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  Factótum  Dirigida por Bent Hamer
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Henry Chinaski (Hank) es un "factótum", un hombre que hace cualquier trabajo para otro. Consigue sobrevivir haciendo trabajos mal pagados en fábricas, almacenes y otros sitios donde no se requiere una entrega que interfiera con sus verdaderos intereses; las mujeres, el alcohol, el juego y escribir.

La película empieza cuando llega de nuevo a Los Ángeles (la ciudad donde creció) y alquila una habitación en una pensión barata. Para pagar el alquiler, empieza a trabajar en una empresa de distribución de revistas. Llega el momento de cobrar y uno de sus compañeros le dice que le han subido el sueldo porque ya lleva tres años en el puesto. Hank exige inmediatamente que le suban el sueldo, a pesar de que acaba de llegar, y el jefe le despide.

A continuación, encuentra trabajo en los hornos de una fábrica de bizcochos para perros. Sólo consigue aguantar el turno bebiendo mucho. Le cuenta a su jefe que es escritor y, una noche, éste le pide que le eche una mano con un "escritor" amigo suyo. La noche siguiente, llega a trabajar más borracho que de costumbre, discute con uno de sus compañeros y deja el trabajo.

Hank, que ya tiene un buen trabajo en un almacén de bicicletas, conoce a Jan y comienza una relación basada en el alcohol y en el sexo. Llega tarde a trabajar y su jefe le despide.

No parece importarle. Jan y él se gastan el poco dinero que tienen en alcohol y en el hipódromo. Se quedan sin comida, pero las botellas vacías van ocupando poco a poco el suelo de la cocina.

Hank consigue un trabajo en un almacén de piezas de recambio para coches. Allí conoce a Manny, un emigrante que comparte su pasión por las apuestas. En cuanto acaban de trabajar, salen disparados hacia el hipódromo para apostar en las dos últimas carreras. No tardan en apostar grandes sumas para sus compañeros de trabajo. Hank se compra ropa cara y su relación con Jan (curiosamente parecía haberse consolidado mientras no tenía trabajo) empeora con cada día que pasa. Hank pasa cada vez más tiempo en el hipódromo y acaban echándole del almacén.

Ahora, a Hank y a Jan sólo les queda ir a la oficina de desempleo para cobrar el paro de Hank y gastarlo en el hipódromo. Allí conocen a Tony Endicott, un hombre rico al que también le gusta apostar. Jan empieza a coquetear con él y Hank le tira por encima de la barandilla de la tribuna.

Más borracho que nunca, Hank le dice a Jan que no la quiere y se va.

En otro bar, conoce a una preciosa rubia llamada Laura. Hank está sin blanca, pero ella compra alcohol y puros antes de llevarle a su piso.

Al día siguiente, Laura le lleva a conocer a Oxnard, un viejo millonario que se hace cargo de los gastos de Laura y de otras chicas a cual más guapa. Hank se lleva bien con las chicas (les gusta beber y coquetear tanto como a Laura) y con Oxnard, que le encarga el libreto de una ópera, "El emperador de San Francisco". Todos acompañan a Oxnard, al volante de su Cadillac descapotable del 62, para pasar el día en su yate. Pero la excursión, como era de esperar, es un desastre.

Unos días después, Hank y Laura están en un bar cuando llega una de las chicas con malas noticias. Oxnard ha muerto mientras dormía. Se acabaron las excursiones en el yate, las fiestas y el dinero para ir de copas.

Hank deja a Laura y encuentra trabajo en otro almacén. Pero no le gusta su jefe, "un hombre alto sin culo", y lo deja. Le contratan para empaquetar pastillas de frenos, pero acaban despidiéndole porque le pillan fumando mientras trabaja. A continuación, la empresa de taxis en la que está haciendo un cursillo descubre que hace tiempo le detuvieron por conducir borracho.

Decide buscar a Jan y la encuentra trabajando de camarera en un hotel. La relación no ha cambiado: hacen el amor y discuten. Además, Jan es incapaz de estar con un solo hombre.

Hank tiene una cita en un periódico para un trabajo de columnista, según cree. Ese mismo día, descubre que Jan le ha contagiado ladillas. Después de un tratamiento tan rápido como doloroso, llega al periódico y descubre que el puesto es para el mantenimiento del edificio. Su primer trabajo es limpiar la barandilla que rodea la manzana que ocupa el periódico. Se aburre, entra en un bar y le despiden. Al día siguiente, Jan y él deben ir andando hasta el periódico para recoger el talón que le corresponde a Hank por una noche de trabajo.

De vuelta en el piso, siguen con las discusiones y las borracheras. Hank acaba diciendo: "Mierda, está claro. No te necesito ni tú me necesitas". Una semana después, Jan se va a vivir con Tony Endicott, el rico jugador al que conocieron en el hipódromo.

Sin dinero, Hank va a casa de sus padres. Se emborracha durante la cena, se pelea con su padre y le echan.

Sin casa, sin un centavo, va a una oficina que se dedica a buscar trabajos para los sintecho. Comparte una botella de vino barato con un borracho y les echan de la oficina. Sentados en la acera, Hank y su nuevo amigo se acaban la botella. Amanece.

Con lo poco que le queda, Hank entra en un club de tercera y se queda mirando a una chica desnudarse en el escenario. Mientras tanto, vemos a uno de los caseros de Hank abrir una carta. La lee: una revista ha decidido publicar un relato de Hank.