En el año 2002 nacía un nuevo héroe a raíz del estreno de El caso Bourne, adaptación del best-seller de Robert Ludlum protagonizado por un asesino entrenado que lucha por recuperar su memoria mientras huye de algunas siniestras figuras de su vida pasada. Este thriller de espionaje, que contaba con La interpretación de Matt Damon en el papel de Jason Bourne, se convirtió en el estreno de la Universal con mayor recaudación en taquilla de ese año y en la película más alquilada en vÍdeo y DVD del año 2003.
Matt Damon vuelve a encarnar el papel de Jason Bourne, el experto asesino que continúa atormentado por pesadillas inconexas que proceden de su existencia anterior. El mito de Bourne retoma la historia del asesino reformado y responde algunas de las preguntas que quedaron sin contestar en El caso Bourne.
Repiten los personajes que encarnaron en la primera entrega Franka Potente en el papel de Marie; Brian Cox en el papel del ejecutivo Ward Abbott; Julia Stiles (Mona Lisa Smile) en el papel de Nicky; y Gabriel Mann en el papel de Danny Zorn. El reparto de la nueva entrega se completa con Tom Gallop en el papel de Tom Cronin, Karl Urban en el papel del asesino rival Kirill y la nominada en tres ocasiones por la Academia Joan Allen, como la agente Pamela Landy.
La utilización de exóticos escenarios de todos los rincones del mundo y el vigoroso estilo cinematográfico que aporta el director de vanguardia Paul Greengrass (guionista y director de la galardonada Bloody Sunday) sirven para conservar el agresivo estilo y la perspectiva nueva y poco convencional de El caso Bourne.
El guión es de Tony Gilroy (El caso Bourne), y está basado en el libro de Ludlum del mismo título. Los productores de la película son Frank Marshall (Seabiscuit, Señales, El caso Bourne), Patrick Crowley (Los ángeles de Charlie 2, El caso Bourne) y Paul L. Sandberg (Cachitos picantes).
Acompaña detrás de la cámara al director Greengrass un creativo equipo de técnicos, entre los que se encuentran el director de fotografía Oliver Wood (El caso Bourne, U-571), el director artístico Dominic Watkins (Dos policías rebeldes 2), la diseñadora de vestuario Dinah Collin (Bloody Sunday), los montadores Christopher Rouse (The Italian Job) y Richard Pearson (El tesoro del Amazonas) y el compositor John Powell (The Italian Job).
El productor Frank Marshall habla sobre la primera parte: "Lo que hicimos fue una película de espías intelectual, un thriller paranoide, pero lo hicimos de un modo poco convencional. Darle el papel a Matt fue ir a contrapelo de su imagen habitual, pero resultó ser una elección perfecta: con él nacía un atípico héroe de cine de acción que resultó tan atractivo que nos dio deseos de continuar contando su historia".
Matt Damon recuerda: "Yo no fui el primer actor en el que pensaron. Parezco demasiado joven y no me parezco a la imagen habitual de un asesino despiadado. Pero jugar a la contra de mi imagen habitual me dio la oportunidad de hacer algo distinto, algo que no había visto en otras películas de acción".
The Bourne Supremacy, base de El mito de Bourne, es la segunda de las novelas de Robert Ludlum centradas en la figura del mercenario Jason Bourne. Se publicó en 1986 y estuvo veinticinco semanas en la lista de best-sellers del New York Times, ocupando el primer lugar durante ocho semanas.
Los productores Frank Marshall y Patrick Crowley querían repetir la mezcla de suspense, acción y narración dramática que caracterizaba a El caso Bourne. A tal fin volvieron a llamar al guionista Tony Gilroy, que había co-escrito la primera entrega de las aventuras de Bourne. Dice Marshall: "No queríamos hacer una secuela. El primer film funcionó por lo que tenía de inesperado: un reparto atrevido y una trama que era algo más que una historia de acción llena de persecuciones. Ello nos colocaba ante un dilema a la hora de hacer una continuación, porque eso mismo es lo que se estaría esperando el público".
Dice Crowley: "En las primeras proyecciones de El caso Bourne la gente nos decía, Me ha encantado la película porque me ha hecho pensar, no te explica todo lo que está ocurriendo. El reto consistía en que ahora teníamos que volver a conseguir ese mismo efecto, pero haciéndolo aún mejor".
Damon comenta: "La idea que nos guía es que la acción sirve para desarrollar el personaje. Queríamos construir una trama en la que la acción estuviera integrada con los personajes y las situaciones que estos viven. Debía ser creible que se trata de gente corriente en una circunstancia fuera de lo corriente, cosa que se aparta de la fórmula habitual del cine de acción".
Marshall añade: "La acción está en función de los personajes y las motivaciones de estos proceden de hechos y situaciones realistas. El reto consistía en poner en funcionamiento la acción después de haber dejado a la pareja protagonista a salvo en una idílica villa griega. Debíamos encontrar la forma de volver a poner en marcha a Jason Bourne pero no nos interesaba la clásica trama de venganza. Lo que buscábamos era algo distinto".