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  Hard Candy  Dirigida por David Slade
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El primer largometraje de David Slade, ganador de los premios a Mejor Película, Mejor Guión, y Premio del Público en la edición de 2005 de Sitges Festival Internacional de Cine de Cataluña, es un opresivo thriller psicológico protagonizado por Patrick Wilson (El Fantasma de la Ópera, El Álamo) y Ellen Page (X Men 3).

Es un thriller psicológico y provocador escrito por Brian Nelson, producido por David Higgins, Richard Hutton y Michael Caldwell, y cuyos productores ejecutivos son Jody Patton y Rosanne Korenberg. Es la película más reciente producida por Vulcan Productions (Lejos del Cielo, Titus) en asociación con Launchpad Productions.

El director David Slade nos habla sobre HARD CANDY
El trabajo cinematográfico de Nicholas Roeg fue el que me impulsó a hacer cine. Siempre me interesaron las relaciones entre personajes que acaban destrozándose y destrozando al espectador. El guión de HARD CANDY era lo más cercano a una de esas películas de Nic Roeg que había visto en América.

El guión de Brian mostraba un mundo en donde te cuestionas los valores y los prejuicios. Una chica de 14 años te pone en una situación insostenible en la que tienes que identificar a un sospechoso pederastia. En mitad de la película, comienzas a sentir desprecio por la chica. Y ahora tienes un dilema: no deberías sentir simpatía por un pederasta.

El trabajo de Brian se centraba más en los personajes, y es lo mejor que he visto de todos los guiones que hasta ahora me han presentado.

Cuando lo leí, lo hice de un tirón; no lo dejé hasta acabarlo. Hizo que me cuestionara a mí mismo. Fue una reacción emocional, completamente visceral. Y pensé, "nadie va a hacer esta película."

Hay dos tipos de directores: el que cree que la película le es útil y el que cree que es útil a la película. El trabajo que hacemos perdurará más de lo que duraremos nosotros. Por eso, creo que le debemos a este trabajo una gran responsabilidad.

HARD CANDY fue un gran reto emocional, y yo estaba convencido de que podría serle útil a la película. El siguiente paso era convencer a David Higgins, y una vez hecho, le pedí a Brian que permaneciera en el proyecto hasta finalizar la producción, pasando por los ensayos, y a menudo por el set de rodaje cuando necesitaba hacer cambios en el diálogo. Siento mucho respeto por el trabajo de Brian.

Yo llegaba a producción muy bien preparado a nivel técnico, con un equipo que me conoce bien. Eso me permitió moverme a una velocidad relámpago ya que el sistema de trabajo era similar al de la taquigrafía. Debido a esa habilidad técnica, fui capaz de trabajar a la velocidad de mi propio proceso de pensamiento sin poner en peligro el sentido visual de la película. Es una película muy concisa, sobre todo en lo que se refiere a los personajes. Creamos un lenguaje visual muy preciso para la película, y elaboramos específicamente el set para poder llevar a cabo secuencias concretas.

Sin embargo, lo que mi experiencia técnica no me había enseñado era lo relacionado al dinamismo humano. Tienes 18 días y eso es todo, no hay tiempo para una discusión, no hay tiempo para desavenencias y horas dedicadas a discutir sobre una escena, no hay tiempo para pensar sobre el rodaje cuando ya ha comenzado, porque para el momento en que ese pensamiento te ha llegado a la mente, ha sido reemplazado por la realidad de las situaciones de ese día, y tu ya estás en el siguiente día de rodaje.

Se mantuvo la unidad de la película gracias a la preparación y buena voluntad, y la realidad de esa preparación se redujo a la experiencia del equipo. Llevamos a cabo el esquema y creo que únicamente en tres ocasiones, tuvimos que hacer horas extras.

Dedicamos un mes a la preproducción intentando encontrar a los actores apropiados.
Era mi trabajo proteger el guión, y debía encontrar a las personas apropiadas para estos personajes. Estaba feliz de haber encontrado a Patrick para interpretar a Jeff.

Una cosa es leer las escenas sobre papel y otra es darles un aspecto físico y las consecuencias emocionales de transformar las interpretaciones en celuloide; estaba agotado al final del día y sólo Dios sabe cómo pudo Patrick sobrellevarlo. Su intuición era acertada, su interpretación física era impresionante, esas manos moradas por estar tanto tiempo atado - nada de eso era maquillaje.

Ningún otro actor hubiera sido capaz de arriesgar sus carreras e interpretar hasta ese punto ese lado oscuro. Patrick era perfecto. Y con cada escena, desafortunadamente, le bajábamos al infierno. Durante tres días le pusimos en las situaciones más incomodas - ¡le colgamos, le castramos, le introdujimos en una bañera con ropa!

Ellen está asimismo impresionante como Hayley. En el guión, tenía dilemas morales con respecto al personaje de Hayley, pero los racionalicé y los perdoné debido a su edad y a sus hormonas. ¡Cuando vi a Hayley en el cuarto de edición, igualmente la quise y la odié! La interpretación de Ellen tenía ese efecto sobre mí; cambió mi perspectiva de la historia y, hasta cierto punto, de Hayley; hacía de la historia algo más personal y tridimensional.

De nuevo, la intuición de Ellen era la adecuada. A menudo encontraba diálogos que quedaban bien en el guión, pero que a la hora de interpretarlos resultaban redundantes o poco fluidos. Todo eso se iba puliendo poco a poco hasta conseguir una interpretación que siempre resultaba fresca e interrogatoria.

Algunas personas del público podrán sentir lo que sentí yo en el cuarto de edición, mi opinión cambiaba constantemente cada vez que la veía, sin embargo, otros tendrán una opinión firme sobre ella y la despreciarán. Otros quizás lo celebren y nunca duden de la culpabilidad de Jeff. Cada ser humano reaccionará de forma distinta a esto. A algunas personas no les gustará la película ya que interrumpe el proceso de pensamiento con el que viven.

Creer en la historia es un tema aparte, pero sentir simpatía hacia alguno de los personajes es difícil. Los hombres se cuestionarán la pornografía. Es diferente, visceralmente, una vez que estén en esa mesa con Jeff.

Sin duda se trata de una película provocadora. Ciertamente, los hombres cruzaran las piernas en algún momento - ¡mi editor y yo tuvimos que hacer pausas, y hasta apretábamos los dientes en algunos momentos para sacudirnos la tensión de encima! Estoy hablando como hombre que soy, pero creo que la película también hará que se cuestionen cómo percibe cada ser su propia habilidad para cometer un acto violento.

Creo que si una película es capaz de plantear semejantes preguntas, entonces realmente estamos haciendo algo importante.

David Slade (Director)
A pesar de que técnicamente es su opera prima, David Slade lleva trabajando en el mundo del cine desde hace aproximadamente una década, dirigiendo anuncios publicitarios y vídeos musicales. Ha sido nominado para más de 65 premios, y es internacionalmente reconocido por su sentido visual único y su estilo. HARD CANDY fue rodada en 35mm Kodak 200 T(5279) y se utilizó en su mayor parte un paquete Panaflex Platinum durante 18 días en California, y se rodó con el equipo clave de Slade: el cinematógrafo Jo Willems, el iluminista Walter Bithell, y el primer ayudante de director Barry Wasserman.

La película se editó en Londres por el mundialmente conocido editor de anuncios publicitarios Art Jones, y degradado en color por Jean Clement Soret (28 días después).