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  Locos por el surf  (Surf's up)
  Dirigida por Ash Brannon, Chris Buck
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El adolescente pingüino Rockhopper, Cody Maverick, es un surfero en ciernes, que busca su primera competición profesional. Seguido por un equipo de cámara para documentar sus experiencias, Cody deja su familia y su hogar en Shiverpool, la Antártida, para viajar a la isla de Pen Gu para el Campeonato de Surf en Memoria de Big Z. En el camino, Cody conoce al surfero de Sheboygan, Chicken Joe, al famoso promotor de surf Reggie Belafonte, el cazatalentos de surf Mikey Abromowitz, y la enérgica vigilante Lani Aliikai, que reconocen la pasión de Cody por el surf, aunque en ocasiones esté un poco mal encauzado. Cody cree que esa voluntad para ganar le dará la admiración y el respeto que desea, pero cuando inesperadamente se enfrenta con un viejo surfero acabado, Cody empieza a encontrar su propio camino, y descubre que un auténtico ganador no siempre es el que llega primero.

La historia
Cody Maverick, el mejor (y el único) surfero en ciernes de Shiverpool, la Antártida, siempre ha soñado con algo más grande que un trabajo en la fábrica de pescado, incluso aunque su familia —mamá Edna y su hermano mayor Glen— no lo apoyen y no entiendan por qué tiene que ser diferente a todos los demás. Pero Cody siempre ha querido ser ganador de algo y está decidido a aprender de memoria la lección que el difunto gran surfero, Big Z, impartió antes de coger su última ola: encuentra el camino, porque eso es lo que hacen los ganadores. Y Cody encuentra su camino: montándose sobre el lomo de la ballena del extracafeinado ojeador de surf Mikey Abromowitz, Cody se dirige a la isla de Pen Gu donde tendrá lugar el 10º Campeonato Anual de Surf en Memoria de Big Z. En el camino conoce a Chicken Joe, un surfero pasado de vueltas y chiflado de Sheboygan, Wisconsin, que aprendió el deporte cabalgando las aguas heladas y las pequeñas olas de los Grandes Lagos.

Nada más llegar a Pen Gu, Cody siente un flechazo con Lani Aliikai, la seductora vigilante de la playa surfera de Pen Gu. Tras una torpe presentación y una petición para salir con ella todavía más torpe, Cody sale corriendo por la playa para huir del ridículo que está haciendo y se tropieza con Tank "El Triturador" Evans, rey de los nueve Campeonatos de Surf en Memoria de Big Z, que en esos momentos está utilizando un monumento en memoria a Big Z para ridiculizar al famoso surfero. Cody está a punto de empezar una pelea con el enorme matón cuando Reggie se mete entre ellos y convierte la pelea en un mini campeonato de surf... que Cody pierde rápidamente con una paliza vergonzosa.

Lani lleva al avergonzado (e inconsciente) surfero a casa de su amigo Geek, que revive a Cody rápidamente. Poco después, Cody descubre la verdad: este tipo raro es su ídolo, Big Z.

La cuestión se plantea rápido: ¿Por qué está vivo? ¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Qué pasó realmente en esa última ola? Pero nada de eso importa realmente ahora; la mayor pregunta es: ¿Puede Z ayudarlo a ganar el campeonato? Z, frustrado por el flojo surf de Cody, le suelta: “Si quieres aprender surf de forma apropiada, tienes que hacerte tu propia tabla”.

La impaciencia de Cody puede con él una vez más —y a pesar de la guía de Big Z, Cody hace una tabla terrible. Cody, incapaz de admitir sus errores, no hace caso de las lecciones de Z. Necesita descansar de su mentor y para ellos se adentra en la jungla, donde se da de bruces con Lani, la bella vigilante que lo rescató. Ella lo invita a uno de sus lugares favoritos: los tubos de lava que discurren bajo la isla. Después de una tarde emocionante y divertida explorando los tubos, Cody, ya más tranquilo, regresa a la playa de Z y repite los pasos que éste le enseñó antes. Esta vez, listo para hacer caso a las lecciones de Z, Cody crea una tabla perfecta. Z está encantado con lo que Cody ha hecho, pero éste, todavía preocupado por la necesidad de ganar, sólo pregunta cuántos puntos se consiguen por estar en "el tubo", dentro del rizo de la ola.

Z continúa con sus enseñanzas —primero haciendo a Cody practicar su surf en la tierra, y luego (¡por fin!) en el agua. Por primera vez en diez años, Z coge una tabla y se mete en el océano. Z es más feliz de lo que lo ha sido en años —hasta que Cody le pide que vaya a verlo durante el campeonato del día siguiente. Z se siente decepcionado —si Cody sigue queriendo competir, ¿ha oído algo de lo hablado? Pero Cody está convencido de que esto sólo es una excusa por lo que hubiera pasado hace diez años. Y es verdad: Z dice que como no pudo ganar a Tanque, y después afrontar volver a la playa como perdedor, eligió desaparecer. El joven pingüino, furioso con Z, se va, sin importarle lo que su mentor piensa sobre el campeonato.

Cody regresa a la playa de surf para competir —y alucina a la multitud cuando demuestra que ya no es el "chico vapuleado" (en palabras del promotor Reggie) que era hace tres días. Con la confianza adquirida en sus lecciones con Z, simplemente toma las ola tal y como vienen. A medida que se acerca la final, deberá estar a la altura del desafío y demostrarle a Big Z, Lani, y a sí mismo lo que realmente es ser un auténtico ganador.