Dirigida por Jean-Paul Salomé (La Máscara del faraón), cuenta en el reparto con Romain Duris (Una casa de Locos), Kristin Scott Thomas (El Paciente Inglés), Pascal Greggory (Juana de arco), Eva Green (Soñadores) y Robin Renucci (Soñadores).
- Selección Oficial Sitges 2004
- Primera entrega de las novelas de Arsène Lupin
- Guión libremente inspirado en la obra de Maurice
Leblanc "la Condesa de Cagliostro"
Al director Jean-Paul Salomé: ¿Desde la escritura del guión hasta el día del estreno, cuál es la etapa que más le asusta?
"El placer de esta profesión reside, en primer lugar, en su variedad. A mí me gusta pensar en lo que está por venir. Hasta ahora, siempre he tenido la suerte de estar presente desde su génesis en los proyectos que he rodado y de ser autor o coautor de los mismos. La fase de la escritura del guión es un trabajo aparte que me gusta mucho y del que encuentro, al finalizar el ciclo de creación, increíbles reminiscencias durante le montaje, que tiene como objetivo, también, mejorar la materia fílmica para contar mejor la historia. Estas similitudes entre las dos etapas son aún más chocantes actualmente, porque la ergonomía del montaje virtual se asemeja mucho a la del tratamiento de textos. Usamos el "copiar-pegar" con las imágenes, después de haberlo utilizado con las palabras. El único momento que me asusta en el proceso de creación de una película, es el de las localizaciones. Es un poco como con el casting, uno no se puede equivocar. Un decorado mal elegido puede provocar que la puesta en escena no sea todo lo correcta que deseas. Y además, es precisamente durante la preparación cuando se adoptan el mayor número de decisiones transcendentales, y la película toma una buena o una mala dirección. Durante el rodaje, si la preparación ha sido buena, estás bien rodeado, es una maravilla. Me encanta rodar. Uno de los mayores cumplidos que me ha hecho Kristin fue cuando me dijo que el placer que yo sentía al estar en un plató era increíblemente contagioso. Y además, al final de la carrera, está el estreno: exponer la película a la mirada de los demás, sobre todo cuando haces películas como las mías en las que intentas tejer lazos con los espectadores. Pero eso no me da miedo: es un poco como cuando llevamos al niño al colegio el día de la vuelta al "cole". Pensamos que es el más guapo, el más inteligente y sólo esperamos que no le partan la cara en el recreo. Pero no puedo quejarme, por lo que respecta al público, soy un director bastante mimado...".
Al actor Romain Duris: Después de "Gadjo Dilo", hemos observado una auténtica evolución a la hora de elegir sus papeles así como en el placer que parece obtener ahora de su trabajo como actor. ¿Es una impresión o "Arsène Lupin" puede ser un punto de inflexión en su trabajo como actor?
"Si hoy me siento capaz de hacer "Arsène Lupin" es porque he podido acumular experiencias gracias a películas como "17 fois Cécile Cassard" (17 veces Cécile Cassard) o "L'Auberge Espagnole" (Una casa de locos).
Estas películas me han brindado la oportunidad de cambiar de registro y de aumentar la confianza en mí mismo.
"Arsène Lupin" quizá será una de las películas que me sirva para emanciparme, para ayudarme a construir personajes con historia, con una cierta madurez, personajes de adultos...".
A la actriz Kristin Scott Thomas: Usted interpreta a la Condesa de Cagliostro en la película de Jean-Paul Salomé. ¿Qué personaje descubrió al leer el guión?
"Hacía mucho que me apetecía interpretar a un personaje que no sufriera. La propuesta de Jean-Paul respondía a este deseo, interpretar a una mujer misteriosa. Mitad bruja, mitad seductora, nunca sabes por dónde va a salir. Es un personaje muy rotundo, sin florituras, pero bien pergeñado en el interior, lo que me ha permitido añadirle algo de delicadeza".
Al actor Pascal Greggory: Lupin es un personaje popular. ¿Formaba parte de sus lecturas de infancia?
"Tengo una relación puramente visual y para nada intelectual con el universo de Maurice Leblanc. Nunca había leído las novelas de Arsène Lupin. Sin embargo, cuando era pequeño, vi la serie de televisión con Georges Descrières".
Dice Evan Green: "Si tuviera que quedarme con un único recuerdo del rodaje, creo que elegiría la emoción que sentí en algunas escenas frente a un Romain Duris increíblemente metamorfoseado en príncipe ruso".