Fundamentación del director
"Madrigal" está dedicada a René Clair.
En 1955, este realizador francés filmó "Grandes Maniobras" (Les grandes manoeuvres"), en la que Gerard Philippe, un joven militar, apostaba en una rifa su capacidad para conquistar a Michele Morgan, la mujer más bella y misteriosa del pueblo.
Lo que al inicio comienza como un juego galante se convierte en una pasión avasalladora para ambos, que termina dramáticamente cuando la mujer descubre la mentira inicial. Realmente enamorado, Gerard Philippe quiere obtener el perdón pidiéndole a su despechada amante que abra su ventana cuando él cruce delante de su casa durante un gran desfile militar. Pero la ventana permanece cerrada.
Ese es el final del filme tal como lo conocemos.
Pero Clair imaginó otro final que nunca pudo filmar, porque los productores lo rechazaron por considerarlo demasiado trágico: Michele Morgan (humillada, destruida) abre la llave del gas de su habitación y la criada, al descubrir el suicidio, abre la ventana, mientras Gerard Philippe cruza frente a ella creyendo que la ventana abierta dice perdón.
"Madrigal" rescata y ubica este final como cierre de una historia de amor en La Habana de hoy. Por qué?
1.porque quiero rendirle un homenaje a este gran director de cine francés
2.porque el tema de lo aparente y lo real está en el centro de interés de todas las relaciones humanas
3.porque quiero que lo real y lo aparente formen parte del lenguaje mismo de la película, colocando al espectador ante imágenes y situaciones, cuyo sentido no será el que aparentan en un inicio.
Y esto ¿cómo lograrlo?
No siento que tenga la solución a mano como una ecuación matemática o una fórmula.
Por eso "Madrigal" es una búsqueda.
Una búsqueda que comenzará por la construcción de una historia de amor que evoluciona a través del comportamiento sorpresivo, contradictorio y ambivalente de los personajes.
Y esa búsqueda extenderá su resonancia a través de una atmósfera fotográfica y sonora deliberadamente artificiosa, para nada naturalista, que intentará crear OTRA realidad (cinematográfica) tan verosímil como LA realidad.
Sé que todo esto puede parecer pretencioso y pedante. Pero confío en que sea sólo una apariencia y no lo real. Mi real aspiración es lograr una película compleja -como la realidad-y al mismo tiempo sencilla -¿como la realidad?.
Una película (como todo el cine que siempre he tratado de hacer) que emocione y deje en el espectador una reflexión abierta sobre lo que ha visto.
Siento, como siempre, la duda y la emoción del que está frente al abismo y debe saltar. Solamente al final, cuando "Madrigal" sea una realidad y no un sueño parecido a una película dentro de mi cabeza, sabré si el salto ha valido la pena.
Por ahora, sólo tengo una certeza: saltar.