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  Tristram Shandy: A cock and bull story  Dirigida por Michael Winterbottom
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Adaptación de la novela clásica del siglo XVIII The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman, de Laurence Sterne. Una conocida aunque no muy leída obra maestra, es un ejercicio irreverente que juega con las convenciones y las técnicas de la novela. El narrador en primera persona es dado a las excursiones narrativas, a dirigirse directamente al lector y a otras excentricidades que hacen de esta narración todo menos monótona. Michael Winterbottom (24 Hour Party People, In This World), multiplica la habilidad de Sterne para contar dos historias a la vez: una sobre un caballero inglés del siglo XVIII, Tristram Shandy (Steve Coogan), y la de los desventurados cineastas que intentan en el siglo XXI adaptar la inadaptable novela en la que se basa esta película. Reconociendo una sutil fascinación por la industria del cine, la película se pasea por un set de rodaje moderno, repleto de actores inseguros, reporteros ansiosos de escándalos e inversores escépticos. Mientras sigue las aventuras de dos familias, una de sangre y otra profesional, la película nos hace partícipes de las calamidades, las crisis y los coqueteos que han trascendido durante siglos.

The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman fue escrito por Laurence Sterne, un pastor del siglo XVIII que vivía en Yorkshire. Publicada en nueve volúmenes entre 1759 y 1767, la novela fue un éxito inmediato. Amado por su humor subido de tono y su sátira además de por las excentricidades narrativas, el libro hizo que Sterne se convirtiera en una celebridad admirada en Londres y París.

Narrado por el personaje que da título al libro, la novela es una autobiografía. Sin embargo, la cronología es puesta en suspenso rápidamente para dar paso a un discurso sobre su nacimiento. Las reflexiones se siguen unas a otras, y se superponen, incluyendo historias dentro de historias alrededor de los peculiares personajes que viven en y alrededor de la hacienda de la familia, Shandy Hall en Yorkshire. Está el educado Walter Shandy, cuyos elevados planes para su hijo se ven continuamente desbaratados; el adorable y cándido hermano de Steve, el Tío Toby, todavía obsesionado con la guerra en la que recibió misteriosas heridas, de las que nunca se habla, en sus partes íntimas; y el doctor Slop, cuyo trato al paciente no es todo lo atento que debería ser. Al final, la biografía de Tristram es incapaz de pasar del nacimiento, mientras descubre que la vida simplemente es demasiado complicada como para ser contada de manera lineal.

Revoltoso e irreverente, Tristram Shandy, el libro, es pionero en estructura y forma, y anticipa la experimentación en las novelas modernas, desde el "Ulises" de Joyce hasta autores más recientes como Dave Eggers. Tristram se dirige a menudo al lector, discutiendo las prerrogativas que le corresponden como autor de la historia y defendiendo sus excursiones narrativas. También hay efectos visuales, como una página negra a la muerte de un personaje, una cruz cuando el doctor Slop se santigua, y las páginas en blanco que representan pasajes que se han arrancado. Y Tristram, quien escribe sobre eventos de los que no puede haber sido testigo, dado que aún no había nacido, es de algún modo un narrador en el que no podemos confiar.

Tristram Shandy es un título básico en el temario universitario, y fue en la universidad donde tanto Michael Winterbottom como su colaborador habitual, el escritor Frank Cottrell Boyce, se encontraron con el libro por primera vez. En un punto, consideraron adaptar el libro para televisión, como culebrón o como comedia de situación. Hace tres años, sin embargo, Winterbottom decidió intentar una adaptación para la gran pantalla. Era un proyecto complicado. Por la cantidad de divagaciones y un personaje principal que no es muy sensible que digamos, la novela siempre se ha considerado como imposible de llevar al cine. ¿Por que intentarlo entonces? "Porque es divertido", contestó Winterbottom.

No obstante, cuando Cottrel Boyce se lanzó a escribir la adaptación, su guión solo alcanzó las treinta páginas. "Ese era todo el argumento que había en 500 páginas", se maravilla el productor Eaton.

La falta de material abrió el camino para dar otro enfoque a la adaptación, y Winterbottom decidió darle un enfoque moderno: "La mayoría del libro es sobre el proceso de escribir un libro, y la única manera de reflejar eso de una manera actual era hacer una película sobre hacer una película".

Al mismo tiempo, el director se dio cuenta de que el núcleo emocional de la película y el libro recaía en el mismo punto: los personajes. "Tristram Shandy es un libro sobre contar una historia, y Sterne se divierte mucho con eso. Pero bajo todo eso, las digresiones y las complejidades superficiales, es simplemente una loca aunque reconfortante historia sobre un puñado de gente viviendo en una casa y comportándose de forma extraña e idiota a su manera. Algo que pensé que se podía aplicar perfectamente a un set de rodaje".

La parte de época de la película se centra en el argumento básico del libro: la historia familiar de Walter Shandy, el nacimiento, el error al ponerle el nombre y la circuncisión accidental de su hijo Tristram. Walter, un hombre que cree en los detalles, le ha dado vueltas a cada una de las facetas de la existencia de su hijo, incluyendo el tipo de nariz que debería tener y las circunstancias de su nacimiento que deberían incluir los métodos médicos más modernos. Pero mientras Walter delibera y planea, la vida toma su propio y sinuoso camino.

"Es sorprendentemente moderna y universal", comenta Winterbottom. "Walter fue el primer "nuevo" hombre: obsesionado con su chico, intentando involucrarse, ser un buen padre y crear un entorno perfecto para su hijo. Y entonces todo se tuerce. Es algo que todos podemos reconocer".

La segunda mitad de la película es una descripción vista de pájaro de un equipo rodando una película. Siendo el espejo de sus antepasados del siglo XVIII, estos hombres y mujeres del XXI se ven envueltos en un nacimiento, esta vez el de una película, y sus propias peculiaridades y preocupaciones afectan al rodaje. Los dos actores principales están enzarzados en una rivalidad no expresada en palabras que impulsa su sutil enfrentamiento, para diversión del resto del equipo. La guapa ayudante de producción es una fervorosa seguidora de Fassbinder y Bresson, pero sus intensos análisis cinematográficos, aunque desconcertantes, no disminuyen sus encantos femeninos. El experto en historia militar y asesor en las escenas de batallas, es muy riguroso con su trabajo y tiene una gran opinión de sí mismo, también ha investigado los nombres de los hombres que hubieran participado en la batalla de Namur con el Tío Toby. Aunque los directores hacen todo lo posible por aguantar las excentricidades, hay inevitablemente circunstancias fuera de su control.

Eaton, quien ha estado trabajando con Winterbottom desde 1994, reconoce que tenían mucho material para trabajar en la segunda parte de la película: "Todo lo que hay en la segunda parte es una versión de algo que nos ha pasado a nosotros en al menos una película nuestra. Algunas frases son calcadas, como cuando uno de los financieros de la película le dice al productor: "No intentes retenernos y cobrar rescate", eso nos lo han dicho a nosotros".

Tristram Shandy une a algunos de los cómicos más conocidos de Gran Bretaña con algunos de los mejores actores clásicos. Liderando el reparto en las dos partes de la película encontramos a Steve Coogan, quien interpreta a Tristram, a su padre y a una versión ficticia de sí mismo. Coogan saltó a la fama en Inglaterra a principios de los 90 con su personaje Alan Partridge, un presentador de televisión que mezclaba invitados populares en los programas de televisión "Knowing me, Knowing you with Alan Portridge" y "I'm Alan Portridge".