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  En el nombre del rey  (In the Name of the King: A Dungeon Siege Tale)
  Dirigida por Uwe Boll
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El director Uwe Boll ha conjurado un mundo medieval mágico y traicionero, repleto de aventuras, batallas y brujos en guerra. En el Nombre del Rey presenta a un elenco de intérpretes formado por Jason Statham (Transporter 1, 2 y 3), Ray Liotta (Goodfellas, Uno de los nuestros), John Rhys-Davies (la trilogía de The lord of the rings, El señor de los anillos), Matthew Lillard (Scream), Ron Perlman (Hellboy), Claire Forlani ("CSI: Nueva York"), Leelee Sobieski (The wicker man), Will Sanderson (BloodRayne), Brian J. White (Stomp the yard, Ritmo salvaje), Kristanna Loken (Terminator 3: Rise of the machines, La rebelión de las máquinas), y Burt Reynolds (Dukes of Hazzard, Dos chalados y muchas curvas).

Boll KG Productions presenta, en colaboración con Herold Productions y Brightlight Pictures, En el Nombre del Rey. El filme cuenta con la producción ejecutiva de Uwe Boll, Chet Holmes y Wolfgang Herold. Productores: Shawn Williamson y Dan Clarke. Guión de Doug Taylor a partir de un relato de Jason Rappaport, Dan Stroncak y Doug Taylor. La película está inspirada en el videojuego "Dungeon siege", desarrollado por Chris Taylor. La coreografía de acción es obra de Tony Ching. Mathias Neumann es el director de fotografía. Música original: Jessica de Rooij y Henning Lohner. Editores: Paul Klassen y David M. Richardson. Diseño de producción: James Steuart. Diseño de vestuario: Toni Burroughs-Rutter y Carla Hetland. En el Nombre del Rey se ha rodado en exteriores en British Columbia (Canadá).

Conocido sobre todo por transformar videojuegos en originales aventuras cinematográficas, Uwe Boll ha dirigido, escrito o producido casi dos docenas de películas a lo largo de una trayectoria de dos décadas. El ultimo proyecto de dirección de Boll, la épica medieval En el Nombre del Rey, es el primer filme de gran presupuesto y con un reparto de estrellas del director.

Cuando el fabricante de videojuegos Gas Powered Games se dirigió a Boll para que tradujera Dungeon siege, del legendario creador Chris Taylor, a la gran pantalla, supo que era una oportunidad única. "Era un juego que se prestaba a convertirse en una fantasía de aventuras para mayores de 13 años", recuerda el director, entre cuyos trabajos anteriores se incluyen los títulos con calificación para mayores de 17 años BloodRayne y House of the dead. "Tuvimos claro que existía la posibilidad de alcanzar a un público mucho más amplio con este título".

Ayudó contar con un presupuesto de sesenta millones de dólares para En el Nombre del Rey, el mayor de la historia para una producción alemana y, con mucho, el más alto que Boll había visto jamás. "Era tres veces con lo que tuve que trabajar en BloodRayne o Alone in the dark", reconoce el director.

Después de años trabajando con duras restricciones económicas, a Boll le apasionaba tener la oportunidad de crear una película de acción a lo Hollywood. "Darme sesenta millones de dólares es el equivalente a dar 150 millones a alguien como Michael Bay", explica. "Ha sido la mejor experiencia de mi vida, poder contar por fin con dinero suficiente para una gran película".

Al igual que en la mayoría de sus largometrajes previos, Boll reunió por su cuenta la financiación, en su mayoría procedente de inversores alemanes. Recaudó otros diez millones de dólares en Canadá, el lugar de rodaje de la película, y también recibió una inversión de la productora CGI.

Con los recursos para un largometraje de masas y producción de gran estudio, el director se vio cortejado, por primera vez, por las principales agencias de Hollywood, como CAA o ICM. "Les encantó el guión y se lo recomendaron a sus mejores actores", asegura. "Conocí a Kevin Costner y a Pierce Brosnan. Había mucha gente interesada en trabajar en la película".

Puesto que Boll se imaginaba a Farmer como el padre de un chico pequeño, ofreció el papel protagonista a una de las estrellas de acción más jóvenes de Hollywood, Jason Statham. Además de dar, nuevamente, muestras del carisma y el físico con el que ha contribuido en títulos como Transporter, Crank (Veneno en la sangre) o The italian job, Statham, ex miembro del equipo olímpico de trampolín de Gran Bretaña, rodó él mismo casi todas las tomas peligrosas. Hablando claro, "Jason es capaz de mover el culo", explica Boll. "Lo aguantaba casi todo".

Pese a la condición de Statham como uno de los héroes de acción más solicitados de hoy en día, Boll asegura que es un "tío muy fácil" para trabajar en el plató. "Eso fue fundamental, porque rodamos durante más de tres meses y medio en condiciones sumamente complicadas. Contagió su actitud a los demás actores. No pidió muchos incentivos, no hubo extras de superestrella. Todos tenían la misma caravana y comían cosas normales. Jason es un tipo completamente normal y eso ayudó a que todo el rodaje fuera como un sueño".

Con Statham fichado, Boll fue capaz de reunir a un reparto secundario repleto de estrellas. Ray Liotta (Goodfellas, Wild hogs -Cerdos salvajes-), que había entablado amistad con Statham cuando trabajaron juntos en Revolver, de Guy Ritchie, aporta su credibilidad de gangster callejero al conspirador hechicero Gallian. Boll describe a Liotta como la otra cara de la moneda interpretativa de Statham. "Ray es un actor verdaderamente metódico", explica. "Permaneció dentro del personaje durante todo el rodaje. Solía sentarse en la oscuridad entre las tomas para evitar el contacto con los demás. Matthew Lillard y Ron Perlman son capaces de bromear e inmediatamente después rodar una escena. Con Ray, no es posible. Incluso como director, hay que tratarlo como al rey malvado de la película".

Además de Lillard (Scream), que encarna al Duque confabulado, y Perlman (Hellboy), que interpreta al devoto mentor de Farmer (Norick), Boll reunió a un reparto de primera clase. Claire Forlani ("CSI: NY") –a quien el director describe como "una de las mujeres más hermosas del planeta"– es la mujer de Farmer, John Rhys-Davies (The lord of the rings) es Merick, el abnegado mago real, y Leelee Sobieski (The wicker man) interpreta a su igualmente superdotada hija Muriella. Redondean el reparto Burt Reynolds (Dukes of Hazzard) como el rey Konreid, Will Sanderson (BloodRayne) como el cuñado de Farmer (Bastian), Brian J. White (Stomp the yard) como el capitán de la guardia real y Kristanna Loken (Terminator 3: rise of the machines) como Elora, una sensual amazona habitante de los árboles.

Al haber trabajado previamente con Loken, Boll estaba seguro de que sería capaz de afrontar los retos físicos de su papel. "La elegí para el papel de líder de las tres mujeres porque sabía que ese papel sería difícil para una actriz", reconoce. "Tenía que actuar la mayor parte del tiempo con un arnés que daba la impresión de estar colgando de una vid. Necesitaba a una mujer realmente dura, acrobática y atlética, y sabía por el trabajo de Kristanna en BloodRayne, que rodó en condiciones extraordinariamente duras en Rumanía, que sería perfecta y podría soportar el dolor".

El galardonado coreógrafo de escenas de lucha Tony Ching, veterano en decenas de películas chinas de acción, como House of flying faggers (La casa de las dagas voladoras), fue quien tuvo la idea de las tres ninfas aéreas que recuerdan a los ágiles acróbatas del Circo del Sol.

"Llamé a Tony porque no quería tener la misma clase de escenas de acción que se ven en todas las películas de época, como Kingdom of heaven and Troy" reconoce Boll. "Siempre es lo mismo. Buscaba algo diferente y nuevo para una gran película de aventuras".

Además, Ching trajo consigo a diez especialistas entrenados en China para interpretar a la guardia personal del rey, unos ninjas vestidos de negro que realizaron las secuencias de acción más impresionantes y complicadas del filme.

Otro incentivo para Boll fue la capacidad de Ching para trabajar con una rapidez extrema, gracias a sus años de experiencia como coreógrafo de escenas peligrosas en producciones baratas de Hong Kong. "Trabajar rápido es perfecto para mí", asegura el director. "Creo que, si se hubiera tratado de una película de un gran estudio, habría llevado por lo menos treinta días más. Soy un trabajador muy eficiente en términos financieros. Lo más importante es la disciplina y la planificación".

Boll decidió rodar En el Nombre del Rey en British Columbia para aprovechar las fotogénicas Montañas Rosas canadienses y la rústica Isla de Vancouver como punto de mira para las majestuosas vistas de Ehb.

"No tuvimos que crear ninguno de los paisajes en el ordenador", afirma. "Trabajamos en lugares donde sólo se podía acceder en helicóptero. Estábamos rodeados de grandes montañas y cascadas. Los castillos medievales son imágenes generadas por ordenador, pero las montañas y los lagos de alrededor son completamente reales".

El considerable presupuesto de la película permitió a Boll el lujo de crear la aldea de Stonebridge en Sooke, una recóndita reserva natural en el extremo más meridional de la Isla de Vancouver. "Es uno de los lugares más hermosos que conozco y totalmente aislado", explica Boll. "No hay acceso público. Para trabajar allí hay que llegar a un acuerdo con la tribu indígena. La zona es impresionante; todas las mañanas veíamos orcas asomándose junto a la costa".

Trabajar en las escabrosas Montañas Rocosas presentó algunos retos inusuales para el reparto. "Rodamos una escena en la que Farmer, Muriella y Elora caminan en lo alto de una cadena montañosa y la única manera de llegar a la cima era con helicóptero. Cuando estábamos arriba, se levantó niebla y el helicóptero no podía despegar. Acabamos esperando durante tres horas a que escampara. Al final, tuvimos que descender a pie".

No todos tuvieron la misma suerte. La compañía cinematográfica había asentado un campamento en la cima de la montaña para los caballos y los vaqueros que cuidaban de ellos. "Se quedaron atrapados allí arriba mucho tiempo. Con la niebla, era muy peligroso bajar a los caballos. Fue toda una aventura".

Trabajar en una película de estas dimensiones fue muy estimulante para el director. Últimamente, es habitual recurrir a los efectos digitales para crear multitudes en el cine, pero Boll se mantuvo inflexible en cuanto a utilizar personas reales siempre que fuera posible. "Viajábamos con casi 200 caballos, cien camiones y 800 extras. En la gran escena de la batalla en el bosque sólo hay personas reales. La única duplicación digital que hicimos fue delante del castillo, cuando el rey se dirige a sus tropas. Todos sabemos que es posible duplicar a la gente en el ordenador, pero se vuelve aburrido. Y ¿mejora la película? Yo creo que no".

La logística de la película se volvió abrumadora en ocasiones. "Todos llevaban unos trajes muy elaborados y rodábamos en verano. Fue una locura. Los Krug son personas con disfraces de cuerpo entero. Algunos días, el termómetro subió a los 30º y 35º y, aun así, tenían que luchar, saltar y correr por el bosque con sus trajes. Hacíamos todo lo posible para darles agua. A veces, los veíamos tumbados en el suelo y pensábamos que estaban descansando, pero en realidad se habían desmayado".

Una vez, incluso el veterano Reynolds sucumbió a las malas condiciones. "Llevaba una armadura de metal y cuero, y se cayó de una plataforma. Afortunadamente, los extras le pudieron atrapar. Fue brutal".

¿Mereció la pena? Boll está convencido de ello. "Cuando se ve en la gran pantalla, no parece otra película fantástica más. En el Nombre del Rey tiene romance y drama. No es sólo para aficionados a los videojuegos".

Aunque la película toma como punto de partida "Dungeon siege", dista mucho de ser una adaptación literal del videojuego. "Sabíamos desde el principio que 'Dungeon siege’ (Asalto a la mazmorra) sería el segundo título de la película pero buscábamos algo más grande. El videojuego comienza cuando los Krug saquean una granja y matan a todos sus habitantes. A partir de ahí, los guionistas desarrollaron una trama totalmente original. Tuvimos que crear a los personajes desde cero. Farmer está en el juego, pero el resto de los personajes son prácticamente nuevos".

Boll subió las apuestas de su héroe ideando que los Krug secuestraran a la mujer de Farmer y se la llevaran de rehén. "En el juego, todos se mueren, incluso su mujer, y él emprende un viaje por venganza. Yo no quería que se limitara a una masacre continua, quería una historia real. Colocamos a Farmer en la tesitura de que, básicamente, tenía que salvar a todo el reino para recuperar a su mujer".

El planteamiento de la adaptación, basado en esa trama, es la diferencia principal entre En el Nombre del Rey y los trabajos previos de Boll, en palabras del propio director, que la considera, con mucho, su filme más comercial hasta la fecha. "Desarrollamos el guión a lo largo de un año y medio con varios redactores. Era fundamental que nuestro héroe tuviera un motivo real para lo que estaba haciendo. Eso explica, en parte, que el filme no sea extremadamente violento. Está recomendado para mayores de trece años, de manera que toda la familia puede verlo. Y no sólo atraerá a los chicos porque es una aventura fantástica con final feliz, lo que llamará a un público mucho más amplio. Es una película que se puede ver en una cita".