Los calientabanquillos, protagonizada por Rob Schneider, David Spade y Jon Heder. La película también cuenta con los actores Jon Lovitz, Craig Kilborn, Molly Sims y Tim Meadows; la dirección corre a cargo de Dennis Dugan y el guión es de Allen Covert & Nick Swardson; los productores son Adam Sandler y Jack Giarraputo; los productores ejecutivos son Barry Bernardi y Allegra Clegg; el director de fotografía es Thomas Ackerman, ASC; el diseño de producción corre a cargo de Perry Andelin Blake; los montadores son Peck Prior y Sandy Solowitz; Mary Jane Fort es la diseñadora de vestuario; los coproductores son Nick Swardson y Derek Dauchy; la música es de Waddy Wachtel; y la supervisión musical de Michael Dilbeck y Bryan Bonwell.
"Adam Sandler tuvo la idea", explica Rob Schneider, "de hacer una película sobre tres hombres maduros que de niños no eran nada buenos para los deportes y que tienen la oportunidad de jugar contra otros jóvenes jugadores de béisbol y pegarles una paliza".
El director Dennis Dugan afirma: "Decidí involucrarme en Los calientabanquillos cuando Happy Madison, la productora de Adam Sandler, me envió el guión. Había hecho dos comedias para ellos y sabían que soy un gran aficionado al béisbol, de forma que les pareció que sería el acuerdo perfecto".
Dugan admite que se identificó con la idea del calientabanquillos porque de niño fue uno de ellos. "Un calientabanquillos es el chico atlético que no es un atleta, alguien que quiere jugar y participar pero que siempre es el último en ser elegido si es que lo eligen- y que siempre se sienta en la parte de atrás del banquillo".
Encantado de trabajar con Happy Madison de nuevo, en particular en una película sobre béisbol, hasta que no se vio involucrado en la producción, Dugan no se dio cuenta de "lo difícil que es rodar una película sobre béisbol, por lo vasto que es el campo de juego. No es un deporte lineal como el baloncesto, el hockey o el fútbol, que básicamente se desarrollan en una línea. El béisbol es diferente. Comienza en un sitio, después la pelota se traslada a otro lugar y alguien corre en su búsqueda para atraparla, y si lo logra, alguien lo celebra en otra parte. De forma que se compone de miles y miles y miles de tomas. Así, hay una frase en el guión que básicamente dice: Nelson lanza un doble en la línea derecha del campo. De repente, me di cuenta de que tardaríamos cuatro horas sólo para rodar esa frase. De forma que tenía que contabilizar cada toma. Tenía que ser en parte director y en parte contable diplomado (CPA)".
Puesto que anteriormente había sido actor, Dugan tenía una facilidad especial para comunicarse con los actores. "Como he sido actor, ahora que trabajo detrás de la cámara puedo identificarme con el deseo que hay en todos y cada uno de los miembros del reparto de entender a su personaje y realizar la lectura más adecuada del texto. El hecho de que yo entienda su lenguaje ayuda en el proceso y requiere mucha colaboración. En esta película todo el mundo podía opinar y aportar ideas. Mi trabajo consistía en ser el pastor y marcarles el camino".
"Dennis Dugan estuvo fabuloso. Era el que tenía más energía en el plató, que es como debería ser siempre", afirma Schneider. "Constantemente aportaba ideas frescas y si te atascabas, siempre estaba allí para ayudarte. Además, su hijo es un jugador de béisbol fantástico, por lo que siente verdadero aprecio y adoración por este deporte. Le encanta la comedia y le encanta el béisbol".
"Dugan es un hombre absolutamente encantador. Es muy vital y lleva mucho tiempo haciendo comedia con varios éxitos cinematográficos en su haber", afirma David Spade. "Fue maravilloso tener en el plató a alguien siempre optimista, de buen humor y dispuesto a cambiar las cosas si era necesario".
Jon Heder coincide con él: "trabajar con Dugan fue muy divertido, era como un niño grande. De repente se ponía a hacer bromas y nos hacía reír imitando voces. Estaba lleno de energía y vitalidad y sabía muy bien cómo es el béisbol infantil".
Para el coguionista Nick Swardson, Dugan fue una presencia muy agradecida y alentadora. "Me dio mucha libertad en el plató, lo cual es extraordinario para un guionista", explica. "Su respeto y adoración por la comedia es absoluto, por lo que agradecía cualquier chiste nuevo o cambios de texto. Se logró un proceso creativo verdaderamente productivo".
Dugan también tuvo el apoyo de Sandler, uno de los productores de la película que, durante la producción, supuso una inyección de ánimo, inspiración y un punto de referencia humorístico.
"La presencia de Adam era constante estuviera o no en el plató", según Schneider, "porque siempre había tenido esta historia en mente y yo estaba interpretando el papel que él habría interpretado. Y suponía una gran responsabilidad porque Adam es como un hermano para mí y quería asegurarme de que lográbamos que la película cumpliera sus grandes expectativas. En efecto, la película tiene la anarquía de todas sus películas, quizá incluso un poco más. Para mí significó la obra culmen del maestro ya que es la comedia por excelencia de Adam Sandler".
Al igual que Dugan, el diseñador de producción Perry Andelin Blake también se involucró en Los calientabanquillos porque es un absoluto aficionado al béisbol. "Algunas de mis películas favoritas de todos los tiempos son películas de béisbol como El mejor (The Natural) y Campo de sueños. Así que cuando se me presentó la oportunidad de hacer una película sobre béisbol infantil me emocioné de verdad".
"Adam visitaba el plató todo el tiempo", afirma Blake. "Entendía muy bien a los chavales que jugaban porque, en muchos sentidos, es como un niño grande. Creo que todavía recuerda lo que era ser un niño y lo que era jugar al béisbol. Es un buen atleta por naturaleza, pero probablemente aún recuerda lo que se siente cuando fallas, o cuando te abuchean, o cuando perteneces a un equipo malo. Percibía perfectamente el espíritu de la película y lo divertido y lo cómico del tema. Su presencia infundía ánimo a todo el mundo para que la película fuera divertida y estuviera llena de vida".