Ambientes
Para vivir un Madrid que ya no existe más que en nuestros recuerdos, ha sido necesario que Gil Parrando (un decorador con dos Oscars y dos Goyas) diseñara, construyera (con Ramón Moya) y ambientara (con Julián Mateos) 24 decorados. Desde la estación de Metro de Retiro a un enorme cafetón de barrio; academias de taquimecanografía o de bailes de sociedad: el patio de operaciones del BOCA (Banco Occidental de Crédito y Ahorro), de pretenciosos mármoles y lapiceros atados a la mesa central; talleres del automóvil, pensiones sin sol, casas lujosas, de clase media, de clase baja y sin clase, taquillas de cines de la Gran Vía... Espacios para albergar casi un centenar de personajes que dan vueltas en el tiovivo de algo que no sabemos muy bien por qué lo llaman vida. Y volver a llevar el espíritu de aquel tiempo a los ambientes que aún perduran (en el Hotel Palace, en Chicote, en Florida Park o Pasapoga), para que todo nos parezca igual y podamos cotillear historias de entonces.
José Luis Garcí
Desde sus comienzos como director y productor - y antes como guionista -, Garci ha sido fiel a muy pocas cosas, pero fundamentalmente: al plano, a la secuencia, al movimiento, a la radio, al cine -americano-, a las pistolas enfundadas, a un puñadito de actores, a una luz elaborada, a un diálogo escrito para ser dicho, a otro puñadito de sentimientos. La corriente del cine actual aconseja en este tercer milenio mirar muy al futuro digitalizado. El de este cineasta independiente, pues, es un acto de osadía y un ejercicio a contracorriente saltar de espaldas, mirando hacia atrás, c.1950, porque quizás es la única manera posible de avanzar sin perderse nada y sin que nada se pierda.