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  Memorias de una Geisha  (Memoirs of a Geisha)
  Dirigida por Rob Marshall
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"Mi mundo es tan prohibido como frágil; sin sus misterios no puede sobrevivir".

En 1997, Arthur Golden deleitó a sus lectores con su célebre novela Memorias de una Geisha, una historia fascinante y embriagadora acerca de un mundo oculto. Con más de cuatro millones de ejemplares vendidos en lengua inglesa, esta conmovedora epopeya romántica se mantuvo durante dos años en la lista de los libros más vendidos de The New York Times, y ha sido traducida a treinta y dos idiomas.

El director Rob Marshall, nominado al Oscarâ por Chicago, los productores Lucy Fisher, Douglas Wick y Steven Spielberg, un reparto internacional de lujo y un oscarizado equipo técnico han llevado a la gran pantalla esta cautivadora fábula.

Memorias de una Geisha, protagonizada por Zhang Ziyi, Ken Watanabe, Michelle Yeoh, Koji Yakusho, Youki Kudoh, Kaori Momoi, Tsai Chin, Cary-Hiroyuki Tagawa, Suzuka Ohgo y Gong Li. La película la dirige Rob Marshall, y el guión, basado en la novela de Arthur Golden, es de Robin Swicord. Los productores son Lucy Fisher, Douglas Wick y Steven Spielberg; los productores ejecutivos, Roger Birnbaum, Gary Barber, Patricia Whitcher y Bobby Cohen. La película está coproducida por John DeLuca. El director de fotografía es Dion Beebe, ACS, ASC. El diseño de producción corre a cargo de John Myhre y la edición, a cargo de Pietro Scalia, A.C.E. La responsable del diseño de vestuario es Colleen Atwood y el autor de la banda sonora, John Williams.

Mariposas en la noche
Desde antaño, las geishas han sido objeto de fascinación en Japón y en todo el mundo. Durante siglos, salían de sus casas al anochecer, como mariposas de sus capullos, para atender los compromisos que les aguardaban en las casas de té. En Japón, las veladas dedicadas a fomentar las relaciones sociales siempre han desempeñado un papel importante en los negocios y la presencia de una geisha favorece la imagen del anfitrión que puede permitirse una compañía tan exclusiva.

La geisha no es ni una esposa ni una prostituta sino una artista que se gana la vida entreteniendo a hombres poderosos. La palabra gei (que se pronuncia "gay") en japonés significa "arte". Una geisha recibe una completa formación en baile, canto y música y es, a su vez, una brillante conversadora. Ríe las bromas de su cliente y nunca revela los secretos de este. Las geishas despiertan sensaciones con un simple movimiento de abanico.

Memorias de una Geisha comienza en 1929, casi al final de la edad dorada de las geishas. Narrada como una fábula sobre un mundo avocado a su desaparición, la película se desarrolla en un hanamachi -o barrio de geishas- ficticio.

Conforme Sayuri (Zhang Ziyi) se adentra en este mundo oculto, va aprendiendo que a una geisha no le está permitido amar o elegir libremente su propio destino. Su mentora, la legendaria geisha Mameha (Michelle Yeoh), conoce a la perfección los límites de una relación íntima con un danna, o cliente especial, y enseña a Sayuri a controlar sus sentimientos. A diferencia de Hatsumono (Gong Li), la desafiante rival de Sayuri, Mameha sabe que una verdadera geisha no puede permitirse regalar su pasión a ningún hombre.

Pero Sayuri no puede olvidar un gesto de amabilidad que la sorprendió siendo una niña, y el recuerdo de ese momento, que resplandece como un espejismo, la acompaña a lo largo de años de sufrimiento. Volviendo la vista atrás, Sayuri recuerda a "una niña con más valor de lo que imaginaba" y afirma que "No se trata de las memorias de una emperatriz o de una reina. Son unas memorias muy diferentes".

El candidato perfecto
Es fácil de entender lo que Zhang Ziyi sintió al leer Memorias de una Geisha, de Arthur Golden. "No podía creer que un hombre hubiera escrito esta novela sobre la vida de una mujer", afirmó la actriz. "Y mucho menos que un norteamericano diera todos esos detalles sobre una subcultura japonesa tan poco conocida".

El director Rob Marshall, que se recreó en el exotismo en el que se desenvuelve la historia, afirmó estar conmovido por la universalidad de la difícil situación de Chiyo, que quedó huérfana siendo una niña, y por su triunfo final, después de que un encuentro accidental cambiara el curso de su vida. "La historia refleja un mundo muy específico, pero el tema subyacente del triunfo del ser humano por encima de todo obstáculo llega a cualquier cultura", afirmó Marshall. "El hecho de que esta niña sobreviviera tras haber sido apartada de su hogar y vendida como esclava y, finalmente, encontrara el amor es algo que me conmueve muchísimo, sobre todo al tratarse de un amor prohibido".

Estos conceptos de esperanza y supervivencia animaron a los productores Douglas Wick y Lucy Fisher, socios en Red Wagon Entertainment, a embarcarse en la adaptación cinematográfica de la novela. "Teníamos una protagonista triunfadora en un mundo extraño y suntuoso y la historia pedía a gritos que la llevaran a la gran pantalla", comentó Wick.

Wick, el productor ganador de un Oscarâ por Gladiator, adquirió los derechos de la película poco después de la publicación de la novela e hizo llegar una copia a Amy Pascal, presidenta de Columbia Pictures (por entonces al frente de la producción del estudio). Fisher, entonces vicepresidenta de Columbia Tristar Motion Picture Group, afirmó: "Era tan apasionante que no podía dejar de leer el libro. Todos pensamos que era una historia perfecta para llevar a la gran pantalla, por los personajes y la grandeza visual".

En busca de Sayuri
Encarnar a la geisha Sayuri había sido el sueño de muchas actrices, pero este papel exigía una serie de requisitos. La actriz que representara a la radiante Sayuri adulta también debía representarla en su etapa adolescente como Chiyo, la sirvienta. "Este personaje pasa de niña a mujer, de sirvienta a gran estrella, y no queríamos separar esta evolución en dos partes diferentes", recalcó Marshall. "Nuestra actriz tenía que resultar creíble tanto a los quince años como a los treinta. También era esencial que fuera una actriz importante y que hablara inglés. Además, necesitábamos a una bailarina excepcional porque el baile es una habilidad primordial en el mundo de las geishas y un elemento esencial en la historia de Sayuri".

Zhang participó en la película de Ang Lee Tigre y dragón, que recibió una nominación a los Oscarâ y por la que la actriz recibió el premio Independent Spirit Award y el Premio de la Crítica de Cine de Toronto a la Mejor Actriz de Reparto. A esta memorable interpretación, le siguieron otros papeles en películas como La casa de las dagas voladoras o la nominada al Oscar Hero, de Zhang Yimou. Zhang Ziyi recibió una nominación a los BAFTA en la categoría de Mejor Actriz por La casa de las dagas voladoras y ganó el premio de la Hong Kong Film Critics Society a la Mejor Actriz en 2005 por su actuación en la aclamada por la crítica 2046, de Wong Kar-Wei. Zhang cantaba y bailaba en Raccoon Palace, la última película del director japonés, de ochenta y dos años, Seijun Suzuki.

La banda sonora
Accede a la información sobre la banda sonora Memorias de una geisha BSO.