Zouina llega de su Argelia natal, con sus tres hijos. Viene a reunirse con su marido, Ahmed, el cual lleva diez años trabajando en Francia, y al cual ha visto muy poco en todo este tiempo. Aïcha, la madre de Ahmed, viaja con ella. A pesar de la agresividad de sus vecinos, de los constantes reproches de su suegra y de los desconfiados silencios de su marido, Zouina trata de adaptarse a su nueva vida en el exilio. La radio es su único vínculo con la vida y con las mujeres, en este país nuevo. Ya no tiene ningún tipo de relación con Argelia. Un día, se entera por casualidad de que otra familia argelina vive en el mismo pueblo, así que decide encontrarla sea como sea.