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  Dina  (I am Dina)
  Dirigida por Ole Bornedal
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Noruega, década de 1860, en el lavadero de su casa, involuntariamente, Dina causa un horroroso accidente y, de un solo golpe, pierde a su madre y el amor de su padre. Abrumado por la pena, el padre de Dina no puede ni mirar a su pequeña, y se separa de ella dejándola al cuidado de sus sirvientes. Pronto la niña se vuelve ingobernable, una criatura salvaje poco dispuesta a hablar e incapaz de leer. Su único amigo es Tomas, un muchacho estable.

Viendo el estado de la niña, un buen amigo de la familia (Depardieu) habla con el padre y consigue que éste acepte un tutor que intente devolver a la niña a la civilización. Dina va poco a poco saliendo de su aislamiento gracias a su pasión por el violonchelo y a la ayuda de su tutor, pero sigue tan obstinada e imprevisible como siempre; la relación con su padre sigue siendo muy fría y la niña sigue confortándose conjurando al fantasma de su madre, fantaseando sobre su encuentro con ella en el mundo de los espíritus.

Los años pasan y Dina se convierte en una hermosa joven (Bonnevie) bastante peculiar y algo salvaje todavía. A pesar de la diferencia de edad, y en contra de su propio padre, se casa con el Jacob, el amigo de la familia, y se va con él a Reinsnes, la factoría que Jacob lleva junto a su anciana madre Karen (Wenche Foss ) y sus dos hijastros Niels (Mads Dittmann Mikkelsen) y Anders (Jorgen Langhelle). Jacob pronto se dará cuenta de que la voracidad de su joven mujer se extiende a todos los aspectos de la vida, entusiasmado pero también exhausto, comienza a cuestionarse si la pasión por la vida de Dina no acabará con él.

El hijastro más joven (Anders) y la madre de Jacob están muy unidos a la nueva señora de la casa, pasando por alto sus excentricidades y sus costumbres inapropiadas para una dama. El hijastro mayor (Niels) tiene sus propias ideas sobre la fortuna de Jacob y su propia posición en el negocio familiar. No aprueba a Dina.

Dina tiene buena cabeza para los números y poco a poco se hace con la contabilidad en Reinsnes. Para disgusto de Niels, Jacob la anima en su interés por los asuntos financieros, llevándola incluso con él en un viaje de negocios a Bergen. Jacob se divierte viendo como los comerciantes se escandalizan al ver a su joven mujer fumando y negociando como uno más, pero incluso él mismo se sorprende cuando Dina insiste en parar a ver la ejecución pública de un enemigo del estado. Una cara entre la multitud llama su atención: es el enigmático Leo (Eccleston) que reaparecerá en determinados momentos de su vida antes de cambiarla del todo.

Desgastado por la obsesiva sexualidad de Dina, Jacob busca paz en el hogar de una viuda local. Mientras repara su tejado, cae y se rompe una pierna. Dina insiste en llevar a su marido a casa para su recuperación. Jacob empeora y su muerte parece inminente, entonces Dina toma las riendas, ella sabe como hacer que nunca la abandone.

No asiste al funeral de su marido, sino que se encierra en su habitación comportándose como una salvaje y negándose a hablar como hizo años atrás. De nuevo es su antiguo amigo Tomas quien la ayuda, pero esta vez (ante la insistencia de ella y el asombro de él) convirtiéndose en su amante.

Jacob acompaña ahora a su madre en el otro mundo y aparece también ante Dina... tampoco la ha abandonado.

Niels decide encontrar la última voluntad de su padre y arrebaterle el control del negocio a la esposa de su padrastro, pero Dina termina con su luto y asume sus deberes como jefa de Reinsnes.
Al contrario que todos, Dina parece no ser consciente de su embarazo e incluso rechaza cualquier comentario al respecto. Cuando marcha a los bosques a dar a luz, es de nuevo tomas quien va a su busca. Aunque ella lo niega, él está convencido de que el niño es suyo.

Aun a pesar de las muchas objeciones del padre de Dina, el bebe es bautizado con el nombre de Benjamin sin ningún respeto a la tradición de dar un nombre familiar al primer descendiente. Todo empeora cuando Dina arremete contra su madrastra Dagny. La familia se ofende de nuevo cuando Dina, que no tiene tiempo para bebes, decide dejar a su pequeño al cuidado de una nodriza soltera (Stina) que acaba de perder su propio hijo, pero nadie se atreve a discutir con Dina, y Stina, poco a poco, va creando su propio hogar en Reinsnes criando a Benjamin como si fuera su propio hijo.

Un fuego en el granero de Reinsnes obliga a desalojar una fiesta en un barco anclado cerca del fiordo, de repente aparece un extraño que se lanza al rescate... es el misterioso ruso Leo Zjukovskiij que causa un efecto hipnótico en Dina... juntos se harán cargo del rescate. Leo se marcha con la promesa de volver mientras dina se alborota con la llegada de un violonchelo que perteneció a Lorch, su amado tutor. La melancolía regresa a Reinsnes.

Cuando Dina se entera de que Stina está ambarazada de Niels, le dice a éste que, o se casa con la mujer a la que ha violado, o se marcha para siempre de Reinsnes... sabe que Niels ha estado robando en el negocio.

Leo vuelve a Reinsnes y Dina espera que esta vez se quede. Niels, ante las amenazas, propone matrimonio a Stina, pero ella le rechaza y Niels se suicida. Cuando Leo se marcha de nuevo, Dina se entrega a Tomas pero le sugiere que se case con Stina.

El padre de Dina le dice a su hija que sabe donde puede encontrar al misterioso ruso, está entre rejas acusado de tramar contra el gobierno. Ella va a buscarlo a Bergen segura de que le podrá ayudar pero sólo le permiten una corta visita antes de expulsarla de la prisión. De vuelta a casa sólo piensa en una cosa: si Leo vuelve, nunca la volverá a abandonar.