Destrozado por una situación con rehenes que se saldó con la muerte de una joven madre y su hijo, Jeff Talley (Bruce Willis), negociador de la policía de Los Ángeles (LAPD), abandona la ciudad para ocupar un cargo de menor entidad como jefe de policía de la ciudad de Bristo Camino, en el condado de Ventura.
Tres adolescentes vigilan el hogar de una familia con miras a robarles el automóvil, pero escogen la casa equivocada en el día equivocado. Los tres se ven atrapados en un recinto multimillonario en las afueras de la ciudad que es propiedad de un contable corrupto. Aterrorizados, los adolescentes toman como rehenes a los miembros de la familia, situando a Talley exactamente en el tipo de circunstancia que jamás hubiera querido afrontar de nuevo.
Gustoso, Talley no tarda en delegar su autoridad sobre el caso al Departamento del sheriff del Condado de Ventura, para abandonar la escena acto seguido. Sin embargo, en el interior del recinto se halla información digital del máximo interés para unos misteriosos delincuentes y la operación que tienen entre manos. No se detendrán ante nada para recuperar lo que consideran suyo, aunque implique tomar como rehenes a los miembros de la familia de Talley. Ello hará que éste se vea obligado a retomar el mando que había abandonado. Esta situación tan delicada va a transformarse rápidamente en otra mucho más imprevisible y horrorosa de lo que Talley jamás hubiera imaginado.