"En toda la historia del boxeo, es imposible encontrar una vida comparable a la de James J. Braddock" - Damon Runyon (1936).
En plena era de la Gran Depresión, cuando América sufría una de las más devastadoras crisis económicas de su historia, surgió un héroe al que la multitud aclamaba enfervorecida a su paso... Un héroe que demostró al mundo de lo que es capaz un hombre para obtener una segunda oportunidad para él y su familia.
Ese héroe popular fue James J. Braddock -también conocido como "Cinderella Man"- que se convirtió en una de las leyendas más sorprendentes y modélicas de la historia del deporte. A comienzos de los años 30, este infeliz antiguo boxeador se sentía igual de inútil, vencido y desafortunado que el resto de la a población americana. Como muchos otros, Braddock había tocado fondo. Su carrera parecía acabada, no podía hacer frente a sus deudas y para colmo, su familia, lo único que le importaba en esta vida corría serio peligro. Así fue como se vio obligado a recurrir a la caridad pública. Pero en lo más profundo de su ser, Jim Braddock nunca se rindió. Gracias al amor, al honor y a grandes dosis de coraje, consiguió hacer realidad un sueño a todas luces imposible.
Con el fin de ayudar a su familia, Braddock decidió darse una última oportunidad y regresar al cuadrilátero. Nadie daba un duro por él. Combate tras combate, todo el mundo hablaba de las miserias y desgracias del pobre Jim Braddock. Todos excepto el propio Braddock, que movido por algo más que el espíritu competitivo, siguió ganando. De repente, este hombre normal y corriente, incapaz de encontrar trabajo, se convirtió en un deportista mítico que no perdía nunca. Abanderado de las esperanzas y los sueños de los más desfavorecidos, Braddock fue escalando peldaños hasta que, después de hacer frente a las situaciones más adversas, decidió hacer lo inimaginable: vencer al Campeón del Mundo de los Pesos Pesador, el intratable Max Baer, conocido entre otras cosas por haber matado a dos hombres en el ring.
Con Cinderella Man, el equipo formado por BRIAN GRAZER, ganador de un Premio de la Academia, el director RON HOWARD, el guionista AKIVA GOLDSMAN y los actores RUSSELL CROWE y RENÉE ZELLWEGER- unieron fuerzas para contar una historia cien por cien americana sobre un hombre que no era un boxeador de primera pero que luchó para superar las adversidades y entrar en los anales de la inmortalidad.
El ganador de un Premio de la Academia® Russell Crowe da vida a Jim Braddock, un hombre amante de su familia, cuyo valor y constancia se hicieron casi tan famosos como sus amagos y su mortífero gancho izquierdo. La historia da comienzo cuando Braddock -antaño un hombre lleno de ilusiones- se ve obligado a abandonar el boxeo tras una mala racha, coincidiendo con la mayor crisis económica jamás vivida en los Estados Unidos. Jim quiere salir de la miseria que amenaza su vida por su mujer, Mae (interpretada por la oscarizada Renée Zellweger), que siempre le ha apoyado. Comienza a realizar todo tipo de trabajos en el muelle, trabajos que no consiguen sacarle de la pobreza. A pesar de sus esfuerzos, el matrimonio es incapaz de hacer frente a sus deudas y se les parte el corazón cada vez que ven a sus hijos tiritar de frío en su gélido apartamento en pleno invierno de Nueva Jersey.
Hasta que de repente, y gracias a los esfuerzos del infatigable manager de Jim, Joe Gould (interpretado por el nominado a los Globos de Oro PAUL GIAMATTI), Jim consigue la que probablemente será su última oportunidad, un combate en el Madison Square Garden, que, por encima de todo, le permitirá alimentar a sus seres queridos. A pesar de ser demasiado mayor, de estar hambriento y de arrastrar numerosas lesiones para ser considerado un contrincante serio -y en clara oposición a los miedos de Mae, que teme por la vida de su marido- Braddock no se echa atrás y decide subirse al ring sin ningún tipo de preparación. Jim dejará atónitos al público y a los medios de comunicación tras noquear a su fulgurante contrincante (en parte, gracias a la infinidad de horas que pasó trabajando en el muelle). Pero la cosa no acaba aquí. Su carrera vuelve a despegar, y poco a poco, victoria tras victoria, comienza a sacar a su familia del agujero.
A medida que Jim Braddock se anota nuevas victorias, crece su popularidad, convirtiéndose en un héroe popular hasta tal punto que, cada vez que se pone delante de un contrincante, simboliza a los millones de hombres que, como él, luchan a diario por sacar adelante a sus familias y mantener vivos sus sueños.
Hasta que un buen día, le surge la oportunidad de disputar el combate de su vida y acepta enfrentarse al Campeón de los Pesos Pesados Max Baer, un gallo de pelea con un gancho tan letal que ya ha acabado con la vida de dos hombres sobre el ring. Algunos afirman que es imposible que Braddock sobreviva a ese combate. De hecho, las apuestas son de diez contra uno a favor de Baer, pero Braddock no es el tipo de hombre que se queda en su rincón. Pero Jim Braddock piensa exactamente lo contrario: en esta ocasión, es plenamente consciente de todo lo que se está jugando.