Memoria del director
El 10 de Diciembre de 1948 la Asamblea General de la Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por esta Declaración cada persona se asegura una existencia digna fundamentada en el respeto a una serie de obligaciones que los estados y todos los seres humanos contraen con él.
Estos derechos reivindican la libertad, la igualdad, el derecho a la vida, a la seguridad, a ser oídos por un tribunal independiente, a circular libremente, a elegir su residencia, al asilo político, a una nacionalidad, a casarse y fundar una familia, a la propiedad, a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, a la de opinión, expresión e investigación, a la libertad de reunión y asociación, al voto, la seguridad social, el trabajo, el salario, el descanso, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica, la educación, el orden social y a no padecer esclavitud, servidumbre, torturas ni tratos cueles o degradantes sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, origen, nacimiento, opinión política o posición económica.
Sin embargo, ninguno de los 30 artículos aprobados y ninguna de las constituciones de los países adscritos a esta Declaración contempla ni garantiza otro derecho fundamental de todos los seres: el derecho a ser amado.
Hay quien ha sufrido en sus carnes la represión o la persecución política por el simple hecho de pensar diferente y en el lugar equivocado. Hay quien vive sin hogar o trabajo quizá sólo por nacer en un entorno poco amable. Hay quien soporta maltrato o desprecio por razón de su sexo, raza o credo. Y hasta hay quien carece de las más mínimos necesidades del ser humano, alimento o vestido, descanso o libertad por causa del destino, la fatalidad o las propias limitaciones personales.
Cientos de millones de personas en todo el mundo padecen alguno o varios de estos males y alrededor de ellos miles de organizaciones, asociaciones, gobiernos y personas anónimas luchan por erradicar o, al menos paliar su sufrimiento.
Existen infinitos datos y estadísticas que organizan, definen, explican y muestran a la luz las injusticias y horrores del ser humano. Su especial incidencia en el tercer mundo y los países menos desarrollados, en determinadas razas, géneros o religiones y su sorprendente facilidad para, afectar y sumarse sobre los más débiles, los parias o los desheredados.
Venus no ha nacido en el tercer mundo. No es emigrante, ni su piel es diferente a la de sus vecinos. No habla otro idioma, ni reza a otro Dios. No carece de vivienda, ropa o alimento, ni le falta trabajo, educación o asistencia médica. Venus es libre y goza de descanso y hasta comodidades. Nadie la persigue por sus creencias u opiniones, ni padece servidumbre o malos tratos. Su desgracia es infinitamente peor que el hambre, el frío, la tortura, la discriminación o la prisión.
Memoria de producción
La presente producción pretende llevarse a cabo en un momento especialmente crítico dentro del panorama cinematográfico estatal y bajo unas condiciones auto impuestas que podrían parecer poco propicias y hasta sorprendentes dada la actual crisis.
Es sabido que, aproximadamente, la mitad de las películas rodadas en España cada año no llegan a estrenarse en salas comerciales y, de todas éstas, más del 50% no llega a conseguir una recaudación medianamente "digna".
Sin embargo, siguen produciéndose unos cien largometrajes cada año sin que se termine de comprender tal actitud, supuestamente heroica o al menos aventurera. En la práctica, se descubre que, al margen de un puñado de obras rodadas desde la independencia relativa, el resto son operaciones financieras de grandes grupos audiovisuales o mediáticos, en las que, si se juegan bien las cartas, el riesgo económico no existe y el beneficio se adivina incluso antes del rodaje.
Esto provoca que realmente la película a rodar no importe demasiado y que se realicen productos de correcta factura y escasas cualidades artísticas que satisfacen el ego de sus autores y, esporádicamente, incluso, consiguen conectar con el espectador y justificar el resto de las producciones no tocadas por la "suerte".
Ante este control de la producción, la posibilidad de embarcarse de forma independiente resulta casi suicida, teniendo en cuenta que los medios de comunicación, la distribución y la exhibición también obran en manos de los mismos gestores. El resultado de estos esfuerzos suele ser producciones de muy bajo presupuesto con pretensiones artísticas, pero escaso atractivo comercial, lastradas por su apariencia de "subproductos", en muchos casos.
Nuestra propuesta trata de encontrar un camino alternativo, al margen de las producciones generadas desde las dos premisas antes mencionadas. Se trataría de un proyecto de bajo presupuesto en el que la factura técnica y artística fuese similar a la de una obra de coste medio o medio-alto. La idea es encontrar un equipo humano comprometido con la filosofía de trabajar al margen de la industria establecida, confiando en un argumento y en una producción que tienen como fin crear un producto sincero y de alta calidad sin presiones de tiempo, comerciales o de otro carácter ajeno al artístico.
De este modo, aceptando unos sueldos más ajustados, eligiendo decorados y localizaciones naturales y llevando a cabo un proceso de preparación meticuloso y prolongado que evite imprevistos, se puede conseguir abaratar el coste final de la producción de modo ostensible. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las películas realizadas en el Estado presentan presupuestos artificiales hinchados hasta la obscenidad que han provocado que las cifras manejadas normalmente no se correspondan con la realidad.
Se trata, por lo tanto, de un proyecto en el que prima la cuestión humana sobre la industrial, con un alto nivel de "apuesta" para la productora que realmente asume un riesgo financiero, pero compartido con el propio equipo que se convierte en co-autor de la obra, en responsable del resultado y en beneficiario del posible éxito económico.
Esta estrategia de producción, tal vez idealista, se encuentra íntimamente relacionada con el propio argumento de la película que gira en torno al mundo del cine, la belleza física, los principios y la inocencia, de modo que no parecía coherente predicar sin dar ejemplo.
Reparto
MURIEL - Venus
JULIO "PLANET" PERILLÁN - David
INMA COLOMER - Rita
PAULA PIZZI - Francesca
MARÍA BAZÁN - Abi
SILVIA SEGOVIA - Marta
LIDIA NAVARRO - Isabel
BIBIANA SCHÖNHÖFER - María
VIOLAINE ESTÉREZ - Chloe
JOHN G. RUBIN - Felix
PILAR RODRÍGUEZ ZABALETA - Juana
TOMÁS ÁLVAREZ - Daniel
FERNANDO ALBIZU - Diego
PAUL BLACK - Thorwald
DAVID CHRISTOFFERSEN - Nicholas
ALAN GRIFFIN - Charles
TANIA DE LA CRUZ - Katherine
KANDIDO URANGA - Padre Venus
ALICIA PÉREZ - Venus Niña