en un tema muy importante y es que no pasa nada por ser diferente y que debemos aceptarnos tal y como somos. Si encuentras tu círculo de confianza, todo irá bien".

"Una de las cosas interesantes de Los Radley es que subraya lo importante que es ser fiel a uno mismo", añade Euros Lyn. "Me parece un mensaje de peso para la sociedad actual. Es importante mostrarte como eres, de una forma auténtica. Pero a veces ese deseo puede hacerle daño a las personas que te rodean. Dirigir esta película me ha ayudado a entender los matices y las ambigüedades que pueden darse en una relación porque el deseo es muy complejo y tiene consecuencias que pueden afectar a las personas que nos rodean".

"Me ha gustado muchísimo trabajar con Euros. Sabe expresarse muy bien", añade Bragason. "Cuando llegaba al rodaje, tenía plena confianza en que iba a saber comunicar exactamente lo que buscaba y lo que quería que hiciéramos. Estoy segura de que los espectadores se sentirán identificados con alguno de los aspectos del filme".

"La película plantea cuestiones importantes", añade Euros Lyn. "¿Dónde estamos? ¿Qué hacemos aquí? Y habla de cómo es ser diferente, ser una persona que vive al margen de la sociedad. Los personajes se encuentran a sí mismos y aprenden a aceptarse como son". "Creo que los miembros de esta familia que intenta vivir según sus valores sin herir a nadie son buenos referentes", comenta Shaun Parkes. "Me gustaría que la gente saliera del cine pensando en el concepto del amor incondicional".

La productora Debbie Gray espera que el público disfrute con Los Radley, pero "también espero que la gente se plantee que, aunque surjan tentaciones oscuras, el amor y nuestros vínculos nos ayudan a seguir por el buen camino, ¿no?".


Más allá de los vampiros
Peter: "Eres un vampiro. Todos lo somos. Es una enfermedad familiar"
Rowan: "¿Es una metáfora?"

"El elemento clave de una buena historia, sobre todo en el género del terror y la fantasía, es la verdad", explica el autor Matt Haig. "Creo que por fantástica o increíble que sea la trama, es importante que tenga una base realista, porque si no, no llegará a conectar con el público. Tiene que asentarse sobre una realidad emocional".

"En esta película están pasando muchas cosas", dice Jay Lycurgo, que interpreta a Evan. "Creo que mi escena favorita es cuando Evan se da cuenta de que está enamorado de Rowan. Harry borda su actuación, cuando habla de mirar las estrellas y de sentir que se para el mundo. Me di cuenta de que estaba frente un gran intérprete. También me gusta mucho la secuencia en la que me da una patata frita, porque hay que leer entre líneas lo que está pasando y entender el subtexto. Sería tan fácil si admitieran que están enamorados, pero no son capaces. Es muy guay. Espero que el público esté de su lado y quiera que acaben juntos".

"Me encantan las escenas con mi hijo", comenta Shaun Parkes sobre su papel paternal con Jay Lycurgo, que interpreta a Evan. "Me gustó mucho que existiera un personaje así en una película de vampiros. He disfrutado de interpretar a un hombre con sentimientos.

No es morboso, ni se deja llevar por el gore y la sangre. Habla de las emociones reales, de superar una pérdida y de cómo seguir adelante".

"Todos están intentando ocultar quién son", explica Harry Baxendale, que interpreta a Rowan. "La película habla de que mostrarnos como somos puede tener consecuencias", dice el autor Matt Haig. "Y plantea cómo encontrar el equilibrio entre ser egoísta y altruista. Todas esas cosas que hay que tener en cuenta dentro de una familia o para vivir en sociedad".

"No diría que es una historia sobre el aprendizaje y la madurez de unos adolescentes, sino de todos los personajes", comenta Bo Bragason. "Todo el mundo intenta entender quién es y qué lugar ocupa en el mundo".

"Tengo muchas ganas de que el público vea la escena en la que los padres le cuentan a sus hijos que son vampiros", confiesa Euros Lyn, "porque es una conversación difícil. Es una de esas situaciones como cuando te cuentan de dónde vienen los niños. Da un poco de vergüenza y cambia las cosas para siempre, porque a partir de ese momento la relación entre padres e hijos no vuelve a ser la misma. Creo que los espectadores la van a disfrutar".

"Espero que todo el mundo salga con una sonrisa de oreja a oreja, si bien con el cuello un poco sensible", bromea Harry Baxendale. "Me gusta esa sensación de felicidad que se experimenta al salir de una sala de cine. Creo que es una buena película para escapar de la vida real. Esta genial para sentarte en el cine durante una hora y media o dos horas y meterte en los problemas y las alegrías de estos personajes y después salir a la calle y disfrutar de esa abstracción".

"Lo importante es aceptarse a uno mismo. Como decía, los vampiros se ven obligados a esconder su verdadera identidad y espero que, al ver la película, la gente se dé cuenta de que pueden mostrarse tal y como son".

"Al ver el filme, espero que el público entienda que, aunque tu familia sea una pandilla de vampiros con sed de sangre, lo importante es que se mantenga unida y se quiera", apunta Jay Lycurgo. "Por mal que vayan las cosas, Jared y Evan o los Radley saben que siempre se tendrán los unos a los otros".

"Cuando acabe la película y te gires hacia la derecha o la izquierda, verás a tus colegas o a tu familia y te sentirás muy feliz de tenerlos a tu lado".