1984. María Zambrano regresa a España. El régimen franquista quiso que estuviera "perdida" de nuestro país durante 45 años. María tuvo su gran reconocimiento con la entrega del Premio Cervantes, la primera vez que se otorgaba a una mujer.
2004. Se cumplen cien años del nacimiento en Vélez-Málaga de esta gran mujer y pensadora andaluza. Y MARÍA QUERIDA -la película- profundiza en el intento de indagar en lo que durante tantos años estuvo perdido, es decir, oculto, alejado... sin duda, el origen de la memoria, como diría la propia María. Este film ha renunciado a elaborar una exhaustiva biografía de la filósofa en favor de transmitir, sobre todo al público más joven, la importancia de la presencia de una mujer que hizo del pensamiento un compromiso poético y personal.
En la recuperación de la memoria histórica se desliza, casi sin darse cuenta, la protagonista de MARÍA QUERIDA, una periodista (Lola) de treinta y tantos años que acude a cubrir la rueda de prensa con motivo de la concesión del Cervantes a María Zambrano. Apenas si tiene datos sobre ella, pero no los necesita porque casi de inmediato las palabras de esta mujer despiertan su curiosidad más allá de la noticia. Lola sabe que Zambrano era profesora, casualmente como su madre, a diferencia de que la filósofa andaluza no pudo ejercer su magisterio, como tantos otros intelectuales formados en la República, viéndose obligada a vivir un largo exilio. Lola queda cautivada con la personalidad de esta luchadora, hasta el punto de que se lanza a realizar, no ya un reportaje, sino una película sobre ella. La periodista no imaginó jamás que esta decisión -en definitiva, el haber conocido de cerca de María Zambrano- fuera a influir en su vida y sus peripecias más personales, que el espectador va descubriendo casi al tiempo que la misma Lola.