"El concepto es muy sencillo", afirma el productor, escritor, compositor y letrista Mel Brooks. "Tienen que conseguir más dinero del que necesitan para hacer una obra. Luego, tienen que producir la peor obra que se haya escrito. Así que van a representar una obra llamada "Springtime for Hitler", que cerrará la misma noche de su estreno y ellos se largarán a Río de Janeiro con el resto del dinero de los inversores".
Estamos en 1959 y en Broadway resuenan los nombres de las grandes figuras del teatro. El productor Max Bialystock (Nathan Lane), sin embargo, ya no es uno de ellos ("Opening Night"). Un día, el tímido contable Leo Bloom (Matthew Broderick) se presenta en la oficina de Bialystock para hacer las cuentas e inocentemente deja caer que un hombre deshonesto podía ganar más dinero produciendo un fracaso que produciendo un éxito. De inmediato, a Bialystock se le enciende la bombilla y trata de persuadir al reticente Bloom para urdir tan perfecto plan: producir un estrepitoso fracaso en Broadway, embolsarse una fortuna y largarse del país con el dinero ("We Can Do It"). Poco convencido, Bloom vuelve a su deprimente trabajo, pero no puede evitar soñar con una vida mucho más glamourosa ("I Wanna Be A Producer"). Al final, llega a la conclusión de que está harto, se lía la manta a la cabeza y decide asociarse con Bialystock para perpetrar el delito.
En busca de la peor obra posible, Max y Leo descubren "la peor de todas", un musical titulado "Springtime for Hitler-A Gay Romp with Adolf and Eva in Berchesgarten", y deciden ir a ver al dramaturgo Franz Liebkind (Will Ferrell) a su ático de Greenwich Village. Antes de acceder a que Bialystock y Bloom produzcan su obra, el adorador del régimen nazi, Liebkind, insiste en que los dos futuros productores celebren con él la forma de vida aria ("Der Guten Tag Hop Clop") y los obliga a jurar lealtad a Hitler.
Una vez cerrado el trato para producir la que para ellos va a ser sin duda la peor obra que se haya escrito, Bialystock y Bloom proceden a contratar al peor director posible. Al entrar al ostentoso piso de Roger DeBris (Gary Beach) y de su asesora legal, Carmen Ghia (Roger Bart), se dan cuenta de que DeBris y compañía no quieren involucrarse en algo de ese calibre ("Keep It Gay"), pero los productores los convencen de que, en sus manos, "Springtime for Hitler" podría brindar al director el respeto y el prestigio (es decir, el Tony) que siempre ha anhelado.
Cuando la irresistible rubia sueca Ulla (Uma Thurman) se presenta en la oficina para que le hagan una prueba ("When You Got It, Flaunt It"), Bialystock y Bloom la contratan de inmediato para el coro. Hasta que empiecen los ensayos, babeando, deciden que será la secretaria/recepcionista.
Con el fin de recaudar los dos millones de dólares necesarios para "financiar" la obra, Bialystock se ve obligado a ir a ver a sus exigentes benefactoras, cientos de ancianas hambrientas de sexo de Manhattan ("Along Came Bialy"). Mientras tanto, el tímido Bloom cae rendido a los pies de Ulla ("That Face") y se sorprende al ver que la atracción es mutua.
Las pruebas para elegir al actor que interprete al Führer resultan frustrantes para todos los que están involucrados en la producción, especialmente para el autor del musical, que demuestra a la perfección cómo debería interpretarse el papel ("Haben Sie Gehurt Das Deutsche Band?"), dejando claro que él es el único capaz de hacerlo. Justo antes de la noche del estreno, después de una acalorada discusión sobre las supersticiones en el teatro ("You Never Say Good Luck on Opening Night"), Bialystock y Bloom quedan horrorizados al ver que su dramaturgo convertido en actor principal se rompe una pierna.
La función debe continuar y, por suerte, el director Roger DeBris se sabe al dedillo el papel del personaje. Como ya es tradición en todo musical que se precie, el papel principal de la obra es interpretado a última hora por otro actor.
Al principio, a los espectadores les espanta "Springtime for Hitler", pero una vez que aparece el personaje principal como un disparatado Hitler ("Heil Myself") se dan cuenta de que no es una obra que deba tomarse en serio y empieza a hacerles gracia.
Cuando lo que iba a ser un fracaso seguro es ovacionado como un éxito, los socios discrepan sobre qué hacer. Bloom quiere que se entreguen, pero Bialystock no piensa lo mismo. Mientras discuten, DeBris y Ghia se presentan en la oficina para celebrarlo, y, a la vez, aparece Liebkind, enloquecido y blandiendo un arma, dispuesto a matarlos a todos por denigrar la memoria de su adorado Hitler. La policía llega, oye disparos y se lleva a Liebkind. Pero antes de irse los agentes ven dos libros de contabilidad, uno en el que pone "Enseñar al fisco" y el otro en el que pone "Nunca enseñar al fisco". Rápidamente detienen a Bialystock, y Bloom logra escapar escondiéndose detrás de la puerta de la oficina.
Cuando entra Ulla y encuentra a Bloom escondido, lo convence de coger el dinero y desaparecer con ella a Río. En la celda de la cárcel, Bialystock, boquiabierto al recibir una postal de Brasil, entra en cólera ("Betrayed"). Bloom y Ulla se presentan de repente en el juicio de Bialystock ("'Til Him"), justo a tiempo de que el juez los declare culpables tanto a Bialystock como a Bloom. Encarcelados en Sing Sing, junto a Liebkind, producen un musical completamente nuevo con un reparto de presos titulado "Prisoners of Love". Indultados por el gobernador "por transmitir, a través del baile y la canción, alegría y risas al corazón de todo asesino, violador y maníaco sexual de Sing Sing", Bialystock y Bloom llevan la obra a Broadway, donde van a producir un éxito tras otro.
"Esta historia tiene algo que hace que no pase de moda. Como en todo buen musical, los personajes ven cumplidos sus sueños y expectativas. El público se ve reflejado en Leo Bloom, un gusano que desea convertirse en mariposa, o en Max Bialystock, un hombre que en su día estuvo en lo más alto y que quiere volver a estarlo. Además, nuestra película cuenta una entrañable historia de amor: el contable tímido conquista a la mujer más bella del mundo", comenta la directora y coreógrafa Stroman.