Dirigida por Shekhar Kapur a partir de un guión original de William Nicholson (Gladiador) y Michael Hirst (Elizabeth), Elizabeth: La Edad De Oro está producida por Tim Bevan y Eric Fellner de Working Title, y Jonathan Cavendish. La producción ejecutiva corre a cargo de Debra Hayward, Liza Chasin y Michael Hirst.
Para recrear la brillante corte de Elizabeth I de Inglaterra, así como la dura realidad de la vida cotidiana en el siglo XVI en Inglaterra, los productores han reunido a un equipo técnico compuesto por grandes figuras - algunas ya habían trabajado en la primera Elizabeth - como el director de fotografía REMI ADEFARASIN; la montadora JILL BILCOCK; la diseñadora de vestuario ALEXANDRA BYRNE, y la maquilladora y estilista JENNY SHIRCORE. Colaboran por primera vez el diseñador de producción GUY HENDRIX DYAS y los compositores CRAIG ARMSTRONG y A.R. RAHMAN.
La producción
La película Elizabeth, estrenada en 1998, empezó su andadura en los cines de arte y ensayo, pero gracias a la estrella en ciernes Cate Blanchett, un magnífico reparto, un estupendo guión y una fotografía sensual, no tardó en convertirse en un auténtico fenómeno internacional. Fue nominada a un total de siete Oscar (Mejor Película y Mejor Actriz para Cate Blanchett, entre ellos, y obtuvo el Oscar al Mejor Maquillaje para Jenny Shircore), a once BAFTA (de los que ganó seis) y a tres Globos de Oro (de los que Cate Blanchett se llevó uno). La magia se debía a la visión de los cineastas a la hora de contar un momento épico de la historia en un tono contemporáneo e iconoclasta, poniéndolo al alcance del público, y en la dirección de Shekhar Kapur, que supo reinventar el drama de época a través de una sensibilidad oriental.
Durante la producción de Elizabeth, los cineastas pensaron en la posibilidad de contar la historia de Elizabeth I de Inglaterra, empezando por la niña hasta la reina que gobernó casi 45 años, mediante una trilogía. El productor Tim Bevan dice: "No era posible contar el reinado de Elizabeth I de Inglaterra en una sola película, fue muy largo y pasaron muchas cosas, conoció a muchas personas extraordinarias".
Gracias al éxito global de Elizabeth, siguieron hablando de la idea, y al cabo de cinco años decidieron encargar a Michael Hirst (el autor del guión de la primera película) y a William Nicholson que empezaran a trabajar en el guión de lo que se convertiría en ELIZABETH: LA EDAD DE ORO.
En Elizabeth, la historia se centraba en los primeros e inciertos años de su reinado. La joven reina se enfrentaba a una dura lucha para mantener el trono, y burlar a conspiradores y traidores. Al final de la película, a pesar de la imposibilidad de saber en quién confiar, la tenaz y astuta Elizabeth acaba siendo reina y llevando las riendas de su destino.
ELIZABETH: LA EDAD DE ORO empieza diez años después y describe la etapa más gloriosa de su reinado. En el ámbito político, la película estudia el conflicto existente entre Elizabeth I de Inglaterra y Felipe II de España, quien, a la cabeza de su imperio católico, apoyado por la Iglesia de Roma y la terrible Inquisición, era considerado el hombre más poderoso del mundo. El devoto monarca había jurado que el mundo sería católico, costase lo que costase.
Cuando Elizabeth I de Inglaterra ascendió al trono en 1558 como reina protestante, casi la mitad de la población de Inglaterra era católica. Sin embargo, con su astucia habitual, prefirió verlos a todos como sus súbditos sin tener en cuenta la fe. Su razonamiento era que el pueblo la quería, fueran protestantes o católicos. Incluso llegó a decir: "No deseo abrir las ventanas del alma de los hombres". Durante su reinado, Elizabeth I de Inglaterra demostró ser tolerante con sus súbditos católicos, a los que protegió contra las protestas y persecuciones, muchas de ellas nacidas en su propio Parlamento. Esta película habla de la tolerancia frente al fundamentalismo, un tema con resonancias actuales.
El director Shekhar Kapur cree que "ahondando en la Historia, se acaba contando una historia contemporánea. ¿Para qué rodar una película hoy si no tiene que ver con los tiempos que corren? ¿Para qué hacer una película si no tiene que ver con las actitudes individuales, políticas y psicológicas del momento? ELIZABETH: LA EDAD DE ORO muestra a Cate Blanchett interpretando a Elizabeth I de Inglaterra para la época actual. Trata del conflicto entre el fundamentalismo y la tolerancia, de la introspección, la divinidad, la moralidad y la inmortalidad, de todas las cosas que pueblan nuestra vida cotidiana".
En un ámbito más personal, ELIZABETH: LA EDAD DE ORO va más allá de los conflictos políticos para mostrar a la mujer que hay detrás de Elizabeth I de Inglaterra, el conflicto que le produce su paso de mujer mortal a reina divina, debido en parte a su relación sentimental con el aventurero y soldado sir Walter Raleigh. Explora el triángulo formado por Elizabeth, Raleigh y su dama de compañía favorita, Bess Throckmorton. La reina se enfrasca en una dura partida de ajedrez con el apuesto Raleigh y la preciosa Bess... para acabar viviendo la relación que se niega a sí misma a través de la joven Bess. De alguna forma, Elizabeth espera poder guardar la mente y el espíritu de Raleigh sólo para ella, mientras le entrega su cuerpo a través de Bess. Pero la apuesta es atrevida y acaba perdiendo el control del corazón de Raleigh.
Jonathan Cavendish produce la película con Tim Bevan y Eric Fellner, de Working Title Films, después de las dos entregas de Bridget Jones. Dice: "Me atraía la oportunidad de trabajar con Shekhar. De hecho, ha sido una experiencia muy estimulante. Es un gran colaborador. Siempre aporta nuevas ideas, rechaza las antiguas, y tiene el valor y la imaginación de cuestionarse. Funciona a niveles metafóricos y míticos, inyectando dos o tres ideas a las escenas para que parezcan una cosa, pero sean algo más".
Una vez encargado el guión, los productores decidieron reunir al equipo creativo cuyo trabajo permitió que Elizabeth tuviera tanto éxito, sobre todo el director de fotografía Remi Adefarasin, la diseñadora de vestuario Alexandra Byrne, y la estilista y maquilladora Jenny Shircore, los tres nominados por la Academia. Se unió a ellos la montadora Jill Bilcock, nominada a un BAFTA por su trabajo en Elizabeth. Los productores contrataron a Guy Hendrix Dyas para ocuparse del diseño de producción, cuya atrevida visión queda patente en películas como X-Men 2 y Superman Returns/El regreso.
Los actores
Al ser una continuación de la primera película, era esencial que Cate Blanchett hiciera el papel de Elizabeth I de Inglaterra. "Sin Cate como Elizabeth no habría sido posible filmar ELIZABETH: LA EDAD DE ORO", dice con toda sinceridad Shekhar Kapur.
Es interesante saber que la oscarizada y prolífica Cate Blanchett no se sintió atraída inmediatamente por la idea de volver a encarnar a Elizabeth I de Inglaterra. El director y el actor Geoffrey Rush intentaron convencerla durante una cena, pero no aceptó hasta después. La actriz dice: "Me ayudó haber interpretado a Hedda Gabler en el teatro en Sídney y 18 meses después de nuevo en Nueva York. Sentí que se puede ahondar más en un papel aunque ya se haya interpretado".
"He aprendido mucho de cine desde Elizabeth", añade. "A pesar de eso, sigue siendo un papel con trampas. Había ocasiones en las que tenía la impresión de hacerlo mal y quería volver a empezar. Es una mujer poderosa, compleja, y hay infinidad de maneras de acercarse a ella, pero ya que el cine es temporal, decidimos enfocarla desde un punto de vista actual. Elizabeth sigue fascinando a la gente, por eso se han hecho tantas versiones de su vida. Lo que se cuente de ella depende de dónde se enfoque la luz".
"Para Cate, el papel actual ha representado un mayor desafío que el primero", dice el director Shekhar Kapur. "Ahora es mucho más activa, menos reactiva, Elizabeth es mucho más compleja. Cate ha sabido mantener la vulnerabilidad que expresó en Elizabeth dejando entrever que esta mujer es ahora mucho más fuerte".
Quizá fueron las apariencias, Elizabeth I de Inglaterra vivió y reinó en el centro de un escenario, lo que más intrigaba a Cate Blanchett: "En Elizabeth se exploraba la renuncia, lo que uno debe hacer para olvidarse de sí mismo y gobernar. Se convirtió en un icono, un emblema que pulió para fines políticos. Sin embargo, en muchos aspectos, ELIZABETH: LA EDAD DE ORO explora la aceptación. He intentado dar la sensación de una mujer hueca, sin compañero, sin marido, sin hijo, que busca algo para sustituir ese vacío".
Cate Blanchett sigue diciendo: "Elizabeth controlaba su imagen. Entre otras cosas, la película muestra que a su edad la posibilidad de casarse y formar alianzas con otros países, un arma muy poderosa, es cada vez más lejana. Algunos cuestionaron su atractivo físico y si era capaz de tener hijos. Muestra la presión política y la presión interna. De pronto, surgen sentimientos que ha reprimido durante años, sobre todo por la relación que instaura con Raleigh".
Para la actriz, su relación con sir Walter Raleigh fue una de las razones que la motivaron a reencarnar el personaje. Otro atractivo era la posibilidad de volver a trabajar con Shekhar Kapur. "Conectamos", dice Cate Blanchett. "Siempre entendemos de qué punto parte el otro. Se le ocurren formas de meterse en la escena que son realmente únicas y, al mismo tiempo, es un gran compañero. Le gusta ver que un actor aporta algo a la escena. Es capaz de reordenar una escena alrededor de la aportación de un actor si cree que vale la pena".
El director dice: "Cate es una notable combinación de talento, control, comprensión, inteligencia y emociones. Estas cualidades, además de una soberbia disciplina, le permiten pasar sin esfuerzo de un lado a otro del personaje que interpreta. Nunca la he visto dejar de trabajar el papel. Siempre lo prepara. Si tiene dos minutos, escucha sus diálogos grabados o los ensaya. No hay nadie como ella".
El productor Tim Bevan añade: "Cate se dio cuenta en la primera película de que hablaba con las mujeres de hoy en día. En esta película, explora el precio de tenerlo todo. Para Elizabeth es una carrera, es el precio de ser omnipotente, el precio de ser una mujer en un mundo de hombres. Creo que las mujeres lo comprenderán inmediatamente".
Geoffrey Rush hizo un retrato memorable del gran consejero Walsingham en Elizabeth y aceptó reencarnar el papel antes de que lo hiciera la Reina. El oscarizado actor tenía ganas de profundizar en el poderoso personaje, considerado por muchos tan escurridizo como inteligente. Geoffrey Rush dice: "Walsingham era el señor de los espías. Supo ocupar una posición de poder en la corte de Elizabeth I de Inglaterra. En la década de 1580 era el cerebro de varias redes de espionaje en toda Europa. Era un intelectual de la época; creó la imagen del gobernante como figura divina. Era una persona disciplinada, con mucho autocontrol, al igual que la Reina".
En ELIZABETH: LA EDAD DE ORO su poder se ve amenazado cuando descubre que su hermano le ha traicionado. Aunque no es histórico, este episodio se ha incluido porque, según explica Geoffrey Rush, "Shekhar quería explorar el dilema personal de una figura pública. Al involucrar a su hermano en la historia, queda expuesta la inseguridad y vulnerabilidad de Walsingham".
La oportunidad de llevar el personaje más allá de lo que se hizo en Elizabeth fue uno de los factores determinantes que impulsaron a Geoffrey Rush a aceptar el papel. Walsingham había sido el mentor de la joven Elizabeth, guiándola con firmeza y filosofía hacia las responsabilidades de su cargo. Ahora, años después, es más un hombre de Estado que un consejero para Elizabeth y su influencia sobre ella no es tan fuerte.
El productor Jonathan Cavendish dice: "El personaje de Walsingham en esta película es conmovedor. Ya no tiene tanto poder, su aura empieza a desvanecerse. Geoffrey ha sabido añadir una gravedad a su caracterización realmente asombrosa".
Como Cate Blanchett, el actor decidió interpretar el papel para tener la oportunidad de volver a trabajar con Shekhar Kapur. "Es uno de los realizadores más aventureros y estéticos con los que he trabajado", dice. "Cuando se dirige a los actores o a un miembro del equipo, usa imágenes, no da instrucciones. Su comunicación es muy imaginativa. Durante un rodaje, es muy bueno hacer uso de la imaginación. Habla con gran sentido del humor, casi como en un juego, de las vidas de los personajes; nos aporta algo más con lo que actuar, sin limitarse a la motivación psicológica y a la corrección histórica. Hablamos de acontecimientos muy complicados, y debíamos encontrar un modelo dramático para que la historia capturase los elementos básicos de lo que transcurre entre esas personas, esas naciones".
Sir Walter Raleigh, atrevido explorador y figura pintoresca que evoca casi tantos mitos como Elizabeth I de Inglaterra, aparece en la corte de la monarca y de su anciano consejero. Los cineastas buscaron un actor que reflejara el físico y cualidades del famoso marinero. Escogieron a Clive Owen, que fue nominado a un Oscar por Closer y cuyo trabajo en Hijos de los hombres fue muy aclamado. El actor supo capturar el espíritu requerido para interpretar a sir Walter Raleigh, el ambicioso marinero que supo abrirse camino en la corte y en el corazón de Elizabeth I de Inglaterra.
El director dice: "Clive es un actor asombroso, además de tener la personalidad y el aspecto físico perfectos para Raleigh. Es muy creíble en su papel de electrón libre que aparece y hace surgir el caos".
Clive Owen disfrutó mucho con el personaje gracias a que poseía cualidades contemporáneas a pesar de pertenecer al siglo XVI: "Raleigh es como una bocanada de aire fresco, es libre, está lleno de energía. Es una mezcla complicada, atractivo, educado y galante, pero en algunos momentos, directo e incluso arrogante. Su actitud impresionaba a unos y ofendía a otros".
Según Cate Blanchett, el sentimiento que despierta Raleigh en Elizabeth no es realmente amor, sino una mezcla de amor y de envidia. "No es el bullicioso sentimiento juvenil que sentía por Dudley en Elizabeth. Ahora se trata más de una envidia nostálgica, Si pudiera ser él. Me parece factible enamorarse de alguien a quien se quiera emular, estar con esa persona y vivir a través de ella, ver el mundo a través de sus ojos. En otras palabras, vivir otra vida, ser otro. A pesar de que Elizabeth I de Inglaterra era una mujer culta, leída, elocuente e inteligente, no había salido de Inglaterra. Raleigh era para ella el héroe que había descubierto nuevos mundos y había ido más allá de los confines de la Tierra conocida".
Hablando de la relación descrita en la película, Clive Owen dice: "Raleigh tiene muchas vertientes, y es ambicioso. Está empeñado en conseguir fondos para una nueva expedición y, para ello, debe congraciarse con la Reina. Pero no esperaba sentirse atraído por ella. Su honradez es poco habitual en la corte y quizá sea una de las cosas que gusta a Elizabeth".
El actor recuerda cuánto le gustó la primera película: "Lo que más me sorprendió de Elizabeth fue el punto de vista de Shekhar, dónde colocaba la cámara. Desprendía una sensación épica, atrevida, importante de los acontecimientos. En esta película usa las mismas herramientas. Como actores, no nos restringe con ideas preconcebidas. Si nota que un actor tiene una forma particular de trabajar, intenta desarrollarla. Es un método de trabajo muy inspirador y creativo".
La tercera persona del triángulo, la joven y atractiva dama de compañía Elizabeth "Bess" Throckmorton, era un papel clave. El productor Jonathan Cavendish explica: "Queríamos a alguien con mucha frescura, juventud y energía, alguien a quien Elizabeth pudiera ver como una versión juvenil de sí misma. No buscamos a una actriz muy conocida, más bien que tuviera la profesionalidad y el carisma necesarios para actuar con Cate". Abbie Cornish fue la elegida gracias a su estupenda interpretación en la película australiana Somersault.
Su compañero Geoffrey Rush, con el que ha trabajado recientemente en otra película australiana, Candy, dice: "La cámara la adora. No tiene escuela, no tiene técnica, su talento es totalmente innato".
La actriz de 25 años estaba entusiasmada con la idea de interpretar un personaje que pertenecía a un mundo totalmente desconocido para ella: "Hay algo que me intriga de Bess, es luminosa y oscura a la vez. Shekhar tiene el don de explorar a los personajes sin imponerse límites".
La política sexual y amorosa de Elizabeth I de Inglaterra también intrigaba a Cate Blanchett: "Me interesaba meterme en el papel de una reina que había decidido usar su virginidad, su posición de reina soltera como herramienta política. Dado el destino de su madre Ana Bolena, y el destino de muchas mujeres que morían al dar a luz, el matrimonio y lo que implicaba no tenía mucho atractivo para Elizabeth I de Inglaterra. ¿Qué ganaría a cambio? Como Próspero hace con Ariel, manda a Bess para que viva una experiencia en su lugar. Mientras controla la partida de ajedrez entre Bess y Raleigh, su acercamiento, se divierte. Pero todo cambia cuando ellos se enamoran e Elizabeth se da cuenta de que ya no controla la partida".
Pero la Reina protestante tiene pendiente otra partida más importante con el rey católico Felipe II. El papel recayó en el actor español Jordi Mollá, que sorprendió y encantó al director y a los productores con su inesperada interpretación. El actor dice: "Shekhar describió a Felipe II como un murciélago, siempre rezando, siempre a oscuras, aunque fuera el hombre más poderoso del mundo. Me gustó la idea de que, a pesar de su tremendo poder, fuese un acomplejado. Decidí darle una voz débil y un andar peculiar, lo suficiente para ser ridículo y objeto de burla". (Parte de la hostilidad que Felipe II sentía por Elizabeth I de Inglaterra puede deberse a que estuvo casado con su hermanastra, María I, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, que gobernó Inglaterra durante cinco años antes de morir sin dejar descendencia, por lo que el trono pasó a manos de Elizabeth I de Inglaterra, la segunda hija de Enrique VIII. Durante el breve reinado de María, su fervorosa campaña para la vuelta al catolicismo hizo que 280 personas fueron ejecutadas por herejía, lo que le valió el mote de "María la Sanguinaria").
Otra María que tuvo un importante papel en la historia inglesa fue María, reina de los escoceses, prima de Elizabeth I de Inglaterra e hija de Jaime V de Escocia y María de Guisa, recordada por su belleza, infortunio y ineptitud política. Según la ley de sucesión inglesa, María era la siguiente en la línea sucesoria al trono de Inglaterra después de Elizabeth I de Inglaterra y, en opinión de muchos católicos, la auténtica reina. Esto hizo que María estuviera encarcelada durante 19 años bajo el reinado de Elizabeth I de Inglaterra.
La reina Elizabeth I de Inglaterra, que no quería verter la sangre de otra reina, rechazó siempre la idea de ejecutarla. Pero las continuas implicaciones de María Estuardo en tramas para asesinarla pudieron con su resistencia. (La última, la conspiración de Babington, ha sido considerada por algunos historiadores como una idea de Walsingham, y se analiza en ELIZABETH: LA EDAD DE ORO). Cuando María fue ejecutada en el castillo de Fotheringhay en 1587, Elizabeth I de Inglaterra tenía 44 años. Esta ejecución hizo que Felipe II lanzara la Armada contra Elizabeth I de Inglaterra.
Samantha Morton, dos veces nominada por la Academia (Acordes y desacuerdos, de Woody Allen, y En América) tenía ganas de encarnar a una mujer tan legendaria como controvertida. "María me parece un personaje fascinante, pero lo que realmente me atrajo fue la actitud de Shekhar, refrescante y atrevida. En ningún momento quería crear una controversia, sólo intentaba capturar su esencia. Se acerca a los personajes sin ideas preconcebidas. Y a pesar de tener mucho respeto por el tema de la película, da una enorme libertad al actor".
El director explica: "No puedo decir que nos hayamos tomado libertades con la historia porque la historia depende de la interpretación. Si hoy mantenemos una conversación y mañana se la cuenta a alguien, 24 horas después, será su interpretación. Cuatrocientos años dan pie a muchas interpretaciones. También debemos recordar que la historia fue escrita para los gobernantes. Si el compilador redactaba algo que no gustaba al rey del momento, su cabeza rodaba. La historia se interpretaba a favor del monarca. Me he limitado a contar un relato que me atraía por razones de actualidad, razones que resonaban en mi interior".