Se trata de conversaciones en un contexto onírico reforzado por un efecto especial sencillo, sorprendente y de auténtico lujo. El resultado está cerca de la pintura hiperrealista y pop de Alex Katz.
Pensamientos profundos, disgresiones ligeras, mucho sentido del humor, angustia vital y el espíritu posterior a los que se vino a llamar generación X. Todo ello en coloridos dibujos animados compuestos de campos puros de color.