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  Recortes de mi vida  (Running with scissors)
  Dirigida por Ryan Murphy
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Al mismo tiempo una vertiginosa comedia y un drama humano, Recortes de mi Vida es el cuento de cómo un joven sobrevive a una infancia de pesadilla —manteniendo el sentido del humor y el del perdón intactos. La película es la interpretación del escritor y director Ryan Murphy de las memorias personales de Augusten Burroughs. En la película, Murphy no sólo cuenta la historia de los años 70, retorcidos y fuera de control, sino que también ha construido una historia sorprendentemente universal sobre el extraño poder de las familias, el asombro de la juventud, la locura de la edad adulta y la revelación de encontrar tu camino a pesar de todo.

La película comienza en 1971, cuando el niño de 6 años obsesionado con la limpieza y agudo observador, Augusten (Joseph Cross), se siente atrapado entre sus padres con problemas: su madre Deirdre (Annette Bening) es una poeta confesional, por no mencionar inestable, que no ha llegado a publicar nada y que está desilusionada por no haber sido famosa. Su padre Norman (Alec Baldwin), es un profesor de matemáticas alcohólico que hace tiempo que dejó de intentar solucionar los enigmas de los problemas de su mujer o del comportamiento precoz de su hijo.

Cuando el matrimonio de los Burroughs se rompe en pedazos, Deirdre acude a terapia con el excéntrico Dr. Finch (Brian Cox), un psiquiatra muy poco convencional que toma a la familia bajo su cobijo. Desde el principio, Augusten sospecha de las peculiaridades del Dr. Finch —en su oficina hay, entre otras rarezas, un Masturbatorio donde el buen doctor se relaja en medio de las tediosas sesiones. Pero cuando el Dr. Finch fracasa en el intento de salvar el matrimonio de los Burroughs, la vida de Augusten da un giro todavía más brusco. Mientras que a Deirdre la mandan a un motel a continuar su terapia con la ayuda del Valium, a Augusten lo envían al hogar de la familia Finch —una especie de mundo en plan Tribu de los Brady a lo loco donde algunas galletas de perro son aperitivos, los sedantes se toman como caramelos y las grandes profecías surgen en el baño.

Mientras Augusten se convierte sin darse cuenta en parte de la familia —que también la forman la atontada Sra. Finch (Jill Clayburgh), la hija beata, Hope (Gwyneth Paltrow), la hija disco-rebelde, Natalie (Evan Rachel Wood) y Neil Bookman (Joseph Fiennes), el hijo adoptado y perturbado de 35 años de los Finch, que vive en una cabaña en la parte de atrás de la casa— descenderá a los infiernos de una especie de niñez surrealista. Aún así, también encontrará optimismo entre el horror, risas en la locura e incluso amor entre las ruinas sin nunca perder el espíritu ni la resistencia. Al final, Augusten sobrevivirá a las circunstancias más extraordinarias.