Un buen día, Ted Brooks, un dentista de la soleada Miami recibe la noticia de que figura como heredero en el testamento de su madre natural, quien le ha incluido en sus últimas voluntades. Sin pensarlo ni un minuto y guiado por el olor del dinero, decide viajar hasta Alaska para reclamar lo que le pertenece. Pero sus sueños monetarios pronto se desvanecerán. En lugar de unos fajos de millones, le esperan siete perros, que aunque muy cariñosos, no harán más que crearle problemas. No más que Jack, un montañero fanfarrón que intenta por todos los medios quedarse con la divertida camada y mandar a Ted a tomar el sol a su tierra. Lo que parecía una lógica solución, va cambiando de color para el dentista, quien además de odiar a Jack poco a poco va cogiéndole cariño a su curiosa herencia. Y encontrándole utilidad. Ted se entrenará fuerte para aprender a manejar el trineo y participar en una importante carrera local que podría proporcionarle el "premio" que esperaba.