Esta es una noche muy especial para Sara: Ha decidido perder de una vez su virginidad. Después de engañar a sus padres y asegurarles que se marcha a estudiar a casa de su amiga Marta, se ha dirigido (acompañada de Toni, el hombre en cuyos brazos espera estrenarse) al local de moda de la movida madrileña: "El calentito".
Sobre el pequeño escenario actúa un grupo cañero y atípico: Las Siux para las que la noche se presenta también bastante "especial". Una de las tres componentes, Chus, se despide por desavenencias personales y artísticas con las otras dos (Leo y Carmen). Y no lo puede hacer en peor momento. Al día siguiente tienen una entrevista con el directivo de una discográfica con el que esperan poder grabar su primer Lp.
Nada está saliendo según lo previsto. Toni se enrolla con otra chica, Sara busca consuelo en el alcohol y termina con una buena cogorza. Tirada en el servicio es recogida por Carmen, que la aloja en su casa.
A la mañana siguiente Sara agradece a las chicas el favor que le han hecho y se dispone a volver a su aburrida vida cotidiana. Pero Carmen tiene una idea ¿por qué no las acompaña a la entrevista?
Lo que en un principio parece una solución temporal, para salir al paso y no estropear su anhelada cita con la multinacional, se transforma en una aventura de futuro. Ernesto, el productor intermediario entre ellas y la discográfica (y firme impulsor del grupo), cree que lo mejor es que Sara continúe en la formación y no haya más cambios. Además, se han comprometido con el ejecutivo de la casa de discos a dar un concierto en diez días.
Después de muchas dudas, Sara accede a ser una siux... Claro, que no lo hace solo por la música. Sus ojos se han fijado en Ernesto ¿será él el hombre que esperaba?
Durante una alocada fiesta las expectativas de Sara se vienen abajo. Su mejor amiga, Marta, se enrolla con Carmen. Y Ernesto parece más interesado en Chus, la ex componente del grupo, que en ella. La chica, desolada, se refugia en El Calentito, donde Antonia, la transexual dueña del garito, la consuela. E incluso la ofrece dormir en su casa.
No es cuestión de que pase la noche a la intemperie.
Para complicar aún más las cosas, la madre de Sara se entera de las locuras que su hija está cometiendo y le prohibe que continúe con esa estupidez de la música.
Sara, acobardada, decide tirar la toalla. Pero las otras dos componentes le ruegan que, al menos, aguante hasta la noche del concierto. Total, solo faltan unos días y es una fecha muy importante para ellas. Sara vuelve a dudar.
Y de nuevo, comprobar que Ernesto no estaba interesado en Chus (que resulta que es lesbiana y ex pareja de Carmen) le da ese empujoncito que necesita. Dará el concierto.
El famoso día llega. Y con él un acontecimiento que cambia por completo el panorama: Unos militares han asaltado el Congreso de los Diputados. El país entero está conmocionado. Las Siux tienen un dilema: ¿deben cantar? Dejándose llevar por sus sentimientos deciden seguir adelante. Seguro que convencen al tipo de la discográfica para que venga. Y siempre hay algún loco mas por ahí dispuesto a presenciar un buen concierto aunque sea en esa noche tan especial.
Dicho y hecho. Todo está en marcha. Sara debe volver a su casa para cenar con su familia. Su madre le promete dejarla salir después. Pero nada más lejos de la realidad. Una vez allí la encierra e insulta. Tan solo la intervención de su padre (un hombre apocado y dominado por su mujer) consigue devolver de nuevo a la chica su libertad.
Contra todo pronóstico el local se va llenando de público (el directivo de la discográfica incluido). Todo va saliendo a pedir de boca. Hasta que el vecino del quinto (un guardia civil retirado) y su mujer, deciden dar su particular golpe de estado en este antro de perversión y vicio.
El providencial mensaje del rey consigue que las aguas vuelvan a su curso. El golpe (los dos mejor dicho) han sido sofocados. El concierto puede continuar. Pero Sara está hundida a pesar de la euforia general. Ha descubierto que Ernesto no es más que un trepa dispuesto a traicionar a quien haga falta con tal de producir un disco.
Refugiada en el almacén del local y sintiendo que lo suyo no tiene remedio, el destino pone frente a ella a un hombre con el que puede compartir su primera noche de pasión: el hijo de Antonia.