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  Alpha Dog  Dirigida por Nick Cassavetes
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El engreído e impetuoso Johnny Truelove (Emile Hirsch) vive el sueño americano de los aspirantes a criminal como vendedor de nivel medio en el confortable sector de los vecindarios privilegiados que se extienden por el Valle de San Gabriel, en Los Ángeles. Para Johnny y su panda de hermanos, idólatras emuladores sin mayor horizonte que su existencia suburbana, y con demasiado tiempo libre, la vida consiste en un remolino vertiginoso en el que reunirse con los demás en busca de nuevas emociones. El modelo de buena vida que imitan les llega a través de la música rap, los videojuegos, y las películas; invierten sus horas lúcidas en la emulación de la existencia delictiva que tanto admiran. Johnny dispone de un fajo de dinero, una bella muchacha en cada brazo, un negocio próspero, y mucha hierba para mantener colocados a todos sus amigos.

Joven, rebosante de dinero y en el centro del universo que se ha inventado el grupo, la vida para Johnny y sus amigos no transcurre sin más. Cualquier cosa puede ocurrir. Y a lo largo de tres días, bajo el tórrido sol de California, algo pasa.

Cuando el violento y exaltado Jake (Foster) no se presenta con el dinero que debe a Truelove, la situación se agrava hasta el punto de estallar una batalla por el poder que se resuelve con el impulsivo secuestro del hermano pequeño de Jake, Zack (Yelchin) por parte de Johnny y su banda. De camino a Palm Springs, el grupo decide quedarse con el chico en calidad de señuelo, pero éste poco a poco empieza a participar de la planificación del grupo, que combina juergas con ratos de inactividad. Sin padres a la vista, crecen acostumbrados a tenerle alrededor. Bajo el cuidado provisional de Frankie (Timberlake), un carismático amigo de Johnny, Zack disfruta por ahora de una indebida fantasía de estío hecha de bebida, chicas, y nuevas experiencias.

Ahí, en el desierto, todos empiezan a perder de vista que Zack es un rehén, un "chico secuestrado", lo que hace imposible una simple devolución. A medida que las horas devienen días, las soluciones respecto al problema de Zack empiezan a reducirse. A propuestas malas siguen otras peores. El padre de Johnny (Willis) trata de dar con su hijo para convencerle de que devuelva al rehén. Pero la situación se complica más si cabe cuando la trastornada madre (Stone) del chico secuestrado llama a la policía, y Johnny se ve fuera de juego sin saber por dónde tirar. La línea divisoria entre jugar a ser un rufián y serlo pronto se desdibuja en él, lo que va a dar paso a consecuencias para todos los implicados muy reales, fatales, y demasiado duras para los jóvenes.