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  Asalto al distrito 13  (Assault on Precinct 13)
  Dirigida por Jean-François Richet
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Si quieren sobrevivir a la noche, los policías y los delincuentes deberán unir sus fuerzas y luchar. Está a punto de estalla un enfrentamiento clásico en ASALTO AL DISTRITO 13, versión del clásico thriller del año 76, Asalto a la comisaría del distrito 13.

Quedan pocas horas para que el año toque a su fin y la comisaría del distrito 13, una de las más antiguas de Detroit, está a punto de cerrar. Muchas carreteras están cortadas debido a la fuerte nevada y sólo queda un puñado de policías encabezado por el sargento Jake Roenick (Ethan Hawke), un buen oficial que no consigue olvidar una operación fallida que tuvo lugar la primavera pasada. Roenick y la vieja comisaría no están en su mejor momento.

Este mismo día, el 31 de diciembre por la mañana, un policía de paisano intenta arrestar al mafioso Marion Bishop (Laurence Fishburne). Éste se defiende y mata al policía antes de ser capturado por la Unidad contra el Crimen Organizado encabezada por Marcus Duvall (Gabriel Byrne). Bishop es esposado y acaba en un autobús que le lleva a la cárcel con varios delincuentes: Beck, un yonqui (John Leguizamo), Smiley, un estafador (Jeffrey "Ja Rule" Atkins) y Anna, miembro de una banda (Aisha Hinds).

Pero la tormenta de nieve arrecia y el autobús, ante la imposibilidad de alcanzar la cárcel de alta seguridad, sólo consigue llegar a la comisaría del distrito 13 donde los prisioneros son encerrados temporalmente. La inesperada llegada saca de quicio a Roenick casi tanto como la psicóloga policial Alex Sabian (Maria Bello). Sin embargo, Iris Ferry (Drea de Matteo), la provocadora secretaria de la comisaría, y el veterano poli Jasper "Old School" O'Shea (Brian Dennehy) no están dispuestos a que el trabajo extra les impida celebrar la llegada del año...

...hasta que dos hombres enmascarados fuertemente armados atacan a los guardias del autobús. Después de repeler el ataque, los policías de la comisaría del lejano distrito se dan cuenta de que vendrán otros para intentar llevarse a Bishop, dispuestos a matar a quien se interponga en su camino. Los polis esperan que Roenick se decida a tomar el mando y los chorizos esperan que el frío Bishop tenga una idea, pero no les quedará más remedio que unir sus fuerzas si quieren sobrevivir. Tienen pocas armas, mucho valor y les espera una larga noche. Mientras luchan a vida o muerte, la sangre borra la delgada línea que separa el bien del mal.