La cinta, una coproducción de Telespan 2000 con la productora almeriense Imagital, mezcla realidad y ficción. Si bien se parte de una ficción, todos los personajes son personajes reales que hacen de sí mismos.
El crimen de una novia es el primer trabajo como directora de Lola Guerrero, también guionista del documental, y el primer trabajo como actor en el cine del bailarín Rafael Amargo.